𝘤𝘢𝘱𝘪𝘵𝘶𝘭𝘰 𝘥𝘰𝘴
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Un radiante sol entraba por la ventana mientras Gillian tomaba asiento al lado de sus amigas en su aula, aún pensando en su cómoda cama de la que no quería levantarse aquella mañana. Había comenzado esa época del año en dónde el frío se hacía más presente durante las mañanas, aunque luego hiciera un bonito clima durante el resto del día hasta la noche.
Dejando eso de lado, el frío de esta mañana y la pequeña alergia que le había atacado por él cambio de estación era lo que la tenían tan de mal humor aquella mañana, casi que tomó asiento en medio de Sonya y Emma sin muchas ganas de hablar.
Cosa que, obvio, no iban a dejar pasar.
—Estas de mal humor —dijo Sonya.
—Ni siquiera preguntes, ya sabes la respuesta —la miró con poca gana.
—No estaba preguntando, solo lo afirmaba.
La mayor volteó hacia su otra amiga, la pelirroja, que tenía la mirada en la nada misma, como si estuviera teniendo un viaje astral. Gillian rodó los ojos.
Se giró hacia otro lado. Frunció los labios pero no pudo aguantar.
—Perdón.
Sonya volteó, mientras que Emma seguía con la mirada clavada en el universo.
—Estoy teniendo un mal día, ¿está bien? —confesó, mirándose las manos—. Estoy resfriada, tengo frío, sueño y hoy derramé mi café sobre mi antes de salir.
Sonya sonrió.
—Ay Gillian... —se dio la vuelta, buscando algo en su bolso—. Toma.
Deslizó una pastilla para su resfriado sobre la mesa.
—¿Es para mí resfriado? —preguntó, tomándola.
Gillian la puso en su boca y la tragó como si de agua se tratara.
—Dios mío —rió Sonya—. Eres una bruta Gillian.
Y justo cuando iba a preguntar por el despiste de Emma, el profesor entró a la clase, ya comenzando a parlotear sobre el tema que trataría hoy.
No importaba, ya podría interrogarla más tarde.
Sin embargo, una imagen fugaz se cruzó por su mente como lo había estado haciendo los últimos dos días, no podía olvidar la cara de ese chico del paraguas. ¿Al fin día lo volvería a ver?
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El clima de la tarde era estupendo. El cielo estaba completamente despejado y había una leve brisa que era perfecta. Gillian caminaba por la acera de vuelta a su casa luego de repasar, junto a Emma y a Sonya, para el parcial que tendrían mañana.
Ella siempre hacía el mismo camino de ida y vuelta por el mismo lugar, pasando por aquella librería situada en una esquina en la cuadra de enfrente a su universidad. No supo bien porque decidió adentrarse en ella, mas si sabía que tenía cero ganas de llegar a su casa y estudiar lo que debía, así que hecharle un vistazo a algunos libros era una excusa válida para aplazar el tiempo de su estudio.
Dentro, decidió mirar en una repisa bastante alta los libros que ofrecía la librería, acabando por ocurrirsele tomar un libro totalmente fuera de su alcance. Arreglándoselas para conseguirlo, se dio cuenta que llegaría a alcanzarlo dando leves saltos y en alguno de esos lograría tomarlo, sin embargo, mientras se preparaba para dar el primero, alguien se le adelantó y tomó el libro.
Gillian volteó confusa hacia su costado, encotrandose con un chico. Cuando sus miradas se encontraron, sus expresiones cambiaron drásticamente.
—¡Oh! Eres la chica de otra vez —le dijo él, saludandola.
Era él. Era él chico del paraguas, lo volvía a tener enfrente.
Gillian se llevó su mano hacia sus labios, cubriendo la sonrisa al escucharlo hablar español con ciertas dificultades y fingiendo sorpresa en su lugar.
Nigel notó ese gesto, asi que se aproximó a ella.
—Don't laugh at my Spanish, I know it's a little bad —le dijo en un susurró.
Luego se echó hacia atrás y sonrió serenamente, como si nada hubiera pasado.
Ella hizo un gran esfuerzo para, aún así, no reír.
—¿Un poquito? —cuestinó.
—¿Lo quieres o no? —preguntó irritado, señalando el libro en su mano que había bajado para ella.
—La verdad que no. Ahora tengo algo más importante a lo que prestarle atención.
Él hizo rodar sus pupilas, dejando el libro donde estaba y dándole el tiempo y la accesibilidad a Gillian para observarlo detalladamente, notando que llevaba vestimenta particular y un pequeño cartel en su ropa con su nombre completo.
"Nigel Anderson, empleado billingue" —leyó en voz alta.
Enseguida se le forma una sonrisa burlona, que trató de esconder con el cuello de lana de su buzo, mas no lo logró. Entonces Nigel se cruzó de brazos.
—Don't say anything —le pidió, aunque su cara lo ha dicho todo.
Ella deja de ocultar su cara y levanta las manos en forma de rendición, aunque en realidad solo se ha tragado la carcajada.
—Estas bien, no diré nada —prometió.
El asiente, conforme.
—By the way, what's your name?
—¿No te lo dije aún? —preguntó desconcertada, lo vio negar con la cabeza— Me llamo Gillian.
Nigel sonríe, balanceándose sobre sus pies.
—Sooo, did you get home safely that night Gillian?
Ella asintió.
—Pude llegar más seca de lo que pensaba. Me salvaste de un fuerte resfriado la verdad. Gracias —le agradeció— ¿Y tú?
—It was nothing. I'm glad to hear that and I also got home safely.
Ambos se quedaron callados luego de que él hablara. Gillian se balanceó sobre sus pies mirando los libros a sus costados tratando de evitar el incómodo silencio. Entonces volteó a verlo con otra pregunta.
—¿Trabajas aquí? —indagó, recostandose levemente sobre la repisa.
Nigel fingió acomodar los libros de su izquierda para evitar mirarla a los ojos y disimular el hecho de que no estaba haciendo su trabajo en absoluto.
—Yeah, since three days ago.
Volteó a ver el reloj de la pared, el cual marcaba las cuatro cincuenta de la tarde. Luego devolvió su vista hacia ella, sobándose la nuca.
—Hey, Gillian... My shift ends in ten minutes, maybe we could... go out for a coffee and talk.
Gillian hizo una mueca, no porque no quisiera, sino porque no podía tardarse más en llegar a su hogar a estudiar para mañana.
Hubo un silencio entre ambos, mientras ella tomaba su decisión internamente.
—If you don't want to, just tell me —le dijo él, notando su silencio.
Ella rápidamente negó con la cabeza.
—No es que no quiera, es que tengo cosas que hacer —explicó—, pero quizás puedan esperar...
Ella sonrió, en cambio él la miró confundida.
—Can that wait? What do you have to do?
Apartó la mirada.
—Tengo que estudiar...
Nigel aún tenía una expresión de confusión en su rostro cuando terminó la frase, sin embargo, está cambio luego de unos segundos.
—Oh... it's okey —entendió—. Study, it's good.
Gillian se rió ante tal afirmación.
—Come with me —pidió.
Se dirigió hacia el mostrador de la librería, dónde uno de sus colegas estaba realizando la venta de un libro. Ella lo siguió, él se situó detrás del mostrador y en un pequeño pedazo de cartón escribió algo.
—This is my phone number, call me or text me whenever you want and we can arrange to meet somewhere.
Le extendió la tarjeta de la librería dónde, detrás de esta, había escrito su número de teléfono. Él miró a su compañero que lo observaba de manera desconfiada sobre lo que estaba haciendo, así que volteó hacia Gillian nuevamente.
—Que tenga un buen día, señorita. Vuelva pronto —se despidió amablemente.
Gillian quiso reír en ese instante, sin embargo, decidió seguirle el juego para que no fuera regañado por sus superiores.
Se despidió de él cordialmente con una sonrisa y se retiró del lugar como si nada hubiera ocurrido.
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💌 bykotw
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