5
Hace un año atrás
Queda un poco más de media hora para marcharse a las bodegas, donde será la pelea. Por lo que los chicos se limitan a hacer bromas y tomar, no quieren creer que Jungkook sea capaz de matar y si así fuera, no pueden pasar los últimos momentos llorando y llenando sus cabezas de preguntas que no tienen respuesta.
La puerta es golpeada por tercera vez, Yeonsoo frunce el ceño y va a abrirla. Su cuerpo se congela al ver al tipo del otro lado.
—¿Qué haces aquí? —Yeonsoo intenta empujarlo fuera de la vivienda, pero el sujeto parece tirar fuego de sus ojos.
—¡¿Estás demente?! —La hace a un lado y entra a la casa totalmente fuera de sí—. ¡¿Cómo se te ocurre hacer ese trato con el jefe?!
Jae pierde total control sobre sí mismo, comienza a gritar y maldecir por los actos de ella. Claro que Yeonsoo sabía desde el primer momento que al final nada resultaría como quería.
En aquella ocasión que salió del hospital, cuando le dieron los últimos análisis, estaba feliz, solo quería correr a los brazos de Yoongi y decirle cuan feliz estaba. Pero Jae llamó e insistió verla, la amenazó y fue entonces que ella cayó en cuenta que su felicidad no puede durar tanto como quisiera. Ese día, se armó de valor y fue a ver al teniente de la comisaría, le dijo que podrían usarla a ella a su antojo pero que dejaran a los seis chicos fuera de esto.
Al principio el teniente lo dudo, Isilo es famoso en las calles, por lo que tenerlo trás las rejas es lo especial de su misión, sin embargo, alguien más apareció, más poderoso, más despiadado que Hyun; su hermano.
Llevan meses intentando al menos tener una foto de él, así que le ofreció un trato a Yeonsoo. Dejaría impunes a los seis chicos a cambio de que ella encuentre al hermano de Hyun. Ella había escuchado historias de la propia boca de Hyun, historias sobre lo despiadado y psicópata que puede llegar a ser. Pero aún así aceptó.
Jae al enterarse de este cambio repentino deacuerdo, enfureció completamente. Su principal objetivo era tener a Hyun y Yoongi tras las rejas de por vida, pero ahora no va a poder. Es por eso que ahora está desesperado buscando respuesta en el rostro lloroso de Yeonsoo. Del tiempo que la conoce nunca la vio así de vulnerable, así de rota ante las palabras de odio de Yoongi al enterarse la verdad sobre ella.
—¡Por favor no vayan! —suplica en sollozos desesperados—. Yoongi... —Lo toma del brazo.
—Por favor, no me toques —murmura—. Sueltame, Yeonsoo. —Su voz suena tan rota que su corazón se oprime cada vez más—. Déjame terminar lo que empezaste.
Dice y sale, uno por uno de los chicos, siguiendo a Jae.
—Namjoon... —Yeonsoo llega a él y lo toma del brazo.
—Suéltame, por favor —dice sin mirarla, Yeonsoo lo mira destrozada ni siquiera pueden verla a los ojos.
—Taehyung... —Toma al último chico que intenta salir.
—¿Cómo pudiste, Yeonsoo? —brama mirándola directamente a los ojos, con el alma en las manos.
—No tenía opción. —Ella reprime un puchero, su labio tiembla y las lágrimas no dejan de caer—. Por favor, no vayan. Jae no los salvará... Por favor...
—¿Sabes que te amo? —Tae sonríe triste, ella solloza y asiente—. Es tanto, que no puedo odiarte, pero ya no puedo confiar en ti.
—Tae, te lo suplico. —Ella se arrodilla.
—Mi corazón siempre te pertenecerá, pero por favor. —Taehyung se acuclilla para llegar a su altura—. Si vuelvo, vete. Solo desaparece de nuestras vidas. Fue suficiente, para ambos.
—Lo siento tanto —solloza y lo abraza.
A pesar de que es a quién más dañó, ahí está, despidiéndose de ella. Taehyung se separa, acuna su rostro y planta un delicado beso en sus labios para salir, detrás de los chicos.
—Yeonsoo... —susurra Hunter detrás de ella con el rostro empapado.
—Ustedes no entienden. —Se reincorpora.
—Si, si te entiendo cielo. —Hunter la abraza sorprendiéndola—. Estoy contigo, sé por qué lo hiciste.
—Lo sé. —Haneul se une al abrazo—. Si Jimin muere, voy a golpearte —intenta bromear pero solo se destruye un poco más.
—¿Por qué no lo detuviste? —Hunter pregunta con el rostro empapado.
—¿Acaso no los viste? —Ríe seca—. Todos tenían esa mirada, de «hoy voy a morir». —Ella ahoga un sollozo—. Tomaron una decisión y lo único que puedo hacer es esperar aquí, a que vuelvan sanos y a salvo.
—No puedo permitirlo. —Yeonsoo se aleja del abrazo de las chicas—. No cuándo luche tanto. No sacrifique tanto para que estos idiotas jueguen a los héroes y mueran. —Entra a la habitación y saca su arma—. Voy a salvar a esos pedazos de mierda. Así me cuente la vida.
—¿Qué vas a hacer sola? —Hunter la sigue de atrás—. ¿Eres consciente de que en ese lugar hay muchas personas armadas y tú eres solo una?
—Si no vas a ayudar entonces no te metas. —La acusa con la mirada.
—Vas a morir y no los vas a salvar —solloza Hane.
Yeonsoo para en seco sus actos y gira a verlas. Están destrozadas, al igual que ella. Es una misión suicida, en la que posiblemente no los salve, pero al menos lo tiene que intentar, así sea lo último que su frágil cuerpo pueda hacer.
Toma una hoja de papel y un lapicero, necesita despedirse de Yoongi de alguna forma, así la odie el resto de su vida, debe despedirse porque ambos lo lamentaran. Mientras su mano se mueve de manera temblorosa sobre el papel, las lágrimas caen en cascada, su corazón se oprime y su cabeza comienza a doler.
—Si no regreso con vida, dale esto a Yoongi. —Mete el papel en un sobre y se lo tiende a Hunter.
—Vas a volver. —Ella retrocede sin tomar el sobre.
—¡Joder! ¡Solo tómalo! —grita exasperada.
Hunter asiente y lo guarda en su bolso. Yeonsoo las mira un segundo, son lo más cercano a una familia que tiene, a pesar de los malos ratos que ella las hizo pasar, ahí están, completamente a su merced. Ella las abraza con fuerza y sale disparando de la casa. Toma el primer taxi que encuentran y antes de darle la dirección Hunter se monta con ella.
—No voy a dejarte sola —dice la rubia colocadose el cinturón de seguridad.
—No seas imbécil, Hunter. Tienes padres, tienes familia, ni siquiera estás involucrada en esto. —Yeonsoo se limpia el rostro—. Se racional y bajate.
—Se nos acaba el tiempo mientras tú hablas. —Hunter la mira decidida, Yeonsoo mira por encima de su hombro, Haneul está en la puerta de la casa totalmente carcomida por los nervios y angustia.
La pelinegra le dedica una sonrisa y asiente, sin decir mucho le da la dirección al taxista y parten camino.
—No vas a entrar, y si es necesario voy a dispararte en la pierna —habla segura—. Estas aquí solo y únicamente para ayudarme desde afuera, si se te ocurre entrar juro que te disparare.
—No te creo —titubea Hunter.
—No me provoques, aún no me conoces bien. —Yeonsoo mira a través de la ventanilla del auto. La noche es hermosa, todo se ilumina de manera armoniosa y la gente que camina por la acera parece feliz y cómoda.
Los envidia, tanta normalidad en su vida parece aburrida pero es el tipo de vida que le gustaría. Con preocupaciones comunes; el que van a comer, pagar una cuenta de factura, los estudios, el trabajo. Nada de eso es normal para ella, pero espera, que después de este día, Yoongi tenga todo eso y más, que sea tan aburrida y patética que su vida esté siempre a salvo.
El taxi estaciona a cinco cuadras del estadio, Yeonsoo le paga y ambas bajan rápido comenzando a caminar en dirección al lugar. Puede ver algunas camionetas de la policía escondidas en los lugares, sin embargo no la pueden detener, porque a parte de esas camionetas, también hay autos con personal de las personas adineradas, que hoy vinieron a apostar. Si la policía interviene, ellos se darán cuenta y darán aviso adentro.
Yeonsoo camina con más rapidez seguida de Hunter que no para de temblar. Tal vez fue mala idea ir, pero ya no puede retractarse. Deciden rodear el lugar y entrar por una de las puertas traseras.
—Quedate aquí. —Yeonsoo le indica a Hunter. Saca su arma y la carga, pero antes de siquiera abrir la puerta dos personas altas y robustas las detienen y las obligan a meterse en una camioneta—. ¡¿Qué mierda?!
Forcejea contra uno de los sujetos, y aunque en otra circunstancia podría haberle brindado varios golpes; en una camioneta no puede hacer mucho más que golpear al aire.
—Tranquila, Goo. —La voz del teniente la asusta. Ella lo mira sorprendida—. Te acabo de salvar de una muerte segura.
—No quiero que me salves, déjame ir se me acaba el tiempo. —Ella intenta llegar a la puerta pero los hombres que anteriormente la forzaron a entrar, la detienen.
—¿Crees que tú sola podrás salvarlos? —Ríe por lo bajo seco.
—Moriré en el intento si es necesario.
—No me hagas reír, Yeonsoo. —El hombre la mira escrutador—. No intentas salvar a nadie, sabes perfectamente que si entras ahí morirás antes de llegar a Isilo y su grupito. —Niega con la cabeza—. Solo quieres morir, a eso viniste y no puedes negarmelo. Quieres sacarte la culpa que llevas por dentro, quieres evitar poder ver de nuevo a Isilo y que te odie.
Yeonsoo no dice nada, cada palabra que sale de la boca del teniente es verdad. Ella no es idiota, sabe que las cosas no iban a salir a la perfección, estaban lejos de eso, porque al final iba a morir y su culpa se iba a enmendar.
—Si realmente quieres salvarlos hay una forma —vuelve a hablar el teniente—. Pero debes tener en claro que tal vez no salgas viva, e incluso que no salga todo bien.
—Vine a morir, así que escucho —responde sin dudar.
—¿Qué? ¡No! —Hunter interviene—. No vas a morir, no lo voy a permitir.
—Hunter, si hay una mínima de posibilidad que yo salve a los chicos, aún si así muero, voy hacerlo. —Acuna su rostro y le sonríe—. Nunca me dio miedo la muerte, siempre le temí a vivir.
—Pero...
—No espero que lo entiendas, Hunter. —Pasa su vista a los ojos fríos del teniente—. ¿Qué debo hacer?
—Entraras y llamaras la atención de todos, necesito que en especial Hyun te vea.
—¿Por qué él?
—La misión de atrapar a todos aquí es de Jae, si bien yo la dirijo, Jae es el idiota que debe atrapar a esta gente. —Carraspea—. Yo voy por alguien más, esta gente solo trafica y demás, pero a quien yo quiero es un asesino en serial; no tengo fotos de él. Es un puto fantasma.
—¿Cuál es el punto de que Hyun me lleve?
—Ante la desesperación de todo, esperamos que se sienta lo suficientemente acorralado para pedirle ayuda a su hermano, y así lograr aunque sea obtener una fotografía.
—Soy el cebo.
—Si lo quieres llamar así. —Se encoge de hombros—. Debes asegurarte de que te lleve con él.
—¿Porqué creen que me va a llevar y no se va a salvar solo?
—Es Hyun, su mundo gira alrededor de ti.
—¿Cómo salvará a los chicos el que Hyun me lleve? —Yeonsoo frunce el ceño.
—Le dije a Jae que no podía tocarlos, por lo que en cuanto los vean entrar ellos tienen órdenes de tirarse al suelo de inmediato.
—Se iban a salvar de cualquier forma. —Yeonsoo ríe seco por lo bajo, ahora entiende que solo está siendo usada.
—Nuestro trato cambió cuando prometiste traerme al hermano de Hyun, esta es tu oportunidad. De lo contrario meteré a todos, incluyendo a la enfermera y esta rubia de por vida a prisión.
—De acuerdo, ¿cómo les aviso dónde estoy?
—Te pondrán un rastreador en la chaqueta. —Un hombre se acerca con un pequeño dispositivo—. Pero antes colócale un chaleco.
Le tiende un chaleco y ella se desviste sin vergüenza quedando solo es sostén, de coloca el chaleco y luego vuelve a vestirse. Le colocan el dispositivo en la parte de adentro de la chaqueta.
—Si te disparan en el pecho vivirás.
—Ellos siempre disparan a la cabeza. —Ríe Yeonsoo, los conoce a la perfección. No son personas que se arriesguen—. Cuiden a Hunter por mí, y si algo me sucede por favor cuida a Yoongi.
—Yeonsoo... —Hunter intenta detenerla de nuevo, pero ella ya se ha bajado de la camioneta dispuesta a enfrentar a todos.
Llega a la puerta trasera donde un hombre la detiene de inmediato. Yeonsoo le anuncia ser la acompañante de Hyun y el sujeto ma examina. Sabe que le conoce. Sabe que le reconoció desde el primer segundo, pero también es consciente sobre todas aquellas cosas que dijeron sobre ella. Los rumores sobre su muerte, que le había dejado por otro y hasta sobre que había dejado el país. El tipo sonríe casi con malicia y se hace a un lado para dejarle pasar. Yeonsol agradece que no se le haya ocurrido registrarla.
Ingresa por la puerta trasera y camina por un largo pasillo estrecho, dónde probablemente muchas personas van a querer escapar. Llega hasta un vestuario, dónde logra ver a Yoongi salir directo al centro del estadio, ella intenta llegar a él pero una enorme mano la detiene.
Yeonsoo gira furiosa por no dejarla alcanzarlo.
—Aun no —dice el mismo hombre que antes la metió a la camioneta. Es claro que viene a vigilar que ella no vaya hacer nada que perjudique toda la misión.
Se sienta en una banqueta a esperar, puede sentir el bullicio de la muchedumbre, es probable que Jungkook esté matando a golpes a Yoongi y él se este dejando. La intriga de la pelea la carcome. Sin embargo, es lo suficientemente cobarde para no ver lo que pasa en medio del ring. No puede ver cómo los golpes colisionan contra el rostro del hombre que ama. No es capaz de ver cómo le arrebata la vida pedazo a pedazo.
—Es hora. —El hombre saca un arma y abre la puerta para que ella salga.
—¿Tu qué harás? —Yeonsoo toma con ambas manos el arma personalizada que tanto la caracteriza.
—Me aseguraré que nadie se interponga en tu camino. —Asiente.
Yeonsoo suspira, le es inevitable pensar que tan lejos tuvo que llegar. Se suponía que sería fácil, solo debía llegar hasta este momento y entregarlos a todos, sin rencores, sin sentimientos de por medio, sin nada que la detenga de su futura libertad. Pero se enamoró, y al final ese insignificante sentimiento terminó por cambiar todos sus planes.
Ella asiente en su dirección y camina hasta el centro del lugar, dónde las únicas luces están en dirección al ring del medio.
Yoongi se encuentra de rodillas, con el rostro ensangrentado y las manos juntas. Dispuesto a morir en ese preciso momento. Las ganas de subir al ring y llenarle el cráneo de plomo a Jungkook es tan grande que el hombre que la acompaña debe tomarla del brazo para calmar el temblor de su cuerpo.
Jungkook se aleja y es entonces que ella se da cuenta, que finalmente lo va a dejar ir. La pelinegra comienza a llorar inconscientemente. Se para cerca de Hyun, sin que pueda verla y apunta al techo.
Respira profundo, mirando los ojos de Yoongi. Sintiendo todo el tiempo detenerse en ese preciso momento. Su respiración sale en bocados pesados. No puede evitar sonreír y como si se tratara de una mala jugada de su mente, visualiza a Yoongi siendo feliz con alguien más. Cocinando. Frustrado por las cuentas. Cansado de un largo día laboral. Gritando contra un protagonista de alguna película palomera que no lo escuchará nunca. Siendo Min Yoongi.
—Te amo, Yoongi —susurra cómo si él fuera capaz de escucharla y entonces dispara.
La muchedumbre silencia unos segundos pero tan rápido como lo hace, enloquece. Yeonsoo mira fijamente a Yoongi, quién está atónito por verla justo ahí.
Ella puede ver cómo intenta razonar con Jungkook, pero al ver que nada sucede lo golpea en la cabeza provocando que se desmaye. El equipo SWAT entra por las puertas delanteras bloqueando las traseras.
—¡Tú vienes conmigo! —Hyun grita sobre el ruido de la muchedumbre. La toma por la espalda y comienza a arrastrarla lejos de la multitud enloquecida.
—¡Déjala! —Seokjin aparece por detrás golpeando a Hyun.
—¡¿Qué haces?! ¡Vete! —Yeonsoo entra en pánico al ver que el pelinegro puede arruinar todo el plan.
—Tu también vienes. —Hyun le apunta a Seokjin quien levanta las manos asustado. Empuja a los dos chicos y logra sacarlos por la puerta trasera, es increíble el poder del teniente para habilitar esa puerta únicamente para que logre escapar Hyun con ella. Una vez que cruzan la puerta, puede ver como el hombre que la ayudaba ceya la puerta para que nadie más pueda escapar.
Hyun estaciona de manera brusca cerca de un almacén que fue cerrado hace menos de dos años, se creía que tenía nuevo dueño pero al entrar está completamente vacío. Los obliga a sentarse y con una cuerda une las manos de ellos al rededor del pilar. Saca su móvil y luego se lo coloca en el oído.
—¡Estoy en problemas! —se golpea la cabeza con el arma cerrando los ojos con fuerza. Totalmente atormentado, comienza a caminar de un lado a otro—. ¡No lo entiendes! ¡Van a encontrarme! ¡Ven por mí, joder! —grita abrumado, en su voz se puede notar la desesperación y pánico que están a flor de piel.
Yeonsoo siente una ola de calor al darse cuenta que los chicos están bien, y ahora Hyun está logrando sacar a su hermano de su escondite. Si todo sigue su curso, pronto estará abrazando a Yoongi, y rogando su perdón.
Mira por la ventana de las puertas de chapa.
»De acuerdo, apúrate —masculla y corta, tira el móvil al suelo y le dispara al menos tres veces despedazando el aparato—. Si se mueven les vuelo los sesos. —Hyun amenaza y se va, para verificar que en realidad no hay oficiales acorralándolo.
Yeonsoo observa meticulosamente el lugar, a unos cuantos pasos hay un enorme tanque de gas, probablemente antes fue una fábrica. Hay tres salidas, por donde entraron, detrás del tanque y otra por la que Hyun salió, pero esa está demasiado lejos.
—Déjalo ir, Hyun. —Yeonsoo se dirige directamente al azabache—. No lo quieres, ni siquiera lo necesitas. Déjalo ir.
—¡No! —Se golpea la cabeza con el arma—. ¡Irá a la policía! ¡Sabe donde estoy!
—¿Y crees que ellos no lo saben? —Yeonsoo lo mira obvia—. Mientras hablamos rodean el lugar, listos para entrar y llenarte de plomo.
—¡CÁLLATE!
—Déjalo ir, y vayámonos juntos. —Hyun la mira absorto. Jin frunce el ceño ante las barbaridades que dice.
—¡No es cierto! —Niega con la cabeza sin frenesí—. Mientes.
—Por supuesto que no, si me quedo me matarán, iré a la cárcel. —Ella suspira—. No quiero morir.
—¡CÁLLATE! —La golpea con la culeta del arma—. Intentas engañarme, pero no te haré caso.
—No seas imbécil, Hyun. —Yeonsoo siente como el líquido metálico y espeso se desliza por su frente producto del fuerte golpe—. Podemos usarlo como señuelo. Déjalo ir y vámonos.
Hyun parece pensarlo unos minutos, está tan desesperado que sería capaz de todo por salvar su cobarde y patético pellejo.
—Mírame, Hyun —lo llama—, Mírame. —El azabache la mira totalmente consumido por el pánico—. Amor, no me dejes morir. ¿Recuerdas lo que dijiste? Siempre vuelvo a ti, es verdad, siempre termino contigo porque eres mi hombre, eres mi alma gemela. —Hyun suaviza su mirada y es entonces que Yeonsoo sabe que mordió el anzuelo—. Déjalo ir, y vámonos. Aún tenemos tiempo, podemos irnos lejos, a dónde tú quieras. Solo los dos, siempre fuimos nosotros dos.
Hyun tiembla en su lugar y asiente.
—Si conduces a la policía aquí la mataré —le dice a Jin mientras desata la cuerda.
El corazón de la azabache salta con violencia, Jin solo debe salir del lugar para que ella por fin termine lo que empezó.
—No voy a irme sin ti —menciona con la voz temblorosa.
—¡Vete! —chilla Yeonsoo desesperada, si Hyun lo ve dudar va a dispararle—. ¡JODER! ¡VETE PEDAZO DE MIERDA!
Grita con los ojos cristalizados. Jin sabe que en realidad le suplica, asiente y antes de que Hyun cambie de parecer sale corriendo por las puertas que entraron.
Yeonsoo deja salir todo el aire acumulado, sus ojos se relajan y las lágrimas salen. Ahora está a salvo y no importa que pase, ella por fin podrá estar en paz.
Hyun la desata y ella cae de rodillas al suelo sollozando. Los recuerdos comienzan a aparecer en su cabeza como una vieja película romántica. Se siente patética pero totalmente agradecida. La sonrisa del pelinegro de mirada felina aparece en sus recuerdos acogiéndola de una manera cálida. Puede escuchar su risa seca, su ronca voz por las mañanas e incluso cuando grita por un juego. Puede oler su comida, el perfume tan habitual de él, y hasta la perfecta combinación de cigarrillo y crema para afeitar. Como si fuera una mala jugada de su mente, recuerda aquella ocasión en la que lo vio afeitarse mientras tarareaba alguna canción, ella se acerco divertida y se sentó sobre el lavabo, le quito la rasuradora y comenzó a afeitarlo cuidadosamente sin cortarlo. También, en aquella ocasión en la que ella lloró por una idiota película romántica, él se burlo de ella por al menos tres días.
—¡¿QUÉ HACES?! ¡PERDEMOS TIEMPO! —Hyun grita tomándola de los brazos, pero ella hace peso muerto cayendo nuevamente de rodillas al suelo—. Me engañaste —susurra incrédulo Hyun.
Yeonsoo saca las palabras más dolorosas de su cuerpo, aquello que siempre le quiso decir, aquello que quemaba contra su piel. Por fin siente su alma arder de alivio, puede respirar con tranquilidad, aunque todo a su alrededor se esté cayendo a pedazos.
—Voy a matarte. —Le apunta desde una distancia prudente. Pero su voz delata la duda.
—¡Hazlo! —Ella se acerca y coloca la punta del cañón en su frente—. Estoy entera, y aunque vuelves mi cabeza, seguiré entera. Porque haya afuera. —Señala la puerta por donde salió Jin anteriormente—. Hay alguien que me recordará feliz, me recordara completa, llena de amor, algo que tú jamás veras.
—No lo creo. Te llevaré conmigo. —Hyun la toma del brazo y la obliga a caminar, pero ella se resiste tanto que no lo deja avanzar—. Si yo muero, tu también.
—Termina con esto.
—Eres una hija de puta. —Se acerca a ella y la golpea con el arma tirándola al suelo—. Solo juegas conmigo, todos creen que yo soy el desalmado pero siempre serás tu. Te lo di todo. Eras una reina a mi lado y ahora no eres más que el estiércol de un grupo de personas.
La puerta delantera es golpeada con brutalidad. Hyun no duda un segundo y toma a Yeonsoo por detrás colocando el cañón en su sien. Pero antes de que cualquiera entre, saca una navaja de su bolsillo colocándola en el cuello de ella. Yeonsoo abre los ojos sorprendida y ve la alta y esbelta figura de Jae entrando apuntando directamente en dirección de los dos.
—Si das un paso más, pintaré el piso de su sangre. —Presiona más el cañón contra la cien de Yeonsoo.
—Dispara, Jae —dice Yeonsoo segura. Él niega y da dos pasos más dejando entrar a cuatro chicos que conoce a la perfección. Todos llevan armas y apuntan hacia una sola dirección. Yeonsoo solloza y sus ojos se cristalizan en el momento que cruza mirada con Yoongi. Se ve seguro y desesperado al mismo tiempo.
—Déjala ir —habla Yoongi.
Jimin y Taehyung se mueven hacia la izquierda, mientras que Namjoon y Hoseok lo rodean por la derecha. Nunca los había visto de esa manera, con armas y completamente aterrorizados y seguros al mismo tiempo.
Hunter ve como delante del almacén llegan camionetas llenas de personas, el escuadrón SWAT, rodean el pequeño almacén cortando las cadenas de las puertas traseras. No hay escapatoria para Hyun, la única forma de escapar de ahí, es en una bolsas de la morgue.
—¿Qué va a pasar con Yeonsoo? —le pregunta atemorizada al teniente.
—Hijo de puta, Jae jodio todo —escupe con desprecio—. Si no hubiese aparecido, tal vez el hermano de Hyun hubiera llegado. ¡Joder!
—¿La dejarás morir? —Hunter titubea, tiene la necesidad de entrar y sacar a la pelinegra de ahí a como de lugar.
—Ella sabía donde se metía, es mejor que nos vayamos. —El teniente le hace una seña al conductor.
—No, debe salvarla.
—Ella de cualquier forma está muerta.
Hunter frunce el ceño y logra bajarse de la camioneta sin antes tomar un arma cargada del asiento donde se encuentra, comienza a correr en dirección al almacén por una de las puertas traseras. Entonces, todo sucede de manera lenta.
Yeonsoo se suelta del agarre de Hyun e intenta llegar a Yoongi pero dos disparos colisionan en su espalda tirándola al suelo. Yoongi ahoga un grito al ver como el menudo cuerpo de ella cae al suelo. Jae corre con Yoongi a cuestas como puede y antes de que él se atreva a entrar. Hunter le dispara en la espalda a Hyun y llega hasta Yeonsoo.
Los dos disparos colisionaron contra el chaleco.
—¡LEVÁNTATE! —le grita la rubia a la pelinegra que intenta tomar aire como puede.
Hunter puede ver como Hyun intenta llegar a su arma por lo que hace acopio de todas sus fuerzas y logra arrastrarla hasta la puerta por donde entró, justo a tiempo para cuando Hyun se atreve a dispararle al tanque de gas, intentando que mueran todos.
La explosión provoca que ambas caigan al suelo.
Yeonsoo siente como una gran parte de su espalda es quemada por la explosión, y sin poder aguantar más el dolor, es sumergida en un profundo sueño, cegando todo lo que pasa a su alrededor.
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