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Propuesta con aroma a Chanel

****NOTAS DE LA AUTORA****

1. ¡Ahora sí se viene lo bueno!
2. No soy una experta en las cosas sexys, así que espero que de aquí en adelante todo sea decente. 

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Teheranno no es un lugar desconocido para JongIn, lo vio en un documental y pasó por ese distrito en un viaje escolar hace cuatro años, a simple vista se veía como un lugar decente pero ya dentro de una de sus avenidas, es una locura, a donde quiera que voltee hay deportivos yendo, viniendo entrando a los estacionamientos o lo que sea, siente que desentona por completo, de repente su atuendo de jeans y hoodie lo hace sentir como un repartidor de comida o algún vago entre tanto lujo.

El reloj marca las nueve en punto y hay una notificación de ChanYeol diciendo que va un poco tarde pero que está en camino, JongIn se guarda el teléfono en la bolsa de su sudadera y se queda de pie frente a la entrada sin saber que hacer, siente que de sentarse en el piso llamarán a la policía creyendo que es un indigente, tampoco puede moverse de ahí porque podrían pensar que es un ladrón buscando a su siguiente víctima y cabe mencionar que su sentido de la orientación es como el de una papa, no tiene. Quien sabe donde podría terminar sí decide dar aunque sea dos pasos lejos del edificio número 6188.

Ahora son las 09:15 y el viento se ha puesto helado, un brillante auto rojo para en la entrada al estacionamiento, el responsable de la caseta de valet parking se acerca llegando después de que la puerta se abre y cuando el conductor sale, los músculos de la mandíbula de JongIn se niegan a retraerse.

Es ChanYeol.

ChanYeol en un terno azul marino de tres piezas, con el pelo bien peinado hacia atrás, todo elegante y tan sensual dejándole las llaves de su auto al chico y luego dando zancadas hasta la entrada, manos en las solapas del saco, un reloj en la muñeca la izquierda y el maldito pantalón pegándose a la piel de sus muslos, apretándose tanto que podría romperse en cualquier momento.

Park ChanYeol es la encarnación de un sueño erótico, definitivamente sí.

Y JongIn sigue sin cerrar la boca, ni siquiera lo hace cuando su atontado cuerpo termina entre los firmes brazos del mayor, el vibrante aroma de su colonia se cuela por sus fosas nasales y cree que su cerebro ha hecho corto circuito.

—Lo siento tanto pequeño encanto, tardé un poco más de lo esperado pero finalmente estoy aquí, vamos adentro, hace algo de frío.

ChanYeol presiona su palma en la espalda baja del moreno enviando vibraciones por todo su organismo, se toma la libertad de llevar su bolso deportivo y casi empujándolo porque sigue sin hacer una buena conexión neuronal, lo lleva dentro del lujoso edificio donde le hacen llenar un formulario de visitante y toman algunos de sus datos personales, una vez hecho ese papeleo, se dirigen a un ascensor de puertas doradas que está apartado de los otros tres disponibles y JongIn finalmente despierta.

—¿Tienes un ascensor exclusivo para ti?

—Ventajas de ser el dueño, supongo.

—Oh dios santo ¿este edificio es tuyo?

—Sí. La zona es muy agradable.

—¿Y por eso compraste todo un rascacielos, no había solo pisos disponibles?

—No lo compré, lo mandé a construir, no encontré un departamento que me gustara lo suficiente.

—Gente como tú de verdad existe ¿verdad?

El elevador pasa directamente hasta el último piso donde JongIn suponía se iba a detener porque obviamente, ChanYeol tiene que vivir en la parte más lujosa y exclusiva del edificio, el ático.

—Bienvenido, por favor, ignora el desorden.

Tras dejar sus zapatos en la entrada, JongIn observa por todos lados buscando el desorden del que habla ChanYeol, solo ve un abrigo en el sofá y un sobre la mesa de cristal del centro, ojalá pudiera ver el desorden que él hace cuando está preparándose su malteada de chocolate.

—Tu desorden es invisible, woah.

ChanYeol simplemente se ríe mientras pone la mochila del menor en uno de los sofás. —Ponte cómodo, siéntete con toda la libertad de tomar de la cocina lo que quieras, tomaré un baño rápido.

El menor solo puede asentir, las palabras no llegan a formarse y quizá tenga que ver con lo sexy que se ve el platinado quitándose la corbata y luego enredándola en su mano para después sacarse el saco y dirigirse a donde sea que esté el baño y joder que es una maldita delicia verlo caminando y remangándose la camisa hasta el codo; por lo poco que apenas ha visto en otros atuendos, JongIn deduce que Park tiene un muy buen físico metido entre tanta tela y el solo imaginarlo le produce un cosquilleo terrible en todo el cuerpo, así que aleja su vista del mayor antes de saltar sobre él en la escalera.

Sí, la extraña lámpara colgante que parece un montón de globos es más interesante.

Aunque de hecho, el lugar es realmente bonito, muy amplio, dos pisos para ser exactos, bien iluminado, buena vista y bien decorado, elegante, simple, todo en tono madera y blanco con algunos pops de colores opacos, lo más impresionante es la ausencia de una pared frontal siendo reemplazada por un ventanal que da a un balcón.

JongIn se acerca encontrando una manija que le permite deslizar el cristal, el frío viento nocturno inmediatamente le golpea el rostro pero no se detiene y cruza por el balcón hasta llegar al barandal en donde se recarga contemplando desde las alturas las luces de la ciudad.

—Por esto tengo un edificio aquí.

ChanYeol habla a espaldas de menor haciendo que se sobresalte, tan absorto estaba en todo el panorama que no notó el momento en el que llegó Park, quien tras una disculpa, besa la sien del moreno apoyándose a su lado en el barandal y está a punto de decir algo más cuando JongIn lanza por ese balcón todas sus palabras.

—¿Vas a mandarme al diablo?

—¿Qué?

—Dijiste que cuando volvieras a Seúl querías hablar ¿vas a mandarme al diablo, por no aceptar una computadora portátil?

El platinado niega sonriendo. —No es nada por lo que te tengas que preocupar y menos por algo así de insignificante, te lo garantizo.

—Sonabas algo serio.

—Bueno, es importante más nada por lo que temer, pero lo hablaremos después de cenar, pasé todo el día en la oficina y te gusta el pollo frito ¿cierto?

La sola mención del platillo hace que JongIn abandone ese tinte de seriedad y siga a ChanYeol hasta la cocina, en la nevera hay un paquete de pollo y lo divertido de esta cena es intentar cocinarlo en la freidora de aire que hay allí, el manual es algo confuso pero después de 45 minutos obtienen un pollo picante exquisito.

Pero como todo en la vida, a menos que seas una medusa, el pollo no es eterno, al finalizar la cena, JongIn ayuda a lavar los platos, ChanYeol no ha dicho nada todavía y a decir verdad, el ambiente no se siente tenso, tal vez es solo anticipación. Una vez los platos están escurriéndose, el mayor los arrastra de nuevo hacia el balcón donde pese a la hora las luces de la ciudad se mantienen encendidas.

—Tengo una hermosa vista desde aquí—ChanYeol habla.

—Sí, el paisaje nocturno es bastante espectacular.

—Lo sé, pero no hablaba de eso.

El sonrojo que atraviesa al moreno no pasa desapercibido para Park y esa reacción solo confirma su postulado de que ese chico es sin duda, a falta de una mejor palabra, lo más hermoso que ha visto y dicho adjetivo se queda corto para tratar de describir al menor.

JongIn es tan bello, posee un rostro atractivo y masculino, la línea de su mandíbula es increíble, tan afilada como sí hubiese sido perfilada con un cincel, labios gruesos y un par de ojos avellana que brillan como estrellas, proporciones realmente esculturales y ¡por el Nirvana! esa hermosa piel morena, tersa y radiante bajo las luces nocturnas ¿qué sabor tendrá algo tan delicioso a la vista?

—Entonces—el menor habla balanceándose—¿De qué querías hablar?

—Oh sí, eso, quiero hacerte una propuesta pero por favor detenme sí crees que estoy siendo impertinente o sí te sientes ofendido con lo que te diga.

—¿De acuerdo?

—Bien. Sinceramente, me sentí un poco molesto que no quisieras aceptar la computadora, finalmente es algo que necesitas.

—Te dije que no quería...

—Lo sé, sé lo que dijiste que no deseabas una malinterpretación de tus intenciones pero ¿y sí yo quisiera darte no solo lo que necesitas, sino todo lo que quieras?

JongIn se toma unos segundos para procesar lo que le han dicho, sus neuronas hacen sinapsis y los relatos de esas historias eróticas, donde un sexy millonario se ofrece como beneficiario de un estudiante tímido y con lentes de botella a cambio del sexo más caliente de su vida, que SeHun lee, golpean su memoria y le es inevitable boquear como pez antes de balbucear una respuesta coherente.

—Uhm, ¿te acabas de ofrecer como un, como mi... Ouh.

ChanYeol sonríe mientras asiente. —JongIn, pequeño encanto, déjame darte todo lo que necesitas y mereces, sí puedo ser un alivio a tus preocupaciones, déjame serlo.

—En los libros de SeHun esta línea suele ser menos elegante y educada, ya sabes, más ¿uhm, adulta?

Repentinamente, ChanYeol deja su lugar en el barandal y tira de JongIn llevándolo hasta sus brazos y sujetándolo por la cintura, el menor no sabe que hacer con sus brazos y termina poniéndolos en los hombros del platinado y al hombre parece encantarle ese gesto, se le escapa un jadeo al sentir la zona definitivamente bien trabajada, el agua sabrá que hay debajo de esa holgada playera y JongIn la envidia, sin contar el delicioso perfume masculino que alcanza sus sentidos y lo embriaga.

—Por supuesto puedo hacer eso, una oferta atrevida, pero no estoy ofreciéndote algo exclusivamente carnal, ni tampoco deseo tu sumisión. Quiero darte todo lo que te mereces, lo que necesites y desees.

—Cuando hablas así, tan formal, me tiemblan las piernas.

—Suerte que estás en mis brazos. Regresemos a mí propuesta, escúchame y siéntete libre de cambiar los términos, poner tus propias condiciones y exponer todas tus dudas ¿de acuerdo? —el menor asiente—Ponlo en la definición que quieras, pero básicamente te ofrezco todo lo que tengo para que tengas todo lo que quieras y no te preocupes por sí el día de mañana va a haber un techo sobre tu cabeza o comida en tu nevera o sí podrás tener otro semestre en la Universidad, yo me encargaré de esos gastos y podemos empezar con que te quedes con la computadora y luego, en palabras sencillas, pídeme lo que quieras y te lo daré.

—Eso suena a que vas a gastar demasiado, piensa en tu herencia.

—Sí hago un testamento para diez herederos, aún tendría el 95% de mi fortuna y sí vas a preguntar por caridad y esas cosas, sigo teniendo 95% —JongIn cierra la boca tragándose su pregunta—Tengo el dinero suficiente para gastar en lo que yo quiera, y no, tampoco voy a irme a la quiebra en un futuro cercano.

—¿Y por qué gastarlo en cualquier persona?

—Oh no, no, no pequeño encanto, yo no gasto en cualquier persona, admito que he tenido un buen número de amantes pero casi todos de una sola noche y ninguno ha sacado estas palabras de mi boca, ni siquiera se me antojó hacer tal cosa, tú, Kim JongIn, me tienes en la palma de tu mano, estoy completamente fascinado con lo poco que me has mostrado y seguro que puedes fascinarme más.

—Tengo una parte de esto, lo de darme todo y eso, pero—JongIn se aleja un poco del regazo del mayor, su perfume no lo deja pensar con claridad—¿Qué esperas que te de yo, a cambio de qué es esto? ¿Qué quieres de mí?

—¿Qué quiero, dices? —JongIn jadea cuando ChanYeol toma su mano derecha y la lleva a sus labios besándole los nudillos uno a uno—No estamos firmando un contrato, no estoy pagándote por algo, jamás te ofendería de esa manera, no, yo quiero cuidar de ti pero también deseo una relación estable y con toda la cursilería que quieras. No sé que me hiciste pero sin duda te quiero a ti y todo lo que venga del hermoso ser humano que eres.

—¿Sexo?

—Solo sí así lo quieres.

—¿Alguna cosa acerca de eso? —ChanYeol ladea la cabeza ante la pregunta—¿Fetiches, tendencias, juegos de rol? Cosas de ese estilo.

—Tus condiciones y las mías, acuerdos mutuos, pleno consentimiento y comunicación abierta.

—¿Exclusividad?

—Conozco noviazgos con más de dos personas, pero lo siento, no me gusta compartir, menos si eres tú, te quiero completamente para mí sí es que aceptas mi propuesta.

—¿Y sí no acepto?

—Entonces al menos déjame garantizar tu educación.

—¿Tengo que dejar mi trabajo y mudarme aquí o tener disponibilidad 24/7 para ti?

—No, a las tres cuestiones. Libertad individual, como en todas las relaciones.

—Bien ¿y sí te aburres de mí el siguiente mes?

—No creas que mis preferencias son tan volubles. Tratándose de ti, puedo asegurarte de que no eres una atracción guiada por una seductora idea y mucho menos algo pasajero.

—Bien, sí, creo que tengo solo una última cosa que preguntar.

—Te escucho.

—¿Y sí a mí no me gusta la parte qué tiene que ver con mi placer?

ChanYeol exhala pesadamente cuando JongIn le rodea el cuello con los brazos pegándose más a él, su fresca colonia se cuela en su nariz y su agarre en la cintura del menor se mueve hacia su espalda baja, sus dedos rozando la curva de su trasero.

—Entonces supongo que tendré que darte una pequeña muestra ¿cierto?

—Por favor.

Y de nueva cuenta, JongIn no sabe de donde demonios saca ese lado tan atrevido, pero mientras ChanYeol lo guía a su habitación con una sonrisa en el rostro, decide que le gusta ese lado suyo. 

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