había algo que ninguna pareja jamás podría soportar y eso era estar las veinticuatro horas del día, todos los días juntos. si bien esa semana viviendo juntos por primera vez había tenido sus cosas buenas ya que ambos habían compartido muchas cosas, habían jugado y habían visto muchas películas acurrucados en el sofá hasta quedar dormidos.

pero como dije una vez, estos dos por más que lo intentasen eran muy distintos. a jisung le gustaba dejar las cosas para después mientras que minho prefería hacerlo en el momento. ¿por ejemplo? la limpieza del hogar. es que minho no entendía, no le cabía en la cabeza cómo es que alguien pudiese ser tan malditamente desordenado. al menos unas cien veces aproximadamente le había repetido a jisung que no dejara su ropa en el suelo de la habitación o que no dejara los tazones sucios luego de desayunar. pero jisung le repetía que lo haría, a su momento pero lo haría.

— ¡han jisung!

gritó cuando vió toda la ropa que literalmente había recién ordenado y guardado en el clóset toda revuelta como si fuese una montaña de remeras, abrigos y pantalones.

— ¿qué pasa, min?— preguntó con su vocesita dulce como si no hubiese cometido una travesura segundos atrás para molestar al mayor.

— ¿por qué desordenaste todo? ¡recién la había guardado!— a minho realmente le molestaba la actitud de "no pasa nada" de jisung. le daba una impotencia increíble ver algo en donde no era su lugar porque no podía gritarle, ya que sabía que él menor no toleraba los gritos y tampoco podría hacerlo cuando lo miraba con esos ojitos tan brillantes y hermosos, y esas mejillitas grandes infladas.

— es que estaba buscando tu remera de marvel, esa grande pero no la encontré.

— ¿y por eso tenías que desordenar todo?— el rubio sólo se encogió de hombros.— ¡dios, eres increíble!— suspiró saliendo de la habitación. jisung lo siguió de cerca y se colgó en su espalda, pero minho lo quitó sin cuidado alguno.

— vamos, minnie, no te enojes.

— ¿que no me enoje?— well, ya estaba enojado.— me molesta... no ¡me frustra cuando haces esas estupideces! ¡madura de una puta vez y entiende que para mí no es gracioso! ¡siempre arruinas todo!— y con un grito de frustración salió de la casa agarrando antes su chaqueta y dejando a un sensible jisung con un gran nudo en su garganta y los ojitos llorosos.

las lágrimas no tardaron en bajar por sus mejillas y los sollozos se hicieron presente al instante. rápidamente fue a la habitación comenzando a doblar y guardar cada una de las prendas como su hyung había hecho antes.

sin duda se sentía muy culpable, minho jamás se había enojado con él y mucho menos le había gritado. no sabía a qué extremos podía llegar el mayor cuando se enojaba, pero esperaba que no hiciera nada malo.

cuando al fin terminó de ordenar la ropa, la cuál no era mucha porque recién se habían mudado, decidió ordenar la habitación como a minho le gustaba y pronto también comenzó a limpiar la casa entera dejándolo totalmente exhausto. tal vez con eso a minho se le pasaría el enojo y volvería para llenarlo de besitos como nunca lo había hecho mientras tomaban chocolate y veían películas.

pero habían pasado al menos dos horas y minho no llegaba y el corazoncito de jisung comenzó a desesperarse.

🌻

— ¿eres idiota? ¿cómo puedes enojarte por una estupidez así?— le regañó el chico a su lado.

— sé que fue muy estúpido, pero me dí cuenta muy tarde.— bajó la cabeza mirando la taza con café en sus manos. el plan de minho en realidad era ir a caminar un rato y pensar, pero no contaba con que se perdería de regreso. es que aún no memorizaba las calles de su nueva casa por lo que terminó yendo a la casa de sus padres donde se encontró con que sólo estaba su hermano.— ¡tú sabes como soy, cosas como esas me molestan!

— ¡claro que sé cómo eres! pero jisung no es yo, él no pensaría ni siquiera en largarte al demonio como yo.— lo golpeó en la cabeza.— escucha, minho, tú sabías que convivir llevarían a este tipo de cosas, tú sabías dónde te metías cuando le pediste vivir juntos. la convivencia no es fácil, es realmente dura, pero tal vez sí pusieran algunas reglas podrían lograrlo.

— no quise lastimarlo y sé que lo hice, porque sus ojitos estaban brillando a punto de llorar, y joder, me siento el peor novio del mundo.— suspiró poniendo ambas manos en su cara.

— sí, idiota, te equivocaste, pero lo bueno es que lo aceptas.— se levantó a buscar algo.— ahora, mamá dejó este dinero por si llegaba a necesitar algo, pero te lo doy para que tomes un puto taxi y te aprendas las calles de tu casa, porque changbin está por venir y no quiero que te vea aquí.

minho negó un poco sorprendido.— tengo dinero ya me voy, dile a mamá que la quiero y a papá que no sea un idiota, y tú lee felix, no hagas cosas que yo no haría.— abrazó a su hermano y procedió a irse.

— oh claro que no haré nada que tú no harías— le dijo el pelirrojo cuando estaba afuera de la casa.

minho siguió su camino hasta que encontró un taxi y se montó en él diciéndole su dirección. durante todo el camino no pudo dejar de pensar que probablemente jisung estaría muy triste por lo que le había dicho y no pudo sentirse peor. le pidió al hombre que parara cuando vió un almacén abierta y le dijo que esperara. no creía prudente llegar a su casa con las manos vacías luego de que probablemente había hecho llorar a la cosita más bella de su vida. compró tantos chocolate y dulces como para no caber por la puerta de entrada porque sabía que a jisung le gustaban muchisímo.

cuando volvió el auto aún seguía ahí por lo que le agradeció y volvieron a andar mientras él veía su celular con una sonrisa que sólo las fotos que jisung usualmente se sacaba porque decía que su celular tenía mejor cámara que el de él, le causarían. el señor le avisó que habían llegado y minho se encargó de agradecer y pagar.

al estar enfrente de la puerta se acobardó un poco al no escuchar ruido alguno. tal vez jisung estaba durmiendo. abrió y se encontró con todo el lugar limpio cosa que no hizo más que hacerlo sentir peor, sabía que jisung había limpiado todo por su culpa. con el dolor en su pecho avanzó hasta el sofá dónde estaba su novio sentado en el piso con la espalda apoyada en este, durmiendo. dejó las cosas en la mesita y se agachó para poder verlo bien. notó el rastro de lágrimas que había en sus suaves mejillas y sus labios rotos por seguramente haber estado mordiéndolos. acarició los cabellos de han despertándolo poco a poco.

— bebé...— le llamó.— te traje dulces.

— m-minnie— jisung no lo soportó más y se tiró sobre él colgándose de su cuello. minho lo abrazó por la cintura y se fue a sentar al sofá dejando que el menor se posara sobre su regazo.— lo siento tanto, juro que yo jamás volveré a hacer algo así, no sabía que tú te enojarías. lo siento, lo siento, lo...

— no, sunggie, yo no debí enojarme en primer lugar, no me costaba nada volver a poner las cosas en su lugar otra vez.— le habló acariciando su espalda.

— pero, minnie...

— juro que jamás volveré a gritarte de esa manera ni de ninguna otra.— minho juntó sus labios con los partidos del chico en sus piernas.— ahora veamos una película y comamos esos chocolates hasta engordar y que no podamos levantarnos del sofá ¿sí?

jisung asintió rápidamente con una sonrisa para sentarse en el mueble agarrando la bolsa antes y minho se paró para apagar la luz y buscar alguna película. el rubio decidió ver una de romance que claramente lee no le prestó ningún tipo de atención por estar concentrado en dejar pequeños besitos en la cabeza de este.

jisung era la única persona capaz de hacerle mostrar incluso sus facetas más ocultas y aún así luego de eso seguir esperándolo con los brazos bien abiertos porque lo amaba.

💭
chale, esta wea está muy sweet :(( y a la vez muy fea

espero que le guste a quien sea que lea esto.