han jisung se consideraba a sí mismo la persona más acomplejada e insegura que podría existir. aún no entendía cómo es que podía tener a una persona tan maravillosa al lado amándolo y queriéndolo a pesar de todo. era realmente hermosa esa sensación de saber que esa persona estaría junto a ti sin importar nada, esa sensación de amar y ser correspondido.

pero como dije, jisung era la persona más insegura de todas, él necesitaba que le dijeran cuánto lo querían regularmente. sí, podía sonar tedioso o molesto, pero él realmente lo necesitaba. y el estar con alguien que prácticamente no demuestra lo confundía un poco. un día minho podía convertirse en el ser más dulce, amoroso y tierno de todos, y al otro casi ni hablarle.

a veces se sentía tan insuficiente para alguien como minho, sentía que no lo merecía y sin darse cuenta se lastimaba a sí mismo, o incluso a ambos, con pensamientos que claramente no eran ni deberían ser.

muchas veces se quedó despierto en la madrugada, cuando minho tenía que quedarse en el trabajo hasta esas horas, simplemente pensando y dañándose. no era una persona celosa, claro que no, jamás había sentido celos; si minho le decía que sólo lo quería a él, le creía. solamente sentía que el mayor no sería totalmente feliz a su lado, sentía que habían muchísimas otras personas que podían hacerlo mucho mejor. si un día venía el castaño y le decía que había encontrado a alguien mejor, por más que le doliese, tendría que aceptarlo. no creía que minho fuese tan cruel para hacer algo así, pero aún así el pensamiento estaba ahí.

ese día, como los anteriores, se encontraba frente a su computadora personal sin hacer algún movimiento. si había algo que amaba más que a su novio, eso era la música. adoraba componer, crear canciones con las que los demás se pudiesen sentir identificados, hacerlos sentir que no estaban solos, que sin importar lo lejos que estén había alguien que los apoyaba. pero se sentía vacío. no podía escribir, no salía nada y eso lo frustraba increíblemente. al no tener nada para hacer, la música era su escape; como para algunas personas lo era dibujar y pintar, escribir y crear historias, bailar y hacer bailes, para él lo era el componer y producir.

jamás había tardado tanto tiempo en escribir algo, ni siquiera tenía el primer verso. no podía concentrarse, se distraía con la primer cosa que le venía a la mente. y como siempre, su cerebro le jugaba una mala pasada llenándolo de pensamientos negativos.

tal vez debería dejar de escribir, tal vez no era bueno en lo que hacía, tal vez minho se quedaba más tiempo en el trabajo con tal de ignorarlo, tal vez...

la puerta de la casa se escuchó siendo cerrada suavemente y luego un tintineo de llaves y bolsas puestas en alguna superficie de madera. minho había llegado y jisung ni siquiera había preparado la cena para esperarlo. era realmente un mal novio.

— ¿sung?

jisung apagó la computadora y se levantó de su lugar, pero no tuvo que hacer mucho movimiento que ya el mayor se encontraba en el cuarto.

— oh... llegaste— murmuró sin querer verlo a la cara. no entendía porqué pero sentía que si se acercaba un poco más rompería en llanto.

— uhm, sí ¿hiciste algo hoy?— la pregunta no tenía ningún tipo de intensión en hacerlo sentir mal o algo por el estilo. pero estaba tan increíblemente sensible que lo hizo sentir tan inservible e inútil porque realmente no había hecho nada.— ¿jisung?

negó y sin pedir permiso, y con la cabeza baja, se acercó al mayor. enterró su cara en la curvatura del cuello de este mientras encerraba sus brazos ahí, dejando que lentamente minho se aferrase a su cintura. necesitaba mimos, necesitaba sentir a su novio.

— ¿te sientes mal?— han asintió acariciando con su nariz la suave extensión. lee se agachó un poco para tomar al menor de sus muslos y cargarlo como si de un bebé se tratase. jisung en ningún momento abrió los ojos, se sentía tan cansado, pero no había razones para estarlo si ni siquiera se había movido. olfateó el aroma natural de minho porque este siempre lograba tranquilizarlo.

pronto su cuerpo fue dejado sobre el mullido sofá y luego acurrucado contra el pecho de minho. el castaño dejaba algunas caricias y besos en la espalda y cabellera de su novio a sabiendas que eso lo haría liberar tensiones que venía guardándose desde hacía semanas. tal vez minho no era muy bueno con las palabras, pero sí lo era en cuanto a escuchar y observar se trataba.

sabía por lo que su novio estaba pasando, tal vez no del todo, pero se hacía una idea. y esa idea no le gustaba para nada.

— ¿quieres hablar de lo que pasa?— dijo suavemente.

el rubio negó.— ¿puedes hacer esto por más tiempo? me gusta cuando lo haces.

— todo lo que quieras, aquí estoy para lo que necesites.— jisung no quería abusarse de la confianza del castaño, pero una vez este le había dejado en claro que desde el momento que se conocieron por primera vez y se enamoraron dejaron de ser sólo dos personas y pasaron a ser una sola. — puedes dormir si quieres, voy a pedir algo a domicilio y te despertaré.— indicó dejando más caricias pero esta vez sobre las mejillas regordetas de sung.— te amo.— le susurró al oído.

el corazoncito de han latió con demasiada fuerza al escuchar la tranquila voz del mayor. supo que todo estaría bien si el mayor estaba con él. minho se haría cargo de borrar cada una de las inseguridades y malos pensamientos del menor. lo amaría con cada fibra de su cuerpo hasta que se diera cuenta de lo imprescindible que era en su vida. lo adoraría con todo su corazón, y lo trataría como si fuese el cristal más hermoso con tal de que notara lo valioso que era.

no le importaba dejar de ser feliz si con eso podía ver la sonrisa de jisung cada día de su vida.

el menor cerró sus ojitos hasta quedar totalmente dormido. reflejando en su rostro la paz absoluta al estar envuelto entre los brazos de la persona que amaba.

🌻

— sunggie, bebé, despierta.

tal y como dijo minho, había pedido la comida favorita de jisung a domicilio y pronto se encontró a sí mismo despertando al chico.

el rubio fue abriendo lentamente sus ojos mirando al mayor para luego mostrarle una sonrisa. el castaño le acarició el cabello y le dejó un besito en la mejilla. el rostro de jisung se volvió rojo casi al instante, sin duda jamás se acostumbraría a las muestras de afecto de minho.

— creo que últimamente estamos pidiendo mucha comida a domicilio— comentó agarrando los palillos y uno de los tazones que se encontraban en la mesita de la sala.— voy a salir rodando.

en otro momento el comentario habría sido tomado sin importancia o incluso los habría hecho reír, pero en ese preciso instante no lo hizo. a jisung realmente le preocupaba su figura y minho no sabía hasta dónde podría ser capaz de llegar el menor para lograr eso. a sus ojos era el ser más hermoso y perfecto, y claramente no necesitaba cambiar. estaba demás decir que lo apoyaba en todo lo que él decidiera, siempre y cuando tuviese cuidado en lo que hiciera.

— entonces yo también voy a salir rodando contigo.— respondió el castaño soplando su comida. sung le sonrió mostrando un bonito eyesmile que hizo al corazón de minho encogerse por lo bello que se veía.

mientras comían buscaron alguna película en la televisión pero como no encontraron ninguna que fuese de su interés, optaron por ver una serie que habían dejado colgada hacía algún tiempo. ninguno le prestó atención por estar ocupados en otras cosas.

sus labios chasqueaban cada vez que los separaban, causando estragos en sus interiores. no pasó mucho tiempo para que jisung cortara el beso por falta de aire. con las mejillas coloradas, los labios un poco hinchados y el cabello desordenado, sin duda era una imagen que le gustaría guardar por siempre en su memoria.

— te quiero... mucho— susurró minho comenzando a dejar un camino de besos por la mandíbula y cuello de jisung.— eres la persona más importante en mí vida y jamás me voy a cansar de decir que no me arrepiento de haberte hablado ese día, porque sino no habría tenido la oportunidad de conocerte.— han enrolló sus piernas en la cadera del más alto cuando este se levantó empezando a caminar hasta la habitación.

estaba tan concentrado en las caricias y besos de su mayor que ni siquiera notó cuándo fue recostado en la cama. los labios de minho viajaron por la curvatura del hombro del más bajito y lentamente le fue levantando la remera. un suspiro salió cuando las manos del castaño se pasearon acariciando su torso.

»— eres realmente hermoso.— se miraron unos segundos y volvieron a juntar los labios. los brazos de jisung se encerraron por el cuello de minho, mientras que el segundo se apoyaba con sus dos brazos sobre la cama para no aplastar al menor.— ¿puedo sacarte la remera?

jisung tardó un poco en dar una respuesta pero luego asintió. y así con palabras bonitas, minho terminó por sacarle la ropa a ambos. esa noche volvieron a entregarse al otro intentando dejar los problemas e inseguridades de lado. se amaron sin importarles más nada, se tocaron y acariciaron como si fuera la última, pero a la vez sin prisas. minho intentó que las preocupaciones de su novio se fueran al menos por esa noche haciéndolo sentir especial. porque jisung era especial pero a veces se le olvidaba, y para eso estaba él, para recordárselo, todo el tiempo si así era necesario.

💭
uhm... creo que no sirvo para esto. está muy pobre tal vez. incluso a mí me dió sueño mientras lo escribía.

dedicado a la nena más linda de todo el mundo entero wapotraketero ♡, te amo muchísimo