𝟷𝟿💖
El estadio está lleno.
Las luces blancas iluminan la pista de hielo con una claridad casi cegadora, reflejándose en cada rincón como si el lugar mismo estuviera en tensión, esperando a que Sunghoon saliera al centro.
Desde las gradas, las voces de la multitud son un murmullo constante, un telón de fondo que lo hace sentir más vivo que nunca.
Jake está allí, sentado junto a la familia de Sunghoon, con una bufanda del equipo alrededor del cuello y las manos aferradas a un termo de café.
Aunque trata de mantenerse sereno, su nerviosismo es evidente. A su lado, Yeji ríe, emocionada, mientras explica cada movimiento técnico que Sunghoon va a realizar, como si Jake necesitara una guía para entender el arte del patinaje.
El anuncio de su nombre llena el estadio, arrancando una ovación que hace que el corazón de Sunghoon se acelere.
Respira profundo, dejando que el aire frío le despeje la mente, y patina hasta el centro de la pista. La música comienza, suave y melódica, y con ella, Sunghoon se mueve.
Cada giro, cada salto, cada deslizamiento parece mágico. Ejecuta el axel triple con una precisión impecable, seguido por una serie de giros combinados que parecen desafiar la gravedad.
En esos minutos, nada más existe: solo él, el hielo y la música que lo guía. Cuando la rutina termina con un dramático deslizamiento final, el estadio estalla en aplausos.
Sunghoon, jadeando, levanta los brazos en señal de agradecimiento. Pero su mirada no se dirige al público en general; se dirige directamente a Jake, que aplaude con una sonrisa radiante, sus ojos brillando con orgullo.
Cuando anuncian los resultados y su clasificación queda confirmada como el primer lugar de la competencia, el alivio y la felicidad se mezclan en un torrente de emociones. Sube al podio y, mientras sostiene el ramo de flores que le han entregado, toma el micrófono para dirigirse al público.
—Quiero dedicar esta victoria a mi familia, que siempre ha creído en mí, incluso en los momentos más difíciles. Gracias a mis padres por su apoyo incondicional, y a mi princesa Yeji, que nunca deja de ser mi mayor fan.
Hace una pausa, mirando a Jake, que lo observa con una mezcla de sorpresa y ternura.
—Y también quiero dedicar esta clasificación a alguien especial, que llegó a mi vida cuando menos lo esperaba. Jake, gracias por enseñarme que el amor puede ser mi mayor fuerza. Esto también es para ti.
El estadio estalla en aplausos y murmullos, pero Sunghoon apenas los escucha. Sus ojos están fijos en Jake, que se había puesto de pie, con el rostro iluminado por una sonrisa llena de emociones.
Más tarde, cuando las ceremonias terminaron, Sunghoon sale del vestuario y encuentra a Jake esperándolo. Sin decir una palabra, Jake lo abraza con fuerza, hundiendo el rostro en su cuello.
—Estuviste increíble, Hoon —Murmura Jake, su voz temblando ligeramente.
—Tenía la mejor motivación —Responde Sunghoon, sonriendo.
Y antes de que pudieran decir algo más, Sunghoon lo besa, un beso lleno de promesas y agradecimiento.
En ese momento, no importan las luces, ni el hielo, ni las multitudes. Solo existen ellos dos y el amor que ha cambiado sus vidas para siempre.
💖
La celebración en casa de los padres de Sunghoon es cálida y llena de vida.
Las luces del comedor brillan con una calidez especial, mientras el aroma de los platillos preparados por la madre de Sunghoon llena el ambiente.
Yeji corre emocionada de un lado a otro, mostrando a Jake las medallas y trofeos de su hermano como si fueran propios.
Jay y el entrenador de Sunghoon están sentados junto a él, riendo y brindando por su reciente clasificación.
El entrenador, un hombre de pocas palabras, se dirige a Jake con una sonrisa que rara vez mostraba.
—Jake, no suelo decir esto, pero creo que eres una gran influencia para Sunghoon. Desde que entraste en su vida, he notado una determinación distinta en él. Gracias por ser su apoyo y, por lo que veo, también su inspiración.
Jay asiente, levantando su copa.
—Es verdad. A veces, ser el mejor no se trata solo de talento, sino de tener personas que te impulsen a dar más. Así que, Jake, bienvenido al equipo.
Jake, un poco abrumado por los elogios, ríe suavemente y asiente con la cabeza.
—Es un honor estar a su lado y apoyarlo. Pero, sinceramente, creo que él es quien me inspira a mí.
Las palabras de Jake hacen que Sunghoon sonría mientras le toma la mano por debajo de la mesa, un gesto discreto pero lleno de significado.
El resto de la noche transcurre entre risas, brindis y momentos de cariño.
Aunque el viaje hacia el campeonato nacional apenas comienza, Sunghoon siente que con Jake a su lado, tiene todo lo que necesita para enfrentarlo.
Gracias por leer la historia ❤️
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