Esa noche Max se levantó con un fuerte dolor de estómago, lo cual le hizo vomitar mucha sangre.

Pensé que mi úlcera ya estaba dominada, parece que se alteró de nuevo...¿pero a quien le preocupa una úlcera cuando tienes cosas más importantes que recordar?....

Será por Bobby que llegue aquí....Bobby...mi único amigo de la vida y joda...¿o por P.j que se llevó a mi Brad...? No a él no, a él ya lo perdone.

Hoy estoy aquí, en este pequeño cuarto llamado "la suite presidencial" pero aún me queda algo de alcohol...

Creo que ya son como 7 días, lo sé por qué Joseph me lo dijo y ya pedí otro medio balde...me levanto los animos, me dijo que me veo bien para una semana encerrado ahí.

Que voy por buen camino... aunque no vine a romper ningún récord, vine para olvidar mis recuerdos.

Sigo preguntándome, ¿quién hace el destino?, sostengo que nosotros mismo ayudamos al destino, en mi casa hubiera sido otro mi destino.

Si me hubiera quedado con Bradley y hubiera dejado mis vicios....

Max se mira al espejo y vuelve a tomar un vaso de alcohol adulterado que era lo que Doña  Clarabella había preparado para ese día.

Max solo pudo sentarse en la cama y sacar por fin de la bolsa su más preciado recuerdo después de la foto de Bradley, era el oso de peluche que su papá le había dado ese cumpleaños.

Lo abrazo como nunca, aún olía a la colonia de lavanda ya que una vez Bradley lo había mandado a lavar, recordó la risa de su papá y la manera tan sobreprotectora que lo cuidaba de todo....

La risa de Bradley se hizo presente de nuevo en la habitación y recordo los días buenos en la casa de él, la comida, la música, se sentía muy amado ahí.

De repente todo comienza a volverse oscuro para Max y se abraza fuerte al oso de peluche, así callendo en el profundo sueño de  donde nadie a regresado.

Al siguiente día Joseph abre la puerta y suspira llamando a Doña Clarabella para que ordené sacar el cuerpo de Max.

La señora se abraza a su hijo mientras ve como llevan el cuerpo de Max hacia alguna calle de la cuidad.

Aunque estaba acostumbrada a que cualquier borracho muriera en la suite presidencial, Max era especial, conocía a su padre y lo había visto crecer.

También estuvo cuando el niño rico lo había enamorado y pensó que cambiara por él pero tampoco fue tan fuerte para dejar atrás su alcoholismo.

Guardo la carta que le había encomendado Max para que le entregué a Bradley, el joven había regresado de su viaje hace unas semanas pero no tenía el valor suficiente para salir a las calles y encontrarse con Max.

Algunos rumores decían que el joven Bradley se había comprometido con un alfa de europa pero que nadie conocía pero lo que era verdad es que jamás había olvidado a Max.

La señora que trabaja con ellos en la limpieza decía que muchas veces encontró al joven llorando por Max desde que volvió de su viaje, quería ir a buscarlo, saber cómo se encontraba pero el miedo de la última vez era más grande que su amor.

Doña Clarabella no sabía si era preciso o no llamar a Goofy y decirle que por fin tiene noticias de su hijo, le había mantenido informado sobre lo que ella sabía.

Dejo de llamarlo cuando supo que había recapacitado gracias al omega rico pero de ahí no supo en realidad como terminó esa historia.