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-𝐂𝐚𝐩í𝐭𝐮𝐥𝐨 𝟐𝟒-

Hace algunos años

Los árboles de cerezo estaban agitados, el viento los hacía bailar a su son, las ramas se movían generando demasiado ruido y provocando que chocaran en las ventanas de la casona donde dentro estaba una pareja.

— ¡Me duele mucho!— gritó exasperada la voz de una mujer.

—Cariño, aguanta un poco más, el dolor pasará.— El hombre limpió la frente de su mujer, había comenzado la hiperventilación y la fiebre brotaba de su interior.

—Esto es doloroso. Por favor ayúdame, haz que pare, por favor haz que pare.

—No puedo hacer que el dolor pare.

—Pero puedes adelantarlo, no te lo pediría sino fuera necesario, pero es mi hijo, nuestro.

—Y por esa razón no lo haré, eres fuerte, más de lo que aparentas o no podrías llevar a nuestro hijo en tu vientre. — La mujer respiró y exhaló pesadamente al escuchar la orden que le dio su marido—. Ahora, debes traer con vida a nuestro bebé.

El viento parecía ser cada vez más fuerte y despiadado, levantaba todo a su paso y traía consigo nueva vida. Era contradictorio, mientras más viento hacía más calor empezaba a hacer en el mundo.

— ¡Puja más fuerte!— gritó a su mujer.

— ¡ESO ESTOY INTENTANDO!— su mano se aferró a la de su esposo y su garganta se desgarró ante la insistencia de mitigar el dolor en su vientre. Fue cuando un segundo grito en forma de lloriqueo se escuchó en la habitación que pudo callar.

Había nacido una nueva vida.

La mujer miró a la ventana cerca de ella, el sol había comenzado a iluminar el lugar y en el marco de dicho cristal los restos de nieve se derretían con su toque. Esa mañana del 20 de marzo había dado a luz.

—Es hermoso. — Susurró su amado—. Hemos tenido un varón.

—Déjame sostenerlo.— le acercó a su pequeño envuelto en una cobija blanca y ligeramente afelpada, puede que la primavera haya hecho su aparición, pero no iban a arriesgarse a que se enfermara en su primer día de vida.

—Hiciste un buen trabajo— habló el hombre—. Ahora me toca hacer el mío, debo protegerlos de todo mal.

La puerta de la casona se abrió alertando a los presentes y haciendo llorar al recién nacido, la figura juvenil de un albino de metro noventa se acercó hasta ellos.

— ¿Qué haces aquí?— preguntó el padre del niño.

—Quería conocer a la bola de grasa que me quitó a uno de mis amigos— respondió muy alegre—. ¿Dónde está?

— ¡No te acercarás a mi hijo!— gritó la pelinegra ganándose la atención del hombre de ojos vendados.

— ¿Y quién va a impedírmelo, tú? No sé si lo has notado, pero yo soy el más fuerte aquí— respondió altanero—. Así que déjame verlo.

—No, no, no, no, por favor, deja a mi hijo— el albino tenía al bebé en sus brazos de forma incorrecta, ni siquiera cuidaba su cabeza—. Cariño, dile que deje a nuestro hijo, dile que deje a mi niño.

—No tiene nada de especial, esta cosa no es más que una bola de carne...— El bebé abrió sus ojos por un momento y un sólo momento bastó para obtener toda su atención. Con mucho cuidado retiró la venda de su rostro y vio los ojos marrones como caramelo líquido. Azul contra marrón, cielo contra tierra, y una frase haciendo eco en su memoria.

—Y en la víspera del equinoccio, cuando el invierno se convierta en primavera— llegaron a su mente esas palabras—, tu alma gemela verá la luz de un nuevo mundo. — Y entonces lo comprendió. Se dice que lo que te sostiene al mundo son unos hilos invisibles que te manejan y llevan a donde sea cuál títere. Con el cielo de sus ojos vio cómo eran cortados y esta vez alambres de acero lo sostenían y quién lo controlaba era el recién nacido de ojos marrones.

—Cariño, ¿qué está haciendo?— preguntó la mujer en cuanto vio al albino caer de rodillas observando a su pequeño.

—Maldición— exclamó el padre—. Oye, hombre dime que no es verdad, ¿te atreviste a unirte a mi hijo?

—Así lo quiso el destino, suegro. — Se levantó y colocó esas extrañas vendas, la luz del sol empezaba a calarle en sus pupilas—. No puedes huir de esto, estoy en mi derecho, ¿lo sabes, no? Espero que también tu esposa lo sepa.

—No te llevarás a mi hijo. — declaró la mujer.

—Si no es hoy será mañana, o en algunos años. — acarició lentamente las mejillas regordetas del recién nacido—. Nos vemos luego, flor de melocotón.

Actualmente

Todo estaba ocurriendo de manera rápida, las personas en el cuartel se volvieron locas en cuanto llegó la primera alerta; un Glishkarj había atacado una escuela a su hora de salida.

Eran las cuatro de la tarde cuando ocurrió el suceso; una bestia había atacado a los asistentes de dicha institución y todo se salió de control.

— ¡Rápido, tienen que llegar lo más pronto posible!— gritaba el comandante de los cuervos—. Quiero que evacuen el área y maten a ese Glishkarj, eviten hacer más escándalo.

—Ya escucharon las órdenes, esto se hará rápido, nadie puede salir herido. — mencionó Sawamura a los demás que asintieron en respuesta.

Salieron directamente al estacionamiento, se subieron a los vehículos y manejaron a más de la velocidad permitida, debían llegar pronto o nadie los perdonaría.

En el interior de la Suburban Hinata estaba nervioso, quería intentar sus nuevas habilidades para salvar a la gente, pero estaba ese miedo en poder dañar a los demás si algo salía mal. No era como un juego de los que veía con Kenma, no había segundas oportunidades y la verdad es que no quería cargar con más peso en su espalda, ya tenía con la desaparición de sus padres.

— ¿Shouyo, te sientes bien? — la voz de Atsumu lo trajo de vuelta a su realidad, el rubio se veía preocupado y el pelirrojo no pudo hacer más que sonreír mientras acariciaba su mano.

—Estoy bien, no tienes que preocuparte. — ¿Cómo no iba a estarlo? Había empezado a entrenar de más, casi no dormía y apenas comía, Yamaguchi tuvo que regañarlo muchas veces, Kenma irónicamente lo mandaba a dormir e inclusive Kuroo había intentado noquearlo para que cayera desmayado, nada funcionaba contra ese pelirrojo—. ¿Qué Glishkarj crees que haya sido?

—No lo sé, presiento que uno muy fuerte para lograr todo este alboroto.

— ¿Crees que lleguemos a ver uno de alto rango?— preguntó.

—Espero que no, la zona es muy poblada y sería un problema, es una escuela y todo podría salir se de control.

Los minutos pasaban y los vehículos se movían con rapidez, debían llegar cuanto antes o todo sería negativo.

(...)

Los gritos de los adolescentes en la institución llenaban el espacio abierto, habían intentado evacuar a todos, pero algunos habían quedado atrapados entre escombros de las paredes que fueron derrumbadas.

— ¡Quiero que todos se dividan y hagan su trabajo! — Gritó Daichi—. Tsukishima, ve con Bokuto y los Erde; muevan esos escombros. Tödlich; ayuden a los heridos, Einfühlungs; intenten calmarlos. ¡Los demás muévanse!

—Dios, papá cuervo enojado es tan hermoso— dijo Kuroo bromeando y recibiendo un golpe de Sugawara—. ¡Suga- chan, que agresivo!

—Aleja esas garras de nuestro capitán o te sacaré los ojos— sus sonrisa era todo lo contrario a lo que sus palabras expresaban.

Bokuto tuvo que mover pedazos de concreto muy pesado con ayuda del rubio del Karasuno. Yuuji junto a Kaori estuvieron ayudando a las víctimas a controlar sus mayores emociones y las que fueron heridas de gravedad fueron atendidas por Ennoshita.

Atsumu buscaba junto a Hinata al Glishkarj responsable de tal atrocidad, por los cielos estaba buscando Yamaguchi y se comunicaba con los demás a través de los pequeños radios que portaban, era ayudado por Nishinoya y Akaashi.

Kinoshita estaba tocando las paredes y parecía buscar algún rastro que los ayudara a recrear lo que sea que estuvieran buscando, era obvio que se trataba de una bestia de gran tamaño para lograr tales destrozos.

— ¿Alguna información, Kinoshita? — preguntó Sugawara.

—Aquí hubo dos presencias. — dijo el rubio.

— ¿Dos?

—No logró visualizarlos, pero uno parece ser de estatura baja y otra alta. ¿Ven esas marcas? — Señaló una pared a su lado—. Son restos de hollín, o sea que puede manipular el fuego.

—Déjame ver eso. — pidió Atsumu y se acercó hasta el cuervo. Pasó las yemas de sus dedos por la pared, aún estaban calientes y causó que siseara por el ardor—. Es una temperatura demasiado alta, ni siquiera yo puedo soportar su calor, calculo que la quemadura ocurrió hace quince minutos por las marcas de hollín, pero es irregular que aún siga caliente. Yo no he llegado a tan altas temperaturas. — Tanaka se acercó hasta el muro y le dio la razón al rubio, ambos controlando el mismo elemento sabían que eso era casi imposible hasta que el cuerpo se acostumbrara, su mismo fuego podía quemarlos.

—Creí que ya éramos inmunes — mencionó Kinoshita.

—Es difícil en realidad — dijo Sugawara—. Yo siempre me cortaba cuando quería practicar mi técnica de lluvia.

—Confirmo, eso duele como el infierno — admitió el rubio.

El grupo siguió caminando en los rincones de la escuela, Itadori les había comunicado que los heridos estaban a salvo y ya más tranquilos, eso les permitía actuar con naturalidad.

Hinata sentía como el viento frío alteraba los vellos de su nuca, los nervios comenzaban a crisparle, era la misma sensación de cuando lo atacaron...

— ¡CUIDADO! — la voz de Tanaka grito alertando a todos y una imponente figura cayó del cielo. Media poco más del uno noventa, piel pálida y bastante fuerte. Alrededor de todo su cuerpo tenía una serie de líneas negras. Su cabeza tiene forma de casco que cubre todo menos su boca, en vez de ojos tenía ramas y dos líneas negras que recorrían su rostro en zigzag.

— ¿Qué demonios es eso? — preguntó Atsumu.

—Es asqueroso — admitió Tanaka.

Lo único asqueroso aquí son ustedes.

—Eso lo dijo el monstruo... por favor díganme que eso lo dijo esa bestia... — musito Kinoshita.

—Sí, lo dijo él. — respondió Atsumu.

—Es increíble que pueda comunicarse — susurro Hinata—. Habla otra lengua pero por alguna razón mi mente comprende lo que dice.

Ustedes los humanos no son más que unas bestias. Dañando el planeta como si fuera infinito y sus recursos renacieran eternamente, idiotas. Son una plaga.

— ¡La única plaga aquí son ustedes! — exclamó el rubio—. Vienen y dañan lo que amamos, dañan a los nuestros, los asesinan y ni siquiera piensan si tienen familia, ¿Qué les hace creer que entramos aquí por gusto? ¡Eh! ¿A caso creen que habría necesidad de pelear si ustedes no atacaran primero?

Humano tonto, ¿De verdad crees que este mundo te pertenece? El mundo no le pertenece a nadie, al contrario nosotros le pertenecemos a él. Nacemos, vivimos y morimos, mientras tanto el planeta seguirá aquí y de ser al revés moriremos con él.

—Ustedes malditas bestias no hacen más que destruirlo, quieren acabar con la raza humana.

Si para cuidarlo debe morir la humanidad correremos ese sacrificio, ustedes no son más que basura.

— ¡Cállate! — Grito Hinata—. ¿Sabes lo qué los humanos hemos luchado? ¿Sabes hasta donde hemos llegado? Hemos peleado entre nosotros desde los inicios del tiempo, no me vengas con eso. Los humanos somos débiles de cuerpo comparados a ti, pero nuestra voluntad es mayor. — su furia fue lanzada como proyectil en forma de luz hasta la gran bestia que la esquivo con facilidad.

Eres el que maneja la luz... no me interesa luchar contra ti.

— ¿No te interesa? ¿Qué acaso me crees débil?

Eres indiferente en esta lucha. — una especie de raíz broto de su brazo logrando desestabilizar al grupo, así como también unos proyectiles que formaban botones a punto de florecer.

— ¡Ay cierra la boca! — una pared de fuego rodeo al Glishkarj y Atsumu se acercó lentamente—. Los humanos esto, los humanos aquello. Todo eso no es más que pura mierda. Somos débiles, pero esa es la gran diferencia que tenemos contra ustedes; somos humanos y si nos equivocamos ¡Ja! ¡Qué importa! Para eso nacimos, lo que nos hace humanos es que no sabemos cuándo rendirnos.

Una hilera de explosiones comenzó de atrás hacia adelante llenando de humo e impidiendo la visión de todos los presentes.

— ¡Shouyo- kun! — el pelirrojo creó un rayo de luz desde la parte superior y salto para golpear el rostro de la bestia de raíces. Kinoshita junto a Tanaka llevaban ganchos que lanzaron cerca del suelo para impedir que avanzara y pudiera tropezar. Lograron detenerla por apenas tres minutos porque logro liberarse.

No esperaban el apoyo de Nishinoya por el aire al momento de lanzar una lanza relámpago —cortesía de Lev—, fue directo al cuerpo del Glishkarj y rápidamente pudo curarse.

— ¡Shouyo! —Gritó el castaño—. No dejes que se regenere esta vez.

Ambos cuervos lanzaron dos golpes certeros cerca de sus ojos, la lanza golpeo en el pecho y el cañón de luz desde su brazo izquierdo.

Humanos tontos, son una raza débil — la manta que cubría su brazo cayo mostrando a la intemperie una enorme flor de color rojo como la sangre—. Siempre creyéndose protagonistas y los reyes del universo, no se dan cuenta que están aquí solamente por decisión de alguien superior.

— ¿Qué estás diciendo? — pregunto Hinata.

El día que la humanidad comprenda cuál es su verdadero propósito, ese día la tierra podrá descansar en paz.

— ¡Cierra la boca! — vociferó el pelirrojo.

Son unos estúpidos unos brotes fueron lanzados al aire, Shouyo alcanzo a esquivarlos.

— ¡Atsumu, Tanaka!

—Estoy bien, solo fueron un montón de raíces que por alguna razón se pegaron a mi cuerpo. — dijo el rubio

—No son nada para nosotros — canturreo orgulloso el cuervo.

—Bueno ¿Qué les parece si le enseñamos al cabeza de raíz a respetarnos? — ambos Feuer mostraban una aura amenazante, Hinata podía jurar que veía el espectro salir de sus poros, al igual que las llamas centelleaban en sus manos y unos hilos de sangre brotaban de sus cuerpos...

¿Qué demonios? Tanaka comenzaba a escupir sangre al igual que Atsumu logrando preocupar al palirrojo.

— ¡¿Qué les hiciste?! — pregunto Hinata con voz aguda.

Nada en especial, sólo lo que debía hacer. Ellos morirán.

—Eres un ser repugnante — exclamo Atsumu mientras lanzaba una esfera de fuego.

—Hinata, mira — señalo Kinoshita a los brotes de sus cuerpos—. Esas cosas comienzan a crecer.

Fuiste rápido al darte cuenta— celebró la bestia—. Mis brotes florecen mientras más Polvort utilices, lo que quiere decir que tus amigos morirán pronto. Esos son de la primera vez que lance, han estado peleando desde entonces.

Los brotes ya comenzaban a mostrar una flor morada y una extraña raíz que parecía putrefacta, eso asusto a Hinata.

— ¡Eres una bestia sinvergüenza!

Haré lo necesario para exterminar a esta plaga. La humanidad no es más que eso, son unas cucarachas sin necesidad de existir.

— ¡Cállate! — Golpeo el rostro de la bestia de un derechazo y una de las ramas que llevaba en lugar de ojos—. Ustedes los Glishkarj no son diferentes a nosotros, están dañando a la tierra que tanto dicen amar, no son buenos ni mejores.

— ¿Y eso lo dices por experiencia? Conoces muy bien a los nuestros al parecer. — unos ojos azul naval llegaron hasta su memoria, el tacto y el cariño que sentía en sueños.

— ¡¿Qué es lo que pretendes?! ¿Cuál es tu propósito?

Solo uno, exterminar a los pecadores del mundo.

—En ese caso deberías morirte tú — todo en su interior parecía rebobinarse y las sensaciones parecían embargarlo de repente como si de una copa vacía se tratase, sus palmas picaban, ardían como si una inmensa luz quisiera explotar, sus labios, su garganta la sentía desgarrarse—. ¿Quién te crees que eres para decidir el destino de uno? No eres un clase de Dios, no eres mi creador... solo nosotros decidimos en nuestros destinos... ¡YO DECIDO CUANDO MORIR!

Eres más ingenuo de lo que creí, supongo que hay cosas que nunca cambiaran.

—Ya no harás más daño... porque vas a morir justo ahora. — la bestia se lanzó en contra de Hinata al igual que él al Glishkarj, pudieron golpearse mutuamente pero lo que detuvo fue el hecho de que los brotes en Tanaka y Atsumu comenzaban a marchitarse, la piel de la bestia empezaba a llenarse de sangre al igual que los labios de Hinata.

Se sentía desfallecer, sentía que la vida se la iba de las manos hasta que pudo caer al suelo y cerrar los ojos perdiéndose en la oscuridad pero con unos ojos azul naval que siempre lo acompañaban.


Y buenos días tengan todos ustedes, me alegra que sigan aquí dispuestos a leer porque esto no terminará tan sencillo y se vienen más emoción e información.

Procederé a irme lentamente para que puedan entender lo que acaba de pasar.

Este sábado actualizaré "La Corte Noche" y quedo pendiente con "El Mal Querer." Y ahora si estaré actualizando cada dos semanas.

Gracias por leer. ❤️

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