𝗡/𝗔: 𝗣𝗿𝗶𝘀𝗰𝗶𝗹𝗹𝗮 𝗻𝗼 𝗲𝘀𝘁𝗮́ 𝗰𝗮𝘀𝗮𝗱𝗮 𝗰𝗼𝗻 𝗲́𝗹 𝗲𝗻 𝗲𝘀𝘁𝗲.

Elvis te había invitado a que vinieras a ver el especial que estaba filmando para la televisión. Dado que técnicamente no estaba permitido tener a un extraño de brazos cruzados, te pusieron con los extras esperando en el set a que apareciera.

—— ¿Señorita T/N?. Necesito que vengas conmigo. —— Dijo un hombre, haciéndote un gesto para que lo siguieras mientras los dos salían corriendo del set.

El hombre te llevó a la habitación donde Elvis se estaba arreglando.

—— ¿Está todo bien?.

—— Ha preguntado por ti.

Eso no respondió a tu pregunta, pero pronto lo descubrirás. Aceleraste el paso, golpeando el pie con ansiedad cuando llegó a la puerta. El hombre abrió, te anunció y la voz de Elvis desde adentro le dijo al hombre que se fuera.

—— ¿Elvis?, ¿Bebé? —— Entraste en el vestidor, sorprendida de ver a Elvis paseando por el piso.

Llevaba un traje completo de cuero, pantalones ajustados de cuero y una chaqueta de cuero de corte profundo.

Él era hermoso.

Antes de que pudieras decir una palabra sobre su atuendo, Elvis te miró. Su rostro era un mapa de arrugas preocupadas y sus manos estaban inquietas y tirando de su traje para tener algo que hacer. Elvis estaba nervioso y asustado. Era el especial ❛Comeback❜ del 68. Esto era algo que iba a ser televisado para que todo el mundo lo viera, una marca de lo que realmente quería de su vida y carrera. Se podía decir con solo una mirada que Elvis estaba dudando de cualquier bravuconería que había tenido anteriormente.

—— Cariño.          .Oh cariño, ¿Y si apesto?, ¿Y si ya no les gusta mi música? —— Elvis se mordió la uña del pulgar, prácticamente corriendo de un lado a otro con su ritmo.

Fuiste a pararte frente a él, frotando tus manos arriba y abajo de sus brazos.

—— Tú eres Elvis Presley.

—— Eso no significa nada. —— Escupió, sentándose inquieto en una silla. —— No significa nada si a nadie le gusta tu música.

—— ¡A todo el mundo le gusta tu música!.

—— Lo hicieron. Eso no significa que lo hagan.

Te paraste frente a él, agarrando suavemente su rostro con tus manos,

—— La última vez que lo comprobé, estaba saliendo con Elvis Presley. Un chico famoso por sus canciones, por su música, por su pasión. Cariño, el mundo te ama. Te amo.

Sus ojos se oscurecieron un poco y extendió la mano para sostener tu cintura.

—— Tal vez solo necesito un amuleto de buena suerte.

—— Escuché que los irlandeses son buenos para eso.

Él se rió, tirando de ti para sentarte en su regazo. No era sexual, eso no era lo que estaba destinado a ser. Pero Elvis necesitaba tenerte en sus brazos como un recordatorio de por qué amaba lo que hacía. Pasaste la mano por su pecho, alabándolo a medida que avanzabas. Le dijiste lo fenomenal que era, la inspiración que ha sido para la juventud de Estados Unidos y cuánto lo amabas.

—— El mundo no paga por ver un especial televisado en el que nadie canta malas canciones. Pagan porque eres increíble. Nadie puede cantar ❛Hound Dog❜ como tú lo haces.

—— Dios, esa canción. —— Elvis se pasó una mano por la cara. —— Me gusta cantarla para fastidiar al gran hombre, pero me trae malos recuerdos.

Sonreíste con tristeza, sabiendo que se refería al Show de Steve Allen. Hizo una gran actuación pero fue humillante para él, quitándole por completo lo que quería ser. Eso fue hace años.

—— Esto no es nada de eso, lo vas a hacer increíble.

—— ¿Señor Presley? —— Una voz al otro lado de la puerta interrumpió, golpeando. —— Estamos listos para ti.

Te pusiste de pie, sacando a Elvis de su asiento.

—— Vamos, chico grande. Tienes esto.

Elvis se inclinó y te besó dulcemente en los labios.

—— 𝑻𝒆𝒏𝒈𝒐 𝒎𝒊 𝒂𝒎𝒖𝒍𝒆𝒕𝒐 𝒅𝒆 𝒍𝒂 𝒃𝒖𝒆𝒏𝒂 𝒔𝒖𝒆𝒓𝒕𝒆. 

Cuando salisteis, Elvis te golpeó el trasero juguetonamente. Le diste una mirada desdeñosa pero todo fue muy divertido. Podías ver a Elvis comenzar a relajarse antes de que saliera y tú regresaras con algunos de los otros extras.

Cobró vida en el escenario, sintiendo que el poder de la música lo impulsaba. Fue cautivador. Cuando te guiñó el ojo, te sonrojaste como si no estuvieras saliendo con él. Después de que todo estuvo cantado y la multitud comenzó a desaparecer de la impresionante actuación de Elvis, él se acercó a ti cubierto de una capa de sudor. No te importó ni un poco.

—— Hola bebé. —— Dijo, inclinándose para besarte. —— ¿Te gustó el especial?.

—— Estuviste increíble.

—— Solo porque tengo mi amuleto de la buena suerte. —— Dijo, besando tus nudillos.