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47

Un día antes

Yoongi aprieta la mandíbula con fuerza al ver como aquel chico besa los labios de la pelinegra, le causa más estragos de lo que creía. Sin embargo, se siente consolado ante las palabras que salieron de la boca de Yeonsoo; es claro que es una despedida, y aunque le hubiese gustado que ella lo amenace y le grite, no puede obviar espabilar aquel capricho.

La enfermera decide echarlos, y Jungkook sale sonriendo en dirección al pelinegro que evita su mirada.

Yoongi sale detrás de Jungkook, dispuesto a tener una larga charlas y golpear al sujeto. Los recuerdos de aquel día en el que decidieron ir a la pelea, aunque Yeonsoo les había suplicado que no, le invaden pero, sobre todo, cuando Taehyung decidió hablar a solas con él, confesándole que había besado a su novia. Al parecer todos creían que por tener una historia con ella, podrían probar sus labios. Y la realidad es que no era aquello precisamente lo que le molestaba, sino el no poder golpearlos, porque ella les correspondía.

Es consciente que la pelinegra lo ama y que nadie podrá quitarle aquél lugar, no obstante sus celos primitivos le hacen alguien sumamente caprichoso a la hora de que ella se relacione con alguien más. O tal vez sea el simple hecho de que Jungkook fue mucho más que besos apasionados. De cualquier forma, no puede pensarlo demasiado, debe decirle que mantenga su boca fuera de ella.

Sin embargo, una mano lo toma del brazo y lo obliga a detenerse, Taehyung niega con la cabeza en desaprobación.

—Suéltame, no te metas. —Yoongi se zafa del agarre en un acto bruto.

—Golpearlo no borra aquel beso, ni mucho menos lo que ella siente. —Suspira pesado—. Deja de golpear a las personas, Yoongi.

Él ríe seco y niega incapaz de contener su ira. Es entonces que decide salir por un poco de aire. Llega hasta su auto y se afirma con ambas manos, tirando su peso hacia delante. Su mente está cansada, mucho más que sus músculos. Ya no recuerda cuando toco una cama y durmió hasta cansarse, ni el momento en que lo único que le preocupaba era abrir el bar a tiempo. Su vida comenzó a ir en picada mucho antes de que ella apareciera, incluso mucho antes de que la conociera. Solo que ahora puede ver la realidad.

Mira dentro del vehículo para quitar cualquier prenda innecesaria así pueda trasladar a la menuda mujer a su departamento. Abre la puerta y comienza a ordenar todo en su lugar, apilando ropa en la parte trasera, guardando algunos papeles en la guantera, y limpiando las manchas de sangre que hay en los asientos. Ni siquiera se percató que había tanta en el suelo y en el cuero de los asientos.

Un sobre le llama la atención, Yoongi lo toma entre sus manos y se sienta en el copiloto aún con la puerta abierta. Letras recortadas forman una oración que le provoca mareos, sin embargo lo que en realidad revuelve su estómago es ver la fotografía de la castaña embarazada, atada a una cama, golpeada y sucia.

Cierra los puños con fuerza al mismo tiempo que su móvil suena. En el identificador aparece la palabra desconocido. No necesita ser un genio para saber quién está del otro lado, por lo que respira profundo para tranquilizar la furia que crece en su interior y atiende.

—¡Isilo! —chilla una voz distorsionada—. ¡El gran Isilo! Tenía tanto respeto hacia ti, con todo lo que se decía en las calles. Joder, temía hacerte algo por miedo que fueras un puto zombie y me matarás, quiero decir, no es la primera vez que alguien intenta matarte —dice eufórico, como si le causara alguna clase de diversión y admiración hablar con él—. Quiero verte pero, sobre todo, quiero probarte. Necesito saber si tu sangre sabe diferente a las demás.

—Jodido enfermo —farfulla con la mandíbula apretada.

—Sí, demasiada charla. —Su voz cambia por completo—. Lo siento, Isilo. Hablemos de negocios.

—No voy a darte a Yeonsoo, sé que no eres tan imbécil para pedirme algo así. —Decide neutralizar su voz, después de todo no puede demostrar cuanto en realidad le afecta toda la situación—. Así que dime qué demonios quieres.

Ghots ríe sonoro, cómplice de lo que dice.

—Por eso eres mi favorito, Isilo. Pero tienes razón, no quiero a Yeonsoo, no entiendo por qué tantas personas se pelean por ella, es tan vulgar... tan famélica e impura.

Yoongi cierra los ojos con fuerza, conteniendo las ganas de gritarle. Está cansado que la vean de aquella manera, le causa asco y repulsión que solo la vean como su pasado y no como una persona.

—Solo dilo.

—Te quiero a ti. —Su voz sale en un susurro hueco, como si toda humanidad hubiese escapado—. Quiero que tomes el lugar de ella, y así dejaré libre a Haneul.

—No confío en ti, es un juego del que no formaré parte. —Niega con la cabeza el castaño—. Por tu puto juego, Jimin está...

—Muerto —completa, es entonces que él frunce el entrecejo. Es claro que Ghots está más cerca de lo que cree, pero no lo suficiente para que sepa el estado actual del castaño. Así que puede tachar algunos nombres de su lista mental que, en algún momento, pensó que podría ser Ghots. O puede que simplemente finja para que caiga en su juego.

Yoongi pasa su mano libre refregado su rostro con genuina frustración. Lo que piensa comienza a perder sentido común, ni siquiera confía en él mismo.

—¿Es un trato? —Yoongi calla, no puede caer en sus juegos, pero tampoco puede solo pasarlo por alto. Hay una posibilidad de que Haneul esté a salvo y debe tomarla, porque se lo prometió a Yeonsoo—. Y para que veas que no soy tan desalmado como crees, te daré este día para pensarlo. En cuanto amanezca deberás tomar una decisión o Haneul volará en pedazos.

La llamada acaba. Yoongi comienza a dar puñetazos contra el asiento, preso de la furia y la desesperación. 

Jungkook camina hasta su motocicleta, dispuesto a irse al departamento que antes compartía con Yeonsoo y así tomar un poco de ropa para ella. Está consciente que Yoongi no la dejará sola, y aunque en otra ocasión le hubiese molestado, ahora solo quiere que ella esté tan cómoda como pueda, puesto que en su condición no podrá hacer mucho esfuerzo, y la única forma que salve a Haneul es que logren dar con Ghots antes de que la lastime.

Frustrado toma el casco, sin embargo, de él cae un sobre blanco. Jungkook cierra los ojos con fuerza. Sabe que aquello contiene, es probable que sea a lo que más le tema en el mundo. Por eso no se atreve a abrirlo, solo se queda ahí, observándolo a detalle, como si quisiera desaparecerlo con la mirada. Ama a Yeonsoo, sacrificaría a cualquier persona por ella, solo que no puede obviar todo el amor que siente por Haneul. No puede simplemente fingir que mientras Yeonsoo esté a salvo todo está bien porque no es así. En algún lado de la cuidad se encuentra Haneul en mano de un psicópata sin rostro.

Su móvil comienza a vibrar y lo toma, sin ver el identificador de llamadas.

—Oh, Chidta —saluda esa voz distorsionada—. No estés triste.

Jungkook arruga el ceño y observa toda la playa de estacionamiento, pero hay demasiados autos y personas caminando de un lado a otro para que pueda verle, a estas alturas, cualquiera de ellos podría ser Ghots.

—Solo, déjala ir —susurra cansado Jungkook, sintiendo su corazón volcar—. Te daré lo que quieras, pero déjala ir.

—¿Todo? —dice atento—. ¿Incluso a Yeonsoo y a Yoongi?

Jungkook calla, mordiendo su labio inferior con fuerza a tal punto de saborear el líquido metálico en su boca. Podría entregarle a Yoongi, incluso sin pestañar, pero cuando se trata de ella, no puede.

—Amas a Yeonsoo, eso es un hecho. —Vuelve a decir—. ¿Pero más que a Haneul?

—Puedo entregarte el mundo entero, y no me darás a Haneul, así que no juegues conmigo. —Carraspea, su voz suena débil y triste.

—Sí, solo hay algo que tu no entiendes aún —manifiesta—. Tu no estabas ese día, tu no mataste a Hyun, de hecho, tu trabajabas para él, por lo que prácticamente eres de mi equipo. No voy a tocarte, y es por eso que no he tocado a Haneul... aún.

La respiración se atora y sus manos comienzan a sudar, había olvidado por completo aquella etapa de su vida. Y aunque podría utilizar su pasado para salvar a Haneul, no es capaz de sacrificar a Yeonsoo.

»Cuando comenzaste a trabajar con Hyun, le hiciste prometer que no tocarían a la enfermera, y así fue durante un tiempo. —No es necesario verlo para poder escuchar su sonrisa—. Pretendo seguir con su promesa. No puedo obviar el hecho de que ella también es mi pase directo para destruir a Yeonie e Isilo. Es por eso que estoy dándote esta oportunidad.

—Yo...

—No voy a jugar contigo, Chidta. Si en realidad quieres a Haneul me entregaras a ambos. —Su voz se torna seria y tosca.

—De acuerdo —dice cerrando sus ojos, sabe que se arrepentirá el resto de su vida, pero no puede poner en peligro a Haneul, no ahora que sabe sobre su embarazo.

—Sabía que podía contar contigo. —Ríe seco.

—Ellos se darán cuenta. —El nerviosismo se apodera de su sistema a tal punto de que sus manos tiemblan.

—No te burles de mí, Jeon. Está todo arreglado, solo asegúrate de que ambos estén completamente solos al amanecer. —Hace una breve pausa—. Y para cuando se cumpla el medio día recibirás una llamada de Haneul con vida, sana y salva.

—Si no cumples con tu palabra...

—No me amenaces —lo corta—. No somos amigos, y si pudiera, metería un cuchillo en su cuello hasta verte morir, solo que Hyun te apreciaba. No me falles, Jungkook. No soy una persona con la que puedas jugar.

Entonces finaliza la llamada. Jungkook cierra los ojos con fuerza. 

—¿Qué hiciste, Jungkook? —se susurra así mismo.

⭒❀⭒

—No entiendo qué demonios hacen aquí —manifiesta Yoongi mientras enciende la calefacción. Después de aquella llamada, decidió pensarlo durante todo lo que quede del día, pues no se trata solo de actuar como héroe y dejarla por completo sola; puesto que Ghots podría ir tras ella al final del día, y él no estaría para protegerla.

—¿Celoso, Min? —bromea ella.

—¿De Taehyung? —Ríe burlón—. Ya quisiera que lo viera como rival.

—¿Ves cómo rival a Jungkook? —Suena más sorprendida de lo que esperaba.

—Jungkook —calla—, él es especial para ti, y viviste cosas a su lado que nunca podré superar. No lo veo como rival, pero odiaría que él signifique más para ti de lo que creo.

—Te amo, Yoongi. —Frunce el ceño—. Creo que no hay nada más poderoso que amar a alguien, tu significas para mí de lo que nunca cualquiera podrá.

—Gracias. —Hace un puchero involuntario. La realidad de aquella inseguridad es que una parte de él desea que al salir del departamento directo a las manos de Ghots, Yeonsoo pueda continuar con una vida normal y aburrida como tanto quiere.

Es por eso que necesitaba escuchar aquellas palabras, puesto que la idea de que lo suelte antes de irse lo tortura. Sabe que Taehyung la protegerá solo que no está tan seguro de Jungkook, con él hay historia y en su ausencia podría querer retomar aquello. O solo está siendo paranoico. Su móvil suena en toda la estancia, Yeonsoo corre directo a la habitación y luego al cuarto de baño.

Yoongi no lo duda ni un segundo, no puede obviar el hecho de ver un sobre idéntico en su mesa de luz, antes. Sabe de quién es, por lo que es aún más consciente de lo que intenta jugar Ghots. Corre hasta la habitación y abre el sobre leyendo todo lo que hay dentro. Su corazón da un vuelco y debe cerrar los ojos para evitar vomitar. Vuelve a dejarlo en su lugar y se apresura a caminar a la cocina donde antes estaba, fingiendo que no vio lo que en realidad ya quedó tatuado en su mente.

Yeonsoo ni siquiera se da cuenta de que él la vio, y eso le asusta porque si ella no puede decirle sobre aquel sobre, significa que está a punto de hacer exactamente lo mismo que él: sacrificarse. Su corazón da un vuelco al entender que no importa cuánto pase el tiempo, Yeonsoo siempre se colocara entre él y una bala, incluso si no quiere, incluso si ya no puede seguir haciéndolo, incluso en su ausencia.

Yoongi camina hasta la habitación y golpea ligeramente.

—¿Quién? —grita del otro lado.

—Amor, ¿estás bien? —Yoongi suaviza su voz. Puede sentir dos penetrantes miradas sobre su espalda. No está dispuesto a pelear ahora, no con ellos.

—Sí, solo estaba intentando... —calla, segundos después la puerta se abre.

—¿Y ese olor? —Yoongi se acerca hasta la ventana abierta es evidente que ha quemado algo, entonces lo ve como aquel papel cae envuelto en cenizas.

—Era una carta, de Jungkook —miente—. Ya no existe.

Yoongi suspira pesado. Aquellos pensamientos sobre ella volviendo a arriesgarse por él, eran ciertos. Ella fue capaz de mentirle en el rostro, una vez más, para protegerlo. Le gustaría poder decirle que no es necesario, que ahora le toca a él protegerle, sin embargo decirle sería una pelea innecesaria que nunca terminaría. Por eso decide callar.

—Hice algo de comida.

—Estoy cansada, Yoongi. Déjame descansar un poco. —Se sienta en el borde de la cama.

—De acuerdo, Jungkook encontró el centro de menores dónde ingresaron a Hyun cuando era niño, tal vez podamos llegar a su familia y a su hermano. —Se acerca a ella y deposita un beso en su frente. Ella asiente y se recuesta para que Yoongi la acobije—. Descansa.

Al salir, cierra la puerta detrás de él, Taehyung frunce el ceño y se acerca.

—¿Sucede algo? —Se cruza de brazos sobre el pecho.

—No, solo está cansada. —Yoongi deja salir todo el aire acumulado—. Y yo también.

El día comienza a transcurrir lento, casi tortuoso. Aquellos expedientes no los llevan a nada, y ya han llamado a todos los orfanatos en donde Hyun estuvo, pero no hay registros de un hermano. De hecho hay una gran posibilidad de que no sea hermano de sangre, sino de aquellos que te haces en la infancia y no quieres perder. Lo que complica aún más las cosas, pues los profesores y mentores de ese entonces en su mayoría están muertos, y los demás tiene algún deterioro mental. Es un laberinto sin salida y mientras más pasan las horas, más Yoongi se convence de ser el juguete de tortura de Ghots.

Por otro lado, no ha dejado de pensar en Yeonsoo y en cómo podría salvarla. Puesto que le conoce tanto que teme, porque en cuanto sepa que se entregó por ella y Haneul, no se lo perdonará, ni siquiera descansará hasta encontrarlo aún si así sea en una bolsa de la morgue.

Taehyung es el primero en dormirse, Jungkook decide tomarse un respiro y camina hasta la nevera para sacar dos cerveza, le tiene una a Yoongi y él se acerca a la ventana para mirar el gran paisaje nocturno que le brinda la cuidad.

—Ghots me contacto —suelta el pelinegro sorprendiendo a Yoongi—. Te quiere a ti y a Yeonsoo a cambio de Haneul.

Este se gira y lo encara, pero a diferencia de antes, está tranquilo lo que sorprende a Jungkook. Esperaba a que Yoongi le lanzara con la misma cerveza de sus manos. Y en vez de eso, solo se quedó mirándole con el entrecejo neutro.

—¿Ya lo sabías? —murmura confundido.

—Sí —asiente tomando del líquido amargo—. También me contactó, y a ella.

—Sabes que si vas, no me dará a Haneul. —Suspira pesado—. No tengo intención alguna de entregar a Yeonsoo, mucho menos a ti si no tendré a Hane de vuelta.

—No tengo otra opción. —Yoongi suspira, mirando aquella puerta, donde del otro lado yace una dormida Yeonsoo—. Ella está dispuesta a entregarse.

—Podríamos tenderle una trampa. —Jungkook se encoge de hombros—. Creo que a estas alturas ella esta... —calla. Yoongi sabe lo que piensa el pelinegro—. Al menos podemos atraparlo.

—Realmente deseo que Haneul aún respire. —Yoongi mira el suelo, arrepentido de todas las palabras que alguna vez hirieron a la castaña.

—Yeonsoo no puede saberlo, porque no aceptará ponerte en riesgo, aún si es para atrapar a Ghots —confieza Jungkook dando un gran sorbo de cerveza.

—¿Por qué me ayudas?

—No lo hago por ti. —Suspira—. Estuve a punto de en verdad entregarte. Solo que no pude, la quiero demasiado y si le hiciera algo así jamás me perdonaría. No soy tan idiota como para caer en los juegos de Ghots. Aunque admito que sabe jugar con las palabras, porque me convenció.

—Gracias por decirme. —Yoongi intenta sonar amable, sin embargo, su tono tosco delata cuanto le afecta. El pelinegro solo se encoge de hombros pestañando con rapidez para ahuyentar las lágrimas que amenazan con salir.

No puede sentirse más identificado. Perder al amor de su vida, fue lo más doloroso que él vivió. Aquella agonía y sufrimiento es algo que nada puede sacar, ni siquiera atrapando al asesino.

—De acuerdo, esto haremos. —Entonces Yoongi comienza un detallado y poco práctico plan para tenderle una trampa a Ghots.

Al principio, Jungkook parecía dudar de cada detalle, pues Yoongi siempre fue alguien directo y poco misterioso a la hora de enfrentarse a alguien, siempre iba de frente, cargando un arma, dispuesto a terminar todo en ese preciso momento, sin embargo, eso no funcionaría con Ghots. Pues nadie que le ha visto el rostro salió con vida, a excepción de Hunter, que según les dijo el castaño no recuerda absolutamente nada de esa noche, ni lo que le sucedió, ni quien es Ghots, por lo que, Yoongi debía salir de aquél secuestro con información valiosa, y no lesionado.

Jungkook le entregó un collar a Yoongi donde tenía un micrófono insertado, no podía darle un auricular, puesto que en cuanto Ghots lo retuviera, sería lo primero que revisaría, pero aquél aparato es lo bastante pequeño, como para fingir ser un simple collar de diamante, que antes era utilizado por Yeonsoo.

Cuando todo estuvo de acuerdo Jungkook se recostó en el sofá a descansar. Se suponía que Yoongi debía hacer exactamente lo mismo, pues el día siguiente sería una verdadera tortura, sin embargo no pudo. Había una alta probabilidad de que todo fallara y él terminara sin vida, fue por eso que decidió tomar algunas cosas de su departamento y viajar hasta aquella terraza del almacén para armar una pequeña fogata, y una improvisada carpa llena de cojines.

Volvió al departamento y se duchó, dejando que el agua se llevase toda la suciedad de su cuerpo, los malos pensamientos y las tensiones del día. Estaba decidido, ya no debía abandonar a su novia en un acto heroico fallido, solo debía buscar la identidad de Ghots, para atraparlo y dejar que los miembros del departamento se encarguen de él.

Salió de la ducha y se vistió rápido, observó el sereno rostro de Yeonsoo durmiendo. Aquello era algo que amaba, pues no era como en las películas mostraba, la pelinegra en realidad es un desastre para dormir, desde desparramarse por toda la cama hasta dejar su boca un poco abierta. A veces, e incluso, solía hablar dormida. Al principio le había causado miedo, pero al pasar el tiempo y acostumbrarse a ella era lo que necesitaba para dormir. Cuando tenía pesadillas, solía acurrucarse y no moverse.

Con un ligero movimiento en sus brazos le hace abrir lento los ojos, encontrándose con el pelinegro.

—¿Sucede algo? —susurra adormilada.

—Ven, quiero mostrarte algo. —Le tiende la chaqueta.

Así es como Yoongi logra sacar a la manuda mujer del departamento, y la dirige directo a la terraza donde ya está todo preparado.

En ese momento, nada le importaba, solo quiere tener un último momento con ella, espera que al anochecer del día siguiente este junto a Yeonsoo, y de no ser así quiere que ella recuerde el resto de su vida, esta noche.

Por eso, le pidió que vivieran juntos porque en realidad anhela que todo salga a la perfección, es por eso mismo, que le pidió que fuese su esposa sorprendiéndola. Yeonsoo asiente incapaz de verlo al rostro. Yoongi sonríe de lado y cuelga aquél collar en su delgado cuello. La abraza por los hombros y besa su cabeza. La pelinegra deja que su cabella se afirme contra el pecho de Yoongi, y es entonces que se permite llorar, dejando que la tristeza, la emoción y la desesperación los hagan sus prisioneros. Yoongi sabe que ella está despidiéndose de él, y le gustaría poder calmar aquel dolor al decirle que no es necesario, que nunca más tendrá que correr por él, ni ser dañada. Que para cuando finalice el día de mañana, todo habrá terminado.

Sin embargo, no puede.

Yeonsoo se separa de él, lo toma del rostro y une sus labios en un beso húmedo. Yoongi frunce el entrecejo e intenta evitar que un sollozo se escape de su garganta, se siente tan expuesto.

—Vamos a casa, amor. —Yoongi se separa con cuidado y une sus frentes—. Terminemos con esto de una vez, y volvamos a casa.

Después de una hora y media, ambos se encuentran entrando al departamento, Yoongi toma un vaso de agua y disuelve un calmante, para que así cuando Yeonsoo despierte, todo haya terminado y no tenga que pelear ni luchar contra nadie. La pelinegra toma aquella agua y se duerme casi de inmediato. Mientras Yoongi le abraza por los hombros incapaz de soltarla, incapaz de dejarla, porque sabe lo que se siente perder su otra mitad, porque aquel dolor será inevitable en ella, porque la ama.

⭒❀⭒

Al amanecer, Yoongi besa la frente de Yeonsoo y sale del departamento seguido de Jungkook, pues sabe que si lo piensa una vez más, se arrepentirá.

El sonido de una llamada entrante los hace mirarse entre sí, Yoongi mueve su cabeza de un lado a otro liberando tensión y atiende colocándolo en alta voz.

—Isilo. —Ríe del otro lado—. Eres un madrugador, ¿estás listo?

—Suelta a Haneul, estoy bajando —dice apretando el botón del ascensor.

—Quiero tenerte en mi poder antes de soltar a la enfermera. —Jungkook se tensa en su lugar—. Te espero en la playa de estacionamiento.

Entonces corta.

—Mantén a Yeonsoo a salvo, Jungkook —le pide deteniendo las puertas del ascensor.

—Siempre.

—No estoy jugando, prométeme que la cuidarás con tu vida —lo amenaza.

—No debo prometerte nada. Siempre cuidaré a Yeonsoo, hasta que muerda. Solo prométeme, que me dejarás al menos una hora con ese hijo de puta a solas. Necesito vengar a Haneul —dice con la voz enronquecida.

Yoongi asiente en su dirección y antes de subir, estrechan mano. Él suspira pesado y aprieta el botón del estacionamiento, justo debajo de todo. Esconde el collar debajo de su ropa, suplicando que Jungkook sea capaz de escucharlo.

Las puertas se abren, respira profundo y sale. Camina bajo el camino de luces que brinda el estacionamiento, va lento mirando a todos lados.

—Yoongi —masculla aquel chico con la voz enronquecida. El pelinegro frunce el ceño confundido, pues él no debía estar ahí. Entonces lo entiende todo, al mismo tiempo que es golpeado con algún objeto contundente en la parte trasera de su cabeza, llevándose la vista y consciencia alguna.

⭒❀⭒

Jungkook se mantiene atento escuchando todo a detalle, pero no hay mucho, solo se puede apreciar el silencio del otro lado. Su desesperación comienza a crecer lentamente, arañando cada partícula de su coherencia, entonces Taehyung se despierta y vuelve a revisar más papeleríos innecesarios. Parte del plan, fue no decirles los que sucedía, Ghots aún quiere a Yeonsoo, lo que significa, que buscará la manera de sacarlo de la cuidad. Y si le dice lo que está pasando, se negará a irse, y finalmente Ghots sabrá que algo no anda bien. Si quieren atrapar a ese hijo de puta, deben ser meticuloso con los detalles.

Por eso, no fue de extrañar cuando Hoseok le llamo diciendo que encontraron una pista y debían salir de la cuidad, mucho menos cuando Tae no cuestionó y solo confió él. Lo que no esperaba en realidad, era ver a Yeonsoo levantarse a tiempo para enfrentarse a Tae, pues esperaba convencer al castaño de no dejarla sola a la espera de Yoongi, que en cuento despertó, le dijo que salió por comida.

Comenzó a hacerle de comer y mientras estaba de espaldas a él, sacó una jeringa con un sedante que Yoongi le proporcionó en caso de emergencia. No puede permitir que la pelinegra salga del departamento, no al escuchar por el comunicador que Yoongi se ha despertado. Si embargo, el móvil de Yeonsoo suena y esta se gira para ir detrás de él, al mismo tiempo que cierra la puerta a su espaldas.

Jungkook toma la jeringa entre sus manos, sin embargo su móvil vibra y lo toma, una video llamada entrante, desde el móvil de Haneul lo desestabiliza. Atiende de inmediato, y observa como Haneul se encuentra viva, atada a un pilar en algún edificio abandonado. Su cuerpo tiembla y quiere golpearse.

La llamada termina y un breve mensaje le sorprende, «ahora dame a Yeonsoo».

Jungkook se tambalea y camina hasta el sofá para sentarse, teme desmayarse ahí mismo. Toma una botella de soju y bebe su contenido, se encuentra en un limbo de pensamientos. Es consciente que posiblemente, en estos momento la esté ejecutando, pero aún respira. Se niega rotundamente a entregarle a Yeonsoo, sin embargo, no puede ni siquiera moverse o hablar si quiera. 

Yeonsoo sale de la habitación con un bolso colgado en el hombro. Ella frunce el ceño al ver lo extraño que se está comportando.

—Voy a salir —anuncia caminando hasta la puerta.

—De acuerdo —susurra en su dirección, porque no tiene idea de qué decir.

Es lo único que necesita Yeonsoo para saber que algo más está pasando. Gira sobre su propio eje para encararlo al mismo tiempo que un mensaje le llega. Los ojos cristalinos de Yeonsoo barren la estancia desde su móvil hasta la mirada neutral de Jungkook.

—¿Qué fue lo que hiciste, Jungkook?

—Lo siento, Yeonsoo —susurra.

—Jungkook, joder. Por favor dime qué no le entregaste a Yoongi. —Su voz se quiebra y su cuerpo tiembla.

—Créeme que fue lo más difícil que tuve que hacer. —Traga duro.

Camina decidida hasta él y lo golpea con fuerza, provocando que caiga al suelo.

—¡INFELIZ HIJO DE PUTA! —Lo vuelve a golpear—. ¡¿Cómo pusiste hacerle algo así?! ¡¿Cómo pudiste hacerme algo así?!

—Lo escuchaste... —Intenta reincorporarse—. Sería capaz de sacrificarlos a todos y cada uno de ellos por ti.

—¡Joder! —grita a todo pulmón, sintiendo su garganta desgarrarse. Quiere decirle que Yoongi estará bien, que lo salvará, pero si Haneul aún está con vida, no puede salvarlo—. Juro por dios, que si vuelvo a verte voy a torturarte como ni te lo imaginas.

Yeonsoo deja de lado el bolso, y corre fuera del departamento. Al mismo tiempo que se arrepiente de lo que acaba de hacer. Haneul no saldrá viva, y eso es más que un hecho, Jungkook está seguro que todo aquel teatro de llamadas y presión fue para entregarle a la pelinegra y así lo hizo.

El pelinegro corre escaleras abajo, pero Yeonsoo ya se fue, y no tiene idea de donde podrá estar.

—Joder, eres un puto diamante en bruto —dice una voz que le resulta familiar por el auricular puesto. Sabe que no es Yoongi, por lo que debe ser Ghots.

Jungkook toma su motocicleta y conduce al departamento de policías, para sacar el armamento suficiente y rescatar a Yoongi. No tiene una puta idea de cómo le dirá que perdió a Yeonsoo, pero lo hará.

—Te di mi confianza, te dejé entrar a mi casa, te hice parte de mi familia, ¿cómo pudiste? —farfulla Yoongi tortuoso.

Yoongi lo mira directo al rostro, observando aquellos ojos castaños que tanto apreciaba. No necesita explicaciones, solo quiere que todo termine, aunque una parte de él sabe que probablemente este sea el comienzo de todo.

—Trabajaste para mi hermano durante tantos años. —Su voz suena enronquecida—. Me viste al rostro cada día por todo un puto año, y ni siquiera te acuerdas de mí.

—Yo no... —Un golpe seco, justo sobre su mejilla, lo hace callar. Aquel sujeto está furioso, pero sobre todo, tiene sed de venganza.

Hubo un tiempo donde debía entrenar a personas para que trabajen para Hyun, y él estaba entre los que anhelaban trabajar para alguien tan famoso y temido como aquel hombre. En ese momento, Yoongi no quería convertir a más personas en él, pues era una vida viciosa y corrupta. De todos los muchachos había uno que era torpe, tanto que le daba pena, se notaba cuanto se esforzaba, sin embargo, su mano temblaba al agarrar un arma o un cuchillo, así que vio la posibilidad de salvarlo. Por eso la última vez que le vio le dijo al rostro que era alguien débil e incompetente, pero lo peor fue decirlo frente a todos, frente al mismo Hyun. Luego de aquello no le volvió a ver, y de no ser porque el sujeto frente a él, se levantó la playera para mostrarle un corte en el abdomen, ni siquiera le hubiese recordado.

—No lo entiendes, intenté cuidarte. —Yoongi escupe sangre—. Querías que zafaras de esa vida.

—Fui la burla de mi familia por años —escupe—. Pero debo agradecerte, gracias a tus humillaciones, me volví este hombre a quien todos temen, a quien todos respetan.

—No te saldrás con la tuya. —Yoongi le enfrenta con la mirada.

—No me amenaces. —El sujeto comienza a golpearlo a puño cerrado sobre el estómago. Yoongi deja salir todo el aire, al mismo tiempo que su cuerpo quema—. Ya no estoy a tus pies.

Decide golpear tres veces sobre el rostro de Yoongi, provocando que este se corte y comience a sangrar.

—Señor... —Un hombre aparece por detrás—. Ella ya llegó al edificio.

—Oh. —Se reincorpora y sonríe amplio, obliga a Yoongi a mirarle—. Yeonsoo ya llegó a mi trampa.

El corazón de Yoongi da un vuelco y quiere golpear a Jungkook, está seguro que la dejó ir, que la entregó, pero no puede pensar en eso ahora, sino el buscar una salida para salvarle.

—Señor, hubo un problema —dice el hombre de nuevo—. Los hombres de ese edificio no responden, creo que están muertos.

—Mierda —susurra por lo bajo—, todo debo hacerlo yo mismo. —Se limpia las manos con la sudadera de Yoongi—. Quédate con él, iré a matar a esa puta barata con mis manos.

Entonces sale. La desesperación de Yoongi crece de sobremanera a tal punto de querer correr. Primero, debe saber dónde se encuentra para que Jungkook le salve, aunque a estas alturas, no está seguro de si el pelinegro le escucha.

—Jungkook, estoy en mi antigua casa —dice cerca de su pecho, en un susurro—. Joder, corre.

—Oh, olvidaba algo —dice de nuevo él, entrando a la habitación—. Eres un incompetente.

Levanta el arma en lo alto, y le dispara a quien debía custodiar a Yoongi. Salpicando toda la sangre en el rostro de él que queda estupefacto. Hace una reverencia y tira un encendedor al suelo. Yoongi se maldice, al mismo tiempo que intenta zafarse de la cinta que envuelve sus manos.

Después de una lucha logra liberar sus manos y sus pies, sin embargo hay demasiado humo, tanto que no puede ver por dónde va. Es en ese momento donde por primera vez desde mucho tiempo, ya no quiere seguir peleando. Sabe que Yeonsoo está en peligro, pero su cuerpo no responde, no quiere seguir luchando con aquel deseo de caer dormido, justo en ese momento.

Sin embargo, lo ve, Jungkook entra a la habitación y encuentra a un casi inconsciente Yoongi en el suelo. Lo agarra de los hombros justo por debajo de sus axilas, y lo arrastra por la puerta trasera de la pequeña casa, lo mete en su auto y conduce al departamento.

Yoongi comienza a toser, intentando sacar aquel humo negro de su sistema por lo que toma un retazo de tela y vierte agua de una botella que Jungkook le ha dado, e inhala con profundidad, para humectar su reseco sistema.

Al llegar al departamento Yoongi arrastra sus pies hasta la habitación y toma su arma, la pelinegra no se encuentra durmiendo como debería, lo que significa que probablemente esté en manos de él.

La puerta de entrada se abre, y cuatro rostros familiares cruzan el lumbral, con el rostro horrorizado.

—Joder, Yoongi. Tu casa acaba de estallar en mil pedazos —dice Namjoon llegando a él para verlo a detalle—. ¿Qué mierda sucedió?

Yoongi decide ignorar a su amigo y camina decidido hasta el pelinegro, lo acorrala contra la pared y le apunta directo a la cabeza.

—¿Dónde demonios está Yeonsoo? —escupe con la mandíbula apretada.

—Yo... —tartamudea.

—¡¿Dónde demonio está ella?! —La paciencia de Yoongi se agota.

—Lo siento. —Su voz se quiebra ligeramente.

—Hijo de puta —masculla sacando el seguro al arma.

La puerta de entrada de abre y ve una sucia y demacrada Yeonsoo del otro lado. Quien palidece al verlo.

Yoongi deja caer el arma y corre a ella, Yeonsoo vuelve a llorar, dejando que aquellos sollozos desgarradores salgan con sonoro. Está viva, y está con él, ha vuelto. Yeonsoo lo toma del rostro y besa sus labios, siendo consumido por la desesperación, el alivio y el dolor.

—Creí que habías muerto —solloza ella.

—Te dije que nunca te dejaría. —La vuele a abrazar con fuerza.

El sonido apremiante de una llamada entrante resuena en toda la habitación, Taehyung, con los ojos cristalinos, atiende colocándolo en voz alta.

—Hola.

—Inspector Kim —dice una mujer—. Soy la doctora Dae, la forense. Me pidió que le informe personalmente si algo cambiaba, y pues sí. Hice la autopsia completa y el cuerpo que estudie no es de un hombre. Es de una mujer, hice de nuevo un estudio de ADN y su nombre es Hye Eungi.

—Muchas gracias —dice Taehyung y corta.

—Kwan —anuncia Yoongi—. Lee Kwan es Ghots. 












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