• Arrepentimiento •
Aún recuerdo con claridad aquellas palabras que me atormentan cada noche ... "No me consideres tú madre..." Fue ese momento en el que firme mi castigo con la vida.
El primer dolor que sentí, fue cuando te casabas con aquella niña, ¿Me creerías si te digo que ella no era el problema? Estoy seguro que ese debió ser el momento más feliz de tu vida, para mí fue el momemto en que más orgulloso me sentí de ti, sin embargo, aquel sentimiento se acompañaba de sufrimiento, dolía... Me dolía haberte hablado de esa forma, no pude decir perdón.
El segundo dolor fue más "curioso", me encontraba en casa terminando un trabajo del templo, una sensación de olvído llegó a mi, ¿Qué hago aquí? ¿Por qué me siento mal? Ví pasar a un chico junto a una niña, ambos azabaches, me saludaron, no se por qué. El resto del día tenía un dolor, como si me faltara algo o alguien, este sentimiento duro un par de días, gente extraña me hablaba con familiaridad, yo solo respondía con lo que creo que ellos querían escuchar... ¿Quién es Suga? ¿Y quién es Yuu? Me han mencionado ambos nombres, pero me duele mucho cuando hablan sobre Yuu.
El tercer y último dolor es el que llevo en silencio, tu muerte fue lo que jamás podre superar y perdonarme, moríste protegiendo a tu hija, algo en lo que yo fallé... Fallé en protegerte y lo único que hice, fue alejarte. No espero un perdón, solo espero que en tú siguiente vida seas feliz.
[ .... ]
El único recuerdo que tengo, es el de la voz de mi madre.
Mi nombre es Hira Junko, nací en invierno, durante el festival de nieve de Sapporo, mi madre, una joven de diecisiete años, fue abusada por mi padre. Mamá era una joven optimista, me sacó de la casa en cuanto nací, con la mentira que yo había nacido como mujer, es por eso que papá jamás nos buscó desde su partida.
Crecí en una pequeña casa en Kanazawa, mamá se esforzaba mucho en sacarnos adelante, nunca entendí por que su familia le negó la ayuda, pero eso no la detuvo. Ella murió cuando yo tenía la edad de nueve años, al no tener otro familiar que me cuidara, papá... Quien siempre estuvo buscandonos, tomó mi custodia en su totalidad, sobre todo, cuando se enteró de la mentira de mamá.
Estuve en un hospital psiquíatrico, fui diagnosticado con esquizofrenia a la edad de trece años, luego de aquel incidente que cause, sin embargo...
Yuu... ¿Algún día reencarnaras? Suga, desearía tenerte a mi lado, quisiera tener algo de ustedes conmigo, pero yo se que las reencarnaciones no recuerdan nada de su vida pasada, pero... ¿Cómo es que yo recuerdo?
—Ne... Jun-kun, eres un niño muy especial, ¿Sabías eso? Llegara un momento en el que ya no este contigo, pero creemé... Que yo te protegeré incluso si ya no estoy con vida...
Apartó su mano de las telas de un kimono, aquel que le pertenecía a su madre; de una caja de madera, sacó unos pedazos de cristal, con delicadeza los tocó.
"No me consideres tú madre..."
"Buda no entrega al mismo ser humano en la misma familia..."
—¿Especial? ¿Especial en qué? ¡En tener un don que te hace ver la vida pasada de las personas! ¡En ver una y otra vez como morían las personas! ¡¿Es especial ver cómo van a morir a futuro?! ¡¿No es suficiente ser el único que recurda que pasó en otras vidas atrás?! ¡No es divertido ver todo eso!
La puerta se abrió, una joven castaña era acompañada por un chico azabache de lentes.
—Akira...
—¿Qué quires Azura?
El chico lo levantó del suelo, lo sujetó con fuerza y sacó del cuarto, atrás le seguía la chica en silencio.
—¡Suéltame maldita sea! ¡Alejáte de mi! ¡Suéltame o juro que te mato! ¡Voy a matarte sino me sueltas! ¡Voy a matarlos a los dos! ¡Lo haré! ¡Te mataré lo juro!
—Lo siento Akira... Pero como tú médico a cargo, no considero apropiado que sigas así, por lo tanto...
La chica guardó silencio, apretó sus puños buscando una forma de decir las siguientes palabras. Habló con un nudo en la garganta.
—¡Vas a volver a ser internado!
No era esquizofrenia, Hanako y Azura son los únicos que saben que no tengo esquizofrenia, solo son recuerdos de personas del pasado, no se controlar mi habilidad... Pero el castigo en está vida es estar encerrado, viendo esos recuerdos una y otra vez...
Espero con ansias el internado, creo que son los medicamentos los que me mantienen calmado y el pasar horas encerrado me hace reflexionar las cosas.
Gracias Buda, estoy pagando mi pecado.
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