Querido diario:

De regreso a casa pasé por la panadería y mientras hacía la cola sentí un pequeño empujón, me giré para ver quién fue y para mi sorpresa era él. Me saludó y me dijo "Volvemos a vernos". Me quedé atónito.

Aproveché el momento para disculparme por lo de esta mañana, no se lo tomó tan mal como me había imaginado. Luego de la nada me pidió el Instagram, pero le dije que no tenía. ¿Por qué le habré mentido? Entonces me sugirió que lo agregara al WhatsApp. Acepté.

Contestó "¡Genial!", pero no le había entendido. ¿Qué había de genial tener el número de un desconocido? Pero a quién quiero engañar, obviamente me emocioné. Había conseguido el número de mi «amor a primera vista».

Nos despedimos y quedamos en vernos en algún bar para tomar algo. Espero que no sea ningún alcohólico.
Estoy de los nervios.