El bullicio de la ciudad queda atrás mientras Sunghoon y Jake conducen hacia las afueras. Sunghoon había insistido en llevar a Jake a un lugar especial, un sitio que siempre le había dado paz antes de cada gran competición.

A Jake le intriga, pero decide no presionarlo con preguntas, disfrutando en cambio de la compañía de su novio y del silencio cómodo entre ellos.

Después de un largo trayecto, Sunghoon estaciona el auto en un claro junto a un lago tranquilo. El cielo está despejado, y las estrellas brillan con una intensidad que es difícil de apreciar en la ciudad. Jake mira alrededor, maravillado por la vista.

—Este es el lugar donde vengo cuando necesito despejar mi mente —Dice Sunghoon, sacando una manta del maletero y extendiéndola sobre el césped. Su voz tiene un tono suave, casi tímido, como si estuviera revelando un secreto importante.

—Es hermoso —Responde Jake, sentándose a su lado.

Mira el reflejo de las estrellas en el agua y luego desvía la mirada hacia Sunghoon—. Ahora entiendo por qué te gusta tanto.

Sunghoon sonríe, pero sus manos juegan nerviosamente con un borde de la manta. Jake nota su incomodidad, pero espera pacientemente, dándole el espacio que necesitaba.

—Jake, he estado pensando mucho en nosotros últimamente. En todo lo que hemos pasado y lo que está por venir. —Sunghoon toma aire profundamente y luego gira para mirarlo directamente—. No sé si alguna vez te lo he dicho de esta manera, pero tú eres lo mejor que me ha pasado. No solo me haces feliz; me haces sentir que soy suficiente, incluso en los días en los que ni yo mismo lo creo.

Jake siente cómo su pecho se llena de calor. Estaba acostumbrado a los gestos dulces de Sunghoon, pero esta confesión lo toma por sorpresa.

—Sunghoon... —Jake comienza, pero Sunghoon lo interrumpe.

—Déjame terminar, por favor. —Sunghoon le toma las manos, sus ojos brillando bajo la luz de las estrellas—. Lo que quiero decir es que no solo quiero que seas parte de mi vida ahora. Quiero que estés en ella siempre. Quiero compartir contigo cada triunfo, cada caída, cada instante.

Jake se queda sin palabras, pero las lágrimas en sus ojos dicen más de lo que cualquier palabra podía expresar.

—Yo también quiero eso, Sunghoon —Responde finalmente, con la voz temblorosa pero firme. Se inclina hacia él y lo besa con una dulzura que parece contener todas las promesas que no podía verbalizar en ese momento.

Se quedan abrazados bajo las estrellas, sin necesidad de hablar más. En ese instante, el tiempo parece haberse detenido, y lo único que existe es el amor que comparten. Un amor que, como las estrellas, parece infinito.

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El viento fresco acaricia sus rostros mientras permanecen en silencio, abrazados bajo el manto estrellado. Jake apoya la cabeza en el hombro de Sunghoon, cerrando los ojos por un momento para absorber la paz de ese instante.

Su corazón late rápido, pero no por nerviosismo, sino por la certeza de que está exactamente donde quiere estar.

—¿Sabes? —Murmura Jake, rompiendo el silencio—. Siempre pensé que estaba bien con mi vida sencilla, con Layla y mi pequeño negocio. Pero desde que llegaste tú, todo se siente más... completo. Como si de pronto todo tuviera más color.

Sunghoon lo mira, su expresión suave y llena de ternura. Jake levanta la cabeza, encontrando los ojos oscuros de Sunghoon que lo observan con una intensidad que lo hace sentir vulnerable, pero seguro a la vez.

—Eso es porque tú haces que las cosas brillen, Jake. Mi vida antes era todo entrenamiento, competencias y presión. Pero tú llegaste y me recordaste lo que es vivir, realmente vivir. —Sunghoon sonríe con timidez, desviando la mirada hacia el lago por un segundo antes de volver a Jake—. Por eso quería traerte aquí. Este lugar siempre me dio paz, pero ahora mi paz eres tú.

Jake lo abraza más fuerte, incapaz de contener la emoción que se acumula en su pecho. No hacía falta decir nada más. Sus corazones hablan por ellos, latiendo al mismo ritmo mientras el cielo nocturno los cubre con su inmensidad.

Sunghoon toma las manos de Jake con firmeza, entrelazando sus dedos mientras lo mira con una profundidad que hace que Jake contuviera el aliento.

La brisa nocturna acaricia sus rostros, pero todo parece detenido a su alrededor.

—Jake, no sé qué hice para merecerte, pero lo que sí sé es que haré todo lo que esté en mis manos para que siempre sonrías. Prometo cuidarte, amarte y recordarte cada día lo increíble que eres. Tú me haces mejor, y no puedo imaginar mi vida sin ti.

Jake siente un nudo en la garganta, sus ojos comenzando a llenarse de lágrimas. Se inclina ligeramente hacia Sunghoon, tocando suavemente su mejilla con la mano libre.

—Tú también me haces mejor, Hoon. No sé si te lo dije antes, pero contigo siento que puedo enfrentar cualquier cosa.

Sunghoon no responde con palabras, sino que cierra la distancia entre ellos, presionando sus labios suavemente contra los de Jake. Es un beso lleno de dulzura y promesas silenciosas, como si el universo mismo estuviera sellando ese momento solo para ellos.

Cuando se separan, ambos sonríen, sus frentes juntas mientras el mundo retoma su curso a su alrededor. A lo lejos, el suave murmullo del lago parece cantarles una melodía, como si aprobara su amor. Y en ese instante, Sunghoon sabe que no importa lo que viniera después; mientras tenga a Jake a su lado, todo estará bien.

Cada día más enamorada de este par 💖