-𝐏𝐫ó𝐥𝐨𝐠𝐨-
Nasser, Océano Ártico.
Nazkarik, año 2596
Al muchacho de cabello azabache no le gustaba el frío, le recordaba a su hogar. El sonido del hielo sobre las botas era como el crujir de las hojas de la calle en el otoño; insípido y sin chiste una vez que te acostumbras a él.
A pesar de que todos los días recorría dicho tramo de agua congelada cubierto de escarcha detestaba el frío del polo, y odiaba esa costumbre. Cualquier humano habría muerto por hipotermia pero él no, no... no él siendo tan fuerte como es, además de no pertenecer a dicha raza.
Caminó aproximadamente medio kilómetro y la vio ahí clavada, tan hermosa como siempre; Fontana Roja; una estructura abstracta que simulaban cristales y brillaba con intensidad, haciendo imposible que las cámaras que la rodeaban pudiesen detectar o grabar algo. Llevaba ahí más de mil años.
La fuente era tan hermosa y sublime, lucía perfecta; tan grande como un castillo que hasta podría decirse que gigantes de diez metros vivían ahí. Abarcaba gran parte del Polo Norte y su única función era dar esperanzas de vidas... al menos eso decían.
De la fuente comenzaron a emerger luces que iban directamente al cielo; una, dos, cinco, diez, comenzaron a aparecer tantas que los ojos azul naval del muchacho no lograron seguir la cuenta.
—Ist das der zerstörer? Oder der Schöpfer?*— dijo a la fuente que brillaba con la intensidad de mil soles—. Han pasado siglos, ¿verdad? Me alegra volver a verte... al fin estás listo.
El joven sintió vibrar su columna vertebral ante un escalofrío que ni siquiera el viento del norte había logrado calarle en los huesos, esto fue distinto... como aquello que te dice que estás destinado y que al fin encontraras lo que tanto anhelas y deseas. Y así miro al cielo como si la respuesta fuera aparecer o quizás ya había aparecido y él sólo se limitaba a observar...
—Por favor, no te olvides de mí incluso cuando yo dude de mí.— le pidió a las estrellas cubiertas de la aurora boreal—. Te encontraré... en esta vida y en las que siguen, yo siempre te encontraré y te volveré a ver... cuando el día se convierta en noche y el sol se haya ocultado. Búscame cuando ambos mundos se encuentren.
*¿Es éste el destructor? O ¿Es el creador? Es la traducción de lo que dice.
Lo dicho es del OST de Shingeki así que hagan sus apuestas sobre el futuro de la historia.
Gracias por leer.
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