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Kim SeokJin estaba con los brazos tras de su cabeza con su cuerpo totalmente relajado sobre su cama y miraba el techo de su cuarto absorto de todo lo que lo rodeaba. Por la ventana el sol de mediodía se escabullía atravesando el prisma que tenía en su escritorio haciendo que en el techo se reflejaran un millón de arcoíris, era hermoso.

SeokJin era de amar las cosas simples de la vida pero jamás se había atrevido a salir a buscarlas por su cuenta, siempre se había considerado algo temeroso cuando se trataba de hablar con más personas o salir de su zona de confort. A veces todo a su alrededor le resultaba molesto, al punto de querer huir.

Cuando egresó de la universidad había creído que superó una gran etapa en su vida y por su buena práctica consiguió trabajo de inmediato, un trabajo que le permitía ejercer de forma remota, desde la comodidad del escritorio en casa de sus padres de donde no ha vuelto a salir desde que egresó de la universidad.

—Jin, el almuerzo está listo— se asomó su madre a la puerta y miró el techo sonriendo ante los arcoiris que se formaban sobre él, era obvio que Jin no le prestaba atención porque ni siquiera había notado su presencia en su cuarto.

La Sra. Kim siempre pensó que Jin sería su niño eterno pero a veces le asustaba la idea de que así fuera. Para ella Jin se había congelado en el tiempo y por mucho que creciera hasta el punto de volverse un adulto de 30 años parecía que no había cambiado desde que tenía 10 años.

Jin bajó la mirada y le sonrió tomando asiento luego en su cama. Miró sus historietas y el crucigrama que no había logrado terminar porque le faltaba una palabra de la cual no había referencia en los diccionarios y en internet había muchas variantes que no le satisfacían.

—Jin, el almuerzo está listo— la Sra. Kim le acarició los pies dentro de sus calcetas con las costuras hacia afuera, ante esto Jin le quitó el pie sintiéndose incómodo.

—Appa no ha llegado aún— miró hacia la ventana —. Siempre almorzamos con él— Jin miró el reloj de pared y luego el de su muñeca notando que estaban bien sincronizados —. ¿Podemos esperar un poco más?

—Appa llevó estofado de ayer al trabajo. Tiene cosas pendientes así que no vendrá a comer con nosotros hoy— la Sra. Kim vió en el escritorio el vaso de leche ya vacío y el bowl de frutas con la piña dentro y algunas frutas que había tocado la piña durante la preparación —. ¿Puedo hacerte un batido de piña con esto que dejaste al menos?

—Puedes hacer un jugo para ti si quieres, hoy la piña me irritó los costados de la lengua igual que el kiwi así que la dejé. La manzana que está ahí tenía sabor a piña así que no me arriesgué— Jin se levantó de la cama y le dió un beso a su madre en la mejilla y caminó al baño cerrando la puerta tras de sí.

—¡Te espero en la cocina!— la mujer salió del cuarto rumbo a la cocina con el vaso y el bowl en mano y cerró la puerta tras de ella.

Mientras tanto Jin en el baño se miraba al espejo. Habían pasado meses desde la última vez que se cortó el cabello y de solo pensar el sentir los miles de cabellos cortos cayendo por su cuello y pinchando el cuerpo pensó que el cabello largo no le venía tan mal después de todo. Tomó un peine para estilizar un poco y un poco de mousse para darle textura, al menos eso hacía su madre para que su cabello no luciera tan liso y aplastado. Jin acarició su barbilla encontrando unos cuantos vellos duros, tomó su teléfono del bolsillo anotó:

*Afeitarme por la noche

Con una alarma para que lo recordara.

Bajó las escaleras y lo primero que vió fue que el ficus de la entrada estaba recibiendo luz directa, eso lo alteró un poco ya que no era primera vez que le explicaba a su madre que la luz directa no le había bien a ciertas plantas, sobre todo la de mediodía.

—¡Jin, ya está servido. Deja esa planta!— la Sra. Kim vió como Jin tomaba la plata y corría al lugar donde la había dejado en el living dejando un poco de tierra tras sus pasos —. Estás ensuciando— bufó y volvió a la cocina para comer.

Jin se lavó las manos en el lavaplatos y se secó en su chaleco. Antes de entrar a la cocina vió un trozo de rábano encurtido en su arroz y cerró los ojos para respirar profundo porque su madre probablemente no se había dado cuenta que uno de los rábanos se había caído al arroz.

—El rábano es de la reserva del año pasado, esa que le pusiste más picante— la madre de Jin estaba muy orgullosa de su plato hasta que notó el rábano, un trozo minúsculo de rábano sobre el arroz blanco del plato y lo quitó rápidamente.

—Si vas a quitar el rábano quita el arroz que lo tocó también por favor— Jin percibió a su madre comiéndose el rábano y el poco de arroz que había estropeado.

Jin tomó asiento frente a ella y examinó todo en su plato viendo que todo estaba perfecto alzó la mirada y le sonrió a su madre admitiendo que su esfuerzo era totalmente satisfactorio para él.

—Lo siento por el rábano, no lo vi— suspiro la mujer y miró su plato con el cerdo y las verduras y luego las verduras, el rábano y el arroz blanco de Jin —Podrías probar el cerdo esta vez. Está bueno— sonrió apuntando su platillo.

Jin había escuchado tantas veces las ofertas de su madre respecto a la comida y sabía que si ignoraba lo que decía ella no volvería a pedirlo así que lo hizo comiendo sus verduras que lo hacían sentir más ligero. Sabía que a la noche podría prepararse su tofu frito y tomaría sus suplementos alimenticios de siempre así que podía negarse con alma a la carne.

—Vino Yuan a buscarte esta mañana— habló la madre de Jin con una sonrisa —. Dijo que le enseñarías a montar su bicicleta más grande—.

—Solo hay que ajustar el asiento más abajo— respondió él —. Espero que no venga ahora porque tengo pensado desbloquear el 2do piso de Tsuki. Anoche estuve investigando sobre códigos y me di cuenta que hay una cuenta latina que sube códigos todas las mañanas pero las sube en la noche desde su lugar en el mundo pero acá llegan en la mañana por la diferencia horaria—.

—Suena interesante... pero es más interesante como recibes vitamina D afuera, en el sol, con Yuan— respondió la madre.

—¿Acaso esa niña no tiene amigos?— Jin se quejó sintiéndose algo irritado al ver a la pequeña de 10 años saludarlo por la ventana.

—¡Hola Jin. Hola Sra. Kim!— sonrió asomando el rostro —. ¿Puedo pasar?—.

—¡Claro Yuan!— la mujer mayor se levantó a abrir la puerta ignorando las señas de Jin para que la chica no entrara.

Yuan tenia el pelo liso y muy negro, hoy traía dos trenzas con unos elásticos de carita feliz que no tenían el mismo color y estaban torcidos, eso fue lo primero que vió Jin cuando esta tomo asiento junto a él a beber jugo de naranja.

—¡Está muy rico el jugo de naranja Sra. Kim!— sonrió Yuan hacia la mujer.

—Es colorante y saborizante que algún día te dará cáncer— Jin se acercó el bowl de arroz a la boca para tomar la última cucharada —. Estaré en mi cuarto así que no me molesten— se levantó a dejar sus platos en el lavadero.

—¡SeokJin, Yuan vino a verte!— sus ojos viajaron de Jin hacia Yuan quien lo miraba incrédula.

—¡Ya me vio!— Jin miró a Yuan de forma obvia y subió por las escaleras.

—Es la última puerta al final del pasillo—la madre de Jin impulsó a Yuan para que se levantara y subiera al cuarto tras él.

Cuando Jin cerraba su puerta Yuan se escabulló rápidamente y saltó a su cama cayendo de cara contra el colchón. Jin la miró algo molesto pero se resignó a que se quedaría al menos por un rato.

—¿Tus padres no te quieren?— Jin tomó asiento junto a ella —. ¿Acaso no les causa preocupación que su hija de 10 años venga a visitar a un hombre de 30?

—Ellos dicen que eres inofensivo— sonrió y lo abrazó —.¿Viste que tengo coletas?

—Sí, están chuecas y no combinan— tocó las caritas felices —. Déjame arreglarlas— Jin no estaría tranquilo hasta que visualmente eso se viera bien.

—¿Te gusta el espacio y esas cosas?— Yuan miró el cuarto de Jin como si fuera una juguetería —.¿Por qué no tienes un cuarto de adulto como el de mi hermana?— una vez que Jin acomoda las coletas se bajó de la cama a ver un planeta Tierra que flotaba y giraba lentamente.

—¡No la toques, está girando al mismo tiempo que el planea y me llevó tiempo programarla!— Jin caminó hacia ella y la jaló del brazo haciendo que se sentara en la silla del escritorio —. Se que quieres aprender a montar tu nueva bicicleta pero necesito tu ayuda también— Jin tomó el crucigrama y le mostró la palabra que le faltaba.

—¿Y tu crees que yo sé de esas cosas? ¡Yo no hago crucigramas, es aburrido!— Yuan le tomó la revista y la dejó sobre el escritorio para luego sentirse atraída por el prisma que estaba en el escritorio.

—Voy al baño, no toques nada— Jin se levantó y caminó hacia el baño donde cerró la puerta dejando a solas a Yuan quien tomó el prisma y se lo guardó bajo el brazo.

Como Jin estaba en el baño salió rápidamente bajando por las escaleras y saliendo de casa para correr a la suya que estaba frente a la de Jin y no volvió a salir. No le importó su paseo en bicicleta ni tampoco tu acto de delincuente.

Jin al salir del baño le dió completamente lo mismo que no estuviera, es más, se sentía satisfecho de que su presencia se fuera pero su cuarto ahora olía a chicle y flores con el perfume de Yuan.

1er capitulo, es algo corto pero es para que vayan conociendo a Jin y los personajes

Espero que les guste 

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