EXTRA II
Un nuevo festival se celebraría en el pueblo de Windhall, sería el primero después de la coronación de Minho.
Después del caos ocasionado meses atrás debido a la guerra entre los antiguos reyes y las criaturas mágicas, un ambiente de tensión se había creado, sobre todo el reino, y es por eso que, después de tanto tiempo, un festival sonaba como la idea perfecta en un intento de que los habitantes y criaturas mágicas de Windhall retomaran su brillo y felicidad, conviviendo entre sí como un solo pueblo.
Dentro del castillo, todos se estaban preparando para ir y disfrutar por primera vez entre las personas. A excepción de Chan quien parecía demasiado indeciso e inseguro sobre si era buena idea asistir.
—Jeongin—llamó al menor desde la cama.
—¿Si?—se giró hacia él, deteniendo sus movimientos para prestarle atención.
—¿De verdad quieres ir al festival?
—Claro—respondió de inmediato—Tengo casi una hora arreglándome para ir—rio—¿Por qué preguntas?
—No sé si tengo ganas de ir—respondió, poniéndose de pie para acercarse a él—Es decir, ni siquiera son tan divertidos.
Jeongin frunció el ceño, confundido con su repentino comentario.
—Si son divertidos. Por primera vez podré ir sin esconderme tanto, podré salir de este castillo sin problemas y podré regresar a la hora que quiera—explicó cortamente las razones de su entusiasmo por asistir—Convivir como un habitante de este pueblo después de tanto tiempo me hace sentir bien.
—Tienes razón—dijo en voz baja y asintió—De seguro lo pasaremos muy bien—le sonrió cálidamente para hacerle saber que no había ningún problema, pero Jeongin ya no podía creerle completamente.
Chan podía entender su emoción, sabía que Jeongin estuvo mucho tiempo dentro de ese castillo fingiendo ser un humano y era muy egoísta de su parte interponerse cuando él si pudo comportarse como el vampiro que era en Ravenham porque nadie nunca se lo impidió. Solo que esta vez, era justo eso lo que lo hacía sentir inseguro de salir.
—Dime la verdad, Chan, ¿por qué no quieres ir?—cuestionó curioso, tenía el presentimiento de que había algo más.
El mayor suspiró y sonrió, poniendo ambas manos en los hombros de Jeongin.
—Si quiero—insistió—Buscaré algo que ponerme y vamos.
Sin sentirse del todo convencido, Jeongin asintió, viéndolo dirigirse hacia el armario. Todavía tenía un presentimiento de que estaba ocultándole algo, pero sabía que en cualquier momento, iba a descubrir de qué se trataba.
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El clima nocturno era fresco, las luces de los faroles de las calles iluminaban el camino hacia el centro de Windhall en donde ya habían muchas personas y criaturas mágicas. La música en vivo sonaba lo suficientemente fuerte para escucharla en la lejanía, los puestos de comida estaban llenos de clientes y la decoración era digna de una festival.
Jeongin sonrió emocionado al poder apreciar todo tan de cerca sin ocultarse, la música era agradable para él y ver a los habitantes del pueblo bailar le pareció una encantadora escena. A lo lejos pudo identificar a Jisung y Minho usando ropas más cómodas sin siquiera parecer de la realeza, por otro lado, Hyunjin y Félix también estaban ahí, sentados a las afueras de un pequeño restaurante.
—¿Qué hacemos primero?—le preguntó ansioso a Chan quien había estado en silencio desde que salieron.
—Mmm, no lo sé, ¿qué tal si vamos por algo de tomar?—sugirió, señalando el puesto de bebidas.
Jeongin asintió y tomó su mano, dirigiéndose hacia donde estaban vendiendo las bebidas. Pidieron cada uno algo sencillo para empezar, lo suficientemente fuerte para entrar en calor.
Chan terminó su bebida en un solo sorbo debido a lo ansioso que se sentía, arrugó la nariz levemente y desvió la mirada.
—Oye, eso fue rápido—rio el menor—¿Quieres otro?
Distraídamente, Chan asintió, alejándose de cada persona que pasaba a su lado, como si su mero contacto quemara. Jeongin frunció el ceño ante su comportamiento tan extraño; soltó un suspiro y tras darle otro trago a su bebida, se llevó a Chan hacia un lugar más tranquilo en donde pudieran hablar. Entraron a un callejón no muy lejano y lo soltó, viéndolo con más seriedad.
—¿Qué hacemos aquí? Creí que querías divertirte en el festival—Chan preguntó, un poco nervioso por su expresión.
—Vas a decirme ahora qué es lo que te pasa—se cruzó de brazos, luciendo molesto por su falta de comunicación—Y no digas que no es nada porque desde que salimos has estado actuando raro.
A esas alturas, Chan no podía seguir negándolo, solo terminaría por hacerlo enojar más de lo que ya estaba.
Suspiró rendido—Me siento muy ansioso... Estar entre tantas personas me hace sentir ansioso porque necesito alimentarme—confesó sin levantar la mirada.
Jeongin relajó su expresión, ahora entendiendo mejor el porqué de su actuar, sin embargo, ya no podían ceder a eso, al menos no tan deliberadamente.
—¿Terminaste tus reservas?—preguntó en voz baja y Chan asintió—¿Y si cazas animales?—sugirió con inseguridad porque sabía que Chan no era como él que podía mantenerse estable de esa forma—Podría funcionar.
—No puedo hacer eso—se negó—Me hace sentir más ansioso y me debilita.
Jeongin se quedó sin opciones. No podía comprender totalmente sobre su necesidad de tomar sangre específicamente humana a pesar que un tiempo atrás perdió el control cuando la probó nuevamente, sin embargo, se estuvo esforzando en que no volviera a suceder y estaba funcionando porque a lo largo de su vida logró controlarlo, pero Chan no, Chan era diferente, él había tomado sangre humana porque se lo permitían en su hogar y en Windhall, eso seguía siendo prohibido.
—No sé cómo ayudarte—dijo con decepción.
—Hay una manera...—empezó a hablar Chan, haciendo que Jeongin lo mirara con atención—Es una práctica muy antigua antigua, pero funciona.
—Dime cuál es, tal vez puedo ser de ayuda—lo miró con interés.
Chan sonrió de lado y se acercó al menor hasta llegar a su oído, murmurando muy cerca sobre la música en la lejanía. Jeongin sintió sus mejillas calentarse y lo vio a los ojos con sorpresa sin saber que eso era posible.
"Debo alimentarme de ti, puedo beber tu sangre"
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Cuando Jeongin cerró la puerta de su habitación tras él se sentía con los nervios a flor de piel. Pasó todo el camino de regreso al castillo pensando en eso, todavía sin creer por completo si era algo real porque, ¿cómo un vampiro iba a alimentarse de la sangre de otro? No sonaba muy lógico en su cabeza puesto que su sangre no era como la de un humano. Aún así, sentía curiosidad.
Chan logró convencerlo de regresar al castillo después de explicarle que, muy probablemente, luego de beber su sangre podría sentirse débil por un rato e incluso, mareado, lo cual le parecía bastante lógico puesto que después de todo, iba a alimentarse de él.
—Entonces... ¿Qué debo hacer?—preguntó Jeongin al cabo de algunos segundos en silencio.
—¿Estás seguro de que quieres que lo haga?
—Si... Si eso logra calmar tus ansias, entonces si quiero—asintió decidido.
Chan asintió también y se acercó, tomó su mano y con sus dedos identificó las venas en su muñeca, presionando suavemente sobre su piel, sintiendo como el flujo de sangre pasaba por su cuerpo, causando que sus colmillos aparecieran lentamente como muestra de sus ansias por probarla.
—La tomaré desde aquí—acarició la zona en su muñeca, elevando la mirada hacia él—Si te sientes muy mal o te duele solo avísame.
Jeongin asintió en silencio, viendo con atención.
Chan llevó la muñeca de Jeongin hacia sus labios, deleitándose con la suavidad y el agradable aroma de su piel antes de que sus colmillos aparecieran por completo; sin esperar mucho más, encajó los colmillos, perforando finamente su piel y empezó a succionar su sangre sin problemas, sintiéndose aliviado tan pronto el líquido tocó su lengua y pasó por su garganta.
No era como la sangre humana, estaba lejos de serla, pero sin duda alguna, lograría calmar su hambre.
Jeongin siseó suave, sin embargo, no dolió, simplemente se sintió como un leve pinchazo que pasó casi desapercibido. La sensación era extraña, no podía dejar de verlo con el repentino pensamiento de querer intentarlo también.
Inevitablemente, un escalofrío recorrió su cuerpo entero y cerró los ojos con fuerza, sintiéndose liviano poco a poco. Tal vez era esa debilidad de la que hablaba Chan, pero entonces, ¿por qué su estómago cosquilleaba tanto?
—Es normal... ¿Es normal sentirme caliente?—preguntó Jeongin en voz baja, siéndole inevitable sentirse de esa manera.
Chan detuvo lo que estaba haciendo y se alejó lentamente de su muñeca hasta poder verlo sin dejar mucho espacio entre los dos.
—¿Es así como te sientes?—cuestionó con una sonrisa ladina.
Jeongin asintió avergonzado, sin creer realmente que algo así podría excitarlo, sin embargo, Chan sabía perfectamente que eso iba a pasar, era normal que eso pasara entre seres como ellos puesto a que era una práctica ciertamente íntima entre parejas.
Sin poder controlarse, los ojos de Jeongin cambiaron de color en cuestión de segundos y sus colmillos salieron sin dificultad alguna, vio directamente a los ojos del mayor y sin importar los rastros de sangre en sus labios, se lanzó a ellos e inicio un apasionado y profundo beso. Con fuerza y rapidez lo empujó hacia la puerta, acorralándolo con sus brazos sin dejar de besarlo, pegándose a su cuerpo con necesidad.
Chan sonrió orgulloso en medio del beso y dejó que Jeongin tomara el control de la situación, permitiendo que las manos del menor se metieran dentro de su camisa para acariciar su abdomen y pecho. No le molestaba en lo absoluto, ver ese lado en Jeongin era sorprendente y excitante.
Jeongin estaba siendo preso de su deseo, yendo más allá de su propia razón gracias a esa extraña sensación que recorrió su cuerpo cuando los colmillos de Chan perforaron su piel. No se sentía débil ni cansado en lo absoluto, era como si esa acción hubiera encendido en él diferentes sensaciones que lo llevaban a actuar por instinto.
¿Por qué nunca lo había intentado antes?
—Quítate la ropa—demandó Jeongin al separarse y con la respiración agitada.
Chan no se hizo el de rogar, quitó rápidamente su camisa y la tiró a un lado, siguiendo con bajar sus pantalones hasta quitarlos con la ayuda de sus pies, haciéndolo a un lado. Jeongin sonrió emocionado al tenerlo frente a él solo en ropa interior, notando fácilmente como su erección se apretaba fuertemente dentro de su bóxer. Dirigió su mirada nuevamente hacia Chan antes de quitarse también la camisa, dejando su torso expuesto y en total silencio se puso de rodillas frente a él, relamió sus labios una vez más antes de pasar su lengua con lentitud sobre la tela de su ropa interior, sintiendo la dureza de su pene y lo húmedo que estaba en la punta, deteniéndose ahí, tocando solo con la punta de la lengua de manera juguetona con la intención de hacerlo sentir desesperado.
Cosa que funcionó perfectamente porque Chan sentía que podía incluso terminar solo con esa estimulación, sin embargo, no dejaría que eso pasara así que con un poco de fuerza, agarró el cabello de Jeongin y lo hizo hacia atrás, causando frunciera el ceño por interrumpirlo.
—Abre la boca—ordenó con voz dura y sin soltarlo.
Jeongin obedeció sin quejas. Chan sonrió de lado y con su mano libre logró bajar su ropa interior, dejando por fin su pene expuesto frente al menor.
Sin necesidad de que se lo pidiera, Jeongin dejó cualquier tipo de juego a un lado y tras quitar la mano de Chan de su cabello con un golpe, empezó a chupar toda su extensión sin ningún tipo de delicadeza, llegando tan profundo que causó sonoras arcadas.
Chan cerró los ojos, lleno de satisfacción con la validez de su boca alrededor de su pene, sintiendo como todo se acumulaba en su vientre, dándole pequeñas descargas que recorrían su cuerpo entero.
Sin poder sobrellevarlo más, Jeongin detuvo sus acciones y tomó aire, tratando de regular su agitada respiración. Limpió sus labios con el dorso de su mano y se puso de pie, otra vez dispuesto a besarlo. Chan no se opuso, recibiendo el beso con gusto mientras terminaba de quitar la última prenda de su cuerpo, dejándolo completamente desnudo.
Jeongin necesitaba más, necesitaba otra vez ese cúmulo de sensaciones dentro de él por lo que llevó a Chan hacia la cama y lo tiró sin cuidado, subiéndose sobre él. Al encontrarse en esa posición, logró quitar sus pantalones y ropa interior, ahora sintiéndose piel con piel.
—Hazlo otra vez—dijo casi en una suplica el menor cuando se inclinó hacia su rostro, moviéndose de manera provocativa sobre su erección.
—¿Qué quieres que haga?—preguntó con una ceja alzada, haciéndose el desentendido.
—Aliméntate de mi—respondió sobre sus labios, sintiendo escalofríos cada vez que su pene rozaba el duro abdomen del contrario con cada movimiento—Por favor...—con sus dientes atrapó su labio inferior y lo jaló levemente.
Chan estaba encantado, de saber que esa sería su reacción, habría intentado alimentarse de él desde el principio.
Asintió lentamente y sin darle tiempo para responder lo giró sobre la cama hasta dejarlo boca abajo, con su brazo logró levantar sus caderas y lo dejó de esa manera, teniendo una mejor vista desde su posición. Jeongin se quejó sorprendido ante tal movimiento, pegó su mejilla a la almohada y sintió su estómago cosquillear con anticipación.
Con sus dedos muy bien lubricados, Chan tanteó su entrada, escuchándolo gemir bajito con cada toque. Después de esparcir lubricante en la zona, introdujo el primer dedo. Jeongin suspiró y de manera casi instintiva inició a moverse en busca de más. Chan rio por la bajo ante su desesperación e introdujo el segundo dedo, moviéndolos lentamente en su interior, maravillado con los agudos chillidos de Jeongin con cada vez que sus dedos llegaban profundo dentro de él.
—¿Necesitas que la meta ya?—preguntó con cierta arrogancia y diversión.
Jeongin asintió sin dejar de moverse, respirando con dificultad. Chan sonrió, acatando la orden del menor. Sacó los dedos de su interior al percatarse de que ya estaba listo, se puso de rodillas y se masturbó durante unos segundos hasta que su lubricante natural salió otra vez, esparciéndolo en todo su miembro. Alineó su pene y entró con cuidado, siéndole un poco más fácil debido a la previa preparación. Jeongin logró tomarlo muy bien, el dolor fue mínimo y rápidamente pudo acostumbrarse a la intromisión.
Chan se movió varias veces, dando estocadas profundas que sacudieron su cuerpo, dándole paso a las rápidas embestidas cuando estuvo seguro de que podía hacerlo. Puso su mano derecha sobre su pequeña cintura para tener mejor soporte y entrar con más rapidez. Jeongin simplemente no podía emitir nada más que sonidos agudos debido al placer, Chan se encargaba muy bien de atenderlo y desde su posición, solo pudo llevar su mano hacia su pene y empezar a masturbarse, consiguiendo ponerse duro sin mucha dificultad.
El sonido de sus pieles chocando, los suspiros y gemidos predominaban en la habitación, ambos siendo tan ruidosos como querían entre el silencio del exterior del castillo, la tenue luz de la habitación era suficiente para poder verse, dándole así un entorno más tranquilo e íntimo. Jeongin empezó a gemir con más fuerza sin dejar de masturbarse, siendo un aviso de que su orgasmo estaba cerca.
Chan pasó un brazo bajo el mejor y lo ayudó a levantarse sobre sus rodillas. Con la poca fuerza que tenía, Jeongin se posicionó sobre estas y puso ambas manos contra la pared, apoyándose para no caer gracias a las fuertes embestidas. Chan se acercó al cuello de Jeongin e hizo que inclinara la cabeza un poco, dejándole el espacio suficiente para su boca. Ansioso, Jeongin gimió y su orgasmo por fin llegó cuando Chan encajó sus colmillos justo en la yugular. Chan succionó de su cuello toda la sangre que pudo mientras expulsaba todo su semen dentro del menor, sintiéndose tan lleno y saciado, pero al mismo tiempo, tan cansado y sudoroso.
El cuerpo de Jeongin tembló por completo después de su increíble orgasmo, su vista se nubló por unos segundos y sin poder sostenerse más, dejó que su cuerpo cayera de nuevo al colchón. Su pecho subía y bajaba gracias al cansancio, pero se sentía completamente satisfecho.
Chan relamió las últimas gotas de sangre que quedaron en sus labios antes de limpiar el rastro que quedó en el cuello de Jeongin, por fin sin esa sensación de hambre que lo ponía de los nervios. Se recostó a un lado del menor y apartó los cabellos pegados en su frente, sonriendo enternecido.
—¿Por qué no hicimos esto antes?—preguntó Jeongin con la voz ronca.
—No creí que algún día iba a necesitar alimentarme de otro vampiro—respondió con media sonrisa.
—¿Fue suficiente?
—Más que suficiente—le aseguró.
Jeongin asintió con los ojos cerrados, dejando que su cuerpo se relajara por completo antes de levantarse y arreglar todo para dormir.
—Dijiste que me iba a sentir débil, no que mi apetito sexual iba a elevarse más de lo normal—le reclamó, recordando que Chan lo convenció de regresar con la excusa de que necesitaría descansar.
—Bueno, ¿te sientes débil ahora o no?—bromeó, recibiendo un leve empujón de su parte.
—Fue por el sexo, no por otra cosa—rio suave. Suspiró—De todas formas, creo que es una buena idea considerando que no podemos alimentarnos de humanos.
—Que bueno que estemos de acuerdo—besó sus labios de manera fugaz, dejando un último beso en su frente antes de levantarse—Tomemos una ducha.
Jeongin se quejó, pero terminó por hacer caso e imitó sus acciones, pero una molestia lo hizo detenerse.
—Chan, también tengo hambre—murmuró con un puchero.
Chan sonrió ampliamente, entendiendo perfectamente la indirecta sobre alimentarse también de él a pesar del cansancio.
—Jeongin... No seré suave—le advirtió, conociendo a la perfección el efecto que haría en él que Jeongin fuera quien bebiera de su sangre.
Jeongin pasó ambos brazos alrededor de Chan y se acercó a sus labios, viéndolo de manera coqueta.
—No esperaba que lo fueras—respondió, sonriendo ampliamente antes de fundirse en un suave beso.
La noche se alargó para ambos, teniendo la certeza de que se tendrían el uno al otro por el resto de la eternidad.
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Coito vampirezco🧛♂️
Con este segundo extra termina oficialmente Blue Roses🥺 De verdad agradezco todo su apoyo, gracias por sus comentarios y votos desde el primer capítulo. Espero que sigan apoyando más de mis historias. ¡Los amo!
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