𝟸𝟻💖
El viaje de regreso a la ciudad es tranquilo, con la brisa nocturna filtrándose por la ventanilla entreabierta del auto. Jake no suelta la mano de Sunghoon en todo el trayecto, su pulgar trazando suaves círculos sobre su piel en un gesto ausente pero lleno de cariño.
Sunghoon, por su parte, no puede dejar de mirarlo de reojo, con una sonrisa que simplemente no puede borrar de su rostro.
Todo en Jake lo deslumbra: la forma en que su perfil se recorta contra la luz de la carretera, la manera en que sus labios se curvan en una pequeña sonrisa cada vez que sus miradas se cruzan.
—¿En qué piensas? —Pregunta Jake, notando la mirada insistente de su novio.
Sunghoon niega con la cabeza, riendo bajo.
—En lo increíble que eres.
Jake rueda los ojos, pero su sonrisa delata lo mucho que esas palabras lo afectan.
—Eres un tonto.
—Soy tu tonto.
El corazón de Jake da un vuelco con esa respuesta, y Sunghoon lo sabe. Le lanza una mirada traviesa antes de volver a centrarse en la carretera.
Cuando finalmente llegan al departamento de Jake, el reloj marca casi la medianoche. Layla duerme plácidamente en su habitación, y el silencio del departamento los envuelve en una burbuja de tranquilidad.
Sunghoon no parece tener prisa por irse. Se apoya en el marco de la puerta, con las manos en los bolsillos, observando a Jake con una ternura que lo hace estremecer.
—Me quedaré hasta que entres —Dice Sunghoon, con ese tono firme pero dulce que hace que Jake sienta un calor reconfortante en el pecho.
Jake asiente, pero antes de dar un paso más hacia adentro, se gira y rodea el cuello de Sunghoon con sus brazos, atrayéndolo hacia un abrazo largo y silencioso.
—Gracias por esta noche —Murmura contra su hombro—. No sabes cuánto significa para mí.
Sunghoon sonríe, besando suavemente su cabello.
—Siempre habrá más noches así. Es una promesa.
Y con un último beso robado en la entrada, Sunghoon se marcha, dejando a Jake con el corazón latiendo rápido y una sonrisa que no desaparece ni siquiera cuando apaga las luces para dormir.
💖
Jake se apoya en la puerta, sintiendo aún el calor del beso de Sunghoon sobre sus labios. Su corazón sigue latiendo con fuerza, y cuando finalmente cierra la puerta detrás de él, una sonrisa tonta se dibuja en su rostro. Se lleva una mano al pecho, como si así pudiera calmar la emoción que lo invade. Nunca imaginó que el amor llegaría a su vida de esta manera, pero ahora que lo tiene, no quiere soltarlo.
Camina en silencio por el pasillo, echando un vistazo a la habitación de Layla antes de dirigirse a la suya. Se deja caer en la cama con un suspiro soñador, mirando el techo mientras la noche sigue su curso. Aún puede escuchar en su mente las palabras de Sunghoon, la promesa de muchas más noches juntos, y con ese pensamiento reconfortante, se permite cerrar los ojos.
Jake no sabe qué le depara el futuro, pero si hay algo de lo que está seguro es que Sunghoon se ha convertido en su hogar.
Sunghoon, por su parte, conduce de regreso a su departamento con una sonrisa que no puede borrar de su rostro. Su mente sigue repasando cada detalle de la noche: la forma en que los ojos de Jake brillaban bajo las estrellas, la suavidad de su voz cuando le confesó cuánto lo hacía sentir completo, y el calor de su cuerpo junto al suyo. Su corazón late con fuerza, como si aún no pudiera creer que todo esto es real.
Al llegar a casa, se detiene un momento antes de entrar. Mira el cielo, aún salpicado de estrellas, y respira hondo. Todo en su vida ha girado siempre en torno al patinaje, a la competencia, a la búsqueda constante de la perfección. Pero ahora, por primera vez, siente que ha encontrado algo aún más valioso: alguien con quien compartirlo todo. Con una última mirada al cielo y una sensación de plenitud en el pecho, entra en su hogar, listo para soñar con un futuro donde Jake siempre esté a su lado.
Jake ya acostado en su cama, sostiene su teléfono entre las manos, leyendo una y otra vez el último mensaje de
«Sunghoon: Duerme bien, amor. Nos vemos mañana, te amo»
Su pecho se llena de un calor indescriptible, una felicidad que lo envuelve por completo. Nunca imaginó que alguien como Sunghoon, con su vida tan llena de exigencias y metas ambiciosas, pudiera encontrar un espacio para él en su corazón. Pero ahí está, enviándole mensajes tiernos en la madrugada y prometiéndole un futuro juntos.
Sunghoon, por su parte, se deja caer en su cama con una sonrisa tonta en los labios. Todo su cuerpo está cansado por la intensa jornada de entrenamiento, pero su mente no deja de repasar cada instante de la noche junto a Jake. Antes de dormir, revisa su teléfono una vez más y ve la respuesta de Jake.
«Jake: Descansa, Hoon. Te amo»
Su corazón da un vuelco, y sin poder evitarlo, abraza su almohada, sintiendo que, por primera vez en su vida, lo tiene todo.
Gracias por leer la historia ❤️
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