
Atrapado◽
"Severus" el tono de regaño de Minerva hizo que el hombre en cuestión abriera un ojo para asomarse a ella con pereza. Al ver que no hacía ningún movimiento Minerva continuó, "¡Severus Tobias Snape! Hablamos de esta cita ayer mismo por la tarde".
Poniendo los ojos en blanco, el maestro de pociones se sentó en la cama, empujando cuidadosamente las mantas sobre la todavía dormida y muy desnuda Hermione para cubrir su cuerpo de la vista de la bruja mayor.
"No hagas ruido, ¿quieres?" siseó, mirando el rostro apacible de la mujer de pelo dorado a su lado. "Ha sido una larga noche" retumbó, sin poder ocultar la sonrisa que se dibujaba en sus labios.
"¡No pongas esa cara de satisfacción! Poppy está esperando a Hermione en tu salón. Sabías que habíamos programado su revisión para esta mañana, Severus".
Dando un encogimiento de hombros a la mujer que la miraba, Snape se dispuso a levantarse.
"¡En el nombre de Salazar! ¡Severus! No tienes vergüenza!" Minerva casi gritó en voz baja cuando Snape se puso de pie en toda su gloria y comenzó a vestirse justo delante de ella. Cubriéndose los ojos con las manos y dándose la vuelta para mirar a la pared, le dirigió un siseo de desaprobación, "¡Te conozco desde hace más de treinta años! De verdad que no necesitaba ver eso" siguió sacudiendo la cabeza como si quisiera deshacerse de la imagen.
Snape simplemente continuó con una mirada divertida mientras terminaba de abotonarse la camisa.
"Sería estupendo que nos diera un poco de privacidad ahora, directora. Cuanto más rápido salga de esta habitación, más rápido podremos seguir con nuestro día"
Volviéndose a sentar en la cama, el hombre esperó a que la puerta de la habitación se cerrara y a que el molesto murmullo de Minerva se calmara, sólo entonces comenzó a mover suavemente su mano sobre el brazo de Hermione, hasta llegar a su cabello.
Masajeando el cuero cabelludo, se inclinó para susurrar un suave "Buenos días" mientras la bruja empezaba a despertarse lentamente.
"Buenos días" murmuró ella aún dormida antes de intentar acurrucarse a su lado y volver a dormir.
El maestro de pociones negó con la cabeza y se levantó de nuevo.
"¿Por quéeee te levantas ya?" se quejó Hermione, gruñia mientras se sentaba y se frotaba los ojos.
"Minerva está aquí y tiene a Poppy esperándonos en el salón"
Ante eso los ojos de la bruja se abrieron de golpe, todo el sueño se esfumó en cuestión de segundos.
"Espera... ¿Qué es lo que...? ¿Por qué están aquí? Y ellas... ¿vieron?" el rubor avergonzado que se extendió por sus mejillas y cuello le dio ganas de reír, pero en su lugar optó por dedicarle una sonrisa.
"Parece que he olvidado mencionar que hemos programado tu revisión para hoy..."
"Oh..." Hermione murmuró "Yo... ¡necesito vestirme!" Exclamó de repente, su cerebro lleno de sueño parecía haber empezado a funcionar de nuevo. "Date la vuelta" le indicó mientras salía de la cama, aferrando la manta a su forma desnuda.
"¿Hablas en serio? ¿Te das cuenta de que sí vi todo eso anoche?" Preguntó, levantando una ceja juguetona.
"Severussss, por favor" gimió ella, lo que sólo provocó que él acechara más cerca, presionándola entre su propio cuerpo y la pared.
"Cómo me gusta que supliques" le susurró al oído, dándole unos cuantos lametones burlones en el cuello.
"Severusss, ahora no es el..."
Hermione no llegó a terminar su frase cuando la puerta se abrió y el rostro de Minerva se asomó al interior.
"¡Maldita sea, Snape! ¡Escucha a la chica y deja que se vista! Ahora!" amonestó la directora antes de volver a cerrar la puerta y dejar a una mortificada Hermione con un Severus de aspecto engreído detrás.
La brujita apoyó la frente en su hombro y dejó escapar un gemido avergonzado.
"No le hagas caso, sólo está celosa" le guiñó un ojo mientras se apartaba de ella.
"Estaría totalmente desconcertada por el hecho de que acabas de guiñar el ojo si no estuviera tan preocupada por estar absolutamente horrorizada de que Minerva me viera desnuda"
Snape se rió,"Técnicamente, no te vio desnuda. Estás envuelta como un capullo con nuestra manta" señaló. "Sin embargo, sí me vio desnudo" le lanzó una mirada perversa antes de arrojarle una de sus camisas y unos bóxers.
"¿Ella hizo qué?" Hermione se quedó desconcertada.
"Me pidió que me vistiera así que lo hice" Snape se encogió de hombros.
"¿Delante de ella?"Se limitó a asentir como si fuera lo más normal.
Hermione se limitó a negar con la cabeza mientras se metía en su camiseta y se ponía los bóxers.
"Eres horrible" gimió finalmente lo que solo hizo que él se riera.
"Pero eso ya lo sabías cuando te llevé a mi cama ayer" ronroneó él mientras la empujaba suavemente hacia la puerta.
"Incorregible" murmuró ella antes de salir rápidamente de la habitación con el hombre justo detrás de ella.
"Así que", dijo Minerva mientras se sentaba a tomar su té,
"¿Quieren decirme algo niños?"
El maestro de pociones resopló ante el término "niños", pero respondió de todos modos.
"Sólo que no es de tu incumbencia"
Hermione se limitó a sonrojarse.
El brillo en los ojos de Minerva fue suficiente para saber que la entrometida mujer estaba bastante complacida.
"Así de serio entonces, ¿eh?"
De nuevo Hermione se quedó callada, mirando insegura hacia su regazo.
"Por el amor de Merlín, Minnie, deja de ser una pesada y cuéntanos los resultados de Poppy para que todos tengan la amabilidad de largaros y dejarnos en paz"
"Poppy dice que parece estar en perfecto estado de salud. Un poco agotada, así que no estaría de más dejarla descansar un poco más los próximos días. Es decir: ¡no agotes demasiado a la pobre chica!", advirtió burlonamente.
"¡Minerva! Deja de acosarlos y trae tu trasero para que podamos volver. Parece que Peeves le hizo una broma al profesor sustituto de pociones con bombas de estiércol..." murmuró la medimaga desde delante de la chimenea mientras recogía sus cosas.
"Este poltergeist va a ser mi muerte.." Refunfuñó Minerva mientras se levantaba.
"Más vale que sea pronto que tarde", dijo Snape a medias.
"Cállate la lengua o te la arranco con un maleficio" le advirtió la bruja mayor, agitando su varita frente a él.
Levantando los brazos en señal de rendición, vio cómo los dos desaparecían entre las llamas.
Una vez que estuvieron solos, por fin tuvo la oportunidad de dirigir toda su atención a la tranquila Hermione que estaba sentada a su lado.
"¿Desayuno?" preguntó, en un intento de aligerar el ambiente y proporcionar algún tipo de actividad que redujera la tensión que se había instalado en el aire.
"Claro" Hermione le dedicó una dulce sonrisa antes de hacer que se levantara y empezara con su comida.
"No" la detuvo rodeando su muñeca con la mano. "Yo lo haré hoy". Hermione le dirigió una mirada insegura como si dudara de sus habilidades culinarias."Vamos, te das cuenta de que soy maestro de pociones y eso es casi lo mismo que un chef de cinco estrellas".
Al oír eso, ella soltó una risita y una ligera sonrisa se dibujó en el rostro del hombre.
No pasaron ni quince minutos y la mesa estaba llena de gofres, avena y tostadas con huevos.
Hermione canturreó encantada mientras llenaba su plato y daba el primer bocado.
"Esto está taaaaan bueno" gimió y Snape sintió un revuelo en sus pantalones ante los ruiditos que ella seguía haciendo.
"Me alegra saber que la señora lo aprueba", dijo pero su cara era juguetona.
"Nunca nadie cocinó para mí" confesó ella tímidamente.
"Puedo hacer el desayuno todos los días si tú haces la cena" le levantó una ceja, esperando que ella captara el significado oculto tras sus palabras.
"¿Y la comida?" Preguntó con ligereza
"Podríamos salir a almorzar o podríamos saltárnoslo y tomar un postre en su lugar" se lamió el labio inferior mientras ella soltaba una suave carcajada antes de sacudir la cabeza, sus rizos rebotaban con los movimientos.
"¿Eso significa...?"
"¿Significa eso qué?", preguntó él, queriendo que ella hiciera la pregunta completa.
"¿Significa que quieres que me quede? ¿Aquí?"
Hizo una mueca como si estuviera pensando. "Bueno, eres ordenada, una pocionista bastante buena, puedes mantener una conversación intelectual... y tu cocina probablemente compita con la de Molly Weasley... dime, ¿cómo no querría uno todo eso en la casa?"
"¿Sólo por eso me quieres aquí?" Preguntó, su voz burlona pero con un matiz nervioso como si tuviera dudas.
"Hay otra razón" se inclinó más cerca como si fuera a contarle un secreto. "Eres tan impresionantemente caliente y te amo"
Y con eso la besó, agonizantemente lento y dulce, sus labios moviéndose tiernamente con los de ella antes de inclinarse hacia atrás para mirarla profundamente a los ojos.
"Te amo señorita Granger, no sólo por tu cerebro, tu cuerpo o incluso por ese dulce rubor tuyo. Te amo por lo que eres, por tu paciencia, por tu fiereza e incluso por tu pequeño y acalorado temperamento que me vuelve loco a veces."
Ella dejó escapar una risa burbujeante ante eso.
"Yo también te amo Severus" susurró, "Lo he hecho durante un tiempo"
Él cerró los ojos gimiendo ante ese pensamiento. Ella era suya ahora y nunca la dejaría ir.
"Sabes que soy un hombre egoísta, un hombre posesivo. No comparto lo que es mío" Retumbó contra su cuello mientras lo mordía ligeramente, empatizando con su pensamiento.
"Egoísta, no. Protector, sí", gimió ella. "No tienes que preocuparte. Soy tuya". Hermione le susurró suavemente al oído.
"Mía" gruñó él, apretando contra ella...
El final.
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Gracias por leer, la siguiente historia en actulizar será "De Mito y Magia"
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