
¿𝑁𝑢𝑒𝑣𝑜 𝐴𝑙𝑖𝑎𝑑𝑜?
─: Hasunohana... ─ avanzó un poco dejando de lado la capa que cubría su cuerpo ─ ¡¡Hasunohana!! ─ liberó sus alas para llegar más rápido a dónde estaba _____ ─
La mujer se trataba de otro ángel.
Se trataba de una chica, aproximadamente de 18 o 19 años. Su cabello era color naranja que llevaba a la mitad de su espalda, ojos negros como el cielo y una piel de color normal.
Su vestimenta también era peculiar.
En su espalda, tenía un arco.
─: ¡_____! ─ fue a lo que quedaba del Distrito Rojo ─
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Al llegar, solo encontró los escombros de los establecimientos.
─: ¡_____! ¡_____! ─ exclamó el nombre de la albina ─ ¡Soy yo, soy Saya! ¡Aquí estoy! ─ exclamó con la esperanza que _____ le respondiera ─ Estás a salvo, llegamos.
Escuchó el sonido de un tablón de madera. Era pequeños toques, pero eran lo suficiente para que alguien pueda escucharlos.
_____: S-Saya...
Saya: _____ ─ corrió hacia donde escuchó la voz de la albina ─ Ya estoy aquí tranquila ─ con su fuerza, quitó todos los tablones que se encontraban ─
Al retirar todos los tablones, la peli naranja soltó un suspiro de alivio al ver a la joven.
_____: hola Saya... ─ saludó con una pequeña sonrisa ─
Saya: sabes que no debes exceder tu magia ─ comentó sosteniendo el frágil cuerpo del ángel ─
_____: lo sé, lo sé, lo sé. No vayamos a la parte donde me vas a dar un sermón completo ─ dijo con una sonrisa, pero sus párpados amenazaron el cerrarse ─ Carajo... Ya casi ─ la peli naranja empezó a curar todas las heridas de _____ ─ Saya ─ llamó su atención ─ Necesito que hagas algo por mí, necesito que cures a todos los humanos que están en las afueras, por favor.
Saya tardó en contestar pero al final, decidió acceder.
Saya: de acuerdo, pero necesitaré respuestas de lo que pasó ─ la albina asintió. El sueño comenzó a apoderarse de la albina. Hasta que no pudo más y cayó al mundo de los sueños ─ Necesitaré que Jayce me ayude.
Dejó a la inconsciente _____ en el suelo para tomar su arco. De sus manos, comenzó a crear flechas. Apuntó al norte y soltó la cuerda para que la flecha vaya en la dirección que apuntó Saya.
« No vayas a tardar »
Pensó la peli naranja.
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Todos aún sufrían por las heridas de la batalla. Pero de poco a poco escucharon los pasos fuertes de alguien.
Al ver con atención, se encontraron con Saya. Que tenía en brazos el cuerpo de _____. Suavemente la dejó en el suelo, siendo cubierta por su capa de antes.
Saya: los sanaré rápidamente ¿De acuerdo? ─ vio a todos los mal heridos ─ Al parecer las cenizas lograron llegar a ustedes. Eso es bueno. Veamos ─ se acercó primero a Tanjiro ─ No tan mal, mandíbula atravesada, dedos rotos, algo de veneno. Fácil ─ de su mano emergió una luz verde y sus ojos también tomaron el mismo color ─
Comenzó a curar las heridas del Kamado mayor. Pero un pequeño tirón le llamó la atención.
Saya: ¿Qué? ─ se encontró con Nezuko ─ Ah si, la pequeña demonio, _____ me comentó sobre ti ─ la pequeña demonio se acercó a su hermano y de su mano emergió llamas rosas que ayudaron a curar al Kamado ─ ¡Oye! ¿¡Pero que cara...!? ─ calló al ver cómo Nezuko tenía la capacidad de curar las heridas ─ Entonces ese es tu poder. Bien, servirá. Ven acompáñame ─ la demonio siguió a la peli naranja ─
Ambas llegaron con el rubio.
Zenitsu: ¡Por favor ayúdame! ¡No siento las piernas! ─ exclamó Agatsuma ─
Saya: primero atenderemos al cabeza de jabalí, después al Hashira y al último a ti, así que será mejor que cierres la boca antes de que yo lo haga ─ amenazó y enseguida el rubio se calló ─ Necesitaré que me apoyes ¿De acuerdo? Primero cerraré la herida y después, tú vas a sanar las heridas externas, incluyendo la del corazón, así no habrá cicatrices. Mientras lo haces, iré con los demás ¿De acuerdo? ─ la azabache asintió ─ Bien.
La peli naranja comenzó y Nezuko reforzó para que las heridas sean curadas del todo. Cuando terminaron con Inosuke, Saya fue con Tengen.
« Perdió la mano, ¿Donde estará? »
La buscar con la mirada la encontró. Gracias a la explosión la mano llegó cerca de los sobrevivientes.
« Aquí está »
Pero al voltear, pudo ver cómo el pelirrojo se acercaba a la albina.
Saya: ¡¡Quieto!! ─ lanzó una flecha cerca del Kamado, pero sin lastimarlo ─ ¡Si te acercas a ella! ¡Tendrás que ir con el médico con una gran herida en el abdomen! ─ apuntó directo a Tanjiro ─
Con eso, el pelirrojo no movió ningún músculo.
Tengen: no seas... Tan duro con él ─ comentó con algo de esfuerzo ─
La mujer guardó su arco y tomó de nuevo la mano de Uzui.
Saya: lo lamento, pero aún no puedo confiar en ustedes, hago esto porque _____ me lo pidió ─ pudo ver cómo el chico no apartaba hacia el cuerpo de la albina ─ No te molestes, ella ya no volverá a despertar ─ eso asustó a los presentes ─ ¡No está muerta! Solo está hibernando.
Eso dejó sin aliento a los sobrevivientes.
¿Hibernar? ¿Hibernación? ¿Cómo?
Tengen: esta en coma querrás decir.
Saya: bueno, es... Algo complicado de explicar. Necesita estar en un lugar con una temperatura ambiente, además, ella está conciente de su alrededor ─ se acercó al Hashira con su mano ─
Suma: ¡E-esa es la mano de mi señor Tengen!
La azabache se asustó.
Saya: ¿No quieren que tenga dos manos?
Hinatsuru: ¡S-si! Pero...
Makio: eso es raro... Y asqueroso ─ el Hashira comenzó a toser ─ ¡Mi señor Tengen!
Saya: el veneno se esparce, debemos actuar ¡Nezuko! ─ la mencionada se acercó ─ Primero actuaré con la mano, tu con el veneno ¿De acuerdo? ─ la demonio asintió ─ Bien, uno, dos, ¡Tres! ─ ella comenzó usar su magia para volver a colocar la mano de Tengen en su lugar, mientras que Nezuko se encargaba del veneno ─ ¡Para! ─ las flamas cesaron ─ ¿Cómo te sientes?
El Hashira movió los dedos.
Tengen: esto es increíble, puedo moverla, y el veneno se ha ido ─ dijo con asombro ─
Saya: aún falta el ojo ─ colocó su mano en dónde estaba la herida. Las esposas de Uzui temblaban, tenían miedo de lo que pasaría ─ Tienen suerte de que haya llegado. Listo.
Suma: ¡Mi señor Tengen! ─ las tres fueron a abrazar al Hashira ─
Tengen: te lo agradezco, también a la demonio. Este es un poder extravagante, bien hecho.
Saya: cómo dije, _____ me lo pidió, si no fuera por eso, los dejaría a su suerte. Ahora sí vamos contigo chico rubio, lo lamento olvide tu nombre ─ las dos se acercaron al rubio ─
Jayce: por el Gran Dragón Azul ─ comentó Jayce ─ ¿Qué pasó aquí?
Saya: no querrás saberlo ─ ambas curaban a Zenitsu ─ _____ entró en hibernación.
Eso hizo que el azabache soltará un suspiro pesado.
Jayce: me imaginé, ya había entrado en hibernación, pero como veo las cosas. Dormirá por mucho tiempo.
Saya: así es. Listo. Ya podrás moverte. Bien, necesitaré ayuda con los sobrevivientes...
Obanai: ¿Pero que paso aquí? ─ cuestionó el Hashira de la Serpiente ─
Saya: ¡Genial! Alguien más que nos ayude con los heridos.
El azabache quedó sin palabras al ver a Saya.
Obanai: t-tu eres un... Ángel ─ dijo con asombro ─
Saya: tin, tin, tin, y el hombre se lleva el primero felicidades. ¿Qué tal si dejamos eso de lado por el momento y me ayudas con los heridos? ¿Te parece? ─ pero cuando el Hashira quería decir unas palabras fue callado por la peli naranja ─ Me sorprenden tu respuesta gracias. Tú te llevarás a Zenitsu, Jayce a Inosuke y las mujeres ayudarán al Hashira, yo me llevaré a _____ ─ se dio cuenta que faltaba alguien ─ Cierto, son bastantes. Oye ─ llamó la atención del Hashira de la Serpiente ─ ¿No tienen esos ayudantes en la Finca Mariposa?
Obanai: ya están en camino. Ahora responde, ¿Quién eres?
Saya: esa no es la verdadera pregunta ─ tomó una vez más el cuerpo de _____ ─ Solo hay que esperar a que lleguen los ayudantes.
Después de unos minutos llegaron los Kakushis para apoyar a los cazadores. Cuando ellos quisieron llevar a _____, Saya se negó.
« _____... Como lo siento _____ »
Pensó Tanjiro al recordar que supuestamente la albina estaba en hibernación.
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