Sugar Crush
****NOTAS DE LA AUTORA****
1. Bueno, hasta este capítulo ya leyeron toda la trama romántica y el desarrollo de la relación, lo que sigue son puros escenarios sexuales que espero ejecutar de una buena manera.
2. Eso también significa que no le quedan muchos capítulos a esto porque bueno, es simplemente un montón de smut con un poco de trama. No está destinado a ser algo largo ni con drama ni eso.
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JongIn despierta en medio de fuertes brazos, cálidas sabanas y un colchón que bien podría compararse con una nube, a su espalda y respirando casi en su nuca, ChanYeol también empieza a despertar, el cabello completamente despeinado y luego una amplia sonrisa mientras el menor se retuerce en la cama para quedar frente a frente.
—Buenos días.
—Excelentes días, pequeño encanto ¿te sientes bien?
El menor simplemente asiente y se acurruca más cerca de Park, quien lo recibe completamente feliz y así permanecen por unos minutos, abrazados y discutiendo que deberían desayunar; ChanYeol es el primero en salir de la cama tras besar el oscuro cabello de JongIn.
—Tomaré un baño ¿quieres que deje lista la tina para ti?
—Por favor, estoy pegajoso.
—De acuerdo.
ChanYeol desaparece tras la puerta del cuarto de baño, JongIn se queda acostado mirando el techo, la sonrisa se niega a abandonar su cara porque la noche anterior fue posiblemente la mejor de su vida hasta el momento y su cabeza sigue yendo hacia esos sensuales recuerdos hasta que recuerda que hay un ser humano llamado "Oh SeHun" al que no le ha enviado señales de vida.
JongIn se sienta rápidamente dispuesto a tomar su teléfono, una punzada de dolor que no había sentido se extiende desde su trasero hasta su cuello y por supuesto que la intensa sesión de anoche le iba a pasar factura por la mañana, es joven, con un montón de energía y un cuerpo resistente, pero dioses, solo tiene 19 años y su condición no puede compararse a la de un hombre como Park ChanYeol, el cuerpo y la resistencia que vio anoche por su puesto no era de alguien que solo se sienta detrás de un escritorio.
Los días futuros pintan como lo más delicioso en su vida.
Volviendo a su compinche, JongIn bufa al solo encontrar una notificación del mencionado, solo una en todo el tiempo que estuvo fuera y con un mensaje tan estúpido que quiere patearlo.
—Responde a este mensaje si sigues vivo—JongIn lee el mensaje en su bandeja con un tono aniñado—¿Y sí estoy muerto, quien carajos le iba a responder? SeHun idiota.
Dos mensajes y tres notas de audio después, SeHun está enterado de que su mejor amigo sigue vivo y que está bien, completamente satisfecho y bien, así que solo le pide que al menos le avise sin volverá esa noche o se encontrarán mañana en la facultad, JongIn lo promete y se las arregla para llegar a su mochila y tomar un par de analgésicos que carga con él no para fines sexuales sino para dolores de cabeza, aunque en esta ocasión es matar dos pájaros de un tiro.
Luego, ChanYeol sale del baño con solo en pantalón de la pijama puesto, su torso muy desnudo con algunos mordiscos en las clavículas, los hombros y cuando se da la vuelta en el armario para buscar una camisa, JongIn se sonroja como sí ayer no hubiera estado gimiendo como loco mientras pedía por más, pues las espalda de Park es aún más desastrosa que su pecho, hay líneas rojas bien marcadas desde los omoplatos y hasta la cintura, medias lunas aún más marcadas por la fuerza con la que le clavó las uñas y más mordiscos por aquí y por allá, definitivamente fue una buena noche.
—El baño está listo—Park dice metiéndose en una sudadera gris—¿Necesitas ayuda?
—No, creo que sí puedo llegar al baño.
Enredado en las sabanas para ocultar su ligera cojera, JongIn camina hasta el baño, ChanYeol solo sonríe mientras le dice algo relacionado al desayuno y luego está dejando caer la tela al piso junto a la única prenda en su cuerpo, hay una bata y toalla limpias en la encimera y la tina llena con agua caliente, sales de baño que huelen a vainilla.
JongIn se sumerge lentamente en la bañera, el agua se siente tan bien contra su todavía sensible piel, mientras se lava el lubricante y el sudor del cuerpo descubre algunos moretones en sus muslos, un par de mordidas que empiezan a desvanecerse y otras marcas más de la acalorada noche que tuvo. Cuando termina de bañarse y seca su cuerpo termina de descubrir otra serie de marcas apasionadas en su cuello y pecho, nada que un cuello alto no pueda esconder pero que se quedarán ahí por lo menos una semana.
Fue una noche estupenda.
Finalmente JongIn sale del baño encontrando la cama perfectamente tendida y percibiendo un delicioso aroma a tocino, se viste con su muda limpia y jugueteando en el tocador de Park termina rociándose un poco de una de esas costosas lociones para salir a la cocina donde se encuentra el mayor sirviendo platos con huevos, tocino y panqueques.
—Un absoluto desayuno americano—ChanYeol habla mientras termina de servir uno de los platos—¿moras o uvas verdes?
—Uh ¿ambas?
ChanYeol asiente echando las frutas en un cuenco de porcelana, JongIn se desliza en uno de los bancos del desayunador donde lo espera una enorme pila de panqueques con miel y mantequilla, huevo y tiras de tocino frente a él, hay fruta picada, galletas, jugo de naranja, leche y café a su disposición además de otras cosas como mermeladas, rebanadas de pan tostado, miel de maple y más panqueques. Este podría ser el desayuno más completo que ha tenido desde que salió de la casa de sus padres; luego ChanYeol se sienta a su lado y desayunan en amena tranquilidad, charlando de todo menos de la increíble noche que tuvieron, como sí la conversación de anoche no hubiera sucedido.
Claro, eso es solo hasta que ChanYeol menciona el postre y JongIn casi está brincando en su silla cuando ve el rollo de helado aparentemente sabor chocolate, la apariencia es maravillosa pero el sabor es mil veces mejor, sí estuviera en casa con SeHun definitivamente lamería el plato hasta limpiarlo.
—Más tarde te compraré todos los rollos de helado que quieras—ChanYeol habla sirviendo otra rebanada del postre en el plato del menor—Primero, hablemos de lo que va a pasar de ahora en adelante, anoche hablamos un poco de esto pero me gustaría dejarlo completamente claro.
—Entonces ayer ¿no fue todo lo que había?
—Para nada lo fue, pero vamos por partes ¿bien? —JongIn asiente y ChanYeol continua—Primero, quédate con la computadora, es tuya, segundo, necesito los números de cuenta a los que depositas el arrendamiento de tu departamento y la cuota restante de la universidad, en cuanto los tenga haré los depósitos correspondientes. También los servicios, agua, electricidad, hazme llegar los recibos.
—Seguro, aunque por este mes esa parte ha sido cubierta, cuando llegue a casa buscaré esas cuentas.
—¿Has cubierto esos gastos, cuando?
—Ayer saliendo del trabajo, el arrendamiento y los servicios son 50/50 y SeHun volvió a pagar por la TV de cable.
—Ya veo. Mhm, entonces permite que les devuelva ese dinero, a ti y a SeHun.
—¿Eh? Oh, no, no, está bien, ayer no teníamos este, ehm, esta relación, está bien, en serio no...
—Pequeño encanto—ChanYeol se acerca tomando al menor del mentón—Deja que devuelva ese dinero a sus bolsillos.
—Dios.
—Planeaba hacerte esta propuesta hace tiempo pero mi trabajo me mantuvo ocupado, así que déjame encargarme desde ahora, desde ayer que debió ser ese ahora ¿bien? —el menor termina aceptando tímidamente la oferta—Perfecto. Lo siguiente es el contenido de la alacena y la nevera, ustedes deciden como hacen esa parte, cada mes, cada quince días, cuando quieran y si piden todo a domicilio, ustedes van a recoger las compras o lo hacen de la manera tradicional. ¿Tienes alguna duda hasta este punto?
—¿Envían las compras del super a domicilio?
—Sí, los supermercados de franquicia lo hacen ¿alguna otra?
—¿De verdad no te molesta pagar por la alacena de otra persona?
—Te repito, mi encanto, que no es para otra persona, eres tú, para ti, y por ti, lo que sea.
El sonrojo trepa por el rostro del moreno como sí ayer no hubiera estado jadeando y gimiendo bajo Park porque claro, los halagos siempre se sienten tan sinceros y románticos, su corazón se vuelve loco y mientras su organismo se llena de mariposas y helado, ChanYeol sigue haciendo una lista de los gastos que está dispuesto a asumir hasta que parece satisfecho o simplemente se ha quedado sin cosas por las que debe pagar.
—No quiero dejar mi trabajo—JongIn lanza la oración, aunque más bien, pensó en voz alta—Ah, quiero decir, ehm, es que en verdad me gusta el ambiente de ahí...
—No te estoy pidiendo que dejes de hacer lo que haces, además gracias a ese trabajo tuyo estamos donde estamos—JongIn sonríe y ChanYeol despeina sus espesos mechones—Mi pequeño encanto, jamás me atrevería a cambiar nada de ti o tu rutina, eres tan perfecto justo como eres ahora, haciendo lo que haces, me siento tan afortunado de haberte conocido.
JongIn se derrite por segunda vez en lo que va del día, apenas son las nueve y cuarenta pero ya ha tenido dos colapsos emocionales, no estaba preparado. Joder, en verdad solo esperaba regalos costosos y sexo intenso, no estaba listo para toda la palabrería dulce y los gestos tan amorosos como ese beso que ChanYeol planta en sus labios sin intención de terminar en la cama, desnudos y sudando, no, solo besarlo y luego acariciarle la mejilla mientras lo mira con tanto cariño ¿qué demonios hizo para tener así a uno de los hombres más cotizados en Corea del Sur?
—¿Irás a verme al trabajo entonces?
—Siempre que pueda. ¿Tienes alguna duda hasta aquí? —JongIn niega—Bien, entonces podemos hablar de lo que va a pasar en el dormitorio.
—Oh.
—También lo dije ayer, pero lo repito, en la intimidad son tus condiciones y las mías, comunicación abierta y efectiva, todo con absoluto consentimiento, tampoco voy a lastimarte ni obligarte a nada.
—Sí, eso suena bien.
—Entonces te escucho.
—¿Eh?
—Tus condiciones, lo que te gusta, lo que no, por lo que estás curioso, dime y por supuesto vamos a considerar cada cosa. Tu placer, mi encanto, por supuesto es el mío y viceversa, así que te escucho ¿qué quieres que pase en la intimidad?
JongIn vuelve a sonrojarse aunque esta vez sí es por vergüenza, absoluta vergüenza trepando por su rostro y acumulando sudor en sus palmas porque no tiene idea de que debería decir, hace unos meses abandonó la adolescencia, una muy hormonal, por cierto, leyó un montón de libros homo eróticos y no es un virgen, por el Valhalla que no, pero contando a ChanYeol, solo ha tenido cuatro experiencias gimiendo en una cama y sin duda la de ayer fue la mejor, vio la Vía Láctea pese a que todo fue de la manera tradicional y Dioses, por supuesto que ChanYeol con diez años más tiene más experiencia, conoce ese mundo oscuro mejor que él.
—Uhm, es que yo... Uhm—JongIn habla jugueteando con sus dedos—Bueno, yo en realidad no sé qué quiero, quiero decir, no he pensado en lo que me gustaría ¿bien? Yo solo he tenido, ehm, ¿experiencias normales? ¡Anoche fue increíble, sin duda! Pero ¿cómo lo digo?
—No hace falta. Entiendo.
Parece ser que hoy es el día en el que el rubor que JongIn no ha padecido en años se apodera de su piel, pues de nuevo se ruboriza con intensidad cuando encuentra a ChanYeol mirándolo fijamente mientras se lame los labios, no parece decepcionado de no tener una línea de salida, al contrario, luce feliz y concentrado, como un leopardo acechando a su presa, un escalofrío recorre cada nervio en su cuerpo y una extraña ansiedad empieza a acumularse en su entrepierna.
—De-De acuerdo.
—Y no debes preocuparte, vamos a tener tanto tiempo para descubrir que te gusta, que no y cada uno de tus límites. Qué feliz estoy de ayudarte en esto, mi hermoso encanto.
—Dios—JongIn susurra y casi gime al sentir los dedos de ChanYeol recorriendo su columna, pero empuja lejos su excitación, recupera la cordura y pregunta—Anoche... Tal vez escuché mal, pero ¿mencionaste una prueba?
—Sí, lo hice. Exámenes de laboratorio. Tu seguridad y la mía mi encanto, además y aunque tengo el dinero de sobra, gastar en preservativos es innecesario ¿verdad?
De nuevo, la sangre se acumula en el rostro del menor obligándolo a agachar la cabeza escapando de la intensa mirada del mayor, este, por su parte, está sonriendo de oreja a oreja completamente encantado con el hermoso amante que puede presumir, ya tiene, anoche era la bendita reencarnación de Eros y hoy es un sonrojado jovenzuelo tan adorable mientras asiente de acuerdo con el enunciado de no gastar en látex.
Y ya que JongIn no tiene mucho que decir por ahora, ChanYeol simplemente pacta que existen palabras de seguridad para cada vez que se le ocurra presionar los botones del menor y no hacerlo tradicionalmente, verde, amarillo y rojo, que básicamente significan lo mismo que el semáforo de tránsito (bien, bajar la velocidad, alto).
—Y por último, mi encanto ¿crees que puedas regalarme un par de horas más de este día?
—Sí, solo tengo que decirle a SeHun porque aunque no lo parezca, le importo.
—Seguro que sí.
—¿Y, qué vamos a hacer?
ChanYeol solo se encoje de hombros antes de hacer algunas llamadas, JongIn se queda hasta entrada la tarde en Teheranno solo viendo películas y husmeando en la nevera, Park lo lleva hasta su vecindario y lo deja la entrada de su modesto departamento tras un beso y un muy costoso regalo en la bolsa de su sudadera.
JongIn atraviesa el umbral de la entrada, SeHun está tumbado en el sofá viendo alguna serie en la TV y simplemente se queja cuando el moreno se desploma sobre él, pero no lo hace a un lado y al contrario, se mueve para que ambos quepan en el mueble.
—¿Y la silla de ruedas?
—Es color negro, negro mate.
—¿La silla?
—La tarjeta.
—¿Cuál tarjeta?
JongIn simplemente desliza su sencillo regalo por el campo de visión del rubio, es un pedazo de plástico negro opaco con ciertos números plateados en realce y su sencilla firma en la parte de atrás.
—Te dio una tarjeta de crédito sin límite.
—Y la mejor cogida de mi vida hasta el momento.
—Te odio.
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