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-𝐂𝐚𝐩í𝐭𝐮𝐥𝐨 𝟏𝟓-

Las flores nacen, retoñan y mueren. Las estrellas brillan  pero eventualmente se apagan. Todo muere; la tierra, el sol y hasta algo tan inmenso como este universo no está excluido.

Comparado con eso, la vida de un hombre es tan efímera como un abrir y cerrar de ojos.

Las festividades no se dejarían pasar, porque dentro de poco se celebraría el Aniversario de Nazkarik. Lo que significaba que se llevaría a cabo una de las mejores galas, el gobierno no escatimaba en gastos cuando se trataba de celebrar la caída de la Fontana Roja y el nacimiento del primer Polvort aquel 10 de agosto.

Faltaban cuatro días para dicha celebración, el Palacio Nacional comenzaría a llenarse, lo que significaba que más gente llegaría al KAFUNE.

—¿Por qué mierda se quedarán aquí?— la exasperación era bastante notable en aquel comedor.

—Modales, Kuroo.— regañó Nekomata.

—Creen que las divisiones necesitan entrenamiento.— respondió Takeda—. Somos la estructura más grande en el estado.

—¡Eso es mentira!

—Oikawa, basta.— volvió a regañar Nekomata.

—¿Que no había otro cuartel? El estado tiene a la antigua Universidad de Cornell, en Ithaca.— el castaño y el pelinegro estaban empeñados en evitar que llegaran los invasores.

—Sigue siendo más pequeña que nuestro cuartel.— Ukai habló claro y cansado.

—Ese no es nuestro problema.— susurró Oikawa y fue Suga el que golpeó sus costillas para que guardara silencio—. Eso me dolió, Koushi.

—Guarda silencio y pon atención.— le reprendió.

—Vamos, chicos. El INKAIT no es tan grave.— Ukai podía jurar que todos sus muchachos lo miraban de forma intimidante.

—Han convivido con tres miembros de un escuadrón perteneciente a la división, y no se  han llevado tan mal.

—Si para usted no es malo que hayan golpeado a Kuroo y ofendido a Yamaguchi, para nosotros si lo es.— alto y claro fue el comentario de Tanaka.

—¡Bien se acabó! No pedimos su opinión porque fueron órdenes de arriba.— explotó Ukai—. Los demás, deben estar preparados, habrá demasiada gente aquí. Es todo, pueden continuar con sus labores.

Definitivamente era la peor noticia que les habían dado. Los tres escuadrones eran los más cercanos, se trataban como una familia, en cambio los demás escuadrones de trataban como si fuesen otra cosa, ni siquiera como compañeros lo hacían.

—¿Crees que sea buena idea?— preguntó Sugawara.

—En definitiva no lo es.— respondió el Capitan del Nekoma.

—¡Kuroo!— le regañaron.

—¡Daichi!— alzó la voz el anterior mencionado—. Sabes bien que no tenemos buena relación con el INKAIT, soportamos a los tres zorros porque nos lo piden.

—No son tan malos.— aseguró Bokuto—. Los Miya's me agradan.

—¿A ti quién no te agrade, Bokuto?— preguntó sarcástico el de cabello gris.

—Se supone que debes estar de mi lado, Bo.— le reclamó Kuroo a su mejor amigo.

—Esos no son motivos para que no nos llevemos bien.— aseguró Daichi.

—¿No lo son?— los ojos de Kuroo perdieron su brillo—. Que me hayan golpeado después de ofender a mi novio, tu amigo, ¿no lo son?— tanto Suga como Daichi se mostraban relajados y podría decirse que felices con la llegada del otro cuartel, sin embargo sus ojos no sonreían—. Bien, no haré nada en contra del INKAIT, pero mantengan alejado al hurón con miedo a las bacterias de mi hombre, no quiero tener problemas.

—¿Por qué los tendrías?— preguntó Suga.

—Suga-chan, no es un secreto que ese hombre sin sentimientos mantiene una relación unilateral con el Miya gris y odia a tu polluelo.— eso si que sorprendió a ambos cuervos—. Mi novio no merece el odio de esos dos idiotas. Por eso necesito su ayuda y permiso, si hacen algo en contra de Tadashi no dudaré an atacarlos.— sentenció Kuroo.

—Tienes nuestra bendición.— hablaron con seguridad ambos cuervos.


Aquellas personas tan poco esperadas para todo el KAFUNE fueron llegando de poco a poco, o más bien un solo escuadrón de la división.

El INKAIT era el cuartel correspondiente a los escuadrones; Inarizaki, Kamomedai e Itachiyama. Otro de los grupos de élite y miembros de la primera división, ellos habitaban en la antigua Universidad de Cornell en la ciudad de Ithaca.

Todos en el KAFUNE se habían vestido con sus uniformes militares para verse presentables, órdenes de los comandantes y grande fue su sorpresa cuando sólo el resto del Inarizaki llegó.

Shinsuke Kita caminaba a la cabeza de todos los presentes con su pulcro y oscuro uniforme, a su derecha iba Aran Ojiro; Enchantedist y teniente del escuadrón y a su izquierda Ren Ōmimi; un Erde.

Los zorros que habitaban de momento dentro del KAFUNE se sintieron felices de sólo ver a los recién llegados, especialmente al ver al Tödlich, Hitoshi Ginjima.

—¡Suna, gemelos Miya!— gritó un rubio oscuro de un metro ochenta.

—¡Gin!— les respondió Atsumu emocionado.

Ginebra.— lo llamó su capitán con voz tranquila—. Por favor cálmate, debemos saludar primero a los que viven aquí.

—Perdón, Kita.— murmuró Gin.

—Sean todos bienvenidos.— Daichi junto al resto de los capitanes y tenientes fueron acercándose hasta quedar frente a los recién llegados—. Es un honor que hayan llegado a visitarnos.

—Capitán Sawamura. Muchas gracias por sus palabras.— respondió Kita—. Bokuto y Kuroo. Que honor volver a verlos.

—El honor es nuestro, Kita.— saludó el de cabellos negros mientras que el de ojos ámbar saludaba con sus manos al resto del escuadrón.

—Creo que deberíamos marchar hacía el edificio principal, seguro querrán recorrer los terrenos.— sugirió Sugawara.

—Prefería ver los campos de entrenamiento.— dijo Gin emocionado. Los demás sonrieron pues sabían que sería lo primero que pedirían.

Empezaron a guiarlos hasta las salas de entrenamiento, cerca de los terrenos de campo abierto, ahí los estaban esperando el resto de los miembros de los escuadrones. Los zorros miraban asombrados cada instalación que poseían ahí, no era secreto que ellos se quedaron con la universidad más grande del estado.

—Este es el campo abierto, como pueden ver aquí entrenamos principalmente con las habilidades de cada miembro.— relató Oikawa.

—Y bien Atsumu, ¿ya peleaste contra uno de estos debiluchos?— preguntó Gin con burla.

—Por supuesto que si, peleo contra mi y le gané.— Kuroo mostraba una sonrisa ladina hacía el escuadrón de zorros. Kita sólo suspiró ante tal recuerdo—. Si nosotros somos débiles ya podrás imaginar cómo está tu escuadrón.

—Kuroo, modales.— susurró con advertencia el capitán cuervo.

—Perdón Daichi.— se disculpó burlón—. Cuidaré mejor mi boca, pero no prometo nada. Mejor porque no vemos la pelea que se presenciará.

—Oye, Osamu.— comenzó a hablar un chico de alborotado cabello negro—. ¿Dónde está ese novio tuyo?, aquel que se creía mujer y vestía estrafalario y exagera...

Kuroo no lo dejó terminar de hablar, ya lo tenía sujetado del cuello. —Te pido de la manera más amable que no te refieras a mi novio como la pareja de de tu amigo y menos lo ofendas.— siseó de forma oscura para después liberarlo.

—Suficiente, Kuroo.— Sugawara se acercó lentamente hasta quedar frente al chico.

—¿Cómo te llamas?— preguntó.

—Akagi.— respondió después de toser y recuperar aire.

—Muy bien Akagi. El chico al que te referías tan despectivamente es uno de los soldados de mi escuadrón, de los mejores que tenemos en el departamento. Vuelvo a escuchar que le faltas el respeto y no solamente Kuroo se encargará de desaparecerte, sino que también yo le ayudaré.— todos tragaron duro, era increíble como el chico de apariencia delicada podía soltar amenazas como si del clima se tratase.

—Todos quedan advertidos.— ahora todos miraban a Kita después de lanzar tal confesión—. Si alguno le falta el respeto a cualquier miembro ajeno a nosotros, se atendrán a las consecuencias, y yo no pienso meter las manos al fuego por ustedes. Espero puedan entender.

El escuadrón de Inarizaki se encontraba en una mesa para comenzar a cenar, todos miraban a las mesas de alrededor repletas de los dueños de esos terrenos. En el comedor había demasiado ruido, se escuchaban risas y demasiados gritos, veías como Bokuto peleaba con Kuroo por pedazos de carne, y como todos reían por eso.

A los ojos de Atsumu aquello parecía un sueño, los miembros del INKAIT jamás lucían así.

En las escaleras venía bajando el dueño de sus desvelos y de su corazón. Shouyo, se veía tan bonito con esos pantalones de chándal negros y playera ajustada color blanca, resaltaba su hermoso cabello rojizo.

—¡Atsumu!— gritó emocionado y corrió a sentarse a lado del rubio, el cuál no dudó en besar las mejillas del más bajo.

—Shouyo, no sabes lo feliz que me hace verte.— el resto del escuadrón no sabía nada de la existencia de dicha relación. Y fue Gin quién no dudó en preguntar.

—¿Ustedes son pareja?— Suna y Osamu se ahogaron con los vasos de agua que estaban bebiendo y después comenzaron a reírse.

—El pequeño cuervo todavía no le da respuesta.— dijo Suna riendo.

—Eso es porque ni siquiera ha preguntado.— Shouyo sonrió socarrón con el sonrojo que causó en el mayor.

—Puedo ver que su departamento es acogedor.— dijo Kita observando alrededor.

—Si, aquí nos tratamos como familia.— admitió sonriente. A los ojos de los zorros ese chico brillaba con intensidad.

—¿Y podemos saber el nombre de tu próximo novio?— preguntó Aran.

—Chicos, él es Shouyo Hinata.— el pelirrojo agitó su mano en un pequeño saludo—. Estoy feliz de poder presentarlo ante ustedes.

—Atsumu lleva enamorado de él desde que se conocieron.— ambos se sonrojaron ante las palabras del gemelo del rubio.

—¡Vivan los novios!— gritó el rubio oscuro y comenzaba a aplaudir en la mesa de los zorros causando las risas en los demás.

—¿Cómo son las cosas en el KAFUNE, Hinata?— le preguntó Ōmimi.

—Oh, pues son extravagantes.— respondió con el ceño fruncido—. Dentro de quince minutos te darás cuenta.— dos minutos después se vio bajar de las escaleras a la asistente del Fukurodani—. Esa chica de allá, es Yukie.— todos enfocaron su mirada a la chica que señalaba.

—¿Es importante por qué...?— preguntó Aran.

—Creo que vendrá en menos tiempo.

—¡YUKIE!— la voz de Itadori resonó en el pasillo por el que bajo la castaña—. ¡¿Te comiste mis kuri dorayaki?!

—No.~— respondió con la boca llena.

—¡Mentirosa, mentirosa, mentirosa!— gritó el chico de cabello rosado—. ¡Shouyo y yo los preparamos esta mañana!

—¡¿Y por qué los ocultaste?!— gritó molesta—. Si me hubieras dicho los hubiera pedido, ¡pero me los ocultaste!

—¡Veinte dracmas a que Yuuji pierde!— gritó Kuroo.

—Treinta dracmas a que Yukie gana!— gritó Bokuto.

—¡Gracias por confiar en mí!— gritó la castaña con voz cantarina—. Akaashi~ tengo hambre.— la asistente se sentó en la mesa junto a los demás y pudo degustar la carne con arroz que cocinaron.

—¡Shouyo!— el de cabello rosa corrió hacia la mesa de los zorros—. Se han comido mis panecitos.— el pelirrojo no dejaba de reírse por el escándalo y los demás solamente miraban atónitos—. Ah, hola chicos, un placer.— saludó con voz tranquila.

—Vaya show el que diste.— Yuuji alzó su vista al chico de rasgos gatunos y cabello puntiagudo oscuro—. Me llamo Michinari Akagi.

—Yuuji Itadori, un gusto conocer al resto de ustedes.— sonrió, todos pensaron que el chico era muy amable.

—Igualmente para nosotros.— respondió Aran.

—¿Cómo están en el escuadrón?— preguntó Hinata a Itadori.

—Todos la estamos pasando mal, hacer una fiesta —por el motivo que sea— después de perder a un compañero es lo más estúpido que ha dicho el gobierno.

—Lamentamos mucho su pérdida.— habló Kita. Itadori asintió.

—Nobuyuki era como la calma después de la tormenta— su voz sonaba suave, sin embargo la tristeza era reflejada en ella—. Todos aquí somos familia, ellos son mis hermanos y me duele mucho perderlos. No estoy listo para perder a los que amo.— Shouyo aferró su mano en la de Itadori, tal vez así le haría entender que estaba para él.

—Si no quieres ir a la celebración está bien, hablaremos con Kuroo.— sugirió.

—Debo ir, mi tío me matará si no asisto y no pienso morir joven.— dijo con burla.

—Créeme que no lo harás.— Yuuji se sobresaltó al escuchar al dueño de esa voz.

—¡Nanami!

—Vine a despedirme.— dijo el rubio—. He de partir antes a Washington.

—¿Problemas otra vez?— Nanami asintió—. Bueno. En ese caso ten cuidado.— le dijo sonriente y eso hizo sentir calidez en el corazón de su tío.

—Itadori... te veré cuando vuelva. Debemos hablar.

—Claro que si, estaré esperándote, por favor vuelve bien.— nuevamente esa sonrisa no se hizo esperar y Nanami asintió sabiendo que cumpliría su promesa.

En la oscuridad de la noche y en lo profundo de unas callejuelas que se ocultaban en lo alto de las montañas se encontraba cierto grupo de personas.

Sentados mirando lo asombrosa que se miraba la luna llena en su máximo esplendor, todo el grupo pensaba, ¿qué pasaría con ellos ahora?

Las ropas azul marino eran su símbolo a excepción de aquel miembro de metro noventa que vestía con tonos índigos y violetas. Podía ver el resplandor de la luna debajo de ese antifaz que usaba para cubrir su mirada, no era necesario quitárselo para saber que pasaba a su alrededor.

—Creo que ya saben el plan.— habló con retintín.

—Quedó claro, superior.— contestó una mujer cubierta de quemaduras y cicatrices en los brazos y parte del rostro.

—Me alegra mucho porque debemos acabar con él.— declaró esta vez con voz seria.

—¿Alguna indicación para esta misión?— preguntó la mujer de cabello rojizo y corto.

—Ustedes saben cuál es su deber.— respondió—. Deben ir a Washington, si es posible irrumpir en ese baile de aniversario y matar al mocoso. Es peligroso para todos que siga con vida.

—¿Y usted quiere eso?— preguntó la castaña.

—Lo que yo quiera no importa ahora.— suspiró con pesar—. Solo hagan las cosas con discreción.

—¿Quienes llevarán a cabo esta misión?— preguntó la chica de cicatrices.

—Miwa, acércate.— una mujer de corto cabello azulado al igual que sus ojos, se arrodilló en una pierna en señal de respeto—. Mi querida Miwa, eres de mis guerreros más fuertes y por eso he decidido enviarte a ti junto a Inumaki y Maki, espero buenos resultados,

—¿Cómo sabremos quién es él?— preguntó Miwa.

—Oh~ créanme que lo sabrán, es demasiado llamativo, no pasa desapercibido.

Para Miwa era algo sencillo, toda su vida se había dedicado a entrenar y ser una de las mujeres más fuertes de su clan sin importar que la hayan rechazado. Pero había cosas que no podía hacer sola y por eso estaba de camino a la habitación de su hermano.

Entró con todo el sigilo que pudo y ahí estaba él, jugando con unas hojas y ramitas haciéndolas flotar, a veces se comportaba como un niño.

—Oye.— llamó cuidadosamente.

—Hmm.— apenas emitió sonido.

—Debo partir a Washington, tengo una misión importante.— confesó orgullosa.

—¿Y qué buscas?— preguntó.

—Dime, ¿cómo sabré que es él?— su hermano sonrió, una sonrisa apenas perceptible y es que su hermana sabía todo de él.

—Brilla con luz propia. No pasa desapercibido y es poderoso, demasiado poderoso.

—Suenas como alguien enamorado, Tobio.— se burló de su hermano menor.

—No lo estoy, sólo se que estamos conectados.— susurró—. Nuestros destinos están escritos y yo siento una fuerte conexión con él.

—Por supuesto, claro.— continúo burlándose.

—Mucha suerte en tu misión, Miwa.— dijo con voz tranquila.

—Mucha suerte en la tuya, Tobio.— dejó un beso en la frente del de cabellos azabaches y salió de la habitación rápidamente. En las afueras de la casona Maki e Inumaki la esperaban para así partir y eliminar a aquel que estorbaba en sus planes.


Ya pueden matarme porque ya apareció Kageyama y no nada más él, no, les traje a la HERMANA!! Amo a este par y de verdad que quería explorarlo y darle una relación hermosa.

La verdad no aguantaba a publicarlo y me dije "pues date" y lo publiqué. 🤣

La amenaza cada vez se hace más cercana y ya no se sabe en quién confiar.
Mantengan los ojos abiertos.

Otra cosa, estoy escribiendo otro fic, contiene Atsuhina y OsaYama, lo estaré publicando dentro de pocas semanas pero primero quiero tener cierta cantidad de capítulos para tener reserva. Espero que cuando lo publique tener su apoyo.

Nos vemos después. ❤️

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