11: ¿Casualidad o destino?
Me despierto pensando en la mentira que le conté a mis amigas ayer después de auto-delatarme. Tuve que decirles parte de la verdad, que había estado romanceando con Andrew, pues si me hubiera inventado algo más no me habrían creído y terminaría por contarlo todo. Cuando enciendo mi contestadora hay un mensaje de mi madre en francés recordándome la cena de bienvenida de mi hermana Will hoy, aquí en mi casa. Con tantas preocupaciones lo olvidé. Llamo a Alice y me dice que ella ya ha planeado todo y que estará aquí alrededor de las cinco de la tarde para ponernos en marcha. ¡Menos mal!
Cuando cuelgo hay un nuevo mensaje en la contestadora y es de Andrew.
"Envíame tu dirección"
Tres minutos después entra otro mensaje:
"¿Cómo estás?" "Tengo ganas de verte"
Yo también tengo ganas de verle y hasta etcétera, pero no le contesto. No sé hasta cuando seguiré con esto de hacerme la fuerte, pero cuanto más lejos esté de él más fácil me será entrar en el círculo de amigos de Astrid y su padre.
Hoy es un día importante, como mi tío Harold viene a la cena aprovecharé para tomar prestadas las llaves de su oficina, ya que todos estarán distraídos con Will y la familia, será mi gran oportunidad. Mi madre estará ocupada conversando con mi tía Adèle (su hermana), y Jean seguramente hablará de futbol con mi tío. Mi sobrino, haciendo travesuras por la casa mientras su hermana discute con Yiza, su mamá. Mi cuñada es astróloga, pero cuando nació mi sobrino más pequeño se dedicó a la maternidad y no ha vuelto a trabajar. Siempre me anda hablando de los astros y todo eso, es muy buena persona y la única que conoce mi historia con Andrew desde hace tiempo. Sentí la necesidad de contárselo porque quedé muy confundida con la escena del tren y los sucesos posteriores. Como cree en el destino y tal, acudí a ella en busca de una explicación a mis constantes déjà vu cuando estoy cerca de él o a la sensación de haberlo extrañado toda la vida que tuve cuando nos vimos por primera vez.
Me paso la mañana estudiando y al mediodía me pongo a organizar el apartamento para la noche.
A las cinco llega mi prima, tan puntual como siempre y me cuenta que encargó la cena de hoy, que nos la traerán sobre las siete y media porque a las ocho llegan los demás, pero que no diga nada, como si mi madre, la suya y el resto de la familia no supieran que nosotras ni nos portamos por la cocina. Yo sobrevivo gracias a una empleada a la que paga mi madre para que me cocine y a la que le tengo mucho cariño pues se ha convertido en mi confidente, y mi prima dice que le gusta cocinar, pero jamás lo hace y la mayoría de las veces come fuera o en casa de mis tíos, aunque tiene casa propia.
Cuando terminamos de acomodar todo empieza a contarme que mañana tiene una cita con Max.
-Me escribió anoche para invitarme a cenar.
-Por fin -grito en tono de burla-, ¿y qué más te dijo?
-Qué lleva mucho tiempo deseando conocerme.
-Esto es un clásico de Disney -sigo burlándome yo.
Mi prima me hace un gesto repulsivo y dice:
-Hablando de personas apuestas, ¿qué pasa con el galán?
- ¿Cuál galán?
-Ay, no te hagas la tonta Galilea Leblanc que nos conocemos. Tú y ese pintor tienen algo, lo sé.
-No tenemos nada, ¿por qué iba a mentirte?
-No lo sé, quizás por la misma razón que has estado fingiendo que no se conocen y estuvieron un buen rato desaparecidos de la mesa del restaurant.
-Yo estaba en el servicio... -comienzo a decir.
-Claro y por eso regresaron casi a la vez y él con creyón en los labios. A ti te fascinan los misterios querida -concluye- me gustaría saber qué tan relevante fue tu aventura con ese pintor como para que quieras ocultarlo y siempre estés a la defensiva.
-Podría contártelo, pero pertenece al género de cosas de las que me prohibiste hablarte hace dos semanas.
Sé que después de lo que acabo de decir no volverá a preguntarme, o al menos hasta que su curiosidad empiece a consumirla. Como conozco a Andrew sé que quizás no le haya comentado nada a su amigo Max, o tal vez sí le habló de mí. Tendremos que perfeccionar algunos detalles que diremos a la gente en caso de que pregunten.
A las ocho llega mi madre junto con Will y el resto. Alicia, mi sobrina, parece estar hoy de muy buen humor, pues me da un fuerte abrazo y otro a Mary Alice, adolescentes... Mi hermana no está muy cambiada aunque sí parece un poco alicaída, asumo que estará cansada por el viaje y nos ponemos a charlar un rato. Treinta minutos después, llegan mi tía y mi tío Harold, solo espero que haya traído esas llaves. Cuando estamos a mitad de la comida tocan el timbre.
-Hola -dice Andrew en la entrada de mi casa cuando abro la puerta. Me he quedado de piedra, ¿cómo rayos consiguió mi dirección? Me río desconcertada y digo:
- ¿Pero qué haces aquí?
-Te dije que me enviaras tu dirección y no contestaste, tuve que obtenerla por mis propios medios -admite encogiéndose de hombros.
-Déjame adivinar -digo- te la dio Max que se la dio Alice.
- ¿Qué importa? -y me planta un repentino beso que me hace olvidarme de la cena familiar que transcurre dentro.
-Tienes que irte, mi familia está allá adentro esperándome.
- ¿A qué hora se van? -pregunta él muy emocionado. No tiene remedio. Este hombre se aparece en mi casa sin invitación, le digo que estoy ocupada, ¿y pretende regresar?
-No tengo idea de a qué hora se marchan, mi hermana Will acaba de llegar de Egipto y nos estamos poniendo al día.
-Está bien, me iré, pero mañana tú y yo vamos a tener una conversación seria.
¿De qué estará hablando ahora?
Cuando se dispone a darme un beso de despedida que no solicité porque a pesar de lo que él crea no estamos juntos, llega mi madre. Parece que me he demorado más de lo que planeé cuando fui a abrir la puerta.
- ¡Andrew! -exclama ella de lo más contenta.
‹‹ ¿Andrew? ›› -me digo sorprendida.
-Hola Hélène, ¿cómo estás?
Me parece genial, ahora estos dos se conocen.
- ¿Ustedes se conocen de dónde? -inquiero.
-Luego te lo cuento -dice mamá- ¿y..., qué haces aquí Andrew?
-Sí, ¿qué haces aquí Andrew? -pregunto yo también para terminar de mortificarlo. Quiero ver qué va a contestar ahora y tanto yo como la voz de mi conciencia nos reímos a carcajadas.
-Ah, venía a agradecerle a Galilea por el artículo que escribió sobre mí.
‹‹Hay que ver cuánto descaro››
-Ah pues justo estamos cenando, si quieres puedes acompañarnos.
¿Qué tanto se conocen como para invitarlo a una cena familiar? Recuerdo que aquel día en el puerto él sabía el nombre de mi padre, ciertamente hay muchas cosas que aún no me ha dicho.
-Mamá, Andrew seguramente tiene cosas que hacer ...
-Realmente no, así que acepto la invitación -contesta él inmediatamente.
Entramos y le prometo que le daré una lección por esto pero, de igual modo va a cenar con nosotros, con mi familia. Juro que mataré a Alice antes de que termine el día. Cuando llegamos a la mesa mi madre se ocupa de presentarlo y cuando dice su nombre, Yiza me mira desconcertada. Mary Alice, sin embargo, sonríe.
-Andrew y Galy solían jugar juntos de pequeños, pero no se ven desde los siete años -suelta mi madre en plena cena.
- ¿Cómo dices? -pregunto yo verdaderamente impactada.
-Sí, Galy. El padre de Andrew era mi mejor amigo y trabajaba conmigo y con tu padre en la empresa. Venían a casa muy seguido, se iba a jugar contigo y a veces los llevábamos al parque juntos.
Andrew y yo cruzamos miradas, la mía de sorpresa, la suya serena. Creo que esto es nuevo para mí, pero de algún modo él ya lo sabía y no se molestó en contármelo. Entonces recuerdo a ese niño de mi infancia con el que solía correr por el jardín de casa y no puedo creer que sea el mismo hombre que me sonreía en aquel tren, que me sedujo hasta los huesos en Paris y que reencontré por casualidad en una exposición dos años después. El mismo que hace dos noches me besó casi rosando las olas y que hoy está de nuevo sentado frente a mí. Empiezo a creerme lo del karma y todo cuanto ha dicho Yiza, esto ya es demasiado, y mientras las risas de mi familia se apoderan del comedor, yo solo pienso en todas las cosas que me han sucedido, en las que vendrán y Andrew.
¿Será que este hombre es mi destino?
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro