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Sí a JongIn le hubieran dicho que terminaría ganando dinero solo por fijar recordatorios en un calendario, no lo hubiera creído, nadie lo hubiera creído, nadie le creería sí usara esa descripción para hablar de su nuevo trabajo, así que solo describirse como un simple asistente en una compañía de electrónicos y decir que organiza datos es suficiente.

—El lunes a las diez tiene una junta y la sesión del martes se recorre hasta el jueves porque el gato de la directora Han tiene un esguince en la cola y quiere estar en la rehabilitación. Eso es todo, ehm, ¿director Wu?

—Pobre gato ¿podemos comprarle un juguete? —JongIn asiente anotando la misiva—Y por favor, no me hables con tanta formalidad, recibí el dildo que Park te compró.

—Maldición...

—Es todo lo programado para la semana ¿cierto?

—Ajá.

—Bien, entonces utilizaremos el miércoles para revisar la nueva campaña de publicidad, por favor envía un memo a mercadotecnia y una vez enviado, puedes retirarte. SeHun también puede irse.

—De acuerdo, enviaré el memo, nos vemos mañana.

—Hasta mañana.

JongIn sale de la oficina de YiFan para hacer su último deber del día, el reloj marca las 06:30 y su turno empezó a las 03:45, justo después de las clases, ha terminado la tarea de Neurodesarrollo y tiene la hipótesis de su próximo trabajo de investigación, comió pollo frito receta picante extra crujiente y una soda de limón, y le van a pagar por eso.

Sí está soñando, no quiere despertar.

—Oye, cabeza de hongo, nos vamos.

—¿De verdad? Solo vinimos a comer.

—Bueno, estamos a prueba, la siguiente semana tal vez no tengamos tanta suerte.

—Tienes razón, voy a despedirme de Wu y nos vamos.

Con saco en mano, SeHun se asoma alegremente a la oficina de su jefe, se despiden y luego salen del edificio y a nadie parece importarle que llevan menos de tres horas dentro del inmueble, al contrario, muchos de los empleados ya están checando sus salidas listos para ir a casa.

Evidentemente aceptaron la oferta de trabajo y esta es su semana de prueba, el horario es de lunes a viernes después de la escuela y salen cuando terminan de agendar los eventos de la semana o lo que se necesite hacer, ahí mismo pueden hacer sus deberes académicos y participar en algunos de los cursos de diseño y computación que frecuentemente tienen.

El trabajo es relativamente sencillo, fácil porque antes de irse los asistentes anteriores dejaron hecha la programación de los próximos dos meses, así que solo deben anotar los eventos espontáneos, los que se adelanten o pospongan y asegurarse de que YiFan no olvide los que ya tiene, es fácil, tienen una Tablet.

—SeHun ¿iremos a morir? Porque siento que hemos estado teniendo mucha suerte recientemente ¿qué tal si es una broma cruel del destino y tenemos que pagarlo con nuestra vida?

—Y sí así fuera ¿qué? Has tenido como un montón de sexo alucinante, una tarjeta de crédito ilimitado, fuimos a Hawái ¿y crees que puedes quejarte? Sí mañana se acaba el mundo, te irías completamente satisfecho.

—Tienes razón. Olvida lo pesimista que puedo llegar a ser.

—Mejor piensa en que vamos a cenar.

—¿Comida china?

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Hoy es un día ajetreado, uno de los socios de YiFan llegó de imprevisto solicitando una reunión extraordinaria y aunque no es parte de sus funciones, JongIn y SeHun tuvieron que imprimir y meter en carpetas un montón de documentos con gráficas que no entienden, también se las arreglaron para armar el servicio de catering con bocadillos y café del Starbucks donde JongIn trabajaba, lo hicieron parecer como sí de verdad viniera de algún restaurante de cinco estrellas.

—Chicos esto se ve fabuloso, les agradezco.

—En una ocasión hicimos el trabajo de tres meses en cuatro días y ganamos el primer lugar en la Feria de Investigación, las crisis son como nuestra especialidad.

—Ese tipo de irresponsabilidad normalmente no lo aplaudiría pero hoy me vino como caído del cielo.

—¿Necesitas algo más?

—Solo una cosa más, ehm, SeHun entrarás conmigo a la junta porque seguro querrán organizar un almuerzo o lo que sea y JongIn necesito que vayas con Park a recoger unas listas de presupuesto. Él sabe que son.

—De acuerdo.

—Ve hasta la recepción a que te pidan un taxi.

JongIn toma lo que necesita para su nuevo encargo y parte a este con un poco de incomodidad porque su pantalón está demasiado ajustado, por error tomó uno de SeHun y se quedó sin tiempo para regresar a cambiarse a casa, así que ha estado evitando estar fuera de su silla porque su trasero se ve increíblemente apretado en esos pantalones, hasta parece que realmente tiene un trasero trabajado.

Durante el trayecto lejos de su silla, su mochila cruzada es su mejor apoyo para desviar las miradas y agradece infinitamente que el taxi llegara rápido, según su GPS estará en la oficina de ChanYeol en unos 25 minutos y una extraña sensación se instala en sus entrañas cuando hace clic en que verá a ChanYeol en el trabajo, dentro de una oficina, detrás de un escritorio usando esos elegantes trajes entallados y el cabello bien peinado mientras pide que se haga lo que él dice con esa voz de infarto.

Un pequeño grado de excitación también acompaña este pensamiento. Está bien, JongIn se ha excitado un poco porque seguramente Park se ve jodidamente sexy dando órdenes.

Exactamente 25 minutos después JongIn está entrando al lujoso rascacielos, en la recepción lo dejan pasar rápidamente también llevándolo de manera directa hasta la oficina del jefe en ese edificio, al igual que YiFan parece tener un montón de asistentes para todo.

—Puede esperar adentro, el director Park vendrá en unos momentos—uno de los asistentes abre la puerta de la oficina—Él mismo le dará la listas del director Wu.

—Muchas gracias.

La mujer se va dejando que JongIn entre a la habitación; tal como imaginó es bastante amplia, tal vez del tamaño de su sala y cocina combinadas, con muros en tonos grises y negros y un piso marmoleado, elegante, muy al estilo de ChanYeol, la puerta es de cristal esmerilado con patrones geométricos y el gigantesco ventanal ofrece una vista sensacional de la puesta del sol, el menor se acerca hasta el escritorio que también es una pieza de madera bastante elegante, color negro con una superficie tan bien pulida y esmaltada que parece cristal. No hay mucho en realidad, solo un par de cuadros, una mesita de té y una estantería de pared con unos cuantos libres, luce como un lugar perfecto para hacer dinero.

JongIn sigue curioseando por la oficina, sin querer tira algo del escritorio y maldice a los estúpidos pantalones por estar tan ajustados a su cuerpo que sí se agacha rasgara la tela y seguramente SeHun hará un drama por ello, así que usa su altura para inclinarse sobre el escritorio y recuperar la pelotita metálica, su trasero está levantado al aire y seguramente la tela está más pegada que nunca a esa zona, casi puede jurar que se ve el elástico de su bóxer.

—¡Te tengo!

Un silbido hace que brinque y voltee viendo a ChanYeol sonriendo desde la puerta. —Vaya, justo cuando pensé que tenía la mejor vista de este lugar vienes y la mejoras.

Y oh dios, JongIn siente su lengua pasmarse y ¿está salivando? Tal vez porque ¿quién demonios no estaría salivando sí tuviera lo que él tiene enfrente? ChanYeol lleva puesto un entallado pantalón negro pero no es el tradicional terno de tres piezas, ha dejado de lado el saco y chaleco para ostentar solo la camisa blanca de la que soltó los tres primeros botones y que se ha remangado hasta los codos, tampoco lleva corbata y la bendita tela se ve ajustada en sus bíceps y pectorales, JongIn lo ve de arriba abajo tratando de recordarse a sí mismo que está aquí por trabajo y no para ponerse caliente.

Aunque caliente ya está.

—¿Te gusta lo que ves?

—Sí... ¡No! Estoy aquí para entregar...

—¿Entregar, vienes a darme algo? —ChanYeol pregunta mientras se acerca, sus manos en los bolsillos del pantalón y ese gesto nunca había sido tan sensual—¿O vienes a que yo te de algo? —el énfasis en la conjugación de dar tiene a JongIn tragando saliva con fuerza—¿A qué ha venido, el delicioso asistente de Wu YiFan?

—Oh dios...

JongIn jadea cuando su cuerpo es deliciosamente aprisionado contra el escritorio, su trasero está presionado justo en el borde y la enervante colonia de ChanYeol ya hace estragos en su organismo, no le ayuda en nada tenerlo así de cerca y mucho menos distraerse en esas bien esculpidas clavículas en las que seguro puede poner una gota de agua y no se tirará, o tal vez ponga Berliner Luft y lo lama directamente de ahí.

—Entonces ¿a qué dijiste que venías? —Park pregunta de nuevo apoyando sus manos en el escritorio y acercándose más al menor—¿A recibir algo de mi parte?

—No me hagas esto.

—¿Qué cosa estoy haciendo?

El deseo de besar a ChanYeol gana y JongIn lo jala de la camisa para hacerlo, es todo un desorden de lenguas y dientes tirando de su labio inferior, jadea entre beso y beso y no sabe bien como llegaron sus manos hasta el cabello del mayor pero bueno, ya lo hizo.

—Estoy trabajando.

—Oh y lo estás haciendo increíblemente bien, te lo juro.

—ChanYeol...

JongIn se traga un gemido cuando el muslo del platinado roza con su erección y pensándolo bien ¿en que momento se puso duro, como llegó toda la sangre de su pelvis ahí, quien lo permitió, que demonios le pasa a su cerebro?

—No creo que sea prudente que regreses así y sería muy descortés sí no te echo una mano con esto ¿verdad?

—Director Park, es usted un pervertido.

Las neuronas de ChanYeol se queman con la primera parte de enunciado y manda al carajo la cordura y el pudor alzando a JongIn para sentarlo de lleno sobre su escritorio, meterse rápidamente entre sus piernas y besarlo como sí ese fuera su trabajo mientras empuja su propia entrepierna a medio despertar contra la del chico que ya se deshace en suspiros bajo su toque.

JongIn gime bajito ante los besos húmedos en su cuello, ChanYeol ya ha sacado la camisa de la pretina del pantalón y sus manos deambulan por todo su cuerpo especialmente aferrándose a su cintura, todavía sigue meciendo sus caderas hacia delante presionando sus erecciones y el menor solo puede abrir más las piernas para conseguir más fricción, es sorprendente que la tela no se esté rasgando, es de una excelente calidad considerando lo mucho que el pelinegro intenta estirarse.

ChanYeol parece tener prisa o estar tan jodido como el menor, así que rápidamente desabrocha los pantalones de este solo bajándolo del escritorio para bajar la tela e inmediatamente lo vuelve a subir, ahora masturba directamente la piel desnuda de su pene ganándose una mordida en el hombro y manos desesperadas por hacer a un lado la tela de su camisa.

JongIn ahora está completamente extasiado besando y lamiendo las clavículas de ChanYeol mientras balance su pelvis hacia delante, ni siquiera ha tocado la entrepierna del mayor pero está disfrutando de todo esto o eso es hasta que escucha voces fuera de la oficina y recuerda que están haciendo esto con un montón de empleados allí, gente que todavía no termina su turno y que pueden entrar en cualquier momento.

—¿Preocupado por algo? —el mayor pregunta deshaciéndose de su cinturón pero todavía lamiendo la piel del menor y aun moviendo sus dedos sobre su eje—¿Quieres que me detenga?

El menor continua viendo la puerta. —¿Entran sin tu permiso?

—No.

—Entonces no te detengas.

ChanYeol sonríe y continua su trabajo, aunque esta vez baja a JongIn del escritorio llevándolo hasta el ventanal, se coloca detrás de él disfrutando de la suavidad de la piel de su nuca, el moreno suspira ahora empujando su cadera hacia atrás suspirando en cada roce de su trasero con la erección del mayor.

—Por cierto, bonitos pantalones.

—No son míos.

—Deberían, te ves delicioso en ellos.

Park no está mintiendo, la tela grisácea se le ve de maravilla a su joven amante, el corte entallado se ve espectacular en sus infinitas piernas y su trasero se ve tan delicioso, tan apretado, sería un crimen no ceder ante tal manjar. Y aunque el pantalón se ve perfecto en JongIn, estorba.

JongIn jadea apoyándose en el cristal, su cuerpo está ligeramente inclinado de tal modo que su trasero está a merced de ChanYeol, quien no tarda nada en terminar de empujar sus pantalones y la ropa interior hasta sus tobillos, masajea un par de veces la firme carne desnuda de los glúteos ajenos antes de empujar su propia ropa hacia abajo liberando su erección.

—Te ofrezco una disculpa bebé, porque no tengo lubricante aquí—ChanYeol habla rozando su pene sobre el trasero y espalda baja del pelinegro, este suspira inclinándose más hacia atrás—Pero quiero que sepas que después de hoy, tendré una botella perfectamente guardada en el cajón.

La lubricación y dilatación fue lenta, deliciosamente lenta, a falta de lubricante ChanYeol utilizó sus propios residuos seminales, pero garantizando que no lastimaría al menor y luego, bueno, después JongIn rezó porque el ventanal tenga un cristal grueso y no vaya a morir cayendo de veinte pisos mientras follaba.

Los empujes, como siempre, son firmes, siempre aciertan a su punto dulce arrancando gemidos sonoros, el menor busca frecuentemente como no resbalarse del cristal, pero es difícil cuando lo embisten con fuerza, aunque es alucinante cuando empuja su cadera hacia atrás para encontrar los enérgicos empujes lo que hace que incluso ChanYeol haga sonidos guturales y lo que también significa que no van a durar mucho más. Y cuando el orgasmo llega es fascinante, JongIn siente que ve estrellas, estrellas fugaces que estallan en el cielo.

Unos minutos después, ya decentemente vestidos y bañados en un poco de colonia para mitigar el olor a sexo, están abrazados frente al ventanal viendo como el sol termina de esconderse para dar paso a la luna.

—Ojalá YiFan te haga el chico de los recados siempre que tenga algo pendiente conmigo.

—Me va a despedir por estar haciendo cosas inapropiadas en el horario de trabajo.

JongIn obtiene las listas que fue a buscar, luego se asegura que se ve bien y sale de la oficina tras recibir un beso y un apretón en el trasero, no lo sabe porque no cronometró su visita pero pasó al menos 45 minutos dentro con ChanYeol y una que otra mirada se dirige a él mientras se va, no escucha ningún comentario malicioso y al contrario, la secretaria que lo dejó entrar en primer lugar le desea una linda noche.

En el camino de regreso no sucede nada y es hasta que JongIn está frente a su propio escritorio que libera en un grito todo lo que se siente, gracias al cielo la reunión sigue en pie y quizá YiFan no notó su larga ausencia.

—¡Joder!

JongIn va y viene en su silla con ruedas aun sonriendo, está absolutamente satisfecho con lo que acaba de pasar, se sintió, dios, se sintió jodidamente sucio, en verdad pareció ser la completa relación carnal entre el jefe de una compañía y el astuto secretario que busca un ascenso, pero con algo de dulzura en el medio.

Ojalá YiFan tenga pendientes con Park más seguido, dos veces a la semana sería bueno.