
【3•Café】
Otro día infernal para Finlandia, vivir en la calle para él es lo peor que le pudo pasar, dio un ligero suspiro mientras deambulaba por las calles buscando algo que hacer, su mirada se notaba bastante deprimida, eso hasta que se topó con un conocido, no pudo evitar sentir algo de emoción, tampoco pudo evitar llamar su atención.
-Oye tú.
Llamó a cierto italiano y se miraron en silencio por unos breves segundos, ambos sin saber que decir.
-¿Tienes hambre?
Preguntó rápidamente el mayor para romper el silencio, Finlandia lo miró con cuidado mordiéndose el labio un poco y asintió levemente.
-Quieres... ¿Comer algo conmigo?
Preguntó suavemente a lo que asintió sin dudarlo algo emocionado pero al mismo tiempo super avergonzado.
-Me llamo Italia por cierto.
El italiano habló rápidamente dándose cuenta que no le había ni dicho su nombre.
-Yo... soy Finlandia.
Le sonrió un poco y el castaño le devolvió la sonrisa.
-Sígueme.
Comenzaron a caminar rumbo a la cafetería de siempre, se sentía un silencio algo extraño, no era incómodo, era... ¿Reconfortante? Al menos para el finés.
Una vez llegaron a la cafetería Italia le hizo una seña para que eligiera donde sentarse, miró a su alrededor y se sentó en un lugar cerca de la ventana acompañado del castaño.
-¿Que gustas comer Fin?
"Fin" ¿En serio le puso un apodo? No pudo evitar avergonzarse un poco, nunca le habían dicho algo cariñoso, era novedoso para él que lo llamaran de esa forma.
-Yo... emm... Escoge tú algo para mi.
Habló aún más avergonzado, le daba pena pedir gustos luego que ese tipo le hubiera dado dinero la última vez.
-Voy a pedirte un sándwich y un café.
-¿Puede ser un chocolate caliente...?
Preguntó algo tímido con la mirada baja, Italia rió un poco y asintió.
-Claro, lo que quieras.
El pelinegro le sonrió en agradecimiento recibiendo una dulce sonrisa, era encantador, no lo iba a negar.
Italia hizo el pedido a una camarera y rápidamente centró su mirada en el finés.
-¿Cómo terminaste en la calle?
Ohh... esa pregunta, apartó la mirada algo pensativo y suspiró.
-Nunca fui querido por nadie, supongo que era mi destino acabar en la calle.
Se encogió de hombros sin querer dar explicaciones profundas.
-¿Tienes dinero?
Una pregunta algo obvia, lo miró con una ceja alzada y negó.
-¿Eres novio de aquél señor amargado?
Rápidamente desvió el tema, no quería ser el centro de conversación.
-¿Alemania? Es mi esposo.
Vaya, dato algo interesante, estaban casados, asintió un poco y miró por la ventana, el día estaba algo oscuro, suspiró levemente y miró como traían el pedido de ambos, se lamio los labios mirando el sándwich con algo de deseo.
-Come.
Habló el italiano mirando como simplemente observaba el pan, rápidamente obedeció y comenzó a comer con algo de ganas.
-Come despacio, te va a hacer mal.
Le advirtió mirando al finés algo divertido mientras comía lo suyo.
-Gracias Italia...
Susurró una vez terminó su sándwich y el chocolate.
-No hay de que.
Se encogió de hombros, Finlandia lo miró en silencio, al parecer no entendió su agradecimiento, esperó a que el italiano terminara su comida para que él se levantara.
-Voy a pagar, esperame afuera.
Murmuró levemente, el pelinegro asintió un poco y caminó hacía la salida algo pensativo, disfrutó demasiado esa comida, aún así seguía sintiendo bastante hambre.
-Volví.
Italia le sonrió con cariño a lo que él aparto la mirada, miró la calle y suspiró un poco.
-Pues... gracias por todo Italia...
-Cuando necesites algo búscame Fin, sabes que siempre ando por estos lados.
Rió ligeramente y movió un poco su mano antes de tomar un rumbo distinto al suyo...
Definitivamente eso había sido algo incómodo, vergonzoso y emocionante.
•○•
Algo vago porque tengo sueño 😭
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