27
El sonido de una alarma la despierta de sopetón. Yeonsoo mira a Jimin para verificar que en realidad no se ha despertado y se levanta con sumo cuidado sin hacer mucho ruido.
Pasaron dos semana desde que encontró a Jimin por primera y única vez en la tina de su baño drogado. Pasaron catorce días desde que decidió jugar a la heroína y mantener en secreto lo ocurrido con el castaño mientras que aún seguía protegiendo a Yoongi, al principio su cuerpo no parecía tener dificultades con ellos, pero ahora no está segura de si podrá continuar un día más. Jimin es una verdadera tortura, la abstinencia lo a transformado en alguien fuera de sí, violento y desesperado. Hace tres días, recuerda haber temido de Jimin por primera vez.
Comenzó a gritar de dolor, y cuando ella se acercó con un paño frío él solo la empujo, ahí fue cuando comenzó una lucha, al ver como el castaño intentaba autolesionarse. Jimin golpeo a Yeonsoo a puño cerrado dejándola desorientada por unos segundos, fue entonces que ella tuvo que sacar su arma y golpearlo con la culata de esta.
Es verdad que todo es más difícil de lo que pensó, aun sin ayuda de alguien que pueda retenerlo y contenerlo en crisis violentas. Por lo que cuando recobró la consciencia se disculpo muchas veces, y así decidieron colocar un par de esposas en la cama y esposarlo mientras Yeonsoo no está en casa. No es la mejor manera de ayudarlo, pero es lo único que puede hacer para asegurarse que cuando vuelva estará ahí.
Sale del departamento y corre hasta el suyo para tomar una rápida ducha. Encuentra Jungkook durmiendo en el sofá, toma una manta y la coloca en sus hombros, el día apenas está comenzando y lo único que quiere hacer es recostarse a su lado y dormir todo el día. Se da una rápida ducha y sale disparada al departamento de Yoongi, por lo general ella no suele tocar timbre ni nada por el estilo, solo espera a que él salga de su casa y así seguirlo el resto del día.
Al llegar a su piso, se sienta en el suelo, junta las rodillas en su pecho y deja descansar su cabeza entre ellas para dormir aunque sea cinco minutos. Sus horas de sueño no dura más de tres horas diarias, y si es que Jimin está dormido. Usualmente se mantiene despierto toda la noche y duerme por el día; lo que una parte de ella agradece, ya que así puede estar tranquila cuando no está a su lado, pero por otro lado, no duerme lo suficiente para poder mantener energía el día siguiente y ocuparse de un psicópata que va detrás de Yoongi y sus amigos. Es demasiado para una persona, incluso para ella.
—¿Te encuentras bien? —susurra. Yeonsoo da un respingo del susto y lo mira. Se encuentra de cuclillas frente a ella con el ceño fruncido.
—Perfecta, vamos —sentencia seria. Se levanta con suficiente rapidez para provocarse un mareo. Es entonces que antes de siquiera caer al suelo, Yoongi la toma entre sus brazos, preocupado.
—No creo que estés bien —articula.
Ella se separa de él con brutalidad. Colocando tanta distancia como sea posible, no necesita que nadie le pregunte si está bien o no, y ni siquiera es por algún tipo de mural que haya puesto; sino que si vuelve a preguntarle una vez más, caerá en lágrimas completamente destrozada y humillada, pero sobre todo cansada.
—Dije que estoy bien, vamos. —Saca las llaves del bocho y entra en el ascensor al mismo tiempo que Yoongi la sigue. Sin embargo, él toma las llaves de su auto y se las arrebata—. ¿Qué...?
—Conduciré —sentencia desinteresado. Tecleando en su celular.
Aunque le gustaría protestar y gritar, está tan cansada que solo se limita a asentir. Recuesta su cabeza en la pared del ascensor mientras este baja, las puertas se abren y más personas entran, entonces Yoongi decide sacarse la chaqueta y colocarla en los hombros de Yeonsoo, asegurándose que pueda dormir tanto como pueda.
No se hablan, y eso es más que evidente, pero la conoce lo suficiente para saber que algo oculta, algo no la está dejando dormir como debería. Y puede comprobarlo porque al salir del ascensor, la tomó de los hombros y la abrazo para dirigirla al bocho, y ella no protestó en ningún momento, ni siquiera abrió los ojos, dejando su completo cuerpo en manos de él. Aún confía en él como para dejarse llevar.
No va a meterse, sin embargo. Yeonsoo ya no está en su vida como él quisiera, y siempre que intenta dar un paso termina retrocediendo diez, por lo que mientras esté a su lado intentara protegerla hasta donde ella le permita, lo demás no está en sus manos.
Conduce más lento de lo esperado, recibiendo insultos y bocinazos de otros conductores, pero no le importa. Alargara tantos minutos de sueño como sea posible, porque al final, y aunque aquella chica no le permita entrar, sigue siendo la persona de la que se enamoró perdidamente. Yoongi se detiene en el semáforo en rojo y la observa unos segundos.
Su rostro está pálido, más de lo normal. Hay ojeras negras adornando alrededor de sus cerrados ojos, sus labios están secos y la cicatriz en la comisura de sus labios resalta con ímpetus. Antes de siquiera evitar hacerlo, corre un mechón que cae por su rostro y lo coloca detrás de su oreja, su corazón se acelera y su respiración se atora. Hay moretones en su cuello, que desaparecen debajo de su ropa. La idea de estar siendo sometida por Jungkook lo tortura, aprieta la mandíbula y mira la carretera mientras vuelve a poner en marcha el bocho.
Luego de treinta minutos, finalmente llegan al bar.
—Gracias por dejarme dormir —dice ella estirando sus músculos en el asiento. Yoongi se remueve incómodo, quería actuar de manera indiferente, como Isilo lo hubiese hecho, pero ella se dio cuenta de todo.
Antes de responder, Yeonsoo baja del auto dejándolo solo y pasa directo al baño para lavar su rostro un poco y así comenzar una jornada laboral. Haneul entra y como lo hizo durante toda la semana, la ignora por completo. Así es mejor, después de todo, no debe enfrentarse a ella y explicarle porqué estuvo actuando de esa manera. Por otro lado, obligó a Jimin a llamarle a Yoongi, y decirle que estaría fuera de la cuidad por unos días, claro que obtuvo una avalancha de preguntas que pudo responder gracias a la ayuda de Yeonsoo. Así no deberán preocuparse por su regreso y podrá tomarse todo el tiempo en concentrarse en su recuperación.
Yoongi pasa por su lado y comienza a asearse para esperar al primer cliente. Namjoon sin embargo, entra completamente despeinado y con un poco de labial sobre su rostro. Yeonsoo se permite mantenerse fuera de la conversación por el momento, su cabeza da mil vuelvas y no ha revisado ningún expediente de la investigación. Por lo que saca su móvil y abre los archivos que Jungkook le manda diario con pistas nuevas.
—¿Quién es? —cuestiona Yoongi divertido, sacando un plato de fideos negros. Le tiende uno a Namjoon y otro a Yeonsoo.
—¿Acaso te cuestioné con cada mujer que tuviste relaciones? —escupe Namjoon antes de que pueda detenerse. Ambos miran de reojo a Yeonsoo que para en el acto de teclear pero no los mira. En realidad, sabe que Yoongi antes de ella, ante de Chan incluso, era un hombre sexualmente activo. No dejaba piano sin tocar.
—Depende, ¿antes o después de la muerte de Yeonsoo? —articula Haneul entrando a la cocina con veneno. Yeonsoo sonríe sintiéndose orgullosa de ella, sabe aprovechar una situación para devolver el veneno, e incluso sabe sus puntos débiles.
—¿Importa? —Yoongi intenta restarle importa.
Es entonces que Yeonsoo se atreve a levantar la mirada encontrándose con los ojos cafés de Yoongi sobre ella. Ella ríe por lo bajo negando con la cabeza y vuelve a concentrarse en el expediente. Es como si en algún punto quisieron volverle la mala de la película por haber encontrado a alguien más después de Yoongi y haber establecido una relación estable, cuando la verdad es que Yoongi, después de la muerte de ella, también se acostó con otras mujeres.
Él cierra los ojos con fuerza y sacude la cabeza.
—Hunter.
—¡¿Qué?! —escupen los tres al unísono. El castaño no pudo aguantar el tenso ambiente que se formaba entre Yeonsoo y Yoongi, por lo que rebelar con quien estuvo probablemente tranquilice todo.
—No exageren, solo nos hemos visto un par de veces —murmura Namjoon restándole importancia.
—Hunter no duerme con el mismo hombre dos veces —se burla Yeonsoo, bajando su móvil.
—Tu no conoces a Hunter. —Haneul no va a bajar las defensas, y aunque en otra ocasión hubiese respondido con algún comentario sarcástico, ahora prefiere mantenerse a rayas antes de explotar y decir lo de Jimin.
Los tres la miran expectante, y al ver cómo Yeonsoo solo ignora la situación y vuelve con el teléfono. Yoongi mira como las facciones de Haneul cambian y la confusión se instala en su rostro. Si antes pensaba que Yeonsoo actuaba raro, ahora está seguro. Tal haya cambiado durante este año, pero Haneul estuvo con ella todo el tiempo, y si esa actitud la desconcierta, entonces pasa algo.
—Disculpen, pero ya comenzó a llegar la clientela —anuncia Kwan. Igual de tranquilo y divertido que siempre.
Él les entrega las primeras órdenes des comida, por lo que Yeonsoo guarda el aparato y comienza a cocinar sin esperar a que los demás la sigan. Debe volver con Jimin cerca del medio día para darle de comer y salir a caminar al menos por los pasillos del edificio. Sin mencionar que aún no termina de ver los archivos que le envió Jungkook.
El calor se hace presente en la estancia, por lo que opta por quitarse la chamarra y remangar su remera hasta arriba de los codos. Exponiendo en su máximo esplendor los rasguños y moretones que tiene en ellos, a causa de los agarres que Jimin le dejó.
Yoongi la mira sorprendido y sin poder detener sus acciones, la agarra de la mano y la voltea para examinarla a detalle.
—Aléjate Min. —Lo empuja. Intenta volver a su labor, sin embargo, Yoongi no da brazo a torcer y la acorrala contra la esquina de la cocina. Dispuesto a no dejarla ir hasta que le confiese quién fue el causante de tantas marcas.
—¿Quién demonios fue? —farfulla neutro. Un escalofrío recorre el cuerpo de Yeonsoo, puede ver cómo Isilo intenta asomarse; incluso puede ver reflejado momentos del pasado de ambos.
—Como en los viejos tiempos —susurra Namjoon sin mirar la escena.
Es lo único que necesita escuchar Yoongi, para volver a la realidad y soltarla. Ella solo frunce el entrecejo y le pasa por el lado para seguir con sus labores. No tiene tiempo para dramas ahora. Él sacude la cabeza sacando imágenes probablemente erróneas dónde Jungkook es el causante de eso, y vuelve a su labor.
⭒❀⭒
La hora del almuerzo se hace presente y la clientela disminuye un poco, los que le da un poco de tiempo para alimentar sus cuerpos antes de recibir la segunda ola de personas hambrientas. Yeonsoo se tira sobre la silla con la cabeza gacha y los ojos cerrados. El cansancio comienza a provocar mareos, sin mencionar que su apetito se redujo consideradamente gracias a los vómitos incesantes de Jimin, el olor en el departamento y su cuerpo por completo destruido.
Yoongi le tiene un planto te mandus, pero el olor le asquea por lo que niega con la cabeza. Él no puede sentirse peor con la apariencia destruida de Yeonsoo, se puede notar a leguas que no está bien.
Su móvil comienza a sonar en la parte trasera de su pantalón, ella no debe sacarlo para saber que es la alarma para volver con Jimin. Lo apaga sin mirar y se levanta.
—¿A dónde vas? —Yoongi se interpone en su camino.
—No te importa —suelta sumisa. Se regaña mentalmente por sonar de aquella manera y antes de abrir la boca y empeorar las cosas, le pasa por el lado y sale del bar directo a su auto.
Yoongi queda por completo estupefacto ante lo que acaba de escuchar, tanto así que su cuerpo se congela. La forma en la que Yeonsoo habló delata que hay mucho más de lo que parece; no puede evitar cerrar los puños con fuerza, si antes había una pequeña posibilidad de que Jungkook esté golpeando a la menuda, ahora el porcentaje es aún mayor. Desde que conoce a Yeonsoo, jamás había sonado así de sumisa. Ni siquiera luego de una confrontación con Hyun. Siempre mantenía la cabeza en alto, y ahora; simplemente no puede ni siquiera mantenerse de pie.
Toma su chaqueta con intención de seguirla, pero Namjoon coloca una mano en su pecho deteniéndolo.
—No te metas.
—¡¿Acaso no la ves?! —farfulla caminando de un lado a otro, fuera de si.
—No es nuestro problema, recuérdalo.
—¡¿Que pretendes?! ¿Qué la deje sola y ya? ¡Ese hijo de puta puede estar golpeándola! —chilla por lo bajo, no quiere que nadie más se entere del pequeño encuentro entre ellos.
—Es Jungkook de quien hablamos —Nam mantiene una postura serena.
—Sí, el mismo chico que trabajó para Hyun durante muchos meses, y luego nos prometió matarnos uno por uno —escupe con veneno.
—No puedes hacer nada, solo empeoraras las cosas. Ni siquiera sabes si es eso realmente. Tal vez Yeonsoo volvió a las peleas —dice antes de poder arrepentirse. Cierra los ojos abofeteándose por la estupidez que acaba de decir.
Yoongi abre los ojos sorprendido pero no dice nada. Tendrá que hacer un par de llamadas, y asegurarse que en realidad Yeonsoo no ha vuelto a ese mundo que tanto odia.
—Además, ¿a ti qué te importa? ¿Acaso aún la amas?
Él para en seco, no puede responder; no sabe que decir. Durante todo este tiempo prefirió no mencionar el tema, ya que su tiempo al lado de Gyuri es bastante acogedor. Sin embargo, ahora de la forma en la que actúa, todo parece ser mentira, tal vez aún la ama y solo espera que Jungkook cometa un error para poder correr a ella. Aún si eso daña a la castaña de voz dulce.
⭒❀⭒
Yeonsoo llega a su departamento, pasó por el de Jimin y descubrió que aún dormía, por lo que se tomo el tiempo de ir hasta su casa y poder llevar un bolso con sus pertenencias al departamento del castaño. Ir de un departamento a otro la está cansando. Lo mejor será solo estar en un lugar mientras Jimin se recupera, y es una larga lucha.
Al entrar, encuentra a un semi desnudo Jungkook leyendo algunos expedientes sobre el suelo. Desde que el sofá que se convirtió en su habitación es un desastre, sin mencionar el caos del suelo.
Ella no puede evitar morder su labio inferior complacida por la vista que le brinda. Sus músculos se tensan con cada movimiento suave que hace, incluso sus tatuajes se ven un poco más llamativos de lo normal.
—¿Te gusta lo que ves? —Jungkook levanta una ceja divertido.
—No hables, lo arruinaste. —Ella rueda los ojos al cielo y le pasa por al lado. Directo al baño.
Lo extraña, tanto que estaría dispuesta a doblar su orgullo en este momento solo por un toque de él. Pero no puede, aún no lo perdona.
—Déjame entrar, Jade. —Jungkook golpea con suavidad la puerta.
Yeonsoo sabe que no se refiere al cuarto se baño, sabe que el pelinegro hace todo lo posible por su perdón, y claramente comienza a desesperarse. La pelinegra suspira y abre la puerta con cuidado.
Jungkook se encuentra con un brazo afirmado en el marco de la puerta, relajando toda su anatomía. Lleva el cabello atado y un lapicero entre sus labios.
—Te extraño... —susurra en un jadeo.
Yeonsoo no puede decirle que también lo extraña, pero en definitiva puede demostrar cuando lo necesita en esos momentos.
Coloca una de sus manos en su hombro y comienza a deslizarla con mucho cuidado hasta el borde de su bóxer. Antes de siquiera pensar en acariciar su intimidad, el pelinegro la toma de la mano deteniéndola.
—No comiences algo que no quieres terminar —jadea al borde del colapso con los ojos cerrados.
El toque sobre él quema, lo necesita tanto que incluso si ella le da su aprobación no daría marcha atrás.
Yeonsoo retira el toque y vuelve a cerrar la puerta, dando a entender que no quiere ver ni tocar nada de él. Jungkook apoya la cabeza contra la puerta, la quiere tanto en estos momentos que el solo rechazo hacía él le causa más dolor físico del que creía. Decide girar y darle todo el espacio que necesite, aún si eso lo sigue lastimando.
La pelinegra espera a que Jungkook abra la puerta y la folle duro, sin embargo, no pasa. Espera y espera pero no entra; no puede evitar sonreír por lo bajo. Jungkook jamás podría hacer algo sin que ella lo haya aprobado antes, incluso para un toque completamente insignificante necesita saber si ella esta de acuerdo antes de poner un dedo sobre su cuerpo.
Vuelve a abrir la puerta, pero ahora se encuentra con el pelinegro apoyando sobre la mesada, con la cabeza hacia abajo.
Yeonsoo camina hasta él y lo abraza por detrás, Jungkook no se mueve, se mantiene en silencio e inmóvil. La pelinegra lo toma de la mano y se encaminan a la habitación que antes compartían.
Jungkook está por completo a su merced, ni siquiera puede hablar sin que un jadeo se escape entre sus labios. Yeonsoo cierra la puerta con pasador y apaga su móvil. No quiere que nada ni nadie intervenga en la reconciliación que está por suceder. El pelinegro se sienta en la esquina de la cama y Yeonsoo se monta encima, uniendo sus labios en un suave beso.
Comienza a hacer movimientos circulares con su cadera, provocando que Jungkook gruña en sus labios al sentir su miembro crecer.
Yeonsoo sabe que necesita provocarlo un poco más para que despierte aquel chico que la toca de una manera suave y deliciosa. Entonces desliza una se sus manos hasta su bóxer, y por encima de la tela, da pequeñas caricias.
—Jade...
—Te deseo —jadea Yeonsoo sobre sus labios.
Jungkook abre sus ojos y conecta mirada con la menuda mujer sobre él. Sus ojos se han oscurecido varios tonos y sus pupilas se encuentran dilatadas. Sabe que aquello es una aprobación por lo que no desperdicia más tiempo.
La toma de la cintura y le acerca más a él. Acuna su rostro y besa sus labios cálidos que tanto extrañaba. Ella le corresponde de la misma manera, reconociendo que también el extrañó solo que no puede decirlo. Sus bocas se abren un poco más y Jungkook mete su lengua en la boca de ella para dar suaves caricias. Yeonsoo se aferra a su cabello y lo jala con cuidado sin lastimarle. Jungkook da suaves apretones sobre la cintura de ella y se levanta. Yeonsoo envuelve sus piernas alrededor de su cintura. Él la recuesta sobre el edredón dónde su pequeño cuerpo se hunde en el edredón gris. Abre sus piernas ligeramente y se coloca entre medio de ellas, comienza a besar su cuello con delicadeza dejando pequeñas mordidas, sin ser demasiado invasivo. Le saca por los hombros la playera de talle grande deja su cuerpo completamente desnudo.
Sus ojos se abren de sopetón y se retira casi de inmediato al ver las marcas que yacen en su cuerpo.
—¡Joder! —chilla acercándose de nuevo. Sin embargo, Yeonsoo hace acopio de todas sus fuerzas y le arrebata la playera a Jungkook para colocársela de nuevo—. ¿Quién demonios te hizo eso?
—Nadie. —Se levanta de la cama y saca un bolso de su closet.
—¡Tienes todo el cuerpo repleto de moretones! ¡No me jodas! —Es evidente que el enojo comienza a crecer en su sistema.
—Deja de gritar, me duele la cabeza —masculla.
—¡No hagas eso! No puedes acercarte y alejarte cuando se te plazca —escupe—. Sabes que te amo, y cada una de tus actitudes me afectan.
Yeonsoo para en seco sus movimientos y se atreve a mirarlo. Quiere decirle la verdad, quiere decirle que la toma de la mano y la saque dle pais para así huir de todos los problemas en los que se metió. Que volver a la vida de Yoongi fue una pésima idea y no solo porque deba cuidarlo a él. Pero no puede. Vuelve a girar y saca su ropa para guardarla en el bolso.
—¿Qué mierda haces?
—¿Acaso eres ciego? Estoy sacando mi ropa —dice sin girar a verlo. Hay demasiados secretos en su vida como para continuar de esa manera, tarde o temprano la llevarán consigo.
—¿Qué? —La incredulidad se apoderan de sus palabras. Ante la desesperación de que Yeonsoo responda, la toma de los brazos y la gira con brutalidad.
Ella gruñe ante el toque, su cuerpo esta sumergido en un dolor sordo, por lo que el toque de Jungkook solo despierta el ardor. El pelinegro la suelta de inmediato arrepentido y retrocede. Mil imágenes erróneas respecto a lo que puede estar pasando con ella lo invaden; en principal una, donde Yoongi la espera abajo listo para irse con ella. No la vio mucho últimamente, siempre se la pasa en el bar y quien sabe donde más. Por lo que las posibilidades de que se vaya con él no las descarta.
—¿Estás viendo a alguien más? —articula a puras penas.
Yeonsoo para en seco sus actos. Es increíble que Jungkook piense que está viendo a alguien más, no es que no le diera razones para hacerlo, solo la idea de que el pelinegro siempre la relacione con hombres la asquea.
—Sí —miente. Sabe que si le dice la verdad no parará hasta que ella confiese todo, por lo que es bueno mentir un poco para mantener a Jimin a salvo, solo un poco más.
—Mientes —escupe dejando que sus sentimientos se apoderen de él—. No sé qué demonios sucede, Yeonsoo. Pero soy agente, buscaré la verdad y mataré al imbécil que se atrevió a ponerte un dedo encima.
—¡No! —chilla con el pánico asomándose. No tardará mucho en averiguar que es Jimin, y con el historial que tiene con él terminará por matarlo a golpes.
—Entonces dime la verdad, Jade —murmura lento pero lleno de ira. Yeonsoo lo mira y niega ligeramente con la cabeza. No puede decirle la verdad y usar el amor que él le tiene es su única alternativa, solo que no está dispuesta a usarlo aún.
Jungkook asiente y sale de la habitación golpeando con fuerza la pared frente a él. Toma un pantalón deportivo, su playera, chaqueta de cuero, y antes de salir mira sobre su hombro como Yeonsoo lo ve con un bolso en sus hombros dispuesta a irse.
—Voy a matarte, Min.
Nota de autora: Holis, ¿cómo han estado? ¿Les gustó esta maratón de cinco capítulos? Bien, porque será el último por el momento. Vuelvo con las actualizaciones diarias. Los horarios se encuentran en mi perfil. Gracias por leer y esperar. Significan mucho para mi.
Con cariño, A.
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