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Yeonsoo se sienta sobre las piernas de Yoongi a ahorcadas mientras lo besa con desesperación, a pesar de que al principio él no podía seguirle el ritmo por lo que lo ha tomado de sorpresa, ahora lo ha hecho. Coloca las manos en la cintura y espalda baja de Yeonsoo, acercándola más a sí mismo.

Entre besos se separan unos segundos para tomar aire y volver a devorar los labios del otro. La respiración agitada es lo único que se puede escuchar en la oscura habitación, que es iluminada por la tenue luz de luna que entra por las finas cortinas. 

Ella comienza a desprender el pantalón de Yoongi dispuesta a tenerlo dentro lo antes posible. Él abre los ojos sorprendido y la toma de los hombros para separarla levemente.

—¿Qué haces? —murmura confundido, con la respiración agitada.

—¿No es obvio? —Yeonsoo forcejea con el cinturón. Yoongi toma sus manos y las saca del pantalón—. ¿Qué haces?

—¿Tú que haces? —sonríe de lado divertido.

—¡Quiero tener sexo contigo! —La desesperación en su voz la delata.

—¿Así? —Arquea una ceja Yoongi.

—¿Qué? —Yeonsoo deja caer sus manos en el pecho de Yoongi.

—Me bajaras el pantalón. ¿Y luego qué?

—Me desharé de mi ropa interior, me la metes y ya —dice obvia.

Yoongi ladea la cabeza con el entrecejo arrugado para ver alguna clase de burla en su mirada pero no lo hay.  

Yeonsoo nunca ha tenido sexo de otra forma que no sea esa, la penetración y ya. Como si se tratara de algo insignificativo y práctico.

—Ven, amor —murmura Yoongi al ver la completa inocencia y sinceridad en las palabras y actos de su compañera. Él se levanta con ella aún en el regazo.

El pelinegro la acorrala contra la pared y levanta con su dedo indice y pulgar la barbilla de ella, con delicadeza pasa su lengua por el contorno de sus labios y vuelve a besarla mordisqueando el labio inferior. Yeonsoo rodea el cuello de Yoongi con sus brazos y lo atrae aún más. 

Sin poder evitarlo, acaricia la dura erección que tiene debajo del pantalón, Yoongi sonríe entre besos.

—Tranquila, vamos más despacio —susurra pausado y vuelve a besarla ahora estampando todo su cuerpo con el de ella sintiendo sus pechos sobre su torso.

Se separa un poco más y toma la fina tela de su blusa para deslizarla fuera del cuerpo de la pelinegra, pero esta lo detiene asustada.

—Y-yo... —balbucea con la voz entrecortada, está agitada y nerviosa.

—No te tocaré a menos que me lo pidas —murmura ronco Yoongi mirándola de pie a cabeza.

Ella traga duro, necesita tener más de él, ha probado lo sensual y provocativo que puede ser, necesita descubrir hasta donde es capaz de llegar, pero su cicatriz en el cuello no le deja avanzar.

Yoongi vuelve a tomarla de la cintura y la besa con lentitud.

—Quítamela —susurra tortuosa.

—¿Qué? —Yoongi sonríe de lado, le ha escuchado, sin embargo está dispuesto a hacerla suplicar un poco esta noche.

—¡Quítamela! —dice impaciente. 

—De acuerdo. —Sonríe de lado juguetón y desliza la blusa hacia arriba dejando al descubierto todo su torso.

Yeonsoo no está usando sujetador por lo que le facilita un poco las cosas. Yoongi la toma por los muslos y le alza dejando que ella rodee su cintura con ambas piernas. Comienza a besarla de nuevo, de manera dulce y desesperado al mismo tiempo,  como si necesitara cada vez más. 

Se sienta en la cama y ella comienza a desabrochar su pantalón ahora con éxito. Yoongi la detiene y ante de que ella logre protestar toma uno de sus pezones succionandolo. Ella chilla en sorpresa y deja salir un ahogado jadeo.

Sin poder evitarlo, Yoongi mete una de sus manos por debajo del pantalón y comienza a dar suave masajes sobre la fina tela sintiendo como Yeonsoo comienza a humedecerse cada vez más, llenando la silenciosa habitación con roncos jadeos y suspiros pesados.

Él se separa abruptamente de Yeonsoo y se saca de encima la remera que cubre su torso sintiendo un horrible calor emanar de su cuerpo, su erección ha comenzado a palpitar con los suaves gemidos de Yeonsoo. 

La levanta nuevamente y con delicadeza le baja el pantalón y su ropa interior, dejándola expuesta. La mira por un momento, deteniéndose en sus cicatrices.

—Eres hermosa —murmura con la voz enronquecida.

Las mejillas de ella, se tiñen de un rojo carmesí y una delicada sonrisa se amplía por sus labios al ver la oscura mirada de su hombre frente a ella. Yoongi la atrae de la muñeca y la obliga a recostarse boca abajo.

—Separa un poco las piernas —ronronea Yoongi, Yeonsoo obedece dejando que el pelinegro haga lo que quiera con su cuerpo, después de todo no puede creer las emociones que está provocando sobre su cuerpo. El cosquilleo incesante cada vez que toca su espalda baja y sus cicatrices la estremecen. 

Yeonsoo no quiere apresurar las cosas, sabe que debe seguir el ritmo que ha marcado Yoongi, sin embargo su deseo ha comenzado a latir de desesperación. 

Yoongi se ubica entre sus piernas y la obliga a levantar su pelvis para posteriormente colocar una almohada debajo de su espalda baja y glúteos. 

Desliza un dedo por su intimidad, delineándola con mucho cuidado, deleitándose con los jadeos que Yeonsoo suelta sin evitarlo. Se relame los labios ansioso y acerca su boca hasta su sexo húmedo y deposita un beso. 

Desliza su lengua con delicadeza por su intimidad y luego la obliga a abrirse un poco más, para así tener un menor acceso, succiona sobre su sexo y luego sube hasta su clítoris succionando con suma delicadeza y jugueteando con su legua sobre el lugar. 

—¿Quieres que pare? —clama Yoongi sonriendo de lado, sediento por saborearle pero sobre todo por ahogarse en los dulces jadeos de que Yeonsoo intenta reprimir.

—No... pares... —pide a puras penas Yeonsoo.

—Dilo más fuerte —ronronea con la intención de torturarle un poco más.

—¡Joder! No pares —chilla mordiéndose el labio. 

—Gírate —ordena con la voz pausada y la toma de las caderas, ella obedece y Yoongi vuelve a juguetear con su lengua sobre la intimidad de ella, sintiendo el palpite de su sexo. 

Necesita penetrarla cuanto antes, pero no puede hacerlo, no tan rápido; no así de sencillo. 

Introduce un dedo sobre la intimidad de Yeonsoo, ella respinga y suelta un fuerte jadeo, lleva su dedo a la boca de ella y lo introduce.

Yeonsoo no pierde tiempo y comienza a lamerlo, sabe que Yoongi tiene mucho control sobre su cuerpo y aunque no quiera admitirlo la hace suplicar. Necesita emparejar las cosas de alguna forma. Toma su mano y succiona su dedo. Yoongi cierra los ojos sintiendo su erección palpitar con más fuerza.

Sin perder tiempo vuelve a tomar el control de su mano, vuelve a concentrarse en las caricias suaves sobre la intimidad de Yeonsoo, ahora un poco más lento haciéndola gemir y morderse el labio con fuerza. Sabe que está torturándola, poro no puede perder tiempo. Sube dejando un camino de besos desde su intimidad hasta uno de sus pechos, mientras que con su mano da pequeños bombeos en su clítoris y vagina. No falta mucho para que ella se corra, por lo que decide acelerar un poco sus movimientos.

Los temblores previos a su orgasmo comienzan a sentirse debajo de Yoongi, por lo que acelera un poco más sus movimientos, y devora los labios de ella; a pesar de que ha acelerado un poco sus movimientos aún no es suficientemente rápido como a ella le gustaría, sin embargo no puede ser más placentero esos movimientos seguros y lentos. 

Finalmente siente como llega a su orgasmo al mismo tiempo que Yoongi aprisiona de nuevo sus labios para que gima sobre ellos. Sonríe de costado y vuelve a llevar su mano a la boca de ella para volver a besarla. 

Yoongi cree que es suficiente, después de todo no tiene idea de lo que su doctora le dijo, o si le dio el pase libre para tener relaciones, sin embargo antes de que logre escapar Yeonsoo con rapidez se levanta y lo obliga a pararse. 

—Esto recién empieza —ronronea juguetona. Toma la bragueta de su pantalón y lo baja. 

—No creo que...

—Siéntate —le interrumpe y da un pequeño empujo sobre su pecho. Yoongi se sienta dejando al descubierto su palpitante erección—. Me toca jugar —confianza maliciosa Yeonsoo.

Rodea la erección de Yoongi con su lengua y coloca su mano sobre ella. Comienza a lamer sobre el largo de esa hasta llegar a la punta y succionar con cuidado. Yoongi gime y tira la cabeza hacia atrás sosteniéndose con sus manos. Hace puño sobre la sábana conteniendo sus ganas de tomar la cabeza de la chica sobre sus piernas y embestirle.

Yeonsoo suspira pesada al escuchar los gemidos de Yoongi, es tan placentero que la idea de escucharlos por mucho tiempo la tientan.

Vuelve a lamer su erección y succiona nuevamente sobre su glande. Finalmente decide introducir su miembro en su boca y hace presión con su labios. Sube y baja a un compás lento,  acompañada de su mano, succionando y volviendo a repetir lo mismo una y otra vez.

Yoongi deja salir los jadeos y gemidos mordiéndose el labio.

—Mírame —le susurra ella, dispuesta a hacerlo sufrir de la misma forma que lo ha hecho antes él—. Yoongi, mírame.  

Yoongi no hace caso alguno por lo que deja un segundo de lado la erección y atrapa con sus labios uno de los pezones de él sorprendiéndolo por completo. Está sufriendo, su rostro se ve torturado y emana placer por cada poro de su cuerpo. Decide jugar con su erección con una mano mientras que su boca mordisquea con suavidad sus pezones.

—Mírame —vuelve a insistir. 

—Para... —Yoongi la mira, su mirada ha oscurecido varios tonos y sus pupilas están ligeramente dilatadas—. Estoy... a punto... —jadea con la respiración agitada.

—Hazlo —ordena la pelinegra y vuelve a meter la erección de Yoongi en su boca haciendo movimientos lentos y tortuosos para él. 

El cuerpo del pelinegro se envuelve en una fina capa de espasmo y sudor. Yoongi se corre sin despegar los ojos de ella. Yeonsoo a pesar de sentir todo el líquido espeso en su boca comienza a succionar como si fuera una paleta de niño. Yoongi intenta separarse pero ella aprieta su agarre en las caderas de él. 

El cuerpo del pelinegro está sumergido en temblores. Yeonsoo sonríe de lado y se despega de su erección. Yoongi sin poder evitarlo cae rendido a la cama respirando con dificultad. Ella se lame los labios sin dejar ningún residuo de Yoongi y se sube encima de él, no quiere que se acabe.

—Sabes rico —susurra contra los labios de él.

Comienza a presionar su intimidad contra la de él, sabe que necesita reponerse, pero no puede esperar para volver a probar el delicioso sabor de él. Comienza a besarlo de nuevo, jugueteando con su lengua sin dejar ni un segundo en paz su anatomía.

Yoongi se coloca encima de ella, rodeando su cabeza con ambos brazos sin dejar de besarle. Sus labios calientes tienen un ligero sabor salado del semen que se tragó. Pasa la punta de su lengua sobre ellos delineando su piel suave. Abre los ojos y conectan miradas por un momento. 

«Estoy enamorado de ti, Yeonsoo. No puedo evitarlo», piensa con pesadez. Le gustaría poder despegar esas palabras de su boca, pero no puede encontrar la suficiente seguridad para emitir los sentimientos que le ahogan. Le es tan preciosa cuando lo mira de esa forma. Sus ojos apenas si se agrandan, esperando a que vuelva a devorar sus labios. «Destruiría el mundo por ti, y ni siquiera te das cuenta», pasa una de sus manos por los mechones de su cabello. 

»¿En qué piensas tanto? —susurra Yeonsoo, rodeando su cuello con las manos.

—Eres preciosa, amor —suelta en un suspiro. 

Las mejillas de Yeonsoo se tiñen de un rosado y arruga la frente con diversión. El que la pelinegra se sonroje solo le provoca ternura, porque es casi imposible hacerle sonrojar con un comentario tan ordinario como el que dijo. Pero sabe que su boca soltó esas palabras porque lo siente desde el fondo del corazón; y ella lo sabe. Ella lo ama.

—Bésame, Yoongi, bésame mucho —musita la pelinegra.

Yoongi deja salir un jadeo pesado y funde sus labios en los de ella, saboreando cada parte de su boca. Aquel sabor in confundible, aquella textura inolvidable con aquel color inigualable. Ella es preciosa por cualquier lado que se le vea y no hay nadie que sea capaz de decirle lo contrario.

Después de más de veinte minutos de solo besarse. Yoongi puede sentir como su miembro se encuentra listo para seguir explorando las habilidades de su compañera.

Yoongi se sienta y la mira sin poder ser capaz de saciare por completo con el cuerpo y sabor de Yeonsoo.

—Ven. —La toma de la muñeca y la obliga a sentarse sobre él. 

Yoongi lame dos dedos de su mano y los pasa con delicadeza por la entrada de ella estimulando un poco. Sigue su trabajo mientras ella apoya su frente en el hombro de él, al mismo tiempo que Yoongi con su mano libre alcanza el cajón a un lado de su cama y de él saca un preservativo. Yeonsoo endulza su oído con suaves gemidos, al mismo tiempo que Yoongi sonríe satisfecho.

Ella se separa un poco cuando Yoongi abre el sobre platinado y se coloca el látex, deslizando para abajo con cuidado. Coloca sus manos en la cadera de Yeonsoo y la guía hasta quedar encima de su glande, dispuesto a penetrarle. Ella se muerde el labio con fuerza y se desliza con cuidado dejando que la erección de Yoongi le penetre.

—¡Joder! —jadea él de placer echando la cabeza hacia atrás—. Estás tan estrecha —gime.

Yeonsoo cierra los ojos con fuerza al sentir una enorme presión en su vientre gracias a la penetración. No había sentido eso nunca, y es probable que sea por la operación y el tamaño de la erección de Yoongi. De cualquier forma, no puede sentirse más placentera.

—No te muevas —ronronea el pelinegro tomando por la espalda baja a Yeonsoo, pasa una de sus manos por su cuello llegando a su nuca y comienza a besarla de manera suave y dulce, como si ninguno de los dos quisiera devorar al otro, como realmente desean. 

Yeonsoo siente el dolor disminuir por lo que comienza a menearse en círculos para así estar segura de que no le dolerá más de lo que ya lo hace. Sube y baja con mucho cuidado.

Yoongi jadea al sentir lo estrecha que Yeonsoo está en realidad y con cada movimiento pareciese que no puede llegar a acostumbrarse a su tamaño en realidad. Sin previo aviso comienza a subir el ritmo subiendo y bajando con un poco más de seguridad y fuerza.

De pronto, Yeonsoo se encuentra dando pequeños saltos encima de la erección de Yoongi que se encuentra dentro de ella, provocado que ambos giman con fuerza, la velocidad acelera y las respiraciones comienzan a entrecortarse.

—Es... espera... —jadea Yoongi y la toma de los hombros deteniéndola. La separa con mucho cuidado de él y se levanta—. Ven —murmura arrinconándola contra la pared. La da vuelta dejándola de espalda a él y la obliga a inclinarse un poco, separa sus piernas y la penetra sin cuidado provocando que grite—. ¿Me detengo?

—¡Joder, no! —Ella mueve su trasero contra él para que comience a embestirla de forma bruta y sin cuidado. Yoongi coloca una mano sobre su espala baja y la otra sostiene su pelvis para que no se mueva demasiado. 

Él comienza a gemir sin vergüenza ante cada embestida bruta que ejerce sobre la intimidad de Yeonsoo, quien por cierto, está inclinada sosteniéndose de la pared con amabas manos dejando que Yoongi la llene de placer con cada embestida. Sus ojos lagrimean pero no es capaz de diferenciar si es por el deseo que invade su cuerpo o es dolor; de cualquier forma, no puede pedirle que se detenga, sería un pecado para su cuerpo necesitado.

Sale de ella y la obliga a girar en un acto bruto, la toma por las piernas y la levanta por los aire estampándola con fuerza contra la pared, vuelve a embestirla pero esta vez comienza a devorar el cuello de ella sin cuidado dejando marcas. Yeonsoo jadea con fuerza y realmente queda sorprendida ante la brutalidad de él; quiere decirle que le duele, pero el dolor no se siente tan mal como cree, de hecho la hace querer aún más.

Yoongi sube hasta lo labios de ella y los devora con la misma intensidad, sin dejarla respirar. 

—De... deten... te... —ordena ella entre jadeos. Yoongi para de inmediato y la mira con el ceño fruncido. Yeonsoo fija la vista en su mirada y un escalofrío le recorre el cuerpo, Yoongi parece una bestia sediento de placer. 

—Así no —ordena y coloca ambas manos en el pecho desnudo de su compañero quién sale de ella y la baja con cuidado cayendo en cuenta los pequeños hematomas que su boca han dejado sobre el pálido cuello de la ella.

Lo encamina hasta la cama y una vez que Yoongi choca contra esta se sienta, Yeonsoo se sube encima de él, de nuevo, dejando que su erección la penetre y tira con fuerza el cabello de Yoongi para atrás. No va a quedarse de manos cruzadas por lo que vuelve a dar pequeños brinco sobre la erección; esta vez con más rapidez.

Yoongi frunce el ceño gimiendo con fuerza, no falta mucho para que se corra y Yeonsoo no puede permitírselo. Detiene sus movimiento de golpe y comienza a devorar su torso hasta su cuello, dando mordiscos y succionando. Sabe que mañana en esos lugares quedarán marcas, pero no le importa mucho, sigue su camino hasta la oreja de Yoongi donde comienza a juguetear con ella, mordiéndola y estirándola.

El pelinegro toma de las caderas a Yeonsoo, y de un movimiento la deja recostada sobre la cama boca arriba, se sube encima de ella y con su mano comienza a jugar nuevamente con su clítoris. Sabe que es demasiado pronto para que ambos acaben.

Decide que su lengua quiere de nuevo saborearle por lo que intenta bajar a la intimidad de ella, pero Yeonsoo no se lo permite, lo obliga a subir y rodea la cintura de Yoongi con sus piernas, introduce una mano entre sus cuerpos y sin previo aviso comienza a masturbar a Yoongi quien se sorprende de inmediato. Quiere poder hacer lo mismo con ella pero el agarre de ella es tan fuerte y sus movimientos tan seguros que lo único que puede hacer es dejar caer su cabeza hacia adelante dejando que la chica siga su trabajo. No tiene muchas fuerzas para detenerla no cuando tiene esa determinación sobre su miembro. 

Yoongi jadea con fuerza sintiendo el temblor previo al orgasmo, no quiere llegar aún; no puede permitir que ella no tengo su segundo orgasmo estando tan cerca.

Hace acopio de todas sus fuerzas y se separa de ella con mucha pesadez, la gira como antes estuvo, boca abajo y la obliga a levantar sus caderas. Yoongi vuelve a embestirla de manera bruta pero no se mueve. Cierra los ojos unos segundos siendo deleitado por los jadeo cansados de Yeonsoo, está exhausta y él también. 

Toma con seguridad las caderas de Yeonsoo y comienza a embestirla una y otra vez; dejando que salir toda la necesidad que siente por ella. Ella se sostiene sobre sus codos sobre el colchón, por lo que Yoongi la toma de su cabello y lo jala lo suficiente para causarle placer, pero no dañarle. Los jadeos de Yeonsoo son cada vez más fuertes y su piernas comienzan a temblar. Sin embargo no puede terminar así, necesita verla a los ojos en el momento justo en que ambos lleguen. 

Vuelve a girarla y esta vez no pierde tiempo en embestirla, ahora, sus movimientos son mucho más lentos que antes. Yeonsoo clava las sus uñas en la espalda de Yoongi mientras se mueve de manera dulce dentro y fuera de ella. 

Yoongi vuelve a besarla, con lentitud y suavidad, no quiere deshacer esta sensación de satisfacción y placer que siente al tener a Yeonsoo así de expuesta, así de cerca. 

Yeonsoo llega a su orgasmo dejando escapar un fuerte jadeo entre espasmos y temblores descontrolados; Yoongi la embiste de nuevo con más fuerza una tres veces más hasta por fin llegar a su orgasmo sintiendo los espasmos del cuerpo de Yeonsoo retorcerse debajo de él. 

—Eres un jodido animal —jadea Yeonsoo cansada y sonríe, no puede regular del todo su respiración.

—Necesito más de ti —susurra y se incorpora sentándose, toma de la muñeca a Yeonsoo y la obliga a sentarse encima de él una vez más, sin necesidad de penetración. Aún sus intimidades están muy sensible como para volver a empezar—. Lamento eso —murmura Yoongi tirando un mechón de cabello que cae por el cuello de Yeonsoo sobre su pecho; en su piel una escandalosa marca violeta comienza a aparecer producto de la brutalidad de Yoongi, debajo de una fina capa de sudor.

—Yo no. —Ella se muerde el labio juguetona, señala con cuidado las marcas que ella se ha encargado de dejar en el cuerpo de Yoongi este da pequeños respingo de dolor ante el contacto de los finos dedos de Yeonsoo sobre la zona sensible. 

La pelinegra comienza a delinear las cicatrices de bala en el pecho de Yoongi, hay mucho dolor en este cuerpo mucha historia que ella no sería capaz de comprender nunca. Sabe que cada marca escandalosa visible e invisible que tiene Yoongi, tiene como protagonista a su ex novio. Por eso no está segura de si preguntar sea lo mejor; después de todo, un simple recuerdo de esa época de su vida provocaría demasiadas nauseas en ella. Y no quiere arruinar el momento de esa forma tan egoísta.

—No entiendo como sigues vivo —murmura ella depositando besos sobre las cicatrices provocando que él se estremece.

—Ni yo. —Ríe seco, levanta el mentón de Yeonsoo con cuidado y deposita un beso en sus labios—. ¿Lista para la siguiente ronda? —dice Yoongi, rodeado de esa aura de perversión.

—¿Más aún?.  —Ríe ella dispuesta a seguir así todo lo que su cuerpo resista. Está cansada pero aún no sacia por completo su sed de placer—. ¿Qué quieres, Min Yoongi?

—Quiero todo de ti, Goo YeonSoo. 







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