-𝐂𝐚𝐩í𝐭𝐮𝐥𝐨 𝟐𝟐-
Aviso avisador que avisa, por si hay alguien seguidor a la religión (ya sea cristiana o católica). No busco ofender a nadie por lo dicho en el siguiente capítulo, es sólo la manera de pensar de los personajes y busco que sea de una manera metafórica. Gracias por entender.
Si tener dudas fuese una forma de obtener dinero estaba seguro que sería rico en un santiamén, desde su visita a al matrimonio Tsukishima tenía demasiadas dudas. Quizás sería una buena idea tomar su consejo e ir a averiguar con Nanami, pero eso sería después.
Quizás para mañana, ahora se sentía más cansado de lo usual y el ver a Hinata le daba todas las energías necesarias para sobrevivir al día. El pelirrojo estaba entrenando junto a Tskishima, debía aprender a luchar cuerpo a cuerpo contra alguien más grande en cuanto a complexión de trataba. Sus movimientos eran rápidos, Nishinoya le enseñó todo lo que debe de saber en cuanto a pelear se trataba, pero había un problema; el rubio conocía el estilo de pelea del castaño.
—Gané.— se burló en cuanto estampó al pelirrojo al suelo y evitaba que se levantara.
—Tsukishima imbécil...— siseó mientras el rubio no dejaba de sonreír.
—Admito que eres bueno combatiendo, pero también debes de tener un estilo propio.
—¿A qué te refieres?— preguntó.
—Nishinoya siempre inicia con un zurdazo para desestabilizar al contrincante. Dice que de esa forma se quedan esperando todos los ganchos por ese lado, después empieza a atacarlos por la derecha mandando al carajo sus especulaciones.— a Kenma le pareció fascinante la manera en la que el rubio conocía al más bajito, entonces recordó la foto en los muebles de Saeko.
—Parece que lo conoces desde niños.— el comentario estaba bien formulado, el gancho ha sido lanzado y sólo era cuestión de que el pez cayera.
—Algo así.— «pico el anzuelo.» fue lo que pensó—. Mi hermano me obligaba a salir de casa de Yamaguchi y cada que podía me llevaba a casa de Tanaka, Nishinoya siempre estaba ahí. Desde mi punto de vista fue mala idea.
—Pero si Tanaka y Nishinoya son geniales.— dijo con emoción el pelirrojo.
—No lo son cuando pasas mucho tiempo con ellos— definitivamente al rubio le molestaba mucho estar con esos dos, o al menos sólo con uno.
—Sigamos entrenando, por favor— de alguna manera el pelirrojo logró que Tsukishima quisiera entrenar con él y no estaba dispuesto a tirar esa oportunidad así como así.
Siguieron entrenando por mucho tiempo, Kenma los veía con el orgullo pintado en su rostro. Aún recordaba que su amigo era asustadizo con su persona y si bien no le había enseñado a defenderse tanto siempre hacía el intento por hacerlo.
Escuchó el corazón de alguien más latir con tranquilidad, era un compás armonioso, de esos que si te recuestas en su pecho podrías quedarte dormido.
—¿Siguen entrenando?— la voz de Nishinoya se hizo presente a lado de Kenma.
—Si.— respondió tranquilo—. Sabes, creí que era alguien más el que venía.
Nishinoya sonrió con burlonamente. —¿Por qué?
—Tus latidos del corazón se escuchaban tranquilos, he escuchado los corazones de todos cuando ven a la persona de la que están enamorados— los ojos de Nishinoya brillaban, parecían mostrarte toda una galaxia—. Sin embargo los tuyos se escuchan tranquilos, normales.
—No te equivoques, Kozume. Mi corazón siempre está viviendo al mil por hora, pero siempre se calma y estabiliza al ver a Tsukishima.— tenía una sonrisa tan pacifica, tan calmada que te hacía pensar si de verdad estaba feliz. Pero era obvio que lo estaba.
—Shouyo sigue luchando a tu estilo.— cambio de tema rápidamente a uno que era su incumbencia.
—Somos cuervos, tomamos los restos de uno y lo hacemos nuestro.— el pelirrojo que estaba a punto de caer en el suelo logró estabilizarse y con sus piernas se aferró al cuello del rubio. Con una fuerza mayor a la que se creía que tenía y con ayuda de su Polvort logró derribar al más alto y dejarlo en la tierra.
—¡Lo hice!— gritó emocionado. Nishinoya aplaudió y festejó el logro de su estudiante, Kenma sonrió agradecido de poder presenciar como evolucionaba su amigo.
—¡Oye, Tsukishima!— gritó Nishinoya—. Debemos ir a comer algo, necesitas tener energía para seguir corriendo.
—No tengo hambre —fue su simple respuesta. Aún así siguió al castaño hasta los interiores del edificio para ir a cenar con él.
—Vayamos también nosotros, Kenma —pidió Hinata y el rubio asintió. Jamás le negaría algo a su mejor amigo.
Todo el comedor estallaba en risas, era increíble como el mundo podría estar yéndose al caño y ellos; la esperanza de la humanidad, se preocupaban porque nadie se acabara las hamburguesas.
Se escuchaba claramente los gritos de Tanaka discutiendo con Nishinoya mientras eran regañados por Shimizu, Yachi estaba sentada a lado de Kinoshita y ambos se les veía muy felices, Oikawa peleaba con Kuroo y Daichi intentaba hacerlos entrar en razón para que dejaran de discutir y empezaran a comer.
Hinata le pidió a Kenma sentarse con él en la mesa donde estaban los tres zorros, se veían decaídos desde la partida del resto de su escuadrón. El rubio no le negaría nada al pelirrojo así que hizo caso a su petición y fueron a sentarse junto a ellos.
—¡Shouyo!— exclamó muy alegre Atsumu en cuanto vio al pelirrojo.
—Y lo acompaña un gato— habló Suna con voz baja.
—Tengo nombre por si no lo sabías— dijo tranquilamente.
—Suna, no seas tan cerrado con Kenma— le reclamó el gemelo rubio—. Podrían llevarse bien.
—No me interesa llevarme bien con él— susurró Kenma. Suna sonrió con burla, una carcajada que muy apenas fue percibida por los demás.
—Eres demasiado pasivo para ser parte del Nekoma— continuó el de ojos verdes—. ¿Cuál es tu papel en el escuadrón?
Por alguna extraña razón el castaño tenía fijos sus ojos esmeraldas en los ojos de topacio del teñido —No es que te importe lo que haga o no.
—Kenma, no seas defensivo, Rin sólo intenta ser tu amigo— el teñido lo miró mal. Ese zorro intentaba todo menos ser su amigo.
—Ya tengo suficiente con Tora y Kuro— susurró. Esos dos eran demasiado explosivos.
—¿Y bien qué los trajo a nuestra humilde mesa?— preguntó Osamu queriendo aliviar la tensión formada.
—¡Tengo curiosidad por el arma que portaba su capitán!— los ojos de Hinata brillaban de emoción al conocer la historia tras esa fantástica arma—. Se veía genial, el capitán Kita la agitaba y hacía wooosh y también hacía fiuuu como si cortara el aire ¿donde la consiguió?— Atsumu no pudo evitar ser iluminado y aturdido por el brillo de si pequeño sol, era cierto que la alabarda de Kita daba mucho de que hablar, pero no se esperaba que Hinata reaccionara de esa forma. Aunque a decir verdad, ¿a quién engañaba? Shouyo se emocionaba por cualquier cosa.
—Se llama Banryu y es una alabarda magnifica— contestó Osamu—. A decir verdad no sabemos mucho de esa arma, sólo sabemos que es herencia de la familia de Kita, ha mencionado que tiene una historia un tanto peculiar y no hay registro de que un Drushka sea su creador, así que no sabemos quién fue el que confeccionó tal arma.
—Es magnífica— mencionó Shouyo.
—Lo es. Mide alrededor de dos metros de largo y es un arma muy pesada.
—Se necesitaron tres miembros del escuadrón para cargarla, sin embargo Kita puede cargarla con una sola mano— comentó Atsumu.
—Tiene una gran hoja de dos filos de un grosor mayor a los de otras espadas/alabardas y una punta muy aguda. Su mango es una gran asta decreciente con una terminación metálica con forma de luna creciente.— esa había sido la frase más larga que Suna había dicho en toda la noche.
—Sabes mucho de esa arma— dijo Kenma sin levantar la mirada de su plato.
—Me avergüenza decir que yo fui uno de los tres idiotas que quisieron cargarla— dijo sin aparente interés.
—¿Y quienes fueron los otros dos?— preguntó Hinata.
—Los estás viendo— se burló Suna fijando sus ojos en los gemelos a su lado, los cuales se sintieron avergonzados.
—Fue por simple curiosidad— dijo Samu rápidamente.
—Y no pesaba tanto— a completó su hermano. Hinata no dejó de reírse apenas escuchó que fueron los gemelos, eran tan predecibles.
Kenma tenía sus ojos fijos en la comida, estaba seguro que Kuroo iría a recriminarle que no estaba comiendo bien, pero la verdad es que nunca tuvo un gran apetito.
En su mente no tenía cabida para otra cosa que no fuera la supuesta profecía.
—Discúlpenme, debo retirarme— el rubio se levantó y se alejó hasta la biblioteca, debía tener toda la información posible sobre las profecías de los Glishkarj. Pero antes debía ir a su habitación a lavar sus dientes.
La biblioteca estaba sola, eran muy pocos los que se interesaban en asistir ahí, por eso era sencillo pasearse por todos los estantes buscando algún libro antiguo que pudiera ser útil. Fue directamente a los libros de historia y comenzó a hojearlos directamente sobre la mesa una vez que sacó los indicados.
Todos decían prácticamente lo mismo; la caída de la Fuente, la guerra Glishkarj, el nacimiento de los Polvorts, clasificación de los Polvorts. Quizás los libros de Nazkarik no estaban repletos de información.
Siguió recorriendo los estantes, hasta al momento de tirar uno que estaba más alto de lo esperado fue golpeado por un libro de pasta gruesa.
—Mierda— gruñó.
—No esperaba palabras tan fuertes de alguien tan pasivo— malditos sean los ojos verdes que lo miraban con burla.
—¿Qué haces aquí?— preguntó molesto.
—Eso que tienes ahí, ¿es la antigua biblia?— le responde con otra pregunta.
—¿No piensas responder?
—¿La leerás?— Kenma ya tenía su ceño fruncido y apretaba los dientes por la creciente molestia, especialmente cuando el zorro reía con felicidad—. Una disculpa, me gusta fastidiar a los de tu clase.
—Prefiero evitar a los de la tuya— contestó tajante—. Y si, supongo que es la antigua biblia aunque no tengo idea de que sea.
—Los humanos solían decir que era el libro que contenía las verdades del mundo.
—¿Y tú qué piensas?
—Nada en particular— Kenma elevó una de sus cejas—. En realidad pienso que Dios es dios porque los humanos lo convirtieron en eso, no puedes ser tan poderoso si alguien no cree en ti.
—Tienes una forma extraña de ver las cosas, Suna.
—Gracias, creo.
—En realidad tienes razón, la gente suele ser poderosa porque se esfuerza en serlo— mientras hojeaba el libro pudo darse cuenta que había algunas citas resaltadas—. La salvación no es algo que ustedes hayan conseguido, pues nadie puede decir que se salvó a sí mismo. Efesios 2:9 ¿Qué entiendes por esto?
—Entiendo que nos jactamos de algo que ni siquiera hicimos— dijo encogiéndose de hombros—. ¿Te has preguntado cómo fue que se libró la Guerra Glishkarj? No hay respuestas buenas ni malas porque cada quien escribe su propia historia.
—La historia está escrita por sus sobrevivientes— Suna asintió—. De igual manera no tiene sentido.
—Lo tendría si encontráramos el porque— Kenma frunció el ceño—. ¿Has oído hablar de los fundadores?
—¿Me tengo que preocupar?— Suna sonrió ligeramente.
—Según la leyenda fueron los primeros Glishkarj en existir y son tan poderosos que podían invadir la tierra si así lo que quisieran.
—¿Y por que no pelearon en la última guerra?— preguntó Kenma.
—Porque los fundadores hace mucho que desaparecieron— susurró—. No se sabe el paradero de ellos, sólo algunos siguen aquí.
—¿Donde conseguiste todo esto?
—En la deep web, hay demasiada información, si te interesa podría ayudarte a comprar— habló burlón.
—¿Y qué ganarías tú?
—Nada, pero quiero saber los secretos que se trae el gobierno entre manos, es demasiado divertido— dijo encogiéndose de hombros—. Entonces, ¿tenemos un trato?
—Trato hecho— dijo Kenma estrechando su mano.
Sin duda alguna el mundo no estaba listo para la unión de fuerzas de un gato y un zorro.
Ay estos dos será de las mejores combinaciones que nos dio el mundo, sinceramente llevo días planteándome una interacción de estos dos y dije "¿Por qué no?"
Me he tardado en actualizar porque quiero que haya capítulos de reserva para todas las historias que tengo publicadas, y porque ayer me vino una idea genial y no pude desaprovechar que estaba en mi cabeza y la escribí, si la desarrollo bien podría publicarla, pero para eso falta mucho jajaja.
Espero que les haya gustado el capítulo de hoy, gracias por el apoyo. ❤️
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