17
No han vuelto a hablar, Yeonsoo y Yoongi han intentado mantener distancia el uno del otro, a pesar de vivir bajo el mismo techo y solo haya pasado un día desde esa pequeña plática extraña, no se han mirado para nada en lo absoluto. A excepción de cuando Yoongi le dijo a Yeonsoo que ya había hecho una cita con una ginecóloga para que se pudiera atender, la cita seria dentro de una semana. Yeonsoo agradeció asintiendo la cabeza, sin pronunciar palabra alguna y siguió con lo suyo. Era extraño no estar peleando con Yoongi como de costumbre, sus comentarios sarcásticos hacia él han parado poco completo, tal vez aún se atormenta por haberse mostrado así de débil frente a él.
Mientras que, por otro lado, Yoongi le ha dado espacio a la azabache. No puede evitar recordarse así mismo cuando recién estaba saliendo de la vida de Hyun, lo mucho que le costó empatizar con los miembros de su grupo de amigos. Aún le cuesta un poco, a veces suele ser bruto y tosco a la hora de hablar, pero no quita el hecho de que ha aprendido a desprenderse de esa personalidad tajante y prepotente que tenía antes de todo.
Yoongi pudo hablar a solas con Taehyung, para saber un poco más sobre el estado en el que la vio ese día a Yeonsoo al final de las escaleras de caracol. Dijo que se ausentaría de las peleas por unas semanas, claro que no lo dejaría solos. Pero por el momento debía mantenerse lejos de Yeonsoo, antes de entregarle el corazón sin que se dé cuenta. También agrego, que quería enamorarse de Yeonsoo, incluso que tal vez ya lo estaba haciendo, pero la azabache era demasiado dura. No cree poder derrumbar todos esos muros que se ha tirado encima para poder llegar a su corazón. Ella es demasiado para cualquiera. Le dijo, que solo un idiota sin amor propio intentaría llegar a ella, claro que Yoongi cuestiono eso, a lo que recibió una simple respuesta; —Con cada muro que derrumbes de ella, Yeonsoo te destruirá el doble.
También dijo, que se ausentaría de las peleas por unas semanas, claro que no lo dejaría solos. Pero por el momento debía mantenerse lejos de Yeonsoo, antes de entregarle el corazón sin que se dé cuenta.
Esas palabras le quedaron rondando por la cabeza todo lo que quedaba de ese día y el día de hoy. No está lejos de la verdad, pero no puede evitar sentir pena y tristeza por la azabache, nadie se animará a eso, y ella por supuesto no abrirá las puerta a nadie.
«¿Abra alguien que se atreva a derrumbar cada muro que se ha echado encima sabiendo que eso lo va a destruir?» piensa Yoongi mirando la puerta de la habitación donde se encuentra la azabache. La puerta se abre tan rápido que Yoongi tarda en fingir que en realidad no lleva más de treinta minutos mirando esa puerta perdido en sus pensamientos.
—¿Qué haces? —cuestiona ella al verlo parado frente a la puerta con los brazos cruzados.
—Estaba a punto de preguntarte si tenías hambre —miente.
—No, y no te preocupes por mí —ella frunce los labios. —Comeré en casa de Jimin.
Yoongi abre los ojos de sorpresa, pero no dice nada, gira sobre su propio eje y se va directo a la cocina. Se sienta con un plato de ramen, kimchi y una cerveza. Yeonsoo aparece por detrás y toma la cerveza que acaba de abrir Yoongi, pero antes de darle un sorbo se detiene, algo en ella parece diferente por lo que deja la botella en el lugar y toma agua directamente del grifo. Yoongi la mira con el ceño fruncido. Es la primera vez que Yeonsoo no toma de una cerveza de él. Algo en su interior se remueve y las ganas de sacudirla y decirle que vuelva a ser la insoportable chica de comentarios sarcásticos, le pican. Sin embargo, se contiene.
La ve irse por la puerta, cerrándola con cuidado. El silencio lo inunda y las ganas de comer que tenía se esfuman. Decide que lo mejor será fumar un cigarrillo afuera y luego recostarse. Mañana es la pelea y no puede estar cansado, más sabiendo que tiene doble turno en el trabajo.
Yeonsoo compra un pack de cervezas, kimchi y fideos negros. Antes de salir del lugar agrega arroz instantáneos por si llegaban a tener más hambre y se va directo al departamento de Jimin. Al llegar ni siquiera golpea, solamente entra anunciando su llegada con un grito.
Un adormilado Jimin aparece de la habitación vistiendo solo unos pantalones de pijama.
—Siempre será un placer verte así —ella relame sus labios. Jimin frunce el ceño y vuelve a la habitación para salir con una playera puesta.
—¿Qué haces aquí? —se sienta en el sofá al lado de Yeonsoo.
—Tenía hambre y las cosas están raras con Yoongi —rueda los ojos al cielo. —Además tenemos una charla pendiente.
—¿De qué hablas? —Jimin abre una lata de cerveza y le da un largo sorbo sintiendo el líquido amargo bajar por su garganta.
—La chica golpeada —ella se encoge de hombros y saca un paquete de fideos negros para abrirlo y comenzar a comer, esperando que Jimin le cuente todo con lujo del detalle.
—No voy a contarte de ella —Jimin imita la acción de Yeonsoo, acompañado con kimchi.
—No vine desde la casa de Yoongi a esta hora para irme sin saber la verdad —ella frunce el ceño. —Además no hay nadie que pueda decirte lo que yo.
Jimin la mira por unos momentos, no está seguro si realmente es buena idea contarte todo sobre la pequeña castaña de mirada angelical.
—Es hermana de Hoseok.
—Dime algo que no sepa, Park —ella entrecierra los ojos. —No me tomes de idiota.
—Tú sabes siempre todo, ¿No hiciste la tarea esta vez? —Jimin le sigue el juego.
—Watson ha desaparecido, no tengo ni idea de donde anda metido —ella se encoge de hombros. —Además para qué pagar por información que puedo obtener gratis —le guiña un ojo. —No me hagas enojarme que tengo dos palillos que puedo usar como arma.
—De acuerdo —dice él riéndose. Se acomoda en el suelo, frente a la azabache de ojos grandes. —Si tu pregunta es si estoy enamorado de ella, la respuesta es no lo sé. Siempre me digo a mí mismo que no la conozco lo suficiente para estar enamorado de ella, pero cuando la veo y la pienso. Todo en mi mundo parece estar bien, incluso si es un lío —dice el perdido en sus fideos. —Sé que no soy bueno para ella, no soy imbécil. Pero me dan ganas de mandar todo eso a la mierda, tomarla entre mis brazos y besarla. Así sea el peor error de mi vida. Si se trata de ella estoy dispuesto a recorrer todo el mundo caminando, sí sé que al final estará ella esperándome.
—Eres un romántico —se burla ella.
—Ríete todo lo que quieras, pero sabes mejor que nadie, que cuando vives así —señala todo a su alrededor. —El amor no es una opción, es un maldito privilegio que nadie obtiene. Pero yo creo poder. Quiero aferrarme a eso con uñas y dientes, así sea una falsa ilusión —Jimin sonríe. Yeonsoo traga duro ante las palabras de Jimin, no puede sentirse más identificada. —Ella es... ella para mí es como. Ni siquiera puedo explicarlo —ríe por lo bajo. —Haneul es la luz de mi oscuridad, es la rosa de mis espinas.
—Eres un poeta —ríe Yeonsoo. Pero no hay burla en sus palabras, si no, admiración.
—Me repito a mí mismo que no tengo futuro con ella, ni en esta vida, ni en ninguna otra. Pero aun así me ilusiono cuando escucho su nombre o la veo.
—¿Por qué apareció golpeada? —cuestiona la azabache una vez que Jimin se queda perdido en sus pensamientos.
—Tiene o tenía un novio —Jimin la mira. —El maldito la golpeaba, pero ella quería creer que el cambiaría. Solo era mentiras.
—¿Lo encontraron? —Yeonsoo habla, referido a lo sucedido hace dos noches.
—No —el niega con la cabeza. —Yo quería seguir buscando, pero Yoongi no me dejo. Dijo que sentía que algo andaba mal —Se encoge de hombros y el corazón de Yeonsoo da un vuelco. —Es como si algo dentro de él supiera que estaban golpeándote. No regresamos a tiempo.
—De hecho,sí —dice ella por lo bajo, recordando que, si no hubiese sido por la llamada del otro cómplice que estaba afuera, ellos tal vez hubieran acabado con la vida de ella.
—¿Qué? —Jimin frunce el ceño, ella habló tan despacio que fue casi inaudible para él.
—Nada, solo fue coincidencia —ella hace un mohín para restarle importancia.
—Coincidencia o no. Yoongisabía que algo no andaba bien. Insistía todo el tiempo que volvamos —niega con la cabeza. —Hasta que finalmente me rendí y volvimos.
Ambos asienten con la cabeza finalizando así el tema de la conversación.
—Deberías invitarla a salir —escupe Yeonsoo tomando cerveza.
—¿A caso escuchaste algo de lo que dije? —frunce el ceño divertido.
—Por supuesto, pero aparentemente el que no escucho fuiste tú —ella sonríe de lado. —Si te refieres a la parte de que sabes que eres un mal partido y todo lo entiendo. Pero ¿Escuchaste lo demás? —Yeonsoo saca de su bolso una cajita de cigarrillo y enciende uno —Dijiste que caminarías todo el mundo si fuera necesario por ella. Si estás dispuesto a eso, entonces por qué no invitarla a salir.
—No lo sé. Hay muchas cosas que están mal en mí.
—Si es por Chan no es tu culpa —Jimin se ahoga con la cerveza que estaba tomando, tiene que toser un par de veces para regular la respiración.
—¿Quien...
—Namjoon me contó su historia con Chan, no la tuya ni la de los demás —ella siente dándole otra calada al cigarrillo. —Pero no eres capaz de lastimar nadie, más que a ti mismo.
Jimin la mira, trasmite tantas seguridad en sus palabras; —No sabes lo que hice.
—Cuéntame —lo invita Yeonsoo, al ver que él no está dispuesto a hablar dice. —Si lo haces, puedo contarte la historia detrás de esta cicatriz —señala la que está en el cuello.
—Chan estaba haciendo servicio comunitario cuando lo conocí —comienza. —yo iba a un grupo de apoyo, pero me seguía drogando a escondidas. Un día Chan me descubrió. Creí que me acusaría, me golpearía o algo por el estilo, pero no hizo nada de eso. Solo se sentó a mi lado a mirar lo que hacía —ríe ante el recuerdo. —Me sentí muy extraño, él solo se sentó a mirarme fijamente como demente. Yo no lo hice por supuesto, entonces él me dijo "La vida es demasiado corta para vivir la mitad de ella perdido, si quieres matarte hazlo de una vez. Pero si ese no es tu caso, porque creo que no lo es ya que vienes a grupos de apoyo, entonces tira esa mierda y vive" —dice fingiendo una voz gruesa y ronca. —Esas palabras me torturaron un mes entero, no podía entender a lo que se refería realmente hasta que lo hice. Conseguí un empleo de medio tiempo limpiando pasillos de un hospital privado, la paga era buena para los horarios. Él tenía el mismo trabajo así que nos veíamos muy seguido, un día lo vi corriendo por los pasillo, vino por mí y me llevo a rastras hasta una sala llena de personas con globos y regalos —Jimin toma un sorbo de cerveza recordando. —No entendía a qué venia todo, hasta que salió un hombre de una sala, con barbijo y gorro. Grito "¡Es nena!" y todos lloraron y festejaron. Sentí tanta alegría que no pude evitar largar un par de lágrimas, ni siquiera los conocía, pero allí estaba. Feliz por esas personas. —Jimin traga duro. —Ese día Chan dijo, "Debes seguir drogándote, pero debes elegir qué droga usaras. Puedes usar una que arruinara tu vida, o puedes drogarte de felicidad como esas personas".
Jimin calla, traga duro intentando apaciguar el nudo apremiante que se ha formado en su garganta, ahuyenta las lágrimas pestañeando un par de veces, y cuando se recompone continua.
—Él también se drogaba, se drogaba de vida —ríe por lo bajo Jimin. —Un día después de semanas de estar limpio unos conocido me invitaron a una fiesta, y quería agradecerle a Chan todo lo que había hecho por mí, así que lo invite. Él no quería, pero yo insistí tanto que termino aceptando. Yo fui quien lo llevo a esa fiesta. A la fiesta que terminaría con su vida.
—Jimin...
—Lo sé —la corta. —No es mi culpa, pero si tan solo no hubiera insistido tanto. Podría seguir drogándose de vida —sonríe triste sin poder aguantar las lágrimas. —No puedo no culparme, y supongo que siempre abra una parte de mí que sentirá responsabilidad por lo sucedido —ella le sonríe cálidamente.
—De cualquier forma, creo que deberías invitarla a salir. Chan te dijo que te drogaras de felicidad, ¿Cómo crees que se siente al ver que no has sido feliz ni un día desde que él murió?
—No creo que me merezca ser feliz.
—Claro que mereces ser feliz, más que a nadie —Yeonsoo sonríe de lado.
⭒❀⭒
Yeonsoo vuelve a la casa de Yoongi luego de asegurarse de que el castaño de ojos bonitos se sintiera mejor. Claro que Jimin no la dejó irse tan rápido, después de todo ella no le ha contado la historia detrás de la cicatriz. Sin embargo, él la dejo ir cuando ella prometió contarle en otra ocasión sin falta.
No puede evitar pensar que los chicos tienen más historia y secreto de lo que ella creía. Incluso la idea de desaparecer de sus vida es tentadora, han pasado por mucho y ella solo ha traído más peso a sus hombros. Tal vez, podría dar un paso atrás. Pero prefiere no tomar una decisión apresurada, no sin antes darle a la idea al manos una semana.
Entra a la casa sintiéndose desnuda, las palabras de Jimin, el cómo se siente respecto a sus sentimientos hacia la castaña la ha dejado por completo denuda. Se parece a lo que ella siente, pero al menos Jimin sabe por quién su corazón late, en cambio ella, tiene una enorme confusión en la cabeza. El nombre de dos chicos no deja de dar vueltas en su cabeza.
Barre la estancia con la mirada en busca de Yoongi, pero no está por ningún lado, incluso dio una rápida vista a su habitación sin ver demasiado solo para verificar que el chico de mirada felina no se encuentra en la vivienda. Ella frunce el ceño y mira la hora. Pasan las dos de la madrugada. Se encoge de hombros sin pensarlo demasiado, está muy cansada como para pensar donde ha decidido fugarse el azabache a estas horas.
La puerta es tocada y las alarmas de Yeonsoo se dispara. Después de la última vez está más alerta que nunca. Corre hasta su habitación y coge el arma, verificando que esté cargada y lista para ser usada. Camina con sigilo hasta la puerta de entrada y por la mirilla de esta ve quien está del otro lado. Larga todo el aire contenido al ver de quien se trata. Guarda el arma en un cajón cerca de la puerta y la abre.
—¿Qué mierda haces aquí? —grita en un susurro.
—No te encontré en ningún refugio, supe que vivías con un de los chicos... —ríe divertido.
—¿Fuiste casa por casa? —abre los ojos sorprendida.
—Por supuesto que no —ríe de nuevo. —De todos el único que se atrevería a cuidarte sería Isilo.
—Lárgate, y no vuelvas —ella intenta cerrar la puerta, pero el chico del otro lado la detiene.
—No bromees conmigo, Yeonsoo —enseria. —Vine por el paquete.
—No debo entregárselo a nadie. Eso me dijo...
—Sé que te dijo eso —la corta. —Pero yo estoy a cargo de todo esto. Ahora mueve tu hermoso y firme trasero y tráeme el jodido paquete si no quieres que entre yo a buscarlo.
—Si Isilo te ve aquí podría arruinarse todo —ella gira sobre su propio eje para buscar el paquete que fue a buscar con Hoseok días atrás.
—Muero de ganas por conocerlo —ríe.
⭒❀⭒
Yoongi se levanta con un horrible dolor de cabeza. Se levanta a duras penas y se va directo al baño. Lo último que necesita es enfermarse, mañana hay una pelea y necesita estar en condiciones para poder ganarla. Se da una rápida ducha apaciguando un poco el dolor.
Sale con una toalla envuelta en su cintura directo a su habitación, donde se pone ropa abrigada. Está seguro que el dolor no lo va a dejar en paz, así que su mejor opción es ir a una farmacia y comprar algo.
Yoongi pasa por la habitación de Yeonsoo y se detiene, mira la hora y ya es la una y media de la madrugada, debería estar aquí a menos que decida dormir en casa de Jimin. Abre la puerta con mucho cuidado por si está dormida y se encuentra con una habitación completamente vacía.
Saca su celular del bolsillo de su buzo canguro y le marca a Jimin.
—¿Hola? —dice del otro lado.
—Jimin, quería saber si Yeonsoo está ahí —se rasca la nuca. —No es que esté controlándola ni nada, pero me gustaría saber si cierro la puerta con llave o no —miente sintiéndose ridículo.
—Hace menos de tres minutos acaba de salir —responde. —De seguro llega en unos minutos más.
—De acuerdo, gracias amigo.
—¿Yoongi? —lo llama nuevamente.
—¿Sí?
—Debería decirle —Yoongi frunce el ceño confundido.
—¿De qué habas?
—Deberías decirle que te gusta —suelta.
—No digas estupideces Park —bufa Yoongi. —Tengo que irme.
Dice y corta. Sin darle tiempo a decir nada respecto al comentario anterior.
Sale directo a la farmacia, para cuando vuelva de seguro estará Yeonsoo, ya debe haber comido y él mucha hambre no tiene así que pasa de largo cuando encuentra una tienda de víveres. Calcula mentalmente cuanto le pagarán, para dividirlo entre los impuestos y algo de comida. Debe comprar mercadería al menos par aun mes. Comienza a hacer una lista mentalmente de toda las cosas que hacen falta o harán falta, ahora que están entrando más al invierno.
Entra a la farmacia y compra algunas pastillas para dolores de cabeza.
—¿Disculpe? —Yoongi parece ansioso. —Tengo un ligero problema, pero soy un poco ignorante al respecto.
—Dime —dice el hombre de mayor edad.
—Hay alguien que... —Yoongi intenta buscar las palabras correctas. —Mi... —se rasca la nuca.
—Tu novia tiene algún dolor —dice el hombre gentil. Yoongi abre los ojos, siente la necesidad de aclarar que no es su novia si no es una extraña que se ha metido en su casa, en la vida de sus amigos y hasta incluso en su cabeza tanto que no lo deja en paz; pero llega a la conclusión que al fin y al cabo da lo mismo.
—Si, ella tiene dolores menstruales y de cabeza —Yoongi se relaja un poco. —No sé qué comprar respeto a eso.
—¡Oh! Toma esto —le tiene una caja de analgésicos. —Muchas chicas lo llevan.
—Gracias —Yoongi saca dinero de su cartera.
—También llevan compresas calientes para colocárselas. Suelen aliviar el dolor.
Yoongi piensa si es buena idea llevarla, después de todo lo que Yeonsoo tiene no se asemeja con el periodo, pero no lo piensa más y compra dos compresas, paga y sale.
Le es inevitable reír por lo que acaba de suceder, no es la primera vez que va a comprar algo así, pero en definitiva esta vez se sentía diferente. Yoongi ríe nuevamente sumergido en sus pensamientos. Pasa nuevamente por la tienda de víveres y compra dos paquetes de cigarrillo, uno para él y otro para Yeonsoo.
Sale de la tienda con una paleta en la boca, juguetea con ella, separa las cosas en dos bolsas, una en la que están todas las cosas de Yeonsoo y en otra guarda las suyas.
Mientras más se acerca a su casa más frunce el ceño, puede ver a un hombre que nunca ha visto en su vida hablando con Yeonsoo, Yoongi camina con sigilo solo para observar y asegurarse bien de lo que está pasando. Yeonsoo levanta una pierna juguetona por la cadera del chico y por lo bajo le entrega un paquete. Yoongi se agacha y se acerca lo suficiente para escuchar pero que no lo vean.
—Siempre es un placer hacer negocios contigo —dice él con la voz ronca.
—Por favor todo lo que tenga que ver conmigo es placer —ella suena segura y coqueta.
—Te avisare cuando tengas que buscar otro paquete —baja la pierna de ella con cuidado y se acerca a su rostro.
Yoongi sin poder resistirlo sale de su escondite encarándolos.
—¿Isilo? —dice el chico retrocediendo.
—¿Quién eres? —se interpone entre Yeonsoo y él.
—Nadie —Yeonsoo sale de atrás de Yoongi y empuja al chico que no puede dejar de ver la mirada amenazadora de Yoongi. —Te llamaré —dice ella volviendo a empujarlo.
El chico asiente y se va.
—¿Qué haces? —Yoongi la interroga desde la puerta de la casa.
—¿De qué hablas? —lo hace a un lado y entra.
—¿Ahora vendes droga? ¿En mi casa? —Yoongi frunce el ceño confundido y enojado. Él entra y cierra la puerta.
—¿Eso importa? —Ella camina a la cocina seguida de Yoongi.
—Por supuesto que importa. Es mi casa —tira las bolsas en la mesa. —No quiero esa mierda en mi casa.
—No volverá a pasar —ella rueda los ojos y abre la nevera para sacar agua.
—¿Quién era? —Yoongi se interpone entre la nevera y Yeonsoo, esta tiene que levantar un poco su rostro para poder mirarlo a los ojos.
—¿Por qué te metiste cuando estaba por besarme? —ella está a punto de colapsar.
—¿De qué hablas? —Yoongi frunce el ceño.
—Hablo de que vi cuando te escondiste, ¿Por qué apareciste cuando estaba a punto de besarme?
—No seas ridícula —Yoongi se está por ir, pero Yeonsoo es más rápida y se interpone en su camino.
—Deja de actuar así, si tanto quieres besarme ¡Hazlo de una vez! —estalla.
Yoongi tira la bolsa de él, se saca la paleta de la boca y acuna el rostro de Yeonsoo con sus manos. Sin pensarlo dos veces, estampa sus labios con los de ella.
Yeonsoo abre los ojos de sorpresa, pero no se retira. Los labio de Yoongi están dulces y frío, una combinación adictiva en él.
Yoongi comienza a mover sus labios lento, acariciando con dulzura los suaves y carnosos labios de ella, la acerca más a él y la arrincona contra la pared. Yeonsoo sube sus manos hasta la cintura de él y lo atrae más para profundizar el beso. El cuerpo de Yoongi queda por completo sobre el de Yeonsoo. El beso comienza a profundizarse más cuando Yoongi coloca una de sus manos sobre la espalda baja de Yeonsoo que no está apoyada contra la pared, y con la otra atrae más su rostro colocándola en su cuello hasta detrás de su oreja.
Por falta de aire se separan, es entonces cuando ambos caen en cuenta que han mantenido los ojos cerrados durante el beso. Yoongi frunce el ceño y se separa de ella, toma la bolsa que estaba en el suelo y se va a su habitación. Dejándola sola, aún con los ojos cerrados. Con un sentimiento de abandono abordarla por completo.
Yeonsoo toma la bolsa que Yoongi no se ha llevado, y la abre, su corazón se salta un latido cuando ve que hay compresas, un par de analgésicos y un caja de cigarrillos de los que ella usualmente fuma dentro.
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