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ℭ𝔲𝔞𝔫𝔡𝔬 𝔩𝔞 𝔳𝔦𝔡𝔞 𝔱𝔢 𝔬𝔣𝔯𝔢𝔠𝔢 𝔲𝔫 𝔰𝔲𝔢𝔫̃𝔬 𝔮𝔲𝔢 𝔰𝔲𝔭𝔢𝔯𝔞 𝔠𝔬𝔫 𝔠𝔯𝔢𝔠𝔢𝔰 𝔠𝔲𝔞𝔩𝔮𝔲𝔦𝔢𝔯𝔞 𝔡𝔢 𝔱𝔲𝔰 𝔢𝔵𝔭𝔢𝔠𝔱𝔞𝔱𝔦𝔳𝔞𝔰, 𝔫𝔬 𝔢𝔰 𝔯𝔞𝔷𝔬𝔫𝔞𝔟𝔩𝔢 𝔩𝔞𝔪𝔢𝔫𝔱𝔞𝔯𝔰𝔢 𝔡𝔢 𝔰𝔲 𝔠𝔬𝔫𝔠𝔩𝔲𝔰𝔦𝔬𝔫.

–𝔖𝔱𝔢𝔭𝔥𝔞𝔫𝔦𝔢 𝔐𝔢𝔶𝔢𝔯.
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≪❈Nᴇᴠᴇʀʟᴀɴᴅ❈≫

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–Soy Alice Cullen.

–Oh...– Alfdis se queda callada, observando su peculiar belleza, notó en la mirada de Alice que esperaba que siguiera hablando. –Lo siento... Hmm, soy Alfdis Gormdóttir.

–Un gusto, y vuelvo a preguntar. ¿Necesitas ayuda?–

–Mmmm, qué?– Por un momento la mente de la pequeña rubia se quedó en blanco, hasta que recordó, aquel joven en los árboles, rápidamente volteo hacia el bosque, pero no vio nada– No, gracias. Pensé haber visto una ardilla y es que, amo más ardillas son tan lindas con sus pequeñas patitas y colita esponjosa...– Se vio interrumpida por la campana. –Oh, no, voy tarde, y no sé dónde se encuentra el gimnasio– Salió corriendo no sin antes gritar un "fue un placer" ocasionando que varios la mirarán, cosa que no noto.

Antes de que tuvieran que preguntarle a alguien donde se encontraba el gimnasio, Alfdis se estrelló contra una chica de lentes.

–Oh, lo siento tanto, iba muy apurada porque no sé dónde está el gimnasio y ya empezaron las clases y es solo mi primer día, ¿Sabes la mala impresión para los profesores llegar tarde el primer día? Y si por eso me reprueban... ¡No, no puedo reprobar! Si reprue...– Se quedó callada abruptamente al darse cuenta de que había empezado a divagar y aquella chica la miraba con diversión y a la vez comprensión.

−Eres Alfdis Gormdo... ¿Gormdóttir? Lo siento, nunca había escuchado ese apellido, no sé si lo pronuncie bien. Soy Ángela, parte del comité de bienvenida, y si quieres tu primera amiga aquí –Ella hablaba de manera muy dulce, cosa que la hacía ver tierna.

–Oh, gracias. Y me encantaría que fueras mi amiga, la verdad no soy capaz de socializar mucho.Entiendo, usualmente hacemos una pequeña reseña de cada alumno nuevo que llega, para el periódico escolar, te molestaría salir?

–Para nada, me encantaría. Ahora, me podrías ayudar a encontrar el gimnasio, y en el almuerzo hablamos sobre el reportaje ¿si?

En clase de educación Física, todas las chicas estaban jugando Voleibol, Alfdis estaba atenta de las bolas lanzadas a ella,.siempre había tenido una buena condición física, aunque preocupaba no resaltar mucho. Al poco tiempo descubrió que una chica llamada Bella era pésima para cualquier deporte, quien había ocasionado un accidente alrededor de tres veces en el tiempo que llevaban jugando, el cuál no era mucho.

El partido estaba a 10 segundos de terminar, por lo que Alfdis confiadamente se empezó a alejar, llevaban más puntos, por lo que el gane era fijo, lo que no sé espero fue que de pronto la bola la golpeara en la espalda.

–Oh, Dios, lo lamento tanto, siempre les digo que no me dejen jugar, pero la calificación es obligatoria para todos ¿Estás bien? – Era esa chica, Bella.

–No hay problema, fue un accidente ¿Eres Bella, cierto? Escuché y note que eras un poco descordinada. No pasa nada, en serio.

Empezó a caminar hacia los vestidores para darse un baño, después de todo, no iba a ir toda sudada y -según ella- maloliente a almorzar.

Se había duchado, mudado y perfumado, ya no quedaba nadie en el vestidor, supuso que todos estarían almorzando, estaba por cruzar la puerta cuando noto a Bella, aún costado, parecía esperarla.

–Sé que eres nueva, yo hace poco lo fui, y quería ayudarte a llegar al comedor por si no sabes el camino, y de forma de compensación por el golpe con el balón hace un rato.

–Gracias, pero en serio, no hay problema.

El camino fue en silencio, pero no un silencio incómodo, ella parecía ser muy tímida, y la realidad es que Alfdis no era muy sociable, no por timidez, si no por ansiedad, era muy ansiosa y estar rodeada de personas acababa perturbada y hasta irritada en ocasiones.

Alfdis llego al comedor con Bella y vio sentada a Ángela en una mesa, al lado de un chico con rasgos asiáticos, a otra chica con el cabello caoba y a un rubio. Cuando Alfdis llego a la mesa, escucho a Ángela hablar con el chico asiático sobre el reportaje. Se sentó junto a Ángela, quien le sonrió.

–Debes de ser Alfdis, la nueva. Yo soy Jessica, el rubio es Mike, y él – señaló al chico de razgos asiáticos –es Erick. Espero y seamos amigas, Ángela ya me habló de tí, así que no te la presento, y como vienes con Bella, la tuviste que haber conocido. Ahora cuéntanos, de dónde eres?– La chica de cabello caoba hablo con mucha seguridad, mientras la observaba con curiosidad.

–Soy de Londres, por si notan mi acento un tanto diferente, me mudé con mi padrino, Peter, es guardabosques.

–Diablos que lo sé, es guapísimo ¿Es tu padrino? Se ve demasiado jóven... ¿Es soltero?

–Jessica! Es mayor que tú, y no deberías de preguntarle esas cosas a Alfdis.

–Ángela, para el amor no hay edad, y no todos tenemos la suerte de Bella, de poder salir con algún Cullen.

–¿Hablas de Alice? Bueno, es la única con ese apellido que he conocido y sí, está soltero. – Alfdis menciono, tratando de evitar alguna discusión.

–¿Hablaste con Alice?– ahora fue Bellaa que preguntó, con curiosidad en su voz.

–Me ofreció ayuda, solo fue amable, y casi no hablamos ¿Por qué, quienes son?.

−Los Cullen− empezó Ángela.

−Los hijos adoptivos del doctor y la Sra.Cullen. todos se mudaron aquí desde Alaska hace dos años−sigue Jessica, quien se notaba emocionada al tener que explicar sobre ellos.

−Solo andan entre ellos− Ángela siguió la explicación, antes que Jessica volviera a interrumpir.

−Porque están todos juntos. Como, juntos. La chica rubia, Rosalie, y el chico musculoso, Emmett, son una cosa. Ni siquiera estoy segura de que eso sea legal− Alfdis se movió un poco incómoda. − La pequeña niña de cabello negro, Alice, es realmente extraña. Ella sale con Nicolás, el pelinegro.

–La verdad yo no lo veo tan mal, dijiste que eran adoptados, no tienen la misma sangre, de igual forma en la antigüedad el incesto era muy común, no digo que este bien -ya que pueden haber deformidades en los bebés y esas cosas- pero... No sé, simplemente no lo veo tan mal, algo arcaico, sí, pero en el amor y en la guerra todo se vale, no?– Hubo un pequeño silencio, al parecer procesando las palabras de la pequeña rubia.

−Quiero decir, que el Dr. Cullen es como cupido y padre adoptivo− Jessica siguió, tratando de seguir con la conversación.

−Tal vez me adopte− comento Ángela tratando de bromear, cosa que logro.

Entonces las puertas se abren, dando paso así a los Cullen, quienes parecían modelos, eran hermosos, todos y cada uno, tenían algo hipnotizante pero a la.vez había algo que hacía que Alfdis quisiera correr hacia el lado contrario de dónde estaban ellos.
Al final de todos, entraron dos que ni Jessica o Ángela habían nombrado, un rubio y un peli-cobrizo. Al ver la mirada perdida de Alfdis, Jessica volvió a hablar.

–El rubio es Jasper, siempre parece estar sufriendo por algún motivo, es demasiado reservado. Y el otro es Edward Cullen, es totalmente hermoso, obviamente. Pero aparentemente nadie aquí es lo suficiente para él, excepto Bella al parecer, en fin como si me importara− por el tono de Jessica, daba entender que sí le importaba, se notaba que él había rechazado a Jessica.

–Lamento que te rechazará, tuvo que ser incómodo y doloros... Perdón – Alfdis había empezado a hablar inconscientemente, nunca estuvo en sus planes incomodar, pero el silencio tenso que se había ocasionado, no se podía disimular.

Alfdis se encamino hacia Biología, a pesar de que era temprano, prefería estar en el aula sola a llegar tarde, y efectivamente cuando llego no había nadie, por lo que se sentó en una mesa cualquiera, el segundo alumno en llegar era aquel rubio de los Cullen, Jasper.

−Disculpe señorita, pero está en mi asiento− él le hablo cuando estuvo frente a ella.

−Perdón − se excusa lo más rápido posible mientras se levanta. Botando sin querer sus libros y útiles, con rapidez se inclino para recogerlos, mientras un pequeño tono rosado adornaba sus mejillas.

−No importa, tranquila. De igual forma no tengo compañera, puedes sentarte en esta mesa − Él le ofreció con amabilidad. –Soy Jasper Hale, mucho gusto señorita.

−¿Hale? Pensé que eras Cullen, lo lamento, tiendo a decir lo que pienso, normalmente me muerdo la lengua para no hablar, pero ¿Sabes todos los problemas que se pueden ocasionar por mordeduras de lengua? Y ahora empecé a divagar, perdón, me callo en 3,2,1... Perdón.– Jasper solo se rió.

−No me rio de ti, es solo qué, me parece divertida y única está ocasión −le dio una cálida sonrisa. En ese momento Alfdis noto que Jasper no sé había acercado a ella, mantenía una buena distancia entre los dos.

−Oh bueno, en ese caso me voy a quedar aquí− le respondió con la poca dignidad que le quedaba.

La clase de Biología se le estaba haciendo súper largo, pero no sabe si era porque ese tema ya lo había visto, o porque estaba con la intriga de por qué Edward Cullen parecía tan molesto con Jasper, justo cuando el timbre sonó, Alfdis no había parado de morderse le lengua, con tal de no preguntar.

–Pregunta, tranquila.

– Le pasa algo a tu hermano?, parecía muy molesto− la mirada de Alfdis fue directo a Jasper, luego hacía Edward Cullen, quien parecía esperar a alguien en la puerta.

− Edward es así, no creas que está molesto, simplemente se irrita con facilidad, tal vez está cansado.

Cuando Jasper salió del aula, Alfdis se dió cuenta que Edward no lo esperaba, pero tampoco a Bella, ya que ella estaba al lado de él, con la mirada un poco baja.

− Debes alejarte de Jasper.

– ¿Perdón?– Alfdis estaba muy confundida, ¿por qué le decía aquello?

–Alejate de Jasper, no lo voy a repetir.– Dicho eso, Edward se alejo, con Bella detrás, quien le dió una mirada de disculpa a Alfdis pero no dijo nada.

1684 palabras.