❥ ＰＡＲＴＥ. 𝟮.

Sus amigas, al enterarse de que conoció a Elvis Presley, insistieron en que había que asistir al Louisiana Hayride para poder verlo. Estabas un poco ansiosa por hacerlo, pero te calmaste cuando lo pensaste lógicamente: Era una gran multitud y la posibilidad de que Elvis te viera, mucho menos que te reconociera, era escasa. Tus amigas y tú podrían simplemente disfrutar del espectáculo y enamorarse de lo guapo que es.
No era necesario que hubiera ningún recordatorio de su ❝cuello de goma❞

Después de que ustedes llegaron, corrieron para acercarse al escenario. La mayoría de las primeras filas estaban llenas de chicas jóvenes, similares a tu grupo, esperando ansiosamente a Elvis. Pero todos tuvieron que esperar a que pasaran las otras personas.

Los otros actos fueron.      .aburridos, por decir lo menos. No te importaba Hank Snow o su música country, pero definitivamente él no fue la razón por la que viniste. Sus canciones melódicas eran aburridas y no provocaban ninguna reacción.

Entonces, salió. Vestido con un abrigo rosa con el botón inferior abrochado y pantalones de vestir negros, se veía un poco demasiado vestido y juvenil. Pero sabías que algo era diferente. Las piernas de Elvis se movían y sus dedos tamborileaban contra su guitarra como si no pudieran esperar para saltar sobre ella.

Podías ver a la audiencia cobrar vida cuando él avanzó. Las chicas comenzaron a abanicarse, se inclinaron más cerca de sus asientos y algunas se prepararon para ponerse de pie y saltar de emoción. El locutor dijo algo sobre Elvis Presley, pero era fácil ver que la audiencia quería que se fuera.
Un prolongado silencio se apoderó de la multitud mientras Elvis devolvía la mirada. Respiró hondo y luego comenzó a cantar en su micrófono.

—— Bebé, bebé, bebé, bebé, bebé. —— Enganchó su voz al final del último bebé, tomando a algunos de ustedes con la guardia baja.

No hubo mucha reacción a esto, a pesar de que los fanáticas de Elvis ya estaban preparados para escucharlo.

Sus ojos azules buscaron a todos, asimilando todo.
Tu respiración se atascó en tu garganta cuando hizo contacto visual contigo. Su cuerpo comenzó a relajarse. Elvis sonrió para sí mismo, respiró hondo y luego comenzó con un atronador,

—— 𝙱𝚞𝚎𝚗𝚘, 𝚙𝚞𝚎𝚍𝚎𝚜 𝚒𝚛 𝚊 𝚕𝚊 𝚞𝚗𝚒𝚟𝚎𝚛𝚜𝚒𝚍𝚊𝚍,
𝚙𝚞𝚎𝚍𝚎𝚜 𝚒𝚛 𝚊 𝚕𝚊 𝚎𝚜𝚌𝚞𝚎𝚕𝚊.
𝙿𝚞𝚎𝚍𝚎𝚜 𝚝𝚎𝚗𝚎𝚛 𝚞𝚗 𝙲𝚊𝚍𝚒𝚕𝚕𝚊𝚌 𝚛𝚘𝚜𝚊,
𝚙𝚎𝚛𝚘 𝚗𝚘 𝚜𝚎𝚊𝚜 𝚎𝚕 𝚝𝚘𝚗𝚝𝚘 𝚍𝚎 𝚗𝚊𝚍𝚒𝚎.       .

Era como si la respiración profunda que tomó fuera suficiente para toda la multitud. La gente empezó a cobrar vida mientras él cantaba. Las chicas se levantaron de sus asientos para agolparse alrededor del borde del escenario. Elvis empezó a, bueno, en realidad no había otra palabra para eso, se movió. No te importó ni un poco. La música se apoderó de él y movió su cuerpo en todas las formas en que lo sintió. Tú amiga se apresuró a señalar cierta característica que podías ver moverse mientras bailaba, y eso hizo que todo tu cuerpo se sonrojara.

—— 𝚀𝚞𝚒𝚎𝚛𝚘 𝚓𝚞𝚐𝚊𝚛 𝚊 𝚕𝚊𝚜 𝚌𝚊𝚜𝚒𝚝𝚊𝚜 𝚌𝚘𝚗𝚝𝚒𝚐𝚘. —— Cantó, levantando los brazos para temblar cuando un instrumento se hizo cargo.

Un par de ropa interior aterrizó en el escenario junto a él. Elvis lo levantó en estado de shock, luego soltó una risa suave.

La canción llegó a su fin y cuando Elvis comenzó a irse, las chicas se quejaron y protestaron para que se quedara y cantara más canciones. Levantó la mano en señal de agradecimiento, murmurando dulces agradecimientos sureños durante todo el camino fuera del escenario.

—— Bueno, eso fue algo. —— Exclamó tú amiga con voz exasperada, abanicándose con la mano.

El grupo de ustedes comenzó a levantarse y marcharse.

Un enjambre de mujeres pasó tratando de echar un vistazo a Elvis mientras iba a donde fuera después de estos espectáculos.

—— ¿Viste la forma en que te miró? —— Preguntó tu amiga Polly, empujándote con el hombro y moviendo las cejas.

La silenciaste. Elvis miraba a todos en la multitud, el contacto visual contigo no era nada especial. Internamente, esperabas que lo fuera, pero sabías que no era realista.

Tus amigas y tú querían disfrutar lo que quedaba del carnaval, y Polly estaba ansiosa por llevar al grupo hacia la casa de la diversión. Una vez dentro, una confusa pared de espejos mostraba tú propio reflejo a cada paso y música de carnaval un poco espeluznante sonaba de fondo. Después de lo que parecieron años de girar y llamar a tus amigas, te diste cuenta de que estabas totalmente perdida en este laberinto.

Polly y los demás se perdieron o te abandonaron.

Seguiste chocando contigo misma o con esos pilares azules en la pared.

Luego, cuando doblaste una esquina con bastante confianza, golpeaste tu nariz contra un espejo. Una risa profunda detrás de ti te hizo saltar, y te apoyaste contra el espejo agarrándote la nariz.

—— Lo siento, no fue mi intención asustarte. —— Dijo Elvis. Sus ojos azules parpadearon divertidos mientras te miraba.

—— Está bien. —— Dijiste, bajando la mano cuando el dolor en la nariz disminuyó.

—— Hola. —— Dijo.

—— Hola.

Elvis miró a su alrededor en todos los espejos y luego volvió a mirarte,

—— ¿Disfrutaste el espectáculo?.

Sonreíste con una gran y genuina sonrisa.

—— Fue maravilloso, Elvis. Cobraste vida allí arriba, disfruté cada segundo.

Su sonrisa era la de un colegial que es felicitado por una chica bonita. Elvis estaba avergonzado cuando levantó la mano para frotarse la nuca.

—— Estoy muy contento de que hayas venido.

—— Yo también.

—— No te atrapé mirando esta vez. —— Se rió suavemente.

Te sonrojaste, pero trataste de disimular poniendo los ojos en blanco y diciendo.

—— Lo que sea.

—— Dime, T/N, ¿Quieres tener una cita alguna vez?, ¿Conmigo? —— Dijo Elvis rápidamente, como si estuviera un poco nervioso por preguntar.

Asentiste.

—— Me gustaría eso.

Elvis dejó escapar un suspiro de alivio y se apoyó contra la pared. Lo viste tragar y las líneas de su garganta eran tan, tan sexys. Esta energía ligeramente nerviosa que te había hecho sentir confiada. Era humano, y se ponía nervioso haciendo algunas de las mismas cosas que encontrabas aterradoras. Te pusiste de puntillas y besaste a Elvis dulcemente en los labios. Luego le pasaste la mano por el brazo amablemente e hiciste ademán de salir del laberinto.

Antes de darte la vuelta, lo viste mirándote.

—— ¿Está mirando, Sr. Presley? —— Coqueteaste.

Él sonrió con esa sonrisa torcida.

—— 𝑺𝒆 𝒍𝒍𝒂𝒎𝒂 𝒃𝒆𝒃𝒆́ 𝒄𝒖𝒆𝒍𝒍𝒐 𝒅𝒆 𝒈𝒐𝒎𝒂.

—— Eso está bien conmigo.