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༺ ᒪO ᗰᗴᒍOᖇ ༻


Hye miraba con detención sus expresiones.

Aquel entrecejo arrugado, sus mejillas inflamadas, la manzana de Adán, subir y bajar, o aquellos quejidos tipo gemidos tan sensuales que él emitía, cada cosa la hacía desearlo aún más que antes.

— WOW… Esto está… —trago— delicioso.

— ¿De verdad?

— ¿estudiaste cocina en unas de tus épocas? —ella sonrió.

— No, la única vez que quise hacerlo mamá me aconsejó que fuera médico, así, podía ayudar a las personas.

— Pues, debiste hacerlo, en serio me encanta tu comida —ella sonrió satisfecha.

Verlo comer de esa manera la complacía, se prometió cocinarle cada noche luego de que llegara a casa de la empresa.

— ¿Qué piensas? — pregunto notando su sonrisa y la vista pegada en el mismo, deslizó su lengua quitando los residuos de alimento.

Hye levantó una ceja, sus hormonas estaban ya hirviendo, aclaro su garganta y aunque le costó mucho, quito la vista de él.

— Nada, bueno, sí… Es solo que, no te conozco lo suficiente.

— ¿Lo suficiente para qué? —se llevó un trozo de carne a la boca, gimió apenas su lengua, sintió aquel sabor que lo invadía por completo.

— Lo… —trago aire con pesadez — Lo suficiente como para … —guardo silencio, Jungkook se le quedó viendo.

— ¿Cómo para? —sonrió— ¿aceptar ser mi novia? Corrijo … Mi prometida.

— sigues con eso —rodó sus ojos y miro su comida— solo lo hago porque papá me lo impuso.

— Yo no pedí que te impusieran nada —movió sus ojos a él— le dije que te cortejaría, y me casaría contigo, puedes negarte, pero sé que no lo harás.

— te tienes mucha Fé

— Soy un guerrero, puedo saber mis victorias cuando las huelo… Y tú, princesa, tu aroma me hace enloquecer

— Come, debemos ir a la empresa. —dijo nerviosa

— ¿Y si no lo hacemos? … Salgamos hoy, ayer no pudimos y me debes una salida.

— Hay cosas que hacer, no sé muy bien lo que debo cumplir mientras tú no estés.

— Confío en tus capacidades —tomo su mano— Sé que lo harás bien, ayer incluso cuando te explicaba todo, note como ya sabías los pasos a seguir, note como cuando te decía algo equivocó tú te extrañabas.

— ¿Lo hiciste a propósito?

— Digamos que fue una prueba… Dime ¿Qué te gustaría hacer?

— Esta vez haré lo que tú quieras, necesito saber en dónde me estoy metiendo.

— ¿Metiendo?

— Por tus actitudes sabré si eres un loco, o un psicópata —Jungkook sonrió— o incluso un asesino serial, un golpeador, un celópata.

— Oh, de eso tengo mucho, quizás no lo demuestro, pero soy muy, muy celoso, así como también tú lo eres.

— Pero yo jamás te diré nada, prefiero guardarme las cosas para mí.

— Pues desde ahora, me dirás todo —se levantó de la silla e hizo levantar a ella, tomo de su cintura y se acercó a ella— Quiero saber que te gusta, que no, las razones de tus celos, y porque sonríes, lo que te hace feliz o lo que te pone triste.

— No creo que sea necesario.

— Lo es, para mí es muy necesario e importante, porque quiero vivir por ti, te volviste en mi prioridad, y no dejaré que nada malo te suceda.

— ¿Cómo te puede gustar alguien a la que no conoces en absoluto?

— Me gustas por lo que provocas en mí, y eso es suficiente para quererte conmigo, para darte en el gusto y cumplir todo lo que digas —acaricio su mejilla— porque ninguna me ocasionó lo que tú haces.

— Deberíamos irnos — dijo murmurando en los labios de Jungkook, él se había acercado para besarla.

— ¿Quieres que te besé? —ella negó hipnotizada — Claro que quieres, dijiste nunca volver a mentirme… ¿Quieres saber lo que provocas en mí? —volvió a negar con lentitud— Creo que tendré que castigarte —ella alzó la vista a sus ojos— No me mientas.

— No… No te miento —Jungkook acarició su nariz con la de ella, sensualmente — No quiero besarte porque me confundes y siento que no puedo controlarme.

— ¿Qué más?

— No quiero saber lo que provocó en ti, quiero que lo demuestres…

— ¿Otra cosa?

— Sonará muy atrevido, pero… Dios, me encantaría sentir tus castigos, aunque… No por ahora.

— No pensaba hacerlo ahora —planto un beso casto — Me iré a arreglar para que salgamos — deslizó sus manos en el contorno de sus caderas, pudo sentir los dedos de Jungkook rozar su trasero.

— Me parece perfecto, —lamió sus labios, miro sobre su hombro y al no verlo celebró en silencio.

Esa sensación de emoción solo la dejaba él y debía sacarla cuando no estaba o se daría cuenta de lo loca que la tenía por él.

Hye limpio la cocina, no quería que dar una mala impresión, y luego de eso comenzó a mirar la casa, con detención, sillones, adornos, los muros. Se preguntaba si esa sería la casa a la que la llevaría a vivir con él, y aunque era pequeña en comparación con la suya, no le molestaba y se imaginaba en el sofá junto a él viendo la TV, o bien luego de un momento de pasión sobre la alfombra, viendo por el ventanal caer la lluvia.

Sacudió su cabeza ante tales momentos que probablemente jamás llegarían. De seguro, Jungkook se decepcionará de él cuando la conozca mejor, o bien cuando se dé cuenta de que no es la persona que le ocasiona cosas diferentes.

Seguramente él sentía eso porque no ha sido fácil llevarla a la cama. Definitivamente, no sucedería porque, cuando tenga un contacto directo con su madre, querría estar más con Afrodita que con ella.

Dio un largo y sonoro suspiro al darse cuenta de que eso, no duraría mucho.

Los fornidos brazos de Jk, la aprisiono con gentileza, su boca la apoyo en la coronilla y dejo un beso ahí, aspiro, despacio con su nariz y soltó lento.

— No quiero dejar de abrazarte, Hye.

— Deberíamos irnos.

— ¿Te gusta esta casa?

— Es linda.

— ¿Pero?

— No hay, pero, es linda, es moderna y fuera de lo común. Me gustan los ventanales, la decoración oscura, me gusta que el estacionamiento este abajo —Kook se metió en su cuello— Y definitivamente —mordió ahí despacio— debes dejar de hacer eso.

— Sigue diciendo lo que te gusta

— Él… El color —beso delicado— los cuadros —soltó en un gemido, Jungkook comenzó a subir los besos— tu aroma —apretó a él— tus besos, tus caricias.

— Sigue —susurro en su oído apretando su miembro en su espalda.

— Me gusta la forma en que pierdo la cabeza contigo —mordió su lóbulo— como me humedezco —gimió desesperada.

— Di lo que quiero escuchar, Princesa.

—Jungkook —negó reteniendo las palabras— Me estás castigando —volvió a gemir, él llevó una de sus manos a sus pechos y apretó despacio— Mierda… Me gustas —grito agitada y él se detuvo lentamente.

— Bien hecho —volvió a la posición original, abrazando delicadamente y besando su coronilla— debo cambiarme de nuevo —murmuro— fue el mejor orgasmo de mi vida —repitió el beso y se alejó tal cual llegó, en silencio y sin que ella lo notase.








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