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¿𝔈𝔰 𝔮𝔲𝔢 𝔫𝔬 𝔱𝔢 𝔩𝔬 𝔥𝔞 𝔡𝔦𝔠𝔥𝔬 𝔫𝔞𝔡𝔦𝔢? 𝔏𝔞 𝔳𝔦𝔡𝔞 𝔫𝔬 𝔢𝔰 𝔧𝔲𝔰𝔱𝔞.

-𝔖𝔱𝔢𝔭𝔥𝔞𝔫𝔦𝔢 𝔐𝔢𝔶𝔢𝔯.
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≪❈Pᴜᴍᴘᴇᴅ ᴜᴘ ᴋɪᴄᴋs❈≫

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- Todo fue culpa de ella! Mujer tienes que castigarla! Que entienda que no es más parte de esta familia, que se olvide que existimos y sé de cuenta de lo sola que está en el mundo! Que pasé calamidades sola! Por haber asesinado a su hermano! -Aquel hombre con rabia gritaba, señalando a aquella joven con la mirada perdida, quien se encontraba al lado de su hermano muerto. -Y que siempre recuerde lo que hizo... ¡Matar a su propia sangre!

La mujer lo único que hizo fue asentir, para luego sujetar fuertemente el brazo de aquella joven, y arrastrarlo a la profundidad del bosque.

Al poco tiempo solo se podían escuchar gritos desesperados, nadie sabía que ocurría, pero nadie se acercó a observar, por miedo a aquella familia.

-Madre! ¡Nooooooo! ¡Por favor, madre! ¡Te lo suplico!

Alfdis se despertó agitada, otra vez aquellas pesadillas, al observar el reloj, se percató de que faltaban 5 minutos para que sonara la alarma, y normalmente ella volvería a dormir, aprovechando lo máximo posible, pero sabía que está vez no podría.
Mejor se levantó y empezó a alistarse.
Se inclino por un pantalón negro con la rodilla rota, una blusa blanca, una especie de gabardina de lana color beige, un sombrero de tela gris, y unas bans negras, llevaba su cabello suelto ese día.

Peter la esperaba en la cocina con tostadas y jugo de naranja, ya que ella no tomaba café.

-Pero si es la princesa de esta casa, y tan temprano ¿A qué se debe el milagro? -Un sonriente Peter la saludo, pero luego se puso serio. -Estas teniendo pesadillas, no es cierto? Al, cariño, si quieres podemos comprar pastillas para dormir, o puedes hablarlo con alguien, no estás sola, y lo sabes. Me tienes a mi.

-Lo sé Pet, gracias, voy a ir caminando a clases, quiero pensar.- tomo una tostada, y se despidió de Peter con un beso en la mejilla.

- ¡Sabes que te quiero! Y no me molesta llevarte, ¡Cuídate! - fue el grito que escucho de Peter cuando estaba cerrando la puerta.

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-Jasper Hale te está mirando ¿Por qué te está mirando? − Jessica se dirigió a Alfdis.

−No parece enojado ¿verdad? − Ella pregunto mientras lo observaba, desde el punto de vista de ella, no, pero siempre podía estar equivocada.

−No− pregunto una Jessica completamente confundida. − ¿Debería de estarlo? −

−No he hablado con él toda la semana, lo evito−

−A los Cullen no les gusta nadie. Bueno, tampoco se fija en nadie lo suficiente como para gustarle, solo han hablado con Bella, pero al inicio parecía que Edward la odiaba, en fin te sigue mirando−

Alfdis se levantó, no quería que la siguiera mirando, se sentía incomoda, así que se encamino hacia Biología, una clase que compartía con Jasper, por lo que ideo un plan para no tener que hablar con él. Aproximadamente 5 minutos después llegó Jasper.

-Buenas señorita, me ha parecido a mí o a estado evitando mi presencia?

-¿Yo? Hmm, nop ¿Por qué lo haría? No es que nadie me lo pidiera o algo así, es solo que el destino ha hecho que crucemos palabra hasta el día de hoy, ya que compartimos clases y es inevitable que no hablemos en clases, somos compañeros como todo el mundo.- Alfdis empezó a hablar, o más bien divagar.

-Sé que Edward hablo contigo, Bella me lo dijo. No le hagas caso, es solo que piensa que siento algo por ti, o que vamos a empezar a salir, y mi familia es muy reservada. De igual forma, eso nunca pasará

-¿Gracias?

-Oh, no me malentiendas, eres muy hermosa, pero yo soy un poco de pensamiento antiguo, creo en el verdadero amor, y en las parejas predestinadas, en las compañeras de vida. Y yo ya tenía la mía, no voy a volver a amar a nadie como la ame a ella-

-Oh, entiendo ¿es hermoso encontrar él amor? Siempre he pensado en que algún día me voy a casar, y voy a tener hijos... Pero me da miedo a que me lastimen.

-En mi experiencia, el amor es lo más lindo que hay, a veces no es perfecto, y muchas veces hay problemas, pero es saber llevarlo y superarlo lo que hace que se vuelva hermoso.- poco a poco empezaron a entrar los demás estudiantes, por lo que se quedaron en silencio, esperando que iniciará la clase.

−Tranquila, Edward no te va a hacer ni decir nada- una sensación de tranquilidad empezó a recorrer el cuerpo de Alfdis - Quiere empezar usted señorita?− hablo haciendo referencia a el trabajo que les puso el profesor.

−Oh, pero que caballero, señor Hale− le dedico una sonrisa mientras acercaba el microscopio hacia donde ella se encontraba y colocaba la primera muestra−Profase−

Siguieron haciendo el trabajo en silencio hasta que Jasper, quien parecía estar escuchando algo, hablo, volviendo a la normalidad.

−Nunca te he preguntado, que hizo que te mudaras al pequeño pueblo de Forks, espero que no te moleste la pregunta−

–Problemas de salud, igual, no me molesta, tranquilo.

–¿Son graves?

– Depende de cómo definas graves, el sol me da alergia, así que ocupaba un lugar con poco sol, también tengo lagunas de memoria, pero no es tan seguido.

−Entiendo, debería sentirte orgullosa, eres una persona fuerte− el resto de la clase, siguieron hablando hasta el final de la clase.

–¡Ya llegu...! ¿Vas de salida? –

– Al, hay comida en el microondas, tengo que salir, han encontrado a varias personas en el bosque, sin una gota de sangre en su sistema, y ya que soy el guarda bosques, quieren hablar conmigo. ¿Puedes ir al super ahora y comprar comida? La plata está en la mesa.– hablo rápido mientras agarraba las llaves para salir...

–Claro, pero pensaba ir a la reserva, ver la playa o algo, no sé, salir...

–Si, claro, ve!

Alfdis camino hacia la nevera, en dónde estabas pegada la lista de compras, no le molestaba hacerlas, solo si no tenía que comprar carne, odiaba el olor a carne cruda, y no era muy fanática de la idea de comer animales. La suerte no estaba de su lado, ya que tenía que comprar un kilo de res, uno de cerdo y tres pescados.

–Pff, algún día los animalitos del bosque se van a molestar con todos los seres humanos y los atacarán. ¿No piensan en que tienen familia, en qué son seres vivos como cualquier persona? De hecho es peor, ya que ellos son inocentes... – Una cosa que hacía mucho Alfdis era hablar sola, y aquello era una muestra de ello.

Volteo a ver el bosque, solo para comprobar que aquel joven estaba ahí, nunca se iba, siempre lo veía, se había empezado a acostumbrar a verlo, pero eso no quitaba el hecho de que fuera raro o perturbador, siempre que se acercaba a hablarle, desaparecía.
Ella ya había denunciado a ese joven a la policía de Forks, le habían dicho que nadie entraba en su descripción, pero que estarían pendiente sobre alguien así.

Antes de salir al super decidió cambiarse de zapatos, había empezado a llover, y prefería usar más algo de estilo bota, luego de escoger sus zapatos llevo las tenis al cuarto de pilas, para lavarle el lodo más tarde, pero una bolsa llamo su atención.

–¿Pero qué? ¿Qué es esto?– la bolsa tenía una gabardina cafe y estaba cubierta de sangre. –Ay... ¿Qué has estado haciendo Pet?

1259 palabras.