
༺ ᑕOᗰᑭᖇOᗰIՏO ༻
Con el cabello mojado, casi estilando, una bata blanca de toalla y sus ojos inflamados miraba frente a ella estirado en la cama el vestido hermoso que le envío Perseo.
Él no volvió a llamarla, no volvió a enviar mensajes ni nada por el estilo, simplemente envío el vestido con una muchacha de la recepción.
Faltaban 15 minutos para las ocho, y ni ganas tenía de arreglarse para algo que quizás no ocurra.
Jungkook había preparado una gala para presentarla como su prometida, daría la noticia que se casarían dentro de poco, pero de eso, ya ninguno tenía ganas.
Todo estaba mal, y la felicidad que sintieron por unos días fue opacada por la tristeza y los gritos.
El teléfono de ella sonó, apenas miro el nombre, evitó contestar, pero un mensaje entrante la hizo sentir aún peor
“Tienes 5 minutos, odio llegar tarde”
Entonces ahí, recién, tomo el secador y tiró aire en su cabello, agitando para no salir con el cabello húmedo. Lo dejo suelto, maquillo sutilmente, quito las marcas de ojeras y lágrimas que aún corrían.
Acomodo su vestido negro, lleno de pedrería y brillos, cuando una vez más sonó el teléfono.
— ¿Qué? —contesto con molestia.
— Llegaremos tarde —dijo él en el mismo tono.
— Ya voy, no puedo cerrar el vestido, ten paciencia —dijo y cortó la llamada.
Los botones de la parte superior en su espalda eran imposibles de alcanzar, decidió abotonar hasta lo que más pudo y coloco sobre sus hombros una tela que venía con este, intentando ocultar la abertura.
Abrió la puerta de su cuarto y Kook estaba ahí, parado, cruzaron miradas, pudo notar que él también había llorado.
— Gira —le dijo, en cámara lenta ella lo hizo, deslizó el tul de sus hombros blancos y suave.
Si todo habría estado bien, ya la habría besado en su desnudez, en su cuello, en la exposición de su espalda, pero se limitó, y simplemente termino de abrochar uno por uno los botones que subían por su espina.
Había tanto por decirle, lo hermosa que se miraba, lo perfecto que le quedaba el vestido, o incluso que estaba feliz de la decisión que estaban tomando, pero nada… Todo quedo a mitad de su garganta, junto con el nudo formado.
— Hye —murmuro, Perdón es lo que quería decirle— Ya estás… —Soltó y espero a que ella volviera a verlo.
— Gracias —dijo cortante, tomó la tela sobre el sofá y sin siquiera verlo camino con dificultad por el pasillo directo a la puerta.
En el carro no se dijo palabra, ella miraba a la ciudad, y él simplemente estaba pendiente del camino.
Al momento de llegar a la sala de eventos, él apagó el carro.
— ¿Estás segura de querer hacer esto?
— Sí
Él descendió ante su respuesta y abrió su puerta y ofreció una mano, los flashes les cegaban, Jungkook era uno de los hombres más ricos de Corea y ella no se quedaba atrás, su padre estaba a la par de Jk.
Se dijo muchas cosas, matrimonio por conveniencia, unión de empresa, incluso que tuvieron sexo y estaba embarazada, pero ninguno saco en conclusión que ambos se amaban con intensidad, pero a la vez, ese amor, se estaba quebrando por diversas situaciones.
En el lobby, Hye respiro profundo tres veces, escondiendo sus lágrimas, apretaba del bazo de Jk, él la miraba de reojo.
— Pídeme un deseo — susurro— este será el último —ella le vio al fin con temor.
— Vuelve el tiempo atrás.
— Para qué? —ambos volvieron a mirar al frente
— Para evitar todo.
Apenas la frase llegó a su fin, las puertas se abrieron y juntos dieron pasos adelante.
La mayoría de los presentes no demostraba felicidad, para algunos, ella era una usurpadora que quería quedarse con todo, para otras, la envidia de ser presentada como la mujer de… Aunque tenían muy en claro que Jeon Jungkook, jamás dejaría de follarlas como siempre lo ha hecho, para sus amigos, que sabían lo ocurrido, ese compromiso iba de mal en peor, y para IU, era la bruja que uso sus poderes de Afrodita para engatusar a su hombre.
Nadie estaba feliz.
Mucho menos ellos, que sabían las verdaderas intenciones del otro.
Jungkook se lamentaba que todo fuera así, lo que quería fuera una noche perfecta se convertía en una molesta noche.
— Hola Namjoon —dijo ella llegando al grupo de selectos amigos.
— Hola, Hye —miro de pasada a Jungkook que estaba completamente serio— te presentaré a los demás
— Gracias —dijo ella y soltó del brazo de Kook para tomar el de él, alejándose del grupo — ¿Todo está bien? —murmuro mientras daban pasos
— En perfectas condiciones —sonrió por obligación.
Le presento a cada uno de los chicos, diciendo sus nombres reales y resumiendo sus historias.
Las Moiras muy animosas como siempre saludaron a la chica, HoSeok que no soltó a Jisso le saludo también con su personalidad sonriente, Hye deseo tener aquello que ellos dos demostraban, y es que, apenas se miraban, sus ojos brillaban por el otro, dio un suspiro lento, cansada de fingir todo.
— IU —dijo ella saludando, pero esta simplemente le dio una mirada acompañada de un desprecio.
— No tienes que fingir conmigo, sé que te casas con él por su dinero.
— Me descubriste —dijo ella— No te preocupes, pueden seguir con sus encuentros casuales cuando él esté excitado, o bien cuando quiera llamarte porque yo no lo di lo que quiere.
Jungkook al oír sus palabras tomo de su brazo y la encaminó a una de las habitaciones.
— ¿Qué haces? —reclamo por el ardor en a la altura de su codo
— ¿Seguirás con este juego?
— ¿Qué juego?
— ¿Por qué se te hace tan difícil entender que en serio me gustas?.
Hye miro sus ojos, aún no estaban esos destellos que la veía en cada enamorado.
— ¿Quizás por qué tu boca dice una cosa y tu cuerpo dice otra? … Según tú siempre me niego a ti, aunque en realidad … —respiro profundo
— ¿En realidad qué?
— Digo que te odio, cuando en realidad te amo con todo mi corazón —Kook se le quedó viendo fijamente— y tú… Dices sentir cosas por mí… No, corrijo, dices que te gusto, pero tu cuerpo no expresa lo mismo.
— ¿Cómo demonios sabes eso? —preguntó con molestia.
— Cuando mi padre veía a mamá, sus ojos brillaban como las estrellas, su aura cansada cambiaba, podía sentirlo en mi piel, cuando HoSeok mira a Jisso sucede exactamente lo mismo, es así como sé cuando hay un amor verdadero. En ti solo lo vi dos veces y ninguna fue conmigo.
— Estás equivocada…
— No Jungkook, el equivocado aquí eres tú… Te estás comprometiendo con la mujer incorrecta, te casarás con la hija de la mujer que amas, solo falta que te des cuenta —ella pasó por su lado decidido.
— Entonces… ¿Por qué aceptaste casarte conmigo?
— Por yo sí te amo, y aunque jamás reciba lo mismo de ti, sé que estaré para ti cuando lo necesites. —termino por salir del cuarto, dejando a un Perseo confundido por las decisiones que ha tomado.
Minutos después él salió de aquella habitación, Hye conversaba con Teresias, sonreía tan bellamente que no se explicaba como podía ser tan perfecta.
Camino con lentitud a ella, pero más atrás estaba aquella mujer, por la que se ha confundido todo, detuvo su paso viendo a ambas.
Amatista lo noto, aquel brillo volvía aparecer, por un momento creyó que sí, la ama, una electricidad viajo por su cuerpo, le sonrió decidida a dejar todo de lado, pero, un leve movimiento de ojos en su dirección la hizo cambiar de parecer, miro hacia atrás, volvió a ver a Jungkook.
— Hye… No —susurro, apenas ella quitó la vista.
— ¿Estás bien? —Teresias preguntó a la chica al ver sus ojos cristalizados.
— Completamente.
— Hye —escucho atrás de ella.
— Afrodita … —murmuro su acompañante.
— Madre —dijo ella sin querer verla.
— ¿Hasta dónde vas a llegar con esto?
— Hasta donde él quiera. —Respondió sin mirarla.
Su madre la tomo del brazo para que la mirase, con brusquedad, tanto que llamo la atención de los presentes.
— Suéltala —dijo Jungkook acercándose a ellas— dije que la sueltes — Hye miro a Jk, estaba molesto — Hablemos en privado, Afrodita —ella al fin soltó de su agarre.
Juntos se fueron a una de las alcobas, las miradas estaban en la penosa Hye, murmuraban a su al rededor.
— No hagas caso, Hye —dijo Teresias— Él se enamoró de ti.
Jungkook ponía el seguro en la puerta, Afrodita se sentía feliz porque al fin sería suya, estaba completamente segura de eso, lo haría tan feliz en esos momentos, que terminaría el compromiso con la traicionera de su hija y serían felices al fin juntos.
Se acercó a Jungkook y este al darle frente la tomo con brutalidad de su cuello, apoyándola en la pared.
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