El campeonato nacional no solo había consagrado a Sunghoon como uno de los mejores patinadores artísticos de Corea del Sur, sino que también había puesto su vida personal bajo un reflector del que no podía escapar.

Desde que las imágenes de su victoria, abrazando a Jake con los girasoles en la mano, se habían hecho virales, los medios no dejaban de hablar de "el romance del Ice Prince".

Para Sunghoon, el revuelo mediático es una mezcla de orgullo y molestia. Por un lado, está feliz de gritarle al mundo que Jake es su mayor apoyo y el amor de su vida.

Por otro, le preocupa cómo toda esa atención podría afectar a Jake, quien no está acostumbrado a este tipo de escrutinio.

Jake, por su parte, había intentado llevar las cosas con su característica calma. Pero la realidad era que el interés constante en su relación lo había tomado por sorpresa.

Su pequeño negocio, que siempre había sido un rincón tranquilo donde podía disfrutar de lo que amaba, ahora es un lugar frecuentado por periodistas y curiosos que quieren saber más sobre "el novio del Ice Prince".

Una tarde, mientras Jake sirve café a sus clientes habituales, escucha el inconfundible clic de una cámara. Levanta la mirada para encontrar a un fotógrafo que intenta capturar imágenes desde un árbol cercano. Suspira, tratando de no mostrar su incomodidad, pero en su interior, una inquietud empieza a crecer.

Esa noche, cuando Sunghoon llega a visitarlo a su apartamento, encuentra a Jake en la cocina, moviéndose con menos energía de la habitual.

—¿Todo bien? —Pregunta Sunghoon, dejando su bolsa en el sofá.

Jake asiente, pero evita mirarlo directamente.

—Sí, solo ha sido un día largo. El negocio estuvo más lleno de lo normal... por razones obvias.

Sunghoon se acerca y toma las manos de Jake, notando la tensión en sus hombros.

—Lo siento, Jake. No quería que esto pasara. No quería que mi vida pública invadiera la tuya.

Jake finalmente levanta la mirada, mostrando una sonrisa tranquila.

—No tienes que disculparte por algo que no puedes controlar, Sunghoon. Sé lo importante que es el patinaje para ti, y estoy orgulloso de estar a tu lado. Pero... tengo que admitir que esto es nuevo para mí.

Sunghoon lo abraza con fuerza, sintiendo un nudo en el pecho.

—Prometo que encontraré la manera de protegerte de todo esto. No quiero que te sientas incómodo por mi culpa.

Jake apoya su cabeza en el hombro de Sunghoon, dejando escapar un suspiro.

—No tienes que hacerlo solo. Estamos en esto juntos, ¿recuerdas?

Las palabras de Jake lo llenan de calma. Sunghoon sabe que tiene que encontrar un equilibrio, pero también sabe que, mientras estuvieran juntos, podrán superar cualquier obstáculo.

Al día siguiente, Sunghoon convoca a Jay y a su equipo de manejo para establecer límites claros con la prensa y asegurar que la atención mediática no afecte la tranquilidad de Jake. Jake, por su parte, decide tomar un descanso y cerrar su negocio por unos días, enfocándose en las cosas simples que siempre lo han hecho feliz.

Con el tiempo, la atención mediática comienza a estabilizarse, y Jake encuentra la manera de manejarla sin perderse a sí mismo. Pero lo más importante, ambos descubren que, mientras se tuvieran el uno al otro, pueden enfrentar cualquier tormenta juntos.

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Jake siempre ha sido una persona tranquila. Su pequeño negocio le da satisfacción, y la rutina de preparar café y hornear cupcakes y otros tipo de repostería lo mantiene centrado. Pero desde que su relación con Sunghoon se ha hecho pública, siente que su mundo sencillo se tambalea. La atención constante lo hace cuestionarse si estaba preparado para el nivel de exposición que conllevaba estar con alguien tan brillante y admirado.

Sin embargo, cada vez que piensa en Sunghoon, todas esas dudas parecen desvanecerse. Recordaba el rostro de Sunghoon iluminándose cada vez que hablan, o la manera en que él siempre encontraba un momento para enviarle un mensaje dulce entre sus entrenamientos.

Jake entiende que amar a alguien tan apasionado también significa adaptarse a las circunstancias que vienen con su mundo. Lo que más lo sorprende es darse cuenta de lo dispuesto que está a hacerlo.

Una noche, después de cerrar el café, Jake se sienta en el sofá con un álbum de fotos que había armado recientemente. Entre las imágenes hay momentos especiales con Sunghoon: su primera cena juntos, el ramo de girasoles en el campeonato nacional, y fotos casuales que Sunghoon ha tomado cuando no se daba cuenta. Mientras miraba esas fotos, siente una mezcla de orgullo y ternura.

Jake sabe que la atención mediática es solo un efecto secundario de estar con alguien como Sunghoon, alguien que ama profundamente. Y aunque no siempre es fácil, decide que vale la pena. Sunghoon no solo lo hace sentir especial, sino que también lo inspira a enfrentarse a los retos con la misma valentía que él muestra en el hielo.

"Por él, puedo con esto", piensa Jake, cerrando el álbum con una sonrisa. Al día siguiente, lo recibiría con café fresco y el mensaje que sabía que Sunghoon necesitaba escuchar:

"No importa lo que pase, estoy contigo".

Gracias por leer la historia 💖