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EXTRA

Félix sonrió orgulloso cuando vio el jardín completamente arreglado. El césped estaba perfectamente cortado y no habían más escombros ni flores dañadas, ahora se veía como el jardín digno de un enorme castillo.

Sacudió sus manos llenas de tierra y limpió el sudor de su frente, había empezado a oscurecer así que era hora de tomar una ducha y descansar.

Caminó a través de los largos pasillos hasta que llegó a su habitación, al entrar la encontró en silencio y a oscuras, deduciendo que Hyunjin estaba ocupado en otras cosas y llegaría más tarde por la noche. Dejando eso de lado, se quitó la ropa sucia y se metió al baño.

Félix todavía no se acostumbraba a los lujos del castillo, sentía que las paredes eran demasiado grandes, las habitaciones espaciosas y los pasillos demasiado largos para él. El castillo era muy diferente a la mansión y cada vez se sentía más fuera de lugar, como si no perteneciera ahí.

Su ducha se alargó más de lo que debería, no se dio cuenta del tiempo mientras estaba duchándose, pero de seguro se había tardado un buen rato ya. Cerró la llave del agua y se puso una toalla alrededor de su cintura, sintiéndose mucho más fresco y limpio para poder dormir tranquilo.

Salió del baño mientras secaba su cabello con otra toalla y sonrió ampliamente al darse cuenta de que Hyunjin ya estaba ahí.

—Pensé que nunca saldrías del baño—bromeó Hyunjin, dejando algunos pinceles sobre la mesa antes de girarse sobre su silla para ver al menor.

—¿Tardé mucho?

—Llevo un poco más de media hora esperando a que salgas.

—Eso no es tanto tiempo—contradijo, acercándose con un puchero—Mejor dime qué haces ahora.

—Ah, si. Mira lo que encontré—se movió un poco y le mostró a Félix el cuadro desgastado que había encontrado en la torre.

Hyunjin pudo identificar fácilmente a Minho en el retrato, sus facciones eran muy parecidas a pesar de la cicatriz en su rostro. Dedujo que las otras dos personas eran sus padres, los antiguos reyes Lee y pudo apreciar el talento de la persona que había pintado ese retrato, dándole una increíble idea.

—Se ve que es antiguo—comentó el pelinaranja sin apartar la mirada de la pintura.

—Creo que puedo arreglarla, será mi regalo de coronación para Minho—sonrió orgulloso de su plan, pensando en que sería la oportunidad perfecta para hacer las paces formalmente.

—¿Puedes hacer retratos?—preguntó sorprendido.

—Claro—asintió seguro—Aparte de ser increíblemente guapo, tengo otras habilidades—dijo con egocentrismo, haciendo que Félix rodara los ojos—Además, ser parte de la realeza implica explotar al máximo nuestros dones. Desde pequeño me enseñaron sobre el arte y sobre otras cosas para ser un hombre talentoso.

—Ser parte de la realeza suena un poco pesado—agachó la mirada, viendo sus dedos juguetear entre sí con cierto nerviosismo—Hablando de eso… Hay algo en lo que estuve pensando.

Hyunjin ladeó la cabeza un poco confundido por su repentina timidez.

—Ven aquí—lo llamó, haciéndole señas para que se sentara sobre sus piernas.

Félix sintió sus mejillas sonrojarse un poco ante la invitación, viendo hacia donde Hyunjin le estaba indicando. Era un poco vergonzoso para él, especialmente porque seguía en toalla y lo único que lo cubría por debajo era su ropa interior.

Tenían tiempo durmiendo juntos, pero a esas alturas no habían pasado de los besos y toqueteos, dejando a Hyunjin en un abstinencia por tiempo indefinido porque parecía que ninguno de los dos quería tocar el tema todavía. Félix no entendía porqué no habían llegado hasta el final, se preguntaba porqué, Hyunjin no lo había siquiera mencionado o al menos dado la pauta de que también lo deseaba. Estaba muy confundido al respecto.

Alejó esos pensamientos, no era momento de que sus hormonas tomaran el control cuando su objetivo en ese momento sólo era hablar sobre otras cosas.

En silencio, Félix caminó hacia el más alto y se sentó con una pierna a cada lado, pasando sus brazos alrededor de su cuello para acomodarse mejor en esa posición. Hyunjin puso una mano en cada pierna, dejando suaves caricias en donde tenía descubierto por la toalla que apenas se movió cuando se sentó, siendo cuidadoso de no manchar su piel con la pintura que todavía tenía en sus dedos.

—¿De qué quieres hablar?—le preguntó en voz baja, solo para que él lo escuchara.

—Es sobre estar aquí, en el castillo.

Hyunjin frunció el ceño, atento a sus palabras que a decir verdad, lo sorprendieron un poco.

—¿Pasó algo?

—No realmente—negó—Es solo que siento que es demasiado para mi—jugueteó un poco con el cabello largo que caía en la nuca de Hyunjin para distraerse.

—Entonces…—le indicó que siguiera hablando, todavía sin entender muy bien su punto.

—Estaba pensando en que tal vez podríamos mudarnos de aquí—soltó finalmente, sintiendo las caricias detenerse, creyendo que a lo mejor no tuvo que haber dicho nada.

—¿A dónde quieres ir?—preguntó curioso, perdiéndose un poco en los tatuajes de su cuerpo.

—No lo sé… Al el bosque, ¿tal vez?—dijo con timidez, esperando desde el principio una respuesta negativa puesto que estaba consciente de que pedir algo como eso era demasiado—Es solo que este castillo es demasiado grande y me gustaría una vida más tranquila.

—¿Y quieres que yo vaya contigo a vivir al bosque?

Por un momento, Félix se sintió estúpido por su propuesta, es decir, Hyunjin estaba acostumbrado a los lujos de un castillo y entendía que tener una vida más sencilla no era algo emocionante. Agachó la mirada un poco avergonzado.

—Si tú quieres… Sino, entonces olvida lo que dije, puedo acostumbrarme.

Hyunjin sonrió enternecido ante sus palabras, sintiéndose realmente feliz porque él deseara hacerlo parte de su plan de vida porque después de todo, eso era lo que realmente le importaba. Ya había dejado su corona por quedarse a su lado, así que dejar el castillo no era gran cosa si eso lo hacía sentir bien.

Con delicadeza elevó el rostro de Félix para que lo viera, notando la vergüenza en su mirada. Sin decir palabra alguna, juntó sus labios en un corto beso que lo hizo suspirar suavemente.

—Vivir en el bosque no es problema para mi, Félix—le aseguró cuando rompió el beso, quedando tan sólo a unos centímetros—Podemos vivir donde tú quieras, yo iré contigo.

Félix sintió su corazón latir emocionado por su respuesta, aliviado porque por un momento creyó que no debió hablar del tema, pero ahora estaba seguro de que confiaba totalmente en Hwang Hyunjin y que no volvería a guardarse para sí mismo cualquier duda o incomodidad porque siempre iba a escucharlo.

Emocionado por su decisión, Félix respondió con otro beso, pero esta vez sus labios se movieron en sintonía y con lentitud, sus lenguas apenas siendo partícipes sin llegar a ser apasionado. Cerró sus manos en sus hombros, sintiendo su estómago cosquillear ante la sensación de las manos de Hyunjin paseándose sobre sus piernas descubiertas.

Hyunjin subió la intensidad del beso con la intención de ser correspondido, besar a Félix siempre se sentía como algo nuevo a pesar de que ya lo había hecho incontables veces, pero no podía evitar sentir su pecho vibrar de satisfacción cada vez que tenía la oportunidad de hacerlo, y es que a Hyunjin le encantaba todo lo que Félix podía provocar en él.

Félix cortó el beso con lentitud al sentir que necesitaba tomar un poco de aire, mantuvo la vista fija en los ojos de Hyunjin y luego su mirada bajó hacia sus hinchados labios, otra vez sintiéndose increíblemente tentado, pero en su lugar, con su pulgar limpió una pequeña mancha en su mejilla antes de posicionar sus labios en esa zona, empezando un viaje de húmedos besos hasta su cuello. Preso del placer que eso le ocasionaba, Hyunjin inclinó su cabeza para darle acceso, cerró ambas manos en la cintura de Félix y se mantuvo quieto, a la espera de que fuera Félix quien decidiera hasta donde llegar.

Félix se movió inquieto al sentir la erección de Hyunjin rozar su trasero, demasiado ansioso por seguir sintiéndolo de esa manera. Inevitablemente, Hyunjin dejó escapar suaves gemidos que se quedaron en su garganta, moviendo con sus manos el cuerpo de Félix en un vaivén sobre su entrepierna con lentitud, dejándose llevar por el placer que eso le provocaba y que sabía que Félix también disfrutaba.

Ansioso, Hyunjin subió una de sus manos hasta uno de los pezones descubiertos del menor, pellizcándolo sin tanta fuerza, escuchando a Félix gemir sorprendido en su cuello, cerca de su oído.

Félix se retorció ante su toque y sin detenerse a pensarlo demasiado, quitó la toalla que lo cubría, dejándolo únicamente en su ropa interior. Al darse cuenta, Hyunjin abrió los ojos y se recompuso sobre su asiento, viéndolo detenidamente.

—¿Por qué me miras así?—preguntó Félix en voz baja y con las mejillas rojas.

—Eres demasiado hermoso—respondió, cortando nuevamente la distancia entre ambos.

Félix abrió los ojos en sorpresa con la agresividad del beso, Hyunjin ya no estaba siendo delicado como al principio, ahora se encontraba mordiendo sus labios y buscando abrirse paso con su lengua dentro de su boca. No podía quejarse, el cambio logró excitarlo hasta humedecer, ansioso por obtener todo de él.

Cada vez que le faltaba aire, Hyunjin se apartaba durante un par de segundos y volvió a besarlo, convencido de que eso ya no era suficiente, cada vez necesitaba mas.

Con el cuerpo totalmente caliente y su erección doliendo en su ropa interior, Félix rompió el beso con mucha dificultad y antes de que Hyunjin volviera a besarlo, se bajó de sus piernas y se puso de rodillas frente a él en el medio, sobando sus piernas con lentitud antes de que sus manos se detuvieran en el elástico del pantalón.

Hyunjin se mantuvo quieto desde su posición, a la expectativa de lo que su pequeño Félix estaba a punto de hacer y estaba claro que no iba a detenerlo porque era la primera vez que se animaba a hacerlo.

Félix bajó un poco el pantalón de Hyunjin, dándole a entender que quería que se lo quitara, cosa que el mayor entendió e hizo, bajando la prensa hasta la mitad de sus muslos. Con ojos brillantes, Félix terminó de deslizarlo por sus piernas hasta dejando a la vista lo duro que ya se encontraba bajo la ropa interior.

Parecía un tipo de tortura, Hyunjin no podía articular palabra alguna, su instinto fue abrir más sus piernas para darle espacio al menor. Un jadeo abandonó sus labios cuando la mano de Félix se metió en el interior de sus bóxers, tocándolo directamente.

—Félix…—sonó como una advertencia. Mordió su labio inferior al ver hacia sus ojos.

—¿Debería detenerme?—preguntó en voz baja con falsa inocencia, moviendo su mano de arriba hacia abajo con lentitud sobre su pene erecto, viéndolo directamente.

—¿Detenerte? He esperado esto desde que te conocí—confesó sin verlo—Haz lo que quieras conmigo.

Félix sonrió orgulloso al saber que estaba haciéndolo bien al darse cuenta de que su pareja apenas podía mantenerse en silencio. No era un secreto que esa no era su primera vez haciendo algo como eso, sin embargo, con Hyunjin se sentía como un primerizo.

Concentrado en lo que estaba haciendo, se inclinó un poco hacia adelante y dejó expuesto el pene de Hyunjin, fuera de su ropa interior, relamió sus labios una vez más antes de llevarlo a su boca. Hyunjin suspiró sonoramente, un cosquilleo bajó hacia su vientre y no pudo evitar moverse cuando su lengua hizo contacto con su pene, tomando los cabellos todavía húmedos de Félix para guiar las no tan bruscas embestidas en su boca. Félix se apoyó en los muslos de Hyunjin para evitar caer, respirando con dificultad por la nariz gracias a los movimientos. Hyunjin jaló hacia atrás de su cabello para apartarlo y darle tiempo de tomar aire antes de hacerlo tragar su pene de nuevo.

Félix tenía los ojos llorosos debido a las arcadas y al darse cuenta, Hyunjin lo detuvo. Félix frunció el ceño, pero su expresión cambió cuando Hyunjin lo ayudó a levantarse casi de inmediato, ni siquiera le dio tiempo para acomodarse cuando Hyunjin bajó por completo su ropa interior, dejándolo desnudo por completo.

Por un momento, Félix quiso cubrirse, Hyunjin nunca lo había visto de esa manera y se sentía extraño, pero toda su duda se esfumó cuando el mayor lo tomó de la cintura y lo subió de nuevo a su regazo, dándole una corta sonrisa para tranquilizarlo.

—¿Por qué ahora te ves tan tímido?—preguntó en voz baja al pelinaranja, llevando ambas manos hacia sus nalgas, presionándolas de vez en cuando con una sonrisa burlona—Parecías muy seguro hace un rato entre mis piernas.

Las mejillas de Félix enrojecieron de nuevo, apartando la mirada sin saber qué decir. Su cuerpo se erizó tan pronto los dedos de Hyunjin se metieron en su boca sin aviso previo y su primer instinto fue chuparlos. No podía describir el tipo de excitación que eso le acusaba, pero sin dudas quería seguir haciéndolo. Con sus pequeñas manos rodeó la mano de Hyunjin y chupó sus dedos con ganas sin dejar de verlo, dejando que estos alcanzaran su garganta para llenarlos completamente de su propia saliva.

—¿Ves como no eres tímido?—rio el mayor, sacando los dedos de su boca para guiarlos hacia su entrada, sintiéndolo dar un pequeño respingo que lo hizo detenerse—Puedo no hacerlo si no quieres—le dijo, acariciando su espalda con la yema de sus dedos.

—Está bien, hazlo—accedió sin pensarlo, detenerse en ese momento sería una tortura para ambos.

Félix suspiró satisfecho cuando el primer dedo se hizo paso dentro de él, se inclinó hacia delante, pegándose más al cuerpo de Hyunjin para poder darle más acceso. Segundos después, se encontraba gimiendo en su oído debido a los dedos en su interior, su pene rozando el abdomen descubierto del más alto al mismo tiempo que su cuello estaba siendo levemente marcado por los labios de Hyunjin, siguiendo la línea de sus tatuajes con su lengua. La cantidad de sensaciones en su cuerpo lo estaba llevando al límite y Hyunjin pudo darse cuenta gracias a los gemidos que cada vez se intensificaban, por lo que detuvo lo que estaba haciendo y se encontró de nuevo con su mirada.

—Estaba muy cerca…—dijo con voz débil el menor, tratando de regular su respiración y los escalofríos en su cuerpo.

—Todavía no—susurró sobre sus labios, besándolo profundamente para distraerlo.

Con una de sus manos alineó su pene en la entrada de Félix y al asegurarse de que podía seguir, introdujo la punta con mucho cuidado de no lastimarlo. Félix mordió con fuerza el labio inferior de Hyunjin al sentir la intromisión, más no se quejó, tratando de concentrarse en el ardiente beso que estaba recibiendo. Segundos después gimió satisfecho cuando lo sintió completamente dentro de él, empezando un suave vaivén con la intención de acostumbrarse a su tamaño.

No recordaba cuando fue la última vez que tuvo sexo, pero debió pasar muchísimo tiempo.

Al no sentir más dolor, Félix inició dando cortos saltos, sus pies apenas tocaban el suelo para darle el impulso necesario para hacerlo, pero era suficiente para sentir que llegaba hasta el fondo. Hyunjin se abrazó con fuerza a su cintura y besó con dedicación sus pezones, mordiéndolos ocasionalmente mientras disfrutaba de la sensación de estar dentro de Félix, sintiéndose tan cálido y apretado.

Félix sintió sus piernas cada vez más débiles, causando que sus saltos disminuyeran en intensidad, regresando nuevamente a los movimientos rectos y circulares que hicieron gemir a Hyunjin. Estaba orgulloso de sí mismo.

—Pareces cansado—acunó su rostro, hablándole sobre sus labios—Déjame a mi hacer los demás—dijo con tono coqueto, embistiendo profundamente.

Sonrió al escucharlo gemir, sus ojos no se despegaban de los suyos mientras su rostro cambiaba a total placer con cada embestida.

Félix dejó de esforzarse, sus piernas no podían más y se sentía cada vez más cansado, pero necesitaba terminar.

Sin poder aguantar más tiempo, Hyunjin se levantó de su silla estando todavía dentro de Félix, caminó unos cuantos pasos y con cuidado lo dejó sobre la cama. Félix sintió una corriente recorrer su cuerpo entero, la mirada de Hyunjin era diferente ahora, denotaban lujuria, deseo y placer. No tuvo tiempo para siquiera acomodarse cuando Hyunjin ya estaba golpeando con fuerza en su interior. Cerró los ojos con fuerza mientras gemía lleno de placer, su cuerpo se sacudía con fuerza sin dejarlo respirar apropiadamente, siendo tan bien atendido que no deseaba que se detuviera.

Hyunjin levantó la pierna derecha del menor y la posicionó sobre su hombro, empujando más profundo dentro de él. Félix gimió alto, tratando de buscar algo con lo que sostenerse.

—Vamos, Félix, falta poco—animó casi en un balbuceo, llevando su mano hacia el pene del pelinaranja, masturbándolo hasta estar totalmente duro otra vez.

—Hyunjin…—lloriqueó, siendo un aviso de lo que se aproximaba.

Sin detenerse, Hyunjin siguió embistiendo, tocando su próstata sin cuidado alguno con el objetivo de llevarlo a su orgasmo. Un fuerte jadeo salió de su garganta acompañado de un gemido lleno de satisfacción, sintiendo su orgasmo llenar el interior de Félix. Salió solo un poco y volvió a entrar con fuerza, golpeando profundamente hasta que terminó completamente.

Félix gimió alto también, corriéndose finalmente sobre su abdomen, manchando la mano de Hyunjin que seguía masturbándolo con más calma hasta que no quedaba nada más. Su pecho subía y bajaba, cansado y con la respiración agitada. Por un momento no supo como reaccionar, parecía estar cerca de algún tipo de sueño profundo debido al cansancio y a lo satisfecho que ahora se encontraba; en cuestión de segundos, se quedó completamente dormido y sin señales de despertar pronto.

Hyunjin rio en voz baja al verlo en ese estado. Con cuidado salió completamente de su interior e inició su tarea de limpiarse a ambos antes de intentar dormir. Para él era muy temprano todavía, pero su cuerpo se sentía tan relajado que también necesitaba descansar.

Tiempo después, ya se encontraban ambos con ropa interior limpia, puso una sabana sobre los dos cuando todas las luces se encontraban apagadas y por fin se dispuso a dormir, abrazándose al cuerpo de Félix para sentirse más cómodo.

☾ ⋆*・゚:⋆*・゚: 𝘣𝘭𝘶𝘦 𝘳𝘰𝘴𝘦𝘴 : ⋆*・゚: .⋆

A la mañana siguiente, Félix despertó de golpe. Al abrir los ojos todos los sucesos de la noche anterior aparecieron en su cabeza, recordando hasta su orgasmo porque luego de eso, el sueño lo venció por completo.

Se giró un poco sobre su costado y logró ver a Hyunjin todavía dormido, sonrió para sí mismo y sintió un poco de vergüenza al ver unas pequeñas y apenas visibles marcas en su cuello. Con cuidado de no despertarlo, peinó su cabello con suavidad, pensando en lo feliz que era y en lo muy enamorado que estaba de Hyunjin.

Hace mucho que lo estaba.

Suspiró y se sentó sobre la cama, estiró sus brazos y sintió su cuerpo mucho más descansado y liviano, podía decir que había sido una increíble noche que estaba dispuesto a repetir todas las veces que sean posibles.

—Félix~ vuelve a dormir, sigue siendo muy temprano—se quejó Hyunjin con voz rasposa, dando pequeños golpes en el espacio vacío en donde Félix estaba acostado viaje unos minutos.

—Es tarde, son las ocho—respondió con una sonrisa, viéndolo fruncir el ceño en desacuerdo.

—Nadie se levanta a las ocho—murmuró, dándose la vuelta para darle la espalda.

Félix rio en voz baja antes de acostarse nuevamente, abrazándose al cuerpo del mayor hasta pegarse a su espalda.

Hyunjin cerró los ojos de nuevo y sonrió al sentir los brazos de Félix rodearlo, dándose la vuelta para acomodarse mejor entre estos.

—Te amo, Félix—dijo sin abrir los ojos y en voz baja, escondiéndose en el hueco del cuello sin intenciones de soltarlo.

EL corazón de Félix latió emocionado, era la primera vez que Hyunjin le decía que lo amaba. Había pasado mucho tiempo desde que estaban juntos y esas palabras no habían salido, hasta ahora.

No importaba realmente cuánto tiempo había pasado, Félix no podía forzarlo a decirle que lo amaba, sin embargo, tampoco dudó porque Hyunjin se encargaba de hacerle saber lo mucho que lo quería y lo mucho que se preocupaba por él; aunque no se lo dijera, podía sentirlo, decirlo en voz alta era solo una confirmación de algo que ya sabía, pero que de igual manera, apreciaba mucho que se lo dijera.

—También, te amo, Hyunjin.

Hyunjin se sintió aliviado al obtener una respuesta, seguro de que era con él con quién quería compartir su vida, dejando atrás de una vez por todas su antigua forma de vivir. No importaba si era en el castillo, en el pueblo o en el bosque, era Félix con quien quería estar y eso era más que suficiente para sentirse completo.

Hyunjin ahora se sentía completo porque no había castillo o corona que pudiera hacerlo sentir de esa manera. Solo era Félix.

☾ ⋆*・゚:⋆*・゚: 𝘣𝘭𝘶𝘦 𝘳𝘰𝘴𝘦𝘴 : ⋆*・゚: .⋆

Aquí el primer extra💋 ¿quisieran un extra Chanin o creen que sería ya demasiado?

Espero que les haya gustado🥰

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