𝐍/𝐀: 𝐄𝐬𝐭𝐨 𝐨𝐜𝐮𝐫𝐫𝐞 𝐝𝐞𝐬𝐩𝐮𝐞́𝐬 𝐝𝐞 𝐪𝐮𝐞 𝐜𝐨𝐦𝐩𝐫𝐨́ 𝐆𝐫𝐚𝐜𝐞𝐥𝐚𝐧𝐝, 𝐩𝐨𝐫 𝐥𝐨 𝐪𝐮𝐞 𝐞𝐬𝐭𝐚𝐦𝐨𝐬 𝐯𝐢𝐞𝐧𝐝𝐨 𝐚𝐥𝐫𝐞𝐝𝐞𝐝𝐨𝐫 𝐝𝐞 1957.

Amabas a Graceland, amabas la belleza de la casa, amabas a la familia y amabas vivir con Elvis. Una cosa que no amabas eran los veranos en Graceland.

El clima de Tennessee no perdonaba.

Hacía calor y humedad, y hacía pegajoso todo lo que no estaba destinado a ser pegajoso. Mientras el sol se ponía afuera, el naranja asomándose suavemente por las ventanas, te miraste en el espejo. Te habías estado probando una variedad de trajes de baño para prepararte para el sofocante verano que se avecinaba. Pero ninguno de ellos era lo que querías y mientras te mirabas a ti misma te diste cuenta de que no se trataba del traje de baño, se trataba de ti. Miraste fijamente a ese bulto, demasiado y no lo suficiente. Nada halagaba tu figura. Tu cabello se pegaba a tu cara y no de la manera sexy. Tus manos llegaron a agarrar tu estómago, quizás la mayor inseguridad tuya. Vello ligero, no perfectamente plano. Las lágrimas brotaron de tus ojos, esto fue asqueroso para ti. Esto no era Marilyn Monroe, esto era promedio en el mejor de los casos. Las dos piezas que habías comprado tenían una camiseta sin mangas, roja, con un escote corazón que llegaba demasiado bajo a tus senos. Era de cintura alta, afortunadamente, pero odiabas la forma en que abrazaba la mitad inferior. Fuiste a quitarlo, sin querer nada más que tomar todos los trajes de baño y quemarlo.

—— Oye, muñeca, ya sabes.    .Mi, mi. . —— Cualquier frase que Elvis había planeado decir al entrar en la habitación desapareció en sus labios.

Estaba erguido con su camisa de encaje negro metida en unos pantalones rosas sueltos. La camisa de encaje en un día normal te hizo cosas que preferirías no admitir, pero hoy no estabas pensando en eso.

Su belleza no hizo nada para aumentar tu confianza en ti misma.

Fuiste a secarte las lágrimas antes de que él pudiera verlo. Te giraste para mirarlo.

—— ¿Qué necesitas, cariño?.

Sus llamativos ojos azules se oscurecieron al verte. Observó cómo bajaban, desde el cabello hasta los dedos de los pies y volvían a subir. Era metódico, no le importaba mucho si lo veías.

Odiabas sus ojos en ti.

—— Cariño, te ves deslumbrante. —— Dijo Elvis suavemente con esa profunda voz sureña suya.

Esa fue la gota que colmó el vaso. Te alejaste de él rápidamente, las lágrimas inundaban tu rostro.

—— ¡No mientas!.

Hiciste un movimiento hacia el baño. Elvis te agarró del brazo para detenerte.

—— ¿Por qué mentir? —— Sonaba tan genuinamente desconcertado que tu corazón se derritió un poco. Pero te viste en el espejo y todo volvió a empezar.

Elvis no hizo otra pregunta, simplemente te rodeó con sus brazos y te abrazó mientras llorabas sobre su hermosa camisa de encaje. Fue paciente, besando tu frente y pasando su mano por tu columna para calmarte. Cuando empezaste a tomar respiraciones más profundas y no tenías hipo, Elvis aprovechó esa oportunidad.

—— ¿Pensaste que estaba mintiendo porque no eras hermosa?

Asentiste contra él.

—— T/N.      . —— Murmuró, un gruñido en su voz.

Te apartaste de él, repentinamente enojada.

—— ¡Elvis!, ¡Debes saber cómo te ves!, ¿Debes saber cómo te miran las mujeres?. Eres un hombre hermoso, cautivador y talentoso y estás con este ogro.      .

—— No. —— Él te cortó. —— No en mi casa. No aceptaré calumnias de mi mejor chica en esta casa.

—— Pero no soy nada comparado contigo. Tú lo eres todo.

Lo viste mirar fijamente por un segundo como si hubieras dicho una completa blasfemia. Por un largo momento ninguno de los dos dijo nada, él solo te miró fijamente y tú miraste a cualquier parte menos a él. Luego, tomó una de tus manos y levantó suavemente tu rostro con la otra. Estaba muy cerca de tus ojos, infantilmente queriendo evitar mirarlo.

—— Bebé, abre esos bonitos ojos para mí. —— Lo hiciste a regañadientes. Una sonrisa gigante floreció en sus labios. —— Ahí está ella. Mi todo.

Sus ojos recorrieron la habitación por un momento y viste una idea formarse en su mente. El espejo estaba en la pared frente a la cama para que pudieras ver cuando te estabas cambiando. Elvis los guió a ambos al borde de la cama, se sentó primero y luego los colocó entre sus piernas para que los rodeara. El espejo lo mostraba todo, incluidas sus manos que ahora recorrían tus brazos suavemente.

—— T/N. —— Dijo dulcemente, volteando tu cabeza para poder besarte. —— Cariño, siento mucho que te sientas así. Pero, ¿Puedo decirte algo?. Creo que eres hermosa.

Fuiste a girar y él te agarró levemente, sin forzarte pero mostrándote que no había terminado.

—— No me odies. Eres perfecta.

Cuando pusiste los ojos en blanco, dijo.

—— Déjame mostrarte.

Elvis giró la cabeza para que no miraras hacia él y miraras directamente al espejo. Observó cómo sus lujosos labios comenzaron a dejar besos por el cuello y los hombros. Una mano se acercó y desabrochó la parte de atrás de la camiseta sin mangas, mientras que otra la mantuvo en su lugar cuando las correas cayeron hacia un lado.

Su lengua era cálida y suave, y comenzó a succionar suavemente el espacio donde se unían el cuello y el hombro. Una mano se acercó para que te miraras en el espejo mientras Elvis arrancaba la parte superior de tus pechos desnudos.

Gimió detrás de ti como un hombre muerto de hambre. Te fijaste en tu reflejo. Estabas apoyada en uno de los hombres más hermosos, observando sus ojos mientras te absorbían como si fueras la obra de arte más deliciosa. Tus pechos estaban sonrojados y puntiagudos, los pezones duros por el aire fresco. El leve roce del encaje en tu espalda era delicioso y la calidez de su cuerpo te llenaba. Ni siquiera te habías dado cuenta de que Elvis te había abierto suavemente las piernas, por lo que te sentaste en topless con solo la parte inferior de un bikini para cubrirte, pareciendo una modelo pin-up.

Era una imagen sorprendentemente erótica que no esperabas.

—— Mi buena chica, ¿Ves esto? —— Sus manos vinieron desde atrás para ahuecar tus senos, pellizcando los pezones entre sus dedos.

Te estremeciste contra él.

—— Haces que un hombre quiera poseerte. 

—— E-Elvis.    . —— Te retorciste cuando dejó de hacer lo que fuera que estaba haciendo.

Todavía no entendías bien pero te sentías cálido y sensible por todas partes.

—— Muñeca, siéntate para mí muy rápido. —— Lo hiciste y él te quitó los pantalones, dejándote completamente expuesta.

Sus labios volvieron a besar y mordisquear suavemente tu piel mientras una mano masajeaba tu pecho. Su mano libre separó tus piernas, colocándolas encima de las suyas para mantenerte abierta. Tu respiración se atascó en tu garganta. Elvis te miró a través del espejo, manteniendo un contacto visual perfecto mientras deslizaba su mano para ahuecar tu sexo.

El contacto que estaba tan cerca de donde lo querías pero no del todo te hizo enojar. Arqueaste la espalda, empujando su mano donde más la necesitabas. Él cumplió.

Elvis se perdió en ti. Sus dedos tantearon un poco, pero encontraron tu clítoris, y cuando lo hicieron, comenzó a trabajar lentamente en él como si estuviera comenzando una canción. Trazos suaves, jugando con sus otros dedos en tu abertura mientras movía tu manojo de nervios. Esos hermosos labios comenzaron a provocar y tirar más, como si no pudiera tener suficiente de ti. Quería todo tu placer, buscaba obtenerlo todo. Él se inclinaba hacia cada movimiento de tu cuerpo, permitiéndote mover tus caderas como lo que se sentía mejor haciendo todo lo posible para agregarlo. Quería que te sintieras amada y hermosa. Su otra mano estaba masajeando tu pecho, tirando de tu pezón mientras se endurecía bajo su toque. No fue hasta que sentiste la forma dura de su erección en tu espalda que te diste cuenta de que él podría estar disfrutando esto tanto como dice que lo hace.

Se da cuenta de que lo sientes.

—— Buena chica, mira lo que me estás haciendo. Eres tan hermosa.

Eso es lo que hace por ti. Él te encuentra igual de hermosa. Empezaste a sentir que el clímax se apoderaba de ti, la fuerza de todo se apoderaba de tu ser. Recuestas la cabeza en su hombro, gimiendo en el aire. Las estrellas inundaron tu visión, lo único que te ponía a tierra era la sensación de Elvis detrás de ti.

Elvis quitó su mano de tu pecho para mover tu cabeza hacia abajo, obligándote a ver cómo te deshacías en sus dedos.

—— Sigue adelante. . . mira lo perfecta que te ves. .  buena chica. . —— Sus palabras de elogio te hacen entrar en un frenesí hasta que te quedas con un sentimiento cálido y satisfecho en sus brazos.

Se ablanda de inmediato, acercándote más y besándote con tanta pasión como puedas manejar. Elvis te levanta y te lleva al baño para que puedas usarlo. Te coloca en el mostrador, humedece una toalla y comienza a limpiarte con cuidado.

—— Incluso ahora, eres una chica deslumbrante. —— Dice, mirándote a través de esas pestañas oscuras.

Una vez que termina, deja la toalla y pone sus brazos a cada lado de ti.

—— ¿Lo entiendes ahora?.

Suspiras.

—— Gracias.

—— No quiero las gracias, quiero que veas lo que yo veo. Este estómago. —— Se sumerge y lo besa. —— Esta pierna, este brazo, este corazón. Todas esas películas tontas de las que habla el Coronel no se pueden comparar con esto.

—— Te amo.

—— Te amo más.

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𝙴𝚜𝚌𝚛𝚒𝚝𝚘
𝚙𝚘𝚛 Josephine_elizabeth

𝚃𝚑𝚊𝚗𝚔 𝚢𝚘𝚞 𝚏𝚘𝚛 𝚊𝚕𝚕𝚘𝚠𝚒𝚗𝚐
𝚝𝚑𝚎 𝚝𝚛𝚊𝚗𝚜𝚕𝚊𝚝𝚒𝚘𝚗 𝚘𝚏 𝚝𝚑𝚒𝚜 𝚠𝚘𝚗𝚍𝚎𝚛𝚏𝚞𝚕 𝚋𝚘𝚘𝚔.