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𝘤𝘩𝘢𝘳𝘱𝘦𝘳 𝘯𝘪𝘯𝘦

charper nine
BEING THEMSELVES

El día que habían estado esperando había llegado. Mañana, a esta hora, estarían sentados cenando en un lugar con vista al mar, admirando como la noche se veía en la playa y pasando el rato todos juntos. Sin embargo, ahora se encontraba sentada en el suelo de su departamento, cenando en su mesa de café que estaba en la sala, dejando de lado cada vez más las formalidades cuando estaba con él y mostrándole un poco más su verdadero yo.

Y... que decirles, su verdadero yo era la escena que estaba presenciando hace cinco minutos: una chica cubierta por una manta beige, con el pelo mojado y sin desenredar, comiendo sin quitar la vista de la televisión. En su defensa, era su serie favorita y nunca se perdía ningún capítulo, por eso tal concentración.

Al principio, Nigel la observaba sin darse cuenta de que lo estaba haciendo y de pronto se encontró a si mismo sonriendo ante tal escena, eso solo lo hizo soltar una pequeña risa en un susurro casi. Estiró su mano hacia ella y le cómodo el mechón de cabello que estaba cayendo sobre su mejilla y casi que colándose en el plato de comida, solo haciendo eso captó su atención. Lo miró y luego le sonrió, con los cachetes inflados por la comida dentro de su boca, eso lo hizo negar con la cabeza, divertido.

Ella tomó su vaso, dejando de prestarle atención a la televisión.

—¿Te gusta? —preguntó, luego bebió el agua dentro.

Él la miró confuso, descubriendo unos minutos después que se trataba sobre el vaso. Simplemente asintió.

—Me lo compré porque está semana rompí dos vasos de vidrio y debo cuidar los otros seis que aún sobreviven.

Dejó el vaso de plástico con la imagen de Hello Kitty  cerca de él, que lo tomó para mirarlo más de cerca.

—No puedo recibir a invitados con vasos infantiles, se supone que soy una adulta —continúo, volviendo a ver la televisión.

Who drinks in a plastic cup —recalcó él, observandola a ella.

—Te estoy dejando ver mis debilidades, no las uses contra mi —lo señaló, acusándolo.

Él levantó las manos, en señal de rendimiento.

Don't worry, I've drunk in plastic cups too.

—¿Cuando tenías siete? Eso no cuenta —se cruzó de brazos.

When I play with my niece, she makes the best fake teas I've ever tried —aseguró, dejando el vaso sobre la mesa.

—Ay los británicos... ¿Qué sería de ustedes sin él té? —bromeó ella.

Estaba apunto de rodar los ojos, cuando se dio cuenta de que había pasado algo por alto.

—Tú... ¿qué?

Él la miró confundido.

My niece? She's six years old.

Ella se cubrió a la boca con una expresión de sorpresa.

—¿Sobrina? ¿Tienes una sobrina? —preguntó entusiasmada.

Let me show youdijo él, buscando algo en su celular.

Palpó el suelo, justo al lado de donde él estaba sentado, de manera que le sugirió que se sentará a su lado. Rápidamente entendió el mensaje y se movió hasta ahí.

Look —le dio su celular.

Le mostró una carpeta de fotos pura y exclusivamente de él y su sobrina. La primera era de hace seis semanas —tenía la fecha de cuando fue tomada en el borde derecho de la foto— y en ella se mostraba una pequeña niña de cabello negro con dos coletas sonriendo ampliamente, al igual que Nigel, que se encuentra cargándola.

That was the last picture we took together  —comento en un susurró.

Gillian lo miró, casi que haciendo un puchero con sus labios.

Don't be sad, I call her every single day  —afirmó, sonriendo cálidamente.

Deslizó su brazo por sus hombros, apretujeandola un poco en señal de contención. Ella sonrió comprensivamente y solo se limitó a recostarse en su hombro, mientras él le mostraba otras fotos que estaban en el álbum.

Habían un montón: ellos pintando sobre una mesa distraídos, haciéndole peinados extraños en el cabello, llevándola de la mano hacia la escuela y muchas más. Había algo familiar en la niña, algo que tardo en descubrir, pero lo hizo y no era nada más y nada menos que las facciones de su rostro: pequeños detalles como la forma de sus cejas o la manera en la que se le hacen chiquitos los ojos, las mejillas se le inflan y aparecen  hoyuelos cuando sonríe, solo le recordaban a una persona y era quien estaba sentado a su lado.

Lo observó unos segundos cuando él estuvo distraído buscando una fotografía, pudiendo confirmar sus sospechas, él y su sobrina tenían un parecido muy grande, podía hasta creer que es su padre si no supiera que esa no era la realidad. Tuvo el impulso de pasarle una mano por el rostro en una caricia, sin embargo, rápidamente se sintió cohibida por sus mismos pensamientos. ¿Cómo podía pensar esas cosas? Nigel era su amigo.

Y nada más.

Se obligó a bajar la mano y volver a mirar a la pantalla, cuando una fotografía llamo su atención.

—¿Mañana harás un castillo de arena así de lindo? —señaló ella, observando la imagen de su sobrina y él con un hermoso y detallado castillo de arena hecho en una tarde de playa.

Ivette and I haven't made them that way for a while now, but I could try it for you.

Sus mejillas comenzaron a sentirse más cálidas de lo normal.

—Está bien —respondió, queriendo aparentar tranquilidad.

Entonces, su celular comenzó a vibrar sobre la mesa y la cara de Sonya se iluminó en la pantalla. Miró la hora y rápidamente supo que estaban en problemas, seguro hacia quince minutos que ella los estaba esperando en la puerta del edificio y lo había olvidado por completo.

Se aproximaba un largo sermón. Ya podía oír la voz de su amiga.

*. : 。✿ * ゚*.

El viaje en automóvil estuvo bien. Bueno, al menos eso creía ella, no recordaba mucho ya que se quedó dormida sobre el hombro de Nigel, y cuando se despertaba, simplemente se acomodaba mejor y volvía a dormir. Había sido una semana larga, estaba cansada, asi que dormir no le era un problema.

Al menos eso era lo que ella creía ahora.

Llegaron a Cadaqués al rededor de las cuatro de la mañana, justo como lo habían planeado. Tenían el sábado completo y el domingo hasta la tarde disponible para hacer lo que quisieran. Aún estaba medio adormilada cuando bajó del vehículo, lo único de lo que era consciente era del ruido del mar, el frío que hacía y el murmullo de la voz de Oliver diciendo cosas que eran intangibles para ella a esa hora. Se adentró en la casa, cargando alguna de las cosas que traían en el auto, lo dejo al lado del pequeño sillón que había ahí. Era un lugar pequeño pero funcional, nada más entrar, había una puerta a la izquierda, que era la primera habitación, hacia la derecha estaba la sala de estar y en el fondo, la cocina. No era muy espacioso que digamos. Al final había un pequeño pasillo con una ventana al final, hacia la derecha estaba la otra habitación y hacia la izquierda, el baño. El lugar se veía exactamente como en las fotos que había visto en el sitio web, Oliver había entendido a la perfección lo que tenía que reservar cuando ella se lo indicó, él había insistido en que quería hacer la reserva por su cuenta y ella no veía el problema con eso.

Ya no podía soportar su propio peso estando parada allí, sin hacer nada, así que lo mejor era irse a dormir. Se dirigió hacia la habitación que quedaba cerca de la entrada y al abrir la puerta, se quedó mirando hacia el interior algo anonadada. Cuando su cerebro reaccionó, rápidamente se dirigió hacia la otra habitación, encotrandose con el mismo panorama. Una cama matrimonial en el medio del dormitorio. Ya con los ojos bien abiertos y sin una pizca de sueño, se encaminó a la cocina, dónde estaba él.

—Oliver.

El joven casi se atraganta con el vaso de agua que estaba tomando cuando escuchó su nombre en el tono de voz que utilizaba Gillian. Ya sabía que había metido la pata en algo.

—¿Porqué hay una cama matrimonial en los dos dormitorios? —preguntó, sonando algo arisca.

—Ah... Eso —comentó con cierta ignorancia.

“Ah... Eso”. ¿Qué hiciste Oliver? —preguntó otra vez.

El chico se encogió de hombros.

—No hice nada, solo que no habían más lugares con dos camas individuales disponibles y tuve que reservar este.

Ella lo miró con los ojos entrecerrados, acusándolo. Cuando ella reviso la página no se había encontrado con el mismo problema, sin embargo, no tenía ganas de iniciar una discusión a esa hora, así que simplemente lo dejo pasar. Bueno, luego de mantener su postura de "molestia" por algunos minutos para finalmente suspirar.

—Te creeré está vez —acabó murmurando—. Buenas noches.

Sin decir otra palabra, volvió a la habitación, cerrando la puerta tras ella. Allí, se encontró a Nigel sentando en el borde de la cama, jugando con sus manos. Sin decir nada, Gillian tomó asiento a su lado, eventualmente desplomandose sobre la cama.

If you want, I can sleep on the couch —resonó en la habitación.

Ella se recompuso rápidamente, mirándolo con cierta sorpresa en su rostro.

—¡No! —exclamó, mirándolo a los ojos—. ¿Por qué dices eso?

Él se encogió de hombros.

Maybe you would feel uncomfortable sleeping with me —alegó.

Ella negó con la cabeza, apoyando su mano sobre la de él.

—Claro que no. Al final es solo una cama —sonrió comprensivamente, restándole importancia.

Ajá, Gillian, solo una cama.

Nunca había experimentado una sensación de tal incomodidad como está, estaba quieta como una roca en su lugar de la cama, sudaba frío y no había podido pegar el ojo en más de treinta minutos, incluso ya veía algunos destellos de luz afuera. Sabía que no era la única, aunque trataba de no molestarla, Nigel no dejaba de moverse. No podía encontrar la posición adecuada para dormir, y sinceramente, no lo lograría, pues ambos estaban muy tensos como para lograrlo.

De igual manera, un tiempo después el sueño volvió, afectandoló a él primero. Se había dormido dándole la espalda, sin embargo, al cabo de un rato se giró. Lo último de lo que es consciente es de haberse puesto de costado, quedando enfrentados mientras observaba sus párpados cerrados delicadamente, sus mejillas algo coloradas y algunos mechones de su pelo cayendo en su rostro.

Esa simple escena frente a ella, le transmitió tanta paz, que en algún momento, también se quedó dormida.

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💌bykotw

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