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*Nota de Autora*: Deje una pequeña canción para que puedan escuchar mientras leen. Espero que disfruten.









Pasa su mano suave por la piel aterciopelada de ella. El jabón comienza a dejar una línea de espuma por su blanca piel, el perfume de coco y vainilla llega a su olfato tan rápido que no puede evitar sonreír.

Yeonsoo se gira sobre su propio eje y le arrebata el jabón de las manos para poder hacer lo mismo que él antes hizo. Comienza a pasar su mano llena de espuma por el pecho de Yoongi, siendo meticulosa, delineando las cicatrices de bala que tiene en el pecho.

-Nunca me contaste la historia detrás de esas cicatrices -dice ella sin quitarle la vista a cada marca.

-No creo que quieras saberlo. -Él sonríe de lado.

Yeonsoo lo mira un momento y sonríe melancólica. Aún hay muchas cosas que no sabe de él, y aún así pondría su vida en sus manos, porque no hay nadie más en que confíe ciegamente. Ella inclina un poco su cabeza y besa cada marca blanca, dejando suave y húmedos besos.

El cuarto está completamente empañado, la noche anterior no dejaron de complacerse mutuamente demostrando cuanto se han extrañado; hoy al levantarse, decidieron tomar una ducha juntos. No hablan más de lo necesario, temen que al hacerlo todo vuelva a ser como antes.

Yoongi deja que los toques de Yeonsoo sean su corriente eléctrica. No estaba consciente de cuanto la extrañaba, de cuando la necesitaba, sus caricias, su voz, su piel, su aroma. No hay nada en ella que no lo haga sentir como en casa. Los recuerdos de ellos dos en una pequeña casa alejados del centro de Seúl lo invaden.

Decide que es momento de salir, el agua comienza a bajar de temperatura y con la lluvia de afuera, es probable que pesquen un refrío. Corre hasta la puerta de baño y trae dos batas, para envolver el cuerpo menudo de ella y otro para él.

-Muero de hambre -gruñe por lo bajo Yeonsoo.

Yoongi sonríe por lo bajo y asiente, la comida de la noche anterior, termino esparcida por todo el suelo, luego de una larga noche placentera. Y ahora, sus estómagos gruñen en suplica por un poco de alimento.

-La lluvia bajo un poco, podemos ir a la gasolinera que pasamos antes. -Yoongi llega hasta ella y le tiende ropa seca.

-Creo que vi un poco de café en las estanterías, antes de irnos. -Ella se coloca una remera de Yoongi.

Él agarra sus pantalones y deja su torso al desnudo ya que se suponía que sería un viaje de un día, no vio necesidad de llevar ropa de más. Ahora ni siquiera le importa, al ver a Yeonsoo usando su ropa, como antes. Agarra su cabello que ha crecido lo suficiente para poder hacerse una coleta.

-Joder... -Yeonsoo se muerde el labio mirando su cabello-. Te ves tan delicioso.

Yoongi se sonroja por lo bajo y levanta la mirada para encararla. Yeonsoo sabe como mantener en equilibrio sus dos lados, la oscuridad y la luz conviviendo con paz y tranquilidad. Por lo que decide acercarse a ella y besarla, mordisqueando su labio sin cuidado.

-Me gusta cuando no reprimes a Isilo. -Ella rodea la cintura de él con las piernas.

Yoongi camina con ella a cuestas hasta sentarla sobre la mesada.

-Eres tan jodidamente hermosa, Yeonsoo.

Yoongi no puede evitar mirar a detalle su rostro delgado, decide pasar sus dedos por la cicatriz que Hyun le provoco. El recuerdo de aquel día lo estremece tanto que debe aferrarse con fuerza al cuerpo de la Yeonsoo para asegurarse así, que no es producto de su imaginación. Deja que su mejilla descanse contra sus pechos, mientras ella da pequeñas caricias en su espalda y hombro.

-¿Me soltarás algún días? -Ella bromea por lo bajo.

-No -Se separa lo suficiente para poder verla a los ojos y besarla-. No creo que pueda dejarte ir otra vez. Deberás meter una bala en mi cabeza si quieres librarte de mí.

Yeonsoo sonríe ante lo que acaba de decir, sabe que Yoongi jamás podría acorralarla al punto de dejarla sin decisión, incluso en el pasado, le daba opciones y si no tenía, las inventaba. Es que así es él que ahora la besa de manera dulce, sin ser invasivo ni bruto. Más bien, parece una suave caricia a sus rotos labios. Yoongi acaricia sus mejillas al mismo tiempo que mueve sus labios.

Como había pensado, la ruta aún está inhabilitada, pero la tormenta ha parado por completo. El dueño de las cabañas, les dijo que les descontaba la mitad de la estadía ya que se fue la electricidad, y que podían quedarse hasta la hora de su partida. Por eso, Yeonsoo y Yoongi sin protestar, se dirigieron a la gasolinera para comprar algo de comida y hacer fuego en la chimenea. El verano ya se fue, y las lluvias otoñales comenzaban a darle paso a la ola helada del invierno.

El lugar se encuentra repleto de personas en busca de víveres para sobrevivir lo que queda de tormenta, según escuchó. Mañana se espera una tormenta igual de fuerte, por lo que habitantes cerca del lugar se acercaron para llevar lo suficiente así pasar estos días.

-Malditos pueblerinos, no podre comer nada -se queja Yeonsoo por lo bajo.

Una mujer de no más de sesenta años, la mira con desprecio ante el comentario, que claramente, escuchó. Yeonsoo le dedica una mirada desafiante y cuando está a punto de regañarla, la escandalosa cicatriz en su rostro la asusta.

-¡Jesús! -La mujer junta sus manos y cierra los ojos con fuerza. Comienza a rezar por lo bajo presa del miedo ante la mujer con cicatrices a su lado.

Yeonsoo suspira dispuesta a girar e irse del lugar, pero en cuanto lo hace, se encuentra con el pecho de Yoongi. Levanta ligeramente la cabeza para poder verlo a la altura, este la mira neutro, como si esperar que la vieja Yeonsoo apareciera, dispuesta a enfrentar a cualquier persona sin importar su etnia o su edad.

Mira su reflejo en una espejo sobre una estantería, tiene la capucha puesta y su cabello corto tapa gran parte de su rostro, aunque aún así, la cicatriz se las arregla para ser visible. No puede entender por qué lleva tanto tiempo ocultándose así, no es ella quien está mal. Es el resto que no puede verla como una persona, si no como un fenómeno.

Ella vuelve a girarse y se coloca de manera sigilosa frente a la mujer que aún se encuentra rezando. Se inclina hacía abajo para poder llegarle a la altura y toca su hombro con cuidado. La mujer levanta la cabeza con sigilo y abre los ojos lentamente.

-Buh -espeta maliciosa.

La mujer salta del susto largando un grito. La gente alrededor ve la pequeña escena ante aquel sucedo, lo que provoca escalofríos en el pecho de Yeonsoo. Ahora todo el mundo se fijará en su cicatriz.

«Perfecto, muéstrales quien eres» piensa.

Ella se quita la capucha de su chamara y pasa sus dedos por las hebras de su cabello dejando al descubierto su rostro pálido. Sus escandalosas ojeras y sus labios resecos le dan un aspecto aún más terrorífico del que pretendía. Las miradas y los murmullos comienzan a circular entorno a ella.

Yoongi sonríe de lado, se acerca a ella y la toma del cuello, para posteriormente devorar su labios de forma exagerada y descuidada. Yeonsoo se sorprende al principio pero luego le corresponde tomándolo de la cintura para atraerlo un poco más.

Al separarse, Yoongi pasa su legua por la cicatriz de ella, para luego saborearse los labios. Le dedica una sonrisa amplia y se separa lo suficiente para verificar que, en efecto, todos los del lugar los ven asombrados y alguno que otro asqueado. Pasa su brazo por los hombros de la pelinegra, mientras que ella lo abraza por la cintura.

Gracias a la pequeña escena, la gente prefiere mantener distancia de ellos, y así logran llegar a un par de estanterías y sacar lo que necesitan para pagar y salir del lugar.

Al salir de la tienda, Yeonsoo saca todo el aire contenido. La euforia y adrenalina corre por sus venas, hacía tiempo que no se sentía así de cómoda y orgullosa de su cicatriz, a pesar que antes intentaba no tomarle importancia, al entrar a un lugar con personas, las miradas la ponían incomoda. Ahora siente que puede usar aquella marca que Hyun le dejo a su favor.

-¿Estás bien? -Yoongi camina detrás de ella cargando las bolsas.

-¡Como no tienes idea! -Salta en su lugar con la voz enronquecida. Yoongi larga una carcajada al aire.

-Disculpa. -Una adolescente de no más de quince años se acerca junto a dos acompañantes más. Yoongi frunce el ceño confundido mientras Yeonsoo la encara, completamente altanera-. Personas como tu deberían estar en un circo para fenómenos, y no en la calle -suelta sin más, arrojando una bebida fría directo al rostro de Yeonsoo.

Yoongi abre los ojos petrificado, al mismo tiempo que Yeonsoo agacha la cabeza para dejar que las gotas del refresco caigan al suelo.

Ríe por lo bajo, siento presa del odio y la furia. Sabe que debe controlar su lado oscuro, que durante mucho tiempo lo mantuvo en equilibrio, pero hoy, ni siquiera quiere pensar en hacerlo. Simplemente soltará la correa, caiga quien caiga.

-No sabes con quien te acabas de meter. -La pelinegra se abalanza contra la menuda adolescente, y antes de que Yoongi logre detenerla, Yeonsoo toma el cabello de la chica con fuerza.

Esta ahoga un grito sollozando. Es evidente que toda valentía se esfumo en el momento en que ella se abalanzo.

-¿Sabes por qué estoy en las calles y no en un circo? -susurra y camina con la chica a rastras.

Sus dos acompañantes se han petrificado al lado de Yoongi, y no se atreven a meterse. Yeonsoo irradia odio en su mirada, sus ojos se han oscurecido y su tono de voz ya no es suave.

Yeonsoo saca de su bolsillo un encendedor, y luego de tres intentos logra encenderlo. Acerca la llama a los ojos de la chica sin titubear y sonríe.

-Porque los maté a todos. -Finge quemarla y la suelta-. No te metas con personas como yo, estoy tan feliz que te dejaré ir, pero podría tocarte alguien igual de desquiciado.

Se acerca a Yoongi y le quita las llaves para montarse, debe hacer rugir el motor para que él espabile y entre a su lado. Sus manos tiemblan, sin embargo, no puede sentirse más viva, su corazón está acelerado y sus ojos se nublan. Agradece que no sea tan lejos donde ahora se hospedan, y que la carretera esté desierta, de no ser así, podrían haber chocado en cualquier momento, gracias a la velocidad con la que conducía.

Al llegar apaga el motor y sale corriendo hacia la cabaña. Siente que está a punto de tener un ataque de pánico, y no puede verse así de vulnerable frente a Yoongi, no después de todo.

Se sienta en el rincón más alejado de la cabaña, cubre sus oídos con sus manos y cierra los ojos con fuerza. Pareciera que su corazón va a salir disparando de su anatomía. Siente dos manos sobre sus brazos y como dan suave caricias. Sabe quien es, y realmente no le importa. Las lágrimas comienzan a salir como cascada, al mismo tiempo que abre los ojos y se encuentra con los ojos café cristalizados.

No era lo que ella esperaba ver, de echo, creía que tendría aquella mirada de pena que solía tener Jungkook cada vez que tenía un episodio, en cambio él, solo lo siente. Puede sentir el dolor que emana por su cuerpo, como cada pensamiento tortuoso pareciera quebrar sus huesos poco a poco.

⭒❀⭒

Luego de estar al menos media hora en aquella posición, Yeonsoo decidió seguir con el día como si no pasara nada.

Cocinaron con los pocos ingredientes que consiguieron y comieron solo lo necesario. Habían pasado por mucho como para llenar sus estómagos de pronto. Finalmente decidieron salir a caminar un poco, hasta que sea la hora de su vuelta.

Descubrieron que las cabañas se encuentran rodeadas de un bosque, no pudieron evitar buscar de él en internet, encontrándose con historias mitológicas sobre cosas sobrenaturales. Por supuesto que Yoongi no creyó absolutamente nada de eso, y aunque Yeonsoo intentaba decir lo mismo, siempre le tuvo miedo a los fantasmas. La idea de que haya algo más que ellos dos la aterroriza, por el simple hecho de que tiene demasiadas cosas en su vida, como para preocuparse por cosas paranormales.

Sin embargo, Yoongi decidió tomar aquello a su favor, tomo su mano e ingresaron al sendero iluminado por altos faroles. Una pequeña llovizna los atrapó en medio del camino, y aunque hubiese sido buena idea volver, decidieron seguir el camino. No faltaba mucho para llegar al centro del lugar, donde según leyeron, hay una pequeña fuente de los deseos.

De ahí las historias; decían que aquel que llegaba a la fuente y pedía un deseo no siempre volvía, y era así porque al hacerlo no estaban deseando desde lo profundo de su corazón, sino con avaricia y envidia. También se rumoreaba que aquellas personas que no lograron escapar, quedaron vagando por el bosque en busca de la salida que nunca encontraran.

Después de casi una hora de caminata, gracias a las paradas de Yeonsoo por escuchar sonidos extraños, logran llegar a la fuente. Un iluminado y hermoso lugar. La fuente no es como ella lo creía de hecho solo es una pequeña laguna con agua cristalina, hay pequeños asientos a los lados hechos de roble, con un faro a su lado.

-Llegamos. -Yoongi se tira sobre el asiento completamente cansado.

-Ya la viste, ahora volvamos. -Yeonsoo intenta levantarlo, sin embargo, él es peso muerto. Está tan cansado que no moverá un solo dedo-. Por favor, Yoongi.

-Primero pediremos un deseo. -Él sube y baja las cejas divertido.

-Ni lo sueñes. -Niega con la cabeza sin frenesí-. No sobreviví a la muerte tantas veces, para terminar atrapada por una fuente de los deseos.

Yoongi ríe y se levanta al mismo tiempo que se saca las botas, se remanga el pantalón hasta dos dedos arriba de su rodilla e ingresa al agua.

-Joder, Yoongi. Juro que no te salvaré -chilla ella intentando sacarlo.

-Es solo agua -dice divertido-. Además tengo un deseo.

-Sabes que si no es de corazón tal vez no salgas.

-No sabía que eras tan creyente de esas cosas -se burla-. Pero lo es, mi deseo es del corazón.

Tiende la mano hacia ella para que lo acompañe. Yeonsoo duda, pero finalmente la convence, se saca las botas y luego sube su pantalón hasta sus muslos. Sabe que si quiere estar al lado de Yoongi se mojará más que las piernas.

-¿Cuál era el ritual? -Yoongi la mira ansioso.

-Debes decir tu deseo en voz alta, y luego meterte hasta tapar hasta el ultimo de tus cabellos -dice nerviosa.

Yoongi asiente y vuelve a salir del agua para desvestirse. Yeonsoo abre los ojos al ver el cuerpo desnudo de Yoongi frente a ella. Teme que alguien más pueda verle, sin embargo, desde que salieron de la cabaña y durante todo el camino no vieron a ninguna persona. Es probable que sea porque no ha dejado de llover, aunque ahora parece una suave cortina de gotas.

Él deja la ropa debajo de uno de los bancos para que se cubra de la lluvia y se mete al agua termal.

-Ve -la invita. Yeonsoo de nuevo le sigue, sin saber en realidad el porqué no ha cuestionado nada de lo que dice.

Tal vez una parte de ella quiere pedir un deseo de todo corazón, o se niega a tener cualquier clase de discusión con Yoongi. Cual sea la razón, ahora se encuentra por completo desnuda, a su lado, sin soltar su mano.

-Deseo...

-Espera -lo corta-. Debes estás seguro.

-Lo estoy, Yeonsoo. -Yoongi le da un suave beso en el dorso de la mano para continuar-. Deseo de todo corazón amarte -dice sin despegar los ojos de ella-, deseo amarte hasta que me muera, incluso en mi siguiente vida quiero seguir haciéndolo. Por que te buscaré, y te amaré de nuevo. No me alcanzara una sola vida para demostrar cuanto te amo.

Yeonsoo deja escapar una lágrima, aún no puede acostumbrarse a esa palabra en la boca del pelinegro. Es como una combinación demasiado extraña; su ronca, pastosa y lenta voz ronroneando las palabras «te amo», es raro. Es demasiado, incluso para su frágil corazón. Yoongi sonríe y comienza a hundirse, hasta que el último cabello se moja, incluso más abajo que eso.

Ella le ha soltado la mano, dejando que aquel deseo se cumpla, porque aunque sus ojos aún lagrimean, no puede sentirse más afortunada de tenerlo a su lado; después de todo lo que le hizo.

Yeonsoo frunce el entrecejo al ver que Yoongi no sale de la superficie, comienza a girar en círculos buscando alguna burbuja pero no hay nada más que agua siendo golpeada por tenues gotas de lluvia.

-¡Yoongi! -grita-. ¡YOONGI! -Su corazón se dispara y la idea de que se haya quedado atrapado en el fondo la desespera-. Joder, Yoongi no es gracioso. -Decide meter su cabeza dentro del agua y abrir los ojos, pero no logra ver nada. Al salir su respiración se agita con fuerza, si él quedó atrapado, no podrá salvarlo, no sabe mucho sobre nadar y si decidiera buscar ayuda probablemente sería tarde.

La desesperación la envuelve, y una descabellada idea se cruza por sus cabeza.

Yeonsoo respira profundo y cierra sus ojos juntando sus manos.

-Deseo que traigas de vuelta a Yoongi, incluso si debo quedarme atrapada en este bosque, quiero que lo dejes libre. Deseo que él sea feliz, que respire, que cumpla sus sueños. Por favor, déjalo ir, tómame en su lugar, no puedo perderlo de nuevo. No puedo -solloza dejando que las lágrimas caigan por sus mejillas, su voz se quiebra y se obliga a continuar-. Lo amo, ¿lo oyes, Yoongi? ¡Te amo! -grita en la desesperación por que Yoongi logre escucharla-. Nunca dejé de hacerlo, incluso en mi siguiente vida lo seguiré haciendo. Porque Yoongi es... -ahoga un grito de frustración al mismo tiempo que toma aire, y se hunde en el agua.

Se hunde tanto que logra sentarse en la suave arena del lugar. Su corazón late con fuerza, y su respiración comienza a agitarse, necesita salir a la superficie, pero no lo hará. Porque teme que al hacerlo, Yoongi no esté ahí, y se encuentre de nuevo sola. Con un vacío que no será capaz de reparar.

Unos brazos se apoderan de su menudo cuerpo y logran sacarla del agua. Yonogi tiene una mirada preocupada en su rostro, sin embargo, lo que más lo detalan, son las lágrimas que se camuflan con las gotas de agua. Yeonsoo se abraza a él, como si quisiera penetrar su piel y no despegarse nunca.

-¡¿Intentabas matarte?! -chilla exasperado.

-Creí que... -solloza-. No vuelvas a jugar así conmigo. -Se separa y lo empuja con fuerza-. No vuelvas a dejarme de esa manera. Creí que te perdía.

-Lo siento. -Yoongi llega a ella y acuna su rostro para besarla-. Lo siento tanto. Te amo, Yeonsoo.

-Te amo tanto -lloriquea entre besos.















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