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Jisung cerró su pequeña maleta sobre la cama tras terminar de meter lo necesario. Suspiró rendido y se recostó sobre sus almohadas con cansancio, soltando un leve quejido. No quería ser evidente y tampoco quería decirlo, pero su estado físico seguía decayendo lentamente, haciéndolo sentir cansado, adolorido y sin energías con facilidad. Trataba de mantenerse activo, pero habían días en los que simplemente no podía reponerse.
Respiró hondo y exhaló, poniéndose de pie nuevamente cuando escuchó a Felix tocar la puerta de su habitación, ignorando el leve mareo.
—¿Estás listo, Sung?—Felix preguntó cuando entró.
—Estoy listo—asintió, acomodando su ropa—¿Ya es hora de irnos?
—Ya casi—afirmó—Pero deberíamos salir.
Jisung asintió de acuerdo, tomó sus cosas y salió hacia la pequeña sala de su departamento. Una sonrisa se formó en sus labios al encontrarse a Minho ahí junto a Chan y su estómago cosquilleó cuando obtuvo el mismo gesto de su parte.
—Si estamos todos, entonces vamos—anunció Chan, agarrando las cosas de Felix y las suyas, saliendo del departamento en cuestión de segundos.
Minho se puso de pie y sin preguntar, agarró la maleta de Jisung junto a la suya para hacer lo mismo.
—Que caballeroso—bromeó Jisung, escuchando a Minho reír.
—Lo sé, soy demasiado increíble—Minho se encogió de hombros.
Había pasado poco más de dos semanas y Jisung todavía no podía acostumbrarse del todo a ese nuevo Minho que de repente apareció, no podía acostumbrarse a sus detalles y atención, sin embargo, no se quejaba en lo absoluto, era como si en realidad, Minho sintiera algo por él.
Pero eso era imposible.
Felix se encargó de planear un viaje a la playa con la intención de subir los ánimos de su mejor amigo, y aunque notó que ya no estaba tan desanimado como antes, sabía que era cuestión de tiempo para que recayera otra vez. No era la primera vez que atravesaba por algo así con él y sabía muy bien qué hacer y como manejarlo.
La idea les pareció perfecta, se quedarían en una casa de playa cerca del mar y pasarían el fin de semana solo ellos cuatro. Al principio, Jisung dudó mucho sobre si debía ir porque creyó que sería un poco incómodo, pero terminó por ceder cuando Minho insistió en que sería agradable viajar juntos y cuando se trataba de Minho, no era fácil negarse.
El viaje en carretera fue divertido, Jisung no recordaba la última vez que se divirtió tanto con algo tan simple, apreciando cada momento. Tardaron alrededor de dos horas en llegar, el cambio de clima a uno más caluroso se sintió rápidamente y el sol parecía quemar mucho más. Justo el ambiente que necesitaban.
—Estamos aquí—Chan apagó el auto y suspiró—No olviden ponerse bloqueador, en especial tú, no quiero que termines quemándote—vio a Felix, tomando su mano de manera cariñosa.
—Eres lindo cuando te preocupas por mi—le sonrió tiernamente, inclinándose un poco hacia él.
—Bajaré mis cosas—avisó Jisung cuando empezaron a ponerse cariñosos, huyendo de presenciar cualquier escena dentro del auto—Nos vemos adentro.
Felix le extendió la llave para poder entrar sin mirarlo. Con una corta sonrisa, Jisung bajó, siendo seguido inmediatamente por Minho hasta la parte trasera del auto para abrir el maletero.
—Parece que tendremos que soportarlos—comentó Jisung cuando sintió a Minho cerca—Son las personas más cursis que conozco y me alegro por ellos, pero no saben medirse frente a los demás—negó para sí mismo con la cabeza.
—Deberíamos de hacer lo mismo... Ya sabes, abrazarnos y esas cosas—sugirió Minho como si nada, obteniendo rápidamente la mirada de Jisung llena de confusión—Solo para molestarlos, a no ser que quieras que lo haga sin ningún otro motivo, lo cual tampoco me molestaría.
—Uhm...—guardó silencio durante unos segundos sin saber cómo responder a su insinuación—¿A ti te parece bien eso?... Abrazarme frente a los demás, a eso me refiero.
—Me parece perfecto—respondió con honestidad y asintió—No es como que no lo haya hecho ya.
Otra vez, Jisung guardó silencio y desvió la mirada con timidez. Es cierto que se habían abrazado antes frente a otras personas, pero eso era cuando Minho estaba enamorado y buscaba cualquier excusa para hacerlo, porque últimamente, las raras y sutiles demostraciones de cariño eran en privado, donde nadie más los veía y nadie hacia preguntas.
Minho sonrió enternecido y despeinó su cabello de manera cariñosa, tratando de hacerlo sentir menos nervioso y más cómodo.
—No lo pienses demasiado, no es nada del otro mundo. Vamos adentro—cerró el maletero y se dirigió a la entrada con las maletas.
Jisung sonrió para sí mismo y fue tras él con ese agradable sentimiento en su pecho, convenciéndose cada vez más de que poco a poco, Minho estaba comportándose como antes. Claro que eso lo confundía, porque si no lo veía como algo más que su amigo, ¿por qué ser tan empalagoso?
—Solo hay dos habitaciones y un enorme sofá cama—avisó Minho después de revisar el lugar.
Chan y Felix entraron segundos después, escuchando al pelinaranja.
—Jisung y yo podemos dormir juntos—sugirió Felix, creyendo que sería una buena idea dormir con su mejor amigo para evitar incomodarlo con Minho.
—Ni hablar—se negó Chan, tomando su mano—Tú vas a dormir conmigo, creí que habíamos quedado en eso—hizo un puchero, tratando de convencerlo.
Minho hizo una mueca de asco al verlo de esa manera, sin entender cómo es que Felix podría considerarlo como algo lindo, especialmente viniendo de Chan.
—Muy bien, entiendo, dormiré en el sofá si es la única opción que tengo—se ofreció Minho.
—Entonces Sunggie puede tomar la otra habitación—Felix lo miró—¿Te parece buena idea?
—Uhm, eso creo—dijo no muy convencido, apartó la mirada de todos los demás y la puso sobre sus manos, nervioso—Aunque... Es decir, no me molestaría compartir habitación con Minho—se encogió un poco de hombros, esforzándose por lucir indiferente—Solo si quieres—levantó la mirada hacia el mayor, esperando obtener una respuesta positiva.
Minho rodeó la cintura de Jisung con un brazo y lo atrajo a su lado con posesión, sorprendiéndolos a todos.
—No tengo ningún problema con compartir habitación contigo, creo que lo sabes—le dijo casi en voz baja sin dejar de verlo, finalizando con una corta sonrisa que logró sonrojarlo.
Jisung le sostuvo la mirada durante un par de segundos más mientras su estómago volvía a cosquillear de los nervios y emoción, regresando a la realidad luego de que Felix carraspeó la garganta para llamar su atención; se apartó un poco de la repentina cercanía de Minho y vio a su mejor amigo con una avergonzada sonrisa.
—Bueno... Supongo que ya está resuelto—habló Felix bajo la mirada de ambos, un poco confundido por esa acción de Minho hacia Jisung, más no dijo nada al respecto—Iré a acomodar las cosas, nos vemos en un rato para ir al mar.
Jisung asintió en silencio y luego de eso, Chan y Felix desaparecieron a través del corto pasillo que llevaba a su habitación. Tan pronto se encontró a solas con Minho se giró a verlo y golpeó su hombro, yendo hacia la otra habitación disponible con el ceño levemente fruncido y con pasos fuertes.
—¿Por qué ese golpe?—Minho preguntó cuando cerró la puerta de la habitación tras él.
—¡Qué fue todo eso!—se cruzó de brazos, formando un puchero que a Minho le pareció lindo.
Seguía siendo lindo en Jisung, en Chan era horrible.
—No hice nada malo—se escogió de hombros, dejando sus cosas a un lado de la cama para acercarse a él—¿Te pareció que hice algo que no debía?
—Pues... Si—relajó su expresión, sintiéndose un poco descolocado por la mirada tan fija de Minho sobre él—Es decir, no es que sea malo, solo...—se quedó en blanco, su cabeza diciéndole una y otra vez que quería seguir en esa pequeña fantasía en la que Minho era atento, cariñoso y amable con él. No quería arruinarlo—Lo siento, es solo que me dio un poco de vergüenza, es todo—confesó, dejando caer sus brazos a sus costados sin lucir molesto.
—No quiero avergonzarte—dijo Minho, tomando sus manos, entrelazando solo un poco sus dedos—Pero no puedo evitarlo, me gusta estar cerca de ti.
—¿Hablas en serio?
—¿No me crees?—se acercó un poco más, esta vez entrelazando completamente sus dedos.
—Es que... Hace no mucho no me querías cerca—agachó un poco la mirada, dejándola sobre sus manos juntas. Era extraño, pero al mismo tiempo la sensación era increíble—Y todavía no me acostumbro a esto, a que seas como el Minho de antes. A veces siento que todo volverá a cambiar y me harás a un lado por mi condición, que te darás cuenta de que lo mejor es irte para no tener que soportarlo—le aterraba pensar que un día, Minho dejaría de hablarle debido a su enamoramiento, huyendo de él y sus sentimientos. Podía aceptar que estaba en su derecho de hacerlo porque nadie quisiera lidiar con alguien enamorado.
Pero si Minho estaba ilusionándolo para después desecharlo, quería estar seguro de que sería así para no llevarse esa sorpresa.
Minho asintió lentamente, decepcionado de sí mismo por haber creado esas inseguridades que seguían lastimándolo a pesar de demostrarle poco a poco que estaba arrepentido de alejarlo de esa manera tan cruel y lo entendía muy bien, a veces también tenía miedo de sí mismo, así que debía ser paciente con él y el tiempo que le tomara sentirse cómodo otra vez.
—No volveré a hacerlo y sé que decirlo no es suficiente, así que seguiré intentándolo. No pienso rendirme contigo, Jisung así como tu no lo hiciste conmigo a pesar de todo.
Jisung estaba a punto de llorar, pero una sonrisa temblorosa se formó en sus labios. Minho soltó sus manos y lo acercó a su cuerpo hasta rodearlo con sus brazos, dándole el apoyo que notó que necesitaba. Abrazarlo se había vuelto cada vez más normal.
—Ponte cómodo, Felix dijo que iremos al mar—Minho se separó un poco, todavía teniéndolo demasiado cerca—Tú quédate aquí, iré yo al baño a vestirme.
Jisung asintió varias veces y con mucho pesar terminó de alejarse, viéndose mucho más animado y emocionado ahora.
[🌷]
La playa estaba llena de gente, pero no tanto como para odiarlo. Felix y Minho corrieron emocionados hacia el mar, dejando varias de sus cosas tiradas en la arena. Chan negó con la cabeza y las recogió una a una con la ayuda de Jisung quien se limitó a reír por lo bajo.
—A Felix le encanta la playa—comentó Jisung, extendiendo una toalla sobre la fina arena—Hace mucho no venía.
—Puedo verlo—Chan suspiró, acomodando todo de mejor manera a un lado de Jisung—¿No vienes al mar?
—No todavía—se negó, viendo a lo lejos a Minho jugar con el agua—En un rato iré, cuidaré las cosas mientras tanto—le aseguró.
Chan agradeció y sonrió, quitándose la camisa que llevaba puesta para correr en dirección al mar. Jisung volvió a reír y extendió sus piernas sobre la toalla, dejando que el sol calentara su piel un rato, luego buscaría un poco de sombra para no quemarse mucho.
A través de sus lentes oscuros vio a sus amigos, Felix se veía bastante feliz haciendo bromas con su novio, riendo en voz alta y huyendo de él, por otro lado, Minho parecía entretenido también, nadando hacia las olas y sumergiéndose. No pudo quitar la mirada cuando recién se dio cuenta de que Minho estaba vistiendo únicamente un bañador que llegaba hasta la mitad de sus muslos. Lo siguió con la mirada durante un rato, apreciando desde su lugar su no tan marcado cuerpo, pero lo suficientemente atractivo para él.
Salió de sus pensamientos de manera brusca al sentir un golpe en su pierna, dirigió la mirada hacia lo que lo había golpeado y vio que era una pelota. Iba a decir algo, pero una chica se acercó rápidamente con una expresión arrepentida y apenada, quitándole toda la intención de molestarse.
—¡Lo siento mucho!—se acercó, bloqueando su vista hacia Minho—No me di cuenta de que le pegué con mucha fuerza, no quise hacerte daño.
—No te preocupes—le sonrió un poco, entregándole la pelota.
—Déjame compensarlo.
—No es necesario, de verdad no pasa nada—negó con la cabeza, intentando convencerla de que no debía hacer nada por él.
—Mi nombre es Yeji—se presentó amablemente con una muy leve inclinación—Vine con algunos amigos hace un par de días a la casa de playa de mi familia y esta noche tendré una fiesta. Estás invitado, déjame compensarlo al menos así
—Oh... Claro—asintió sin poder negarse—Vine con mis amigos también—los señaló, dándose cuenta de que Minho estaba acercándose.
—¡Genial! También pueden venir. ¿Cuál es tu nombre?
—Jisung.
—Está bien, Jisung, nos vemos más tarde si te animas—volvió a sonreírle de manera animada y a Jisung le pareció una chica increíblemente simpática—Mi casa de playa es la que está al otro lado—señaló—No vas a perderte, tendrá muchas luces y música—rio.
—¿Pasó algo?—Minho llegó por fin, viendo a Yeji con cierta desconfianza.
—No pasa nada—negó Jisung de inmediato.
—Nos vemos entonces, adiós—se despidió Yeji de ambos y corrió hacia el grupo de personas de donde llegó.
Jisung la vio alejarse y Minho se sentó a su lado.
—¿La conoces?—indagó Minho, girándose un poco para verlo—Parecía que ella te conoce.
—Nos acabamos de conocer—le dijo, girándose también para mirarlo—Me golpeó con una pelota, vino a disculparse y nos invitó a su fiesta en compensación—explicó cortamente.
—¿Estás bien? ¿No te golpeó muy fuerte?—revisó su rostro y luego sus brazos, tratando de buscar alguna marca.
Jisung rio y lo alejó sin ser brusco.
—Me golpeó en la pierna—se movió un poco para mostrarle, viéndose el área apenas enrojecida—Pero no me duele, así que deja de poner tus manos en todos lados.
—¿Estás seguro?—revisó de manera sutil, frunciendo el ceño al ver que estaba rojo—Puedo ir por algo para aliviar el dolor.
—Estoy bien, no duele—repitió halagado por su preocupación—Gracias.
—Mmm... Bien—dejó de insistir, acomodándose mejor—Entonces, ¿una fiesta?
—Eso mismo—asintió—¿Tú qué dices? Creo que será divertido.
—Si vas, yo voy—tocó la punta de su nariz de manera divertida, haciéndolo reír.
—En ese caso, debemos ir—finalizó Jisung, soltando un corto suspiro de alivio mientras hacía su mayor esfuerzo en apartar la mirada del cuerpo de Minho.
Minho sonrió orgulloso, notando las miradas sutiles de Jisung. Se acercó un poco más de manera disimulada hasta que sus hombros descubiertos se tocaron, llevando corrientes hacia todo su cuerpo con el mínimo contacto.
—¿No irás al agua?—preguntó Minho cerca de su oído y Jisung asintió en silencio—Quítate esto y ve, cuidaré las cosas yo esta vez—tocó la tela de su camisa de manera sugerente, poniéndolo evidentemente nervioso.
—S-Si—dijo nervioso, poniéndose de pie de inmediato.
Minho sonrió de lado e hizo lo mismo, poniéndose frente a él, con sus dedos agarró la orilla de la camiseta de Jisung y la levantó, ayudándolo a quitársela. Sabía perfectamente que Jisung no necesitaba ayuda con eso, sin embargo, le encantaba ponerlo nervioso.
Jisung sintió que su respiración se cortó por un instante y de manera casi automática tapó su abdomen con sus brazos, sintiéndose un poco avergonzado al estar expuesto. Era extraño, que Minho lo viera de esa manera tan descarada lo ponía de los nervios, especialmente porque ahora no estaba tan orgulloso de como se veía, estaba consciente de que en poco tiempo su cuerpo se empezó a ver diferente por su enfermedad.
Un poco apenado, le quitó la camiseta a Minho con la intención de ponérsela, pero Minho lo detuvo al ver lo que estaba haciendo.
—¿Qué pasa?
—Nada, es solo que quiero ponerme la camiseta—murmuró apenado.
—¿Estás incómodo?—preguntó, de nuevo preocupado por sus acciones—Lo siento, no debí quitártela si no querías—lo ayudó a ponérsela de nuevo, acomodándola cuando terminó.
—Vamos al mar—cambió de tema, apartando cualquier sensación de vergüenza—Dejemos las cosas aquí, no creo que alguien se las lleve—dijo despreocupado, caminando sobre la fina arena sin esperar a Minho, evitando sus preguntas.
Arrepentido, Minho suspiró, regañándose a sí mismo por haber sido tan imprudente y atrevido, apenado y culpable por su reacción.
El resto de la tarde pasó más rápido de lo esperado, Jisung olvidó rápidamente el incidente y se relajó, jugando con Minho de vez en cuando para asegurarle que no había ningún problema y que no estaba enojado. Minho decidió no estancarse en eso, así que aprovechó cada oportunidad para acercarse y hacerlo reír, cosa que no fue demasiado difícil.
—Muero de hambre—se quejó Felix, llegando hacia donde estaban sus cosas—¿Podemos ir por algo de comer?
—Por su puesto—asintió Chan de inmediato, ayudándolo a secar su cabello—Vayamos a nuestra casa de playa y compremos algo en el camino.
Todos estuvieron de acuerdo con el plan, agarraron sus cosas y caminaron en un cómodo silencio hasta donde se estaban quedando. En el camino lograron ver la casa de playa de Yeji, al parecer, ya habían empezado a decorar para la fiesta porque había mucha gente en el exterior limpiando y Jisung logró localizar a Yeji en el interior, caminando de un lado a otro.
—Es muy guapa—comentó de repente Felix, apartando la vista de Yeji para prestar atención al frente—Si me gustaran las chicas, definitivamente iría tras ella.
—¿Es así de guapa para ti?—preguntó Minho, curioso por su comentario.
—Totalmente—asintió, tomando la mano de su novio—Pero me gusta Chan, así que las chicas no son una opción ahora.
Chan le sonrió cortamente y siguió su camino en silencio.
Minho se mantuvo pensativo durante unos segundos y se acercó a Jisung, caminando a su lado con mucha cercanía, sus manos apenas rozándose en un vago intento de tomarla, pero quedó en nada cuando Jisung la alejó sin darse cuenta.
—¿Y a ti qué te parece esa chica?—Minho le preguntó en voz baja, solo hablándole a él—La peliroja de hace rato.
—¿Yeji? Es linda y muy agradable—dijo indiferente—Se preocupó mucho por lo del pelotazo.
—Uhm, ¿qué tan linda?
Jisung detuvo sus pasos y vio a Minho, dejando que sus amigos se adelantaran.
—¿Por qué preguntas sobre eso?—preguntó con sospecha—¿Estás interesado en ella?
—¡No!—negó de inmediato—No estoy interesado en lo absoluto, solo quería saber qué opinabas de ella... Si te gustaba o algo así—se encogió de hombros, fingiendo desinterés.
Jisung lo miró dudoso y luego de unos segundos de seriedad rio, obteniendo una confusa expresión de su parte.
—Estoy enamorado de ti, Minho—fue directo, soltando un corto suspiro—No me puede gustar nadie más... Al menos no por ahora.
Minho desvió la mirada y sin decir nada al respecto, tomó su mano y no lo soltó durante lo que restaba del camino, manteniéndose en silencio. Jisung agradeció mentalmente no seguir con el tema, ya de por sí era muy difícil tener que lidiar con ello, aunque de igual manera, era un alivio ya no tener que ocultarlo.
[🌷]
Tal y como Yeji había dicho, no fue ningún problema ubicar su casa de playa, que por cierto, estaba muy cerca de la de ellos, la música podía escucharse con facilidad sin siquiera haber salido.
Jisung estaba un poco nervioso, Minho no había hecho nada más que pasar a su lado todo el tiempo, tomando su mano y diciéndole lo lindo que se había arreglado a pesar que en realidad, solo había desordenado un poco su cabello y estaba usando un poco de maquillaje, nada que llamara la atención.
Cuando entraron, varios de los presentes los vieron con sonrisas amables, dándoles la bienvenida a los cuatro con una bebida. Jisung lo aceptó con gusto, dando el primer sorbo hasta terminarlo, obteniendo algunos silbidos alocados por parte de los demás. Minho, a su lado se mantuvo atento.
—¡Jisung!—Yeji apareció entre los invitados, tan animada como hace rato—Me alegra saber que estás aquí con tus amigos—vio a Minho rápidamente, saludándolo levemente.
Amigo, claro, Minho no podía tener otro título más que ese y es que era conflictivo para sí mismo porque en parte, le molestaba no poder tener otro tipo de relación con él a pesar de que, sí quería, pero por otra parte, no podía hacerlo, eso sería ir más allá de lo que tenía permitido hasta ahora porque sabía perfectamente que hacer algo así solo porque le gustaba y se sentía atraído, era terreno peligroso, en especial para Jisung.
—Vamos, quiero bailar contigo—propuso ella, tomando la mano de Jisung para llevárselo al área designada como pista de baile.
—¿Bailar?—Jisung frunció un poco el ceño, sorprendido por su actitud tan extrovertida.
—¡Es una fiesta, claro que quiero bailar!—rio animada, por fin alejándolo por completo de Minho quien se quedó en su lugar, quieto y lleno de sorpresa.
—Bueno, eso fue rápido. Pudiste detenerlo, pero dejaste que se fuera—comentó Felix a su lado, dándole un sorbo a su bebida—Fue más rápida y ella ni siquiera lo conoce—se burló.
—Cállate—lo miró con seriedad, buscando después con la mirada al castaño entre tanta gente—No pasa nada, él debe divertirse.
—Ajá y por eso te ves así de molesto.
—¿De qué hablas? No estoy molesto—mintió, relajando su expresión—Ella no es nadie importante, no la veremos de nuevo—se encogió de hombros, convenciéndose a sí mismo de sentirse indiferente al respecto.
—Puede que Jisung te quiera a ti, pero no son nada. Yeji es una chica increíblemente hermosa y muy espontánea, y por cómo yo lo veo, creo que intentará algo más con él—susurró con tono burlesco, divirtiéndose con la expresión intranquila de Minho, notando perfectamente lo celoso que estaba.
Minho apretó la mandíbula y logró ver a lo lejos la manera tan descarada en la que Yeji se movía descaradamente y sin verguenza alguna casi sobre Jisung, sonriéndole de manera coqueta y tocándolo; Jisung no estaba deteniéndola.
Cansado de escucharlo, Minho se dirigió hacia otro lado de la casa, evitando por completo seguir escuchando a Felix.
—Creo que se enojó—fingió tristeza, haciendo reír a Chan.
—¿No dejarás de molestarlo, cierto?
—Solo le dije la verdad—se encogió de hombros—No dije nada que no fuera cierto, si se enojó es su problema.
—Sabes que el tema de Jisung lo pone sensible—habló con tono amable, atrayéndolo más cerca—Todavía le cuesta.
—Bueno, tendrá que darse prisa y hacer algo al respecto porque el tiempo pasa y Jisung empeora. No veré a mi mejor amigo morir por su culpa.
—Lo sé, sé que te preocupa mucho y que harás de todo para que no suceda—acarició su mejilla, viéndolo con ternura—Deja que lo resuelvan y vamos a bailar.
Felix sonrió un poco y asintió. No dejaría de preocuparse, pero tampoco quería arruinar la noche y el viaje con su novio, así que haría su mayor esfuerzo por no pensarlo demasido.
Por otro lado, Jisung no sabía cómo es que había sido capaz de seguirle el paso a Yeji durante un largo tiempo. Al principio se sintió un poco fuera de lugar debido a que no estaba acostumbrado a ese tipo de coqueteo, mucho menos viniendo de chicas, pero después de un rato, se dejó llevar y empujó lejos todo tipo de inseguridad para poder divertirse sin preocuparse tanto; fue lo mejor, porque a decir verdad, la estaba pasando muy bien.
—Eres muy bueno bailando, ¿lo sabías?—casi gritó Yeji cerca de su oído, haciéndose escuchar sobre la música.
—No—respondió Jisung de la misma forma, soltando una risa—No bailo mucho.
—No puedo creerte—ella lo empujó de manera juguetona y luego se acercó, poniendo ambas manos sobre sus hombros—Pero apuesto a que sí sabías que eres muy atractivo.
Jisung sintió sus mejillas calentarse y agradeció que las luces del lugar no fueran tan brillantes para que pudiera notarse. Aclaró su garganta y de manera incosciente, llevó sus manos hacia su cintura, sosteniéndola mejor. Ante esa acción, Yeji sonrió ampliamente, creyendo que significaba algo más, como si estuviera dándole la señal que necesitaba.
—¿Eres así siempre?—preguntó Jisung con media sonrisa.
—Solo cuando alguien me gusta—fue directa, jugueteando con los cabellos que caían en la nuca de Jisung, su mirada pasando sutilmente de sus ojos a sus labios, siendo sugerente.
Claro que Jisung entendió lo que estaba pasando, esa chica había estado coqueteándole desde que lo invitó a bailar, siendo demasiado obvia en cuanto a sus intenciones. No le molesto en lo absoluto, solo se sorprendió ante la idea de que alguien más se sintiera así de atraído hacia él.
Hasta ese punto, no sabía cómo alejarse y no estaba del todo seguro de si quería hacerlo; estaba perfectamente consciente de que esa chica era hermosa y tuvo el fugaz impulso de besarla en algún punto con la adrenalina del momento, pero así como siempre, su cabeza solo podía pensar en Minho y en lo mucho que deseaba que fuera él.
Siempre él.
A veces era bastante molesto, si no estuviera tan enamorado, de seguro habría cedido a cualquier petición. No podía ni siquiera dejarse llevar con algo así porque en su interior, se sentía como si estuviera traicionándolo aunque en realidad, estaba lejos de ser así.
—Yeji, lo siento—inclinó la cabeza hacia un lado cuando ella se había acercado lo suficiente para besarlo, evitándola—No puedo hacer eso.
—¿Te incomodé?—preguntó preocupada.
—No es eso—negó con la cabeza, todavía sin soltarla—Me gusta alguien más y no siento que esto sea correcto—le explicó cortamente, viendo ahora como su expresión se llenaba de alivio.
—¡Por qué lo dices hasta ahora!—no parecía molesta, solo un poco avergonzada—Creo que debiste empezar por ahí, yo estaba pensando en llevarte a mi habitación—soltó, mordiendo su labio inferior con pena.
—Eres muy directa—señaló.
—Es mi único defecto.
Ambos desviaron la mirada y sus ojos volvieron a encontrarse poco después, quedándose así por unos segundos antes de soltar una carcajada.
—Supongo que lo intenté—Yeji se rindió, apartándose de él—Aún así, podemos seguir bailando, ¿cierto?
—Es mi turno ahora—Minho agarró a Jisung de espaldas hasta que chocó con su pecho, sorprendiéndolo.
—Uhm, claro—asintió Yeji con una sonrisa, recogiendo su cabello—Nos vemos por ahí—se despidió y desapareció fácilmente.
Sin decirle, Minho tomó la muñeca de Jisung y lo guio hacia el patio trasero de la casa en el que por cierto, había una piscina enorme. Afuera la música no se escuchaba tan fuerte y había menos gente, así que al encontrar un espacio vacío, Minho acorraló a Jisung contra una pared sin dejarlo de verlo.
Jisung vio a su alrededor y terminó por verlo también, un poco aturdido y confundido.
—¿Qué hacemos aquí?—preguntó, tratando de relajarse y no alterarse por la cercanía.
—Iban a besarse—soltó de una sola vez—Ella en serio iba a hacerlo.
—Pero no lo hizo, la detuve ante de que sucediera—concluyó rápidamente que se trataba de Yeji—Además... No creo que sea algo malo, solo estaba divirtiéndome con ella—dijo tímido.
—¿Puedo besarte, entonces?—le sostuvo la mirada durante unos segundos, inclinándose un poco más hacia él—Tampoco sería algo malo, ¿o si?
Jisung tragó saliva, nervioso, respirando de manera pausada sin poder ir a ningún lado, los brazos de Minho a cada lado de sus hombros sin dejarlo ir.
—Ya lo has hecho antes—murmuró, desviando la mirada de manera inconsciente hacia sus labios.
—Tomaré eso como que puedo hacerlo de nuevo—sonrió de lado, rozando su nariz con la del castaño, torturándolo con la espera.
Estaba celoso, Minho no lo iba a decir, pero estaba celoso, la manera en la que Yeji lo miró y se acercó tanto lo puso de los nervios, deseando poder alejarlo y ser el único que pudiera hacerlo. Por eso, cuando Jisung esquivó el beso, consideró que era su oportunidad de intervenir, no quería que nadie más se le acercara con otras intenciones.
Bastante tentado, Jisung llevó sus manos hacia los hombros de Minho y luego rodeó su cuello con ambos brazos, sonrió satisfecho al notarlo nervioso también y antes de arrepentirse, lo besó, tomando la iniciativa desde el principio. Minho jadeó sorprendido y se acopló con facilidad al ritmo del beso que empezó siendo desordenado, llevó sus manos hacia la cintura de Jisung y no se detuvo de meterlas bajo su camisa, acariciando su piel.
Jisung no tenía intenciones de que el beso fuera más tranquilo, cansado de los besos dulces, su cuerpo necesitaba más, los besos ya no eran suficientes y cada vez perdía un poco más la cordura. Su piel se erizo cuando las manos de Minho subieron por sus costados, deslizando la yema de sus dedos muy cerca de sus pezones. Ahogó un gemido, los labios de Minho bajaron por su cuello, dejando besos húmedos, lanzando corrientes de placer hacia todo su cuerpo.
Su acercamiento con Minho no pasaba de besos, lo cual siempre terminaba por frustrarlo, así que ahora aprovecharía todo lo que pudiera sin preocuparse tanto.
—Vamos a nuestra casa de playa—sugirió Minho entre besos, mordiendo su labio inferior.
Aturdido, Jisung apenas asintió sin dudarlo.
Detuvieron la sesión de besos y toqueteos para salir de ahí, los dos demasiado excitados y apresurados por irse. Se hicieron paso entre las personas, yéndose entre risas cómplices hasta que por fin salieron.
La casa de playa estaba cerca, así que llegar rápido no fue un problema. Jisung abrió la puerta y tan pronto entró, agarró a Minho de la camiseta y lo atrajo, empezando de nuevo un beso lleno de necesidad. Minho estaba encantado con esa iniciativa y atrevimiento viniendo de su parte, dejando de lado al Jisung tímido.
En medio del silencio y la oscuridad solo se escuchaban sus respiraciones entrecortadas y suaves jadeos, envolviéndolos en una atmósfera excitante de la que no querían salir.
Jisung rompió el beso de repente, llevando sus manos hacia el final de la camisa de Minho, pidiéndole en silencio que se la quitara, cosa que Minho captó de inmediato y no tardó en hacer. Volvió a besarlo, esta vez permitiéndose tocarlo y observarlo todo lo que quisiera, moviendo sus manos sobre sus brazos, su pecho, su abdomen hasta llegar al elástico de sus pantalones cortos, tocándolo con la punta de sus dedos
—¿Quieres que me los quite también?—susurró sobre sus labios, jalando su labio inferior con sus dientes de manera sensual.
Jisung gimió en respuesta, asintiendo varias veces con expresión suplicante. Minho sonrió egocéntrico.
—Hazlo tú, puedes quitármelo—le permitió, viendo a Jisung sonreír.
Un gemido salió de la boca de Minho al sentir las suaves manos de Jisung muy cerca de su entrepierna, comportándose como alguien muy necesitado. Jisung rio en voz baja debido a su reacción, molestándolo un poco, apenas rozando sus dedos sobre su evidente erección, pero Minho lo detuvo de golpe, tomándolo de la muñeca.
—¿Estás jugando?—le preguntó con una mirada oscura.
—Claro que no—negó con la cabeza, haciendo un puchero ante su repentina seriedad.
—Si quieres tocarme, hazlo bien—guio la mano de Jisung hacia su entrepierna por debajo de sus pantalones cortos, dejándolo averiguar qué tan duro estaba en ese momento.
Jisung jadeó, moviendo su mano a través de toda su longitud sobre la ropa interior de Minho.
Nunca habían llegado tan lejos, por lo que tocarlo así era algo totalmente nuevo y Minho estaba más que encantado que Jisung fuera la persona que estuviera llevándolo hasta ese punto tan placentero, porque él nunca había tenido algo tan íntimo con nadie más.
—¿Quieres ir a la habitación?—preguntó Minho por lo bajo, apoyando su frente contra la de Jisung, acariciando su mejilla con suavidad—Si no quieres está bien, podemos dejarlo aquí—le aseguró, viéndolo con cariño.
El estómago de Jisung cosquilleó emocionado. Su corazón latía contra su pecho, creyendo que Minho era sin dudas, el mejor chico que había conocido, dándole entrada a ese horrible pensamiento que tanto lo atormentaba: Minho no me ama y nunca lo hará.
La realidad lo golpeó como un enorme de balde de agua fría que bajó su excitación, llenándose de preguntas desalentadoras que involucraban a Minho, el chico al que tanto amaba, dándole esa atención, cariño, protección y cuidado a otra persona.
Otra persona que nunca sería él.
Con lentitud retrocedió un poco, su expresión había cambiado y un nudo se formó en su garganta.
Minho sintió un leve dolor en el pecho al verlo tan afligido de repente, cayendo en cuenta de que a lo mejor, se había equivocado en decir algo así. Tomó su mano para llamar su atención, pero Jisung se soltó rápidamente y corrió al baño. Preocupado, Minho lo siguió, viéndolo hincarse frente al inodoro para vomitar. Su corazón dio un vuelco, con lentitud camino hacia él y se agachó a su altura, ayudándolo a sostenerse mientras vomitaba.
—Vete—pidió Jisung con la voz rasposa y sin atreverse a mirarlo—No me veas así, soy un asco—sollozó—Me veo horrible y de seguro crees que soy patético.
—No creo eso—le dijo en voz baja, afectado por verlo así—Solo trata de tranquilizarte, estaré contigo.
En silencio, Jisung empezó a llorar, sus lágrimas mojando sus mejillas sin control mientras veía la sangre manchar los coloridos pétalos. ¿Cuánto tiempo tenía? No estaba seguro y temía saber la respuesta, pero algo dentro de sí mismo le decía que no era mucho, podía sentir como su cuerpo cada vez soportaba menos, aunque quisiera ocultarlo.
Agotado, se sentó sobre el frío suelo del baño con la mirada en sus manos sobre su regazo, negándose a ver a Minho debido a la vergüenza.
—Arruiné el momento—rompió el silencio tiempo después.
—No importa, Jisung, realmente no es importante—le aseguró, acariciando su cabello con lentitud—¿Ya te sientes mejor?
—No—fue sincero, cansado de mentir—No me siento bien, me duele aquí—señaló su pecho y arrugó la camisa, como si intentara alejar el dolor de esa manera—Solo mira ese montón de pétalos, podré abrir una maldita floristería dentro de poco—sonó molesto, dejando escapar otro suave sollozo.
Minho puso su mano sobre la de Jisung y la sostuvo durante unos minutos.
—¿Quieres dormir ya?
Jisung asintió en silencio, sintiendo sus párpados cada vez más pesados. Minho lo ayudó a levantarse, tiró de la cadena y lo llevó hasta el lavabo para que limpiara su rostro y se sintiera más cómodo. A estas alturas, a ninguno de los dos les interesaba seguir en lo que estaban, no porque no lo quisieran, sino porque no era el momento y a Jisung le avergonzaba no poder controlarse ni siquiera en un momento así, de seguro decepcionando a Minho por no ser capaz de superarlo.
Ambos entraron a la habitación después de recoger la ropa de Minho tirada en donde estuvieron tiempo atrás. Jisung se puso ropa de dormir y se metió entre las sábanas, esperando pacientemente a que Minho hiciera lo mismo a su lado.
El silencio era abrumante, pero no incómodo. Jisung se movió y le dio la espalda a Minho, creyendo que de esa forma podría dormir más rápido, tratando de ignorar su presencia para dejar de sentirse tan avergonzado y culpable. Se sentía vulnerable, que Minho lo viera de esa manera fue de cierta manera, humillante, aunque ya lo había visto así una vez, pero fue hace tiempo cuando estaba enamorado de Hyunjin, ahora era diferente porque estaba enamorado de él. Suspiró, haciendo su mayor esfuerzo por olvidar aunque sea por un momento que eso pasó, con la esperanza de que no fuera a preguntarle más al respecto.
Minho se acercó al delgado cuerpo de Jisung y lo abrazó desde la espalda, pasando el brazo alrededor de su cintura hasta cubrirlo casi por completo con su cuerpo, acomodándose en el hueco entre su cuello y el hombro.
Jisung se sobresaltó un poco ante la acción, pero no se quejó, en su lugar, se acomodó también contra el cuerpo de Minho, sintiéndose mucho más reconfortado en esa posición.
—¿No necesitas algo más?—susurró en su oído, cerrando un poco los ojos—Algo de comer o medicamentos—le ofreció.
—No creo que eso ayude—murmuró en respuesta—Pero gracias.
Minho asintió aunque Jisung no pudiera verlo, dejó un beso en su hombro levemente expuesto y se dispuso a dormir, sintiendo la respiración lenta y pausada de Jisung poco tiempo después, siendo la señal definitiva de que por fin se había quedado dormido.
Al menos, de esa manera podía descansar completamente.
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Hola :3 espero que les haya gustado
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