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𝔐𝔢 𝔤𝔲𝔰𝔱𝔞 𝔩𝔞 𝔫𝔬𝔠𝔥𝔢. 𝔍𝔞𝔪𝔞́𝔰 𝔳𝔢𝔯𝔦́𝔞𝔪𝔬𝔰 𝔩𝔞𝔰 𝔢𝔰𝔱𝔯𝔢𝔩𝔩𝔞𝔰 𝔰𝔦𝔫 𝔩𝔞 𝔬𝔰𝔠𝔲𝔯𝔦𝔡𝔞𝔡.
-𝔖𝔱𝔢𝔬𝔥𝔞𝔫𝔦𝔢 𝔐𝔢𝔶𝔢𝔯.
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≪❈I ᴡᴀɴɴᴀ ʙᴇ ʏᴏᴜʀ sʟᴀᴠᴇ❈≫

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Bien, lo último que recordaba Alfdis era estar comprando en el mercado principal de Forks, por lo que no entendía como era que se pronto apareció dormida frente a la playa la Push, hace meses que no le sucedía aquello, y que volviera a pasar era una señal de que empezaba a empeorar, no podía decirle a Peter o el la haría volver a estudiar en casa, cómo cuando era niña y empezaron los problemas, al final sus padres tuvieron que internarla, porque llegaba a ser mucho.
Y ella en serio no quería volver ahí.

–Bien, bien. Son las 3 de la tarde, voy a dar una vuelta y volver a la casa, después de todo, quería venir a la re...–Alfdis murmuraba mientras observaba la hora en el celular, cuando una gran sombra tapo los pocos rayos de sol que le daban en la cara.
Ella levanto la mirada, había un chico que media al menos 6 pies de altura, tenía músculos largos y redondeados, piel marrón rojiza, ojos marrones y cabello negro recortado.

–¿Estas bien?

–Ahm, ¿Qué?...– Alfdis se distrajo por un momento viendo lo musculoso que era ese chico, más por el hecho de que no traía camisa –Disculpa, sí, claro que estoy bien ¿Por qué no lo estaría?

–Tal vez, solo tal vez por el hecho de que te ves perdida, ahhh y claro, que tienes puntos rojos en toda tu cara.

–Claro, es que me quedé dormida y por un momento olvi... ¿Puntos rojos en la casa? Nooo, no, no, no, en mi hermosa cara no. ¿Sabes lo que cuesta mantener una cara con mi cutis? Cuesta mucho y... Oh rayos, el sol... Claro que sí, todo es culpa del sol ¡No puedo estar más aquí! Me tengo que ir ¡gracias desconocido!

El chico aturdido simplemente la vio irse, para luego bajar su mirada y encontrar una pequeña libreta tirada en la arena, el con la mirada curiosa lo levanto, sacudiendo la arena pudo leer claramente dónde decía "diario de Alfdis, si no quieres morir, no lo abras"

–Alfdis, que hermoso nombre...

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–¿Qué te paso? ¿Estás bien? ¿Por qué no te cubriste del sol si sabes lo que pasa? – en cuanto Alfdis llegó a la casa, y Peter la vio, era lo único que se escuchaba en la casa, Peter inmediatamente corrió por un botiquín para curar la cara de la chica.

–Me quedé dormida en la playa, tranquilo Pet, es poco y no duele, lo único que lamento es que mi hermosa casa se verá afectada unos días, pero no es nada que unas máscarillas faciales no curen, deberías de hacerte algunas, los hombres nunca se cuidan y es algo vital en la vida de cualqu...

–Me preocupo demasiado por tí, sí. Pero es que sin ti en mi vida, no soy nadie, no tenga a nadie más y puede que seas por completo una molestia, te quiero. Tal y como eres, y lo siento si a veces no hago las cosas bien, simplemente no sé cómo hacerlo y solo trato de hacerlo.

–Pet, tranquilo, lo haces imperfectamente perfecto. ¿Vemos una peli? Sabes que, no sé ni por qué pregunto, vamos a ver una. ¿Diario de una pasión o Piratas del caribe? Pregunta tonta, obvio Piratas del caribe.

Peter solo la observa con una sonrisa, antes de ir por palomitas.

Ya iba finalizando la película cuando Peter observo que Alfdis se había quedado dormida, por lo que sutilmente le quitó un mechón de cabello de la cara, para luego cargarla para llevarla a su habitación, cuando la estaba dejando en la cama, la escucho murmurar.

–Tambien te quiero.

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–Buenos días, Pet. El desayuno está en el microondas y hay café en el termo, yo voy tarde a clases, pero antes, se me había olvidado preguntar, ví una ropa con sangre, bueno, una gabardina en realidad, pero me preguntaba de que era esa...

–Soy un guardabosques, y han aparecido muchos animales muertos se decía que podía ser un león de montaña, y al parecer alguien salió a cazarlos, ya que lo encontré muerto y lo enterré, por eso la sangre, que pensabas? Que me había vuelto un asesino?

Alfdis se puso roja y luego se rió, viendo lo tonta que se vio, justo antes de salir de la casa, aún sintinedose avergonzada.

No llevaba ni 5 minutos caminando cuando un auto se detuvo a su lado.

–¿La llevo señorita? No es bueno que una dama ande caminando sola por ahí y más con esos ataques, podría pasarle algo a su persona, y creo yo que nadie quiere eso– Ese acento marcado que hacía sonreír a Alfdis, Jasper se había vuelto en su mejor amigo sin proponerlo.

–Muchas gracias, caballero. Es usted una persona tan amable, pero que diran de mí, llegando en el coche de un hombre al instituto, y más aún sabiendo que es el gran Jasper Hale, seré la comidilla del pueblo por semanas.

–Eres una exagerada, y aún así, tomaré el riego. Sube o llegarás tarde.

–Pues, sabes que? Faltemos, vamos al parque, o a una cafetería, o al bosque, solo... Hablemos, eres muy reservado con tus cosas, al igual que yo.

–Eso no es muy responsable de su parte señorita.

–¿Esta rechazando a esta hermosa señorita que está delante suyo? Permítame hacerle saber señor Hale, que estoy sorprendida.

–Vamos, sube, se hace tarde.

Alfdis soltando un bufido se subió en el auto, haciendo berrinche como cualquier niña de 5 años cuando no le dan lo que quiere, Jasper solo sonrió. Cuando estaba aparcando en el instituto Jasper rompió ese cómodo silencio que se había formado.

–Sabado, 9:00 AM.

Alfdis grito de felicidad, espero que Jasper le abriera la puerta del auto para saltar a abrazarlo y darle un beso en la mejilla, con una sonrisa de oreja a oreja

–Ahora si van a hablar de nosotros.

991 palabras