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(🐙) Yuta

editado

Esto podría ser llamado "una mala decisión" o tal vez una decisión apresurada, pero el agobio que sufría en esos últimos meses era alto completamente insoportable.

Mis padres siempre reclamaban por cada pequeña cosita que hicieran los Nakamoto. Aún no entiendo por qué tanto conflicto, ellos nunca me hicieron nada..

Pero papá los odiaba y mamá, como buena esposa, lo apoyaba en su odio.

Un día, paseando por el pueblo, choqué con alguien al salir de una tienda y mis cosas cayeron al suelo.

Ni siquiera me fijé quién me ayudó, agradecí antes de subir la mirada y al hacerlo, el hijo de los Nakamoto estaba sonriendo leve.

Tenía una bonita sonrisa y no parecía una mala persona. Fue allí donde la obediencia a mi padre se puso en juego, ¿Estuvo mal agradecerle?

El chofer me esperaba en el auto, por lo que no creí que sería algo malo despedirme del chico.

Él movió su mano en forma de saludo y entró al local cuando yo me encontraba lejos.

Los meses pasaron y apostaría el poco dinero que me queda después de comprar libros, en que el destino lo ponía en mi camino constantemente.

¡Es que no había otra explicación! Yuta estaba cerca o en el mismo lugar que yo.

Y sabía que no era su intención, o por lo menos lo creía firmemente, porque su sorpresa también se demostraba al verme.

La gente del pueblo sabía el conflicto entre nuestras familias y a veces observaban las escenas, esperando a que pasara algo, pero no quería ser tan descivilizada como para pelear o discutir (como hacia mi padre) con la familia contraria.

Además de que eso no se vería bien viniendo de una señorita. Ugh, era molesto tener que guardarme los insultos cuando golpeaba mis pies con la mesa sin quererlo.

Papá siempre se fijaba en como actuabamos frente a otras personas. Él si podía insultar y denigrarlos pero ponía el grito en el cielo su mi hermana insultaba entre dientes.

Mamá siempre lo apoyaba. Parecía que no sabía hacer otra cosa y cuando se enteraron que no me llevaba precisamente mal con el hijo de los Nakamoto y hasta comenzaba a tener ciertos sentimientos por él, un fuerte regaño llegó.

Mi padre nunca nos podría un dedo encima, pero eso se lo dejó a su esposa. Ella no tardó en golpearme con ambas manos en cualquier parte de mi cuerpo que alcanzara.

Mi hermana golpeaba la puerta mientras gritaba que parara. Estaba doliendo mucho e intenté defenderme de sus cachetazos y manotazos, pero me los devolvía más fuerte y con más enojo.

Al parecer, después de unos veinte minutos, se calmó y retomó la compostura de una elegante señora. Me miró con algo de despreció y dictó que no comería por los próximos tres días como castigo.

Por suerte mi hermana podía esconder algo de comida bajó las primeras capas de su falda y a veces en su bolso. Entonces, cuando fingía charlar conmigo sobre algún libro (cosa que sí les permitían mis padres) sacaba trozos de pan y alguna botella pequeña de vidrio llena de leche.

Ella me pidió que le explicara lo que pasaba. Estaba dispuesta a escuchar mi versión. Y sabía que ella no me juzgaría por ser, probablemente para mis padres, ignorante y no odiar a los Nakamoto.

<<FlashBack>>

----- ¡¡llamen al médico!! - Gritó mamá saliendo de mi cuarto horrorizada-

En el cuarto se encontraba mi cuerpo lleno de sangre brotando por mis muñecas y antebrazos, manchando mi pijama blanco y las sábanas sin piedad.

Esos cortes habían dolido, estaría mintiendo si lo negara. Pero las pastillas eran difíciles de conseguir y sospecharían, el atar una cuerda era imposible porque me daba desesperación de solo pensarlo..

¿Morir de hambre?, mi hermana no me dejaría. Estaba pendiente de mi estos últimos meses, notando lo delgada que estaba y preocupándose por qué comiera algo.

Era muy complicado mantener una relación en secreto cuando siempre tienes la vista del pueblo encima tuya. Mis padres repudiaban a la familia Nakamoto y repudiaban aún más que su hijo intentara manipularme. Sus padres, en cierta parte, tampoco estaban de acuerdo con esto, pero Yuta era más salvaje. Tenía más libertades que yo y simplemente hacía lo que quería.

Nuestros padres prohibían de todas maneras que nosotros tuviésemos contacto, por más que fuera en la escuela y por eso me sacaron de ella.

Pero aún así, nos la ingeniabamos (aunque Yuta era el que más ponía en riesgo) para estar juntos.

Acordábamos un horario y ese día dejaba mi ventana abierta, escondía la llave de mi habitación y cerraba con seguro la puerta.

En la madrugada, cuando todos estaban durmiendo y los vigilantes obtenían su pago por parte de Yuta, él se subía sigilosamente a mi ventana y entraba sin hacer ruido alguno.

Mi habitación siempre estaba a oscuras para no generar sospechas y era cuestión de segundos para que sus brazos me rodearan.

Siempre sentía ese temor de que nos descubrieran y es que sabía que mi padre no dudaría en dispararle sin mediar palabra. No quería imaginar que haría conmigo.

Los días pasaron y llevábamos nuestros encuentros hace siete meses. Siete maravillosos meses dónde Yuta era completamente encantador y bromista, romántico y simplemente un alma libre.

Una noche de aquellas, tocamos el tema de la relación.

Yuta no soportaba tener que encontrarnos en la oscuridad, fingiendo que no nos conocemos cuando se encontrabamos en la calle cuando lo único que quería hacer era besarme frente a todos y mandar a la mierda esa estúpida guerra de familias.

Después de muchas charlas y diferentes ideas, la más viable era el suicidio.

Si escapábamos juntos, las familias se culparían mutuamente y era probable que se desate el odio. Si salíamos del escondite, la vida de ambos estaría en riesgo, porque nuestros padres no dudarían en acabar con ellas por desobedecerlos.

Y a ninguno le gustaría ver al contrario muerto. No soportaríamos ese dolor.

Por eso mismo optamos por el suicidio, pero no tomando narcóticos, si no usando filos de navajas para hacer cortes y dejar que la sangre fluyera.

Esa noche, antes de hacerlo, Yuta besó mis labios con mucha dulzura y pasión, acariciando mis mejillas y abrazándome fuerte.

Ambos teníamos miedos. ¿Y si todo salía mal? ¿Y si despertabamos en nuestras habitaciones?

Por eso fue Yuta quien hizo los cortes en su brazo, buscando las zonas correctas y asegurándose de que esto saldría bien.

Según sus propias palabras, él no quería exponerme a algo que fallaría y dañar mi cuerpo en vano.

Habrá sido muy impresionante para mí madre ver a dos personas en un mismo cuarto y muertos.

Sus gritos llenaban la casa, atrayendo a mi padre a la escena y casi desmayandose al ver a su hija dormida al lado de Nakamoto, sujetando su mano.

Fué una decisión difícil, pero lo hecho, hecho está.

---- ¿Crees que les afectará demasiado? - preguntó Yuta mientras se sentaba en el borde de la cama -Mírame, hasta muerto soy hermoso. - sonrió de lado -

Él trataba de aligerar el ambiente, pero era casi imposible para mí.

---- estamos aquí, estoy contigo y tú conmigo, princesa.. - esa dorable forma de llamarme hacía que mi corazón volviese a palpitar - ¿Sabes de que me acordé?

---- ¿De qué? - respondí confundida -

---- ¿Escuchaste de Romeo y Julieta? Me recuerda a eso.. - contestó con una hermosa sonrisa adornando su rostro - Yo...te amo, nunca lo olvides.

Sus ojos brillaban en mi dirección, haciendo que una calidez ilógica recorriera mi cuerpo.

----¿Ya terminaron su escena, tortolitos?

Una nueva voz se escuchó.

---- ¿Quién eres? - pregunté con el ceño fruncido - ¿Qué haces en mi cuarto?

---- olvidé decirlo, soy aquella persona que los ayudará a poder "vivir en la muerte", ¡será divertido! - comentó sonriendo - ¡Aquí estoy yo! Mil cuatrocientos setenta y cinco años, ¿pueden creerlo?

Ambos no entendíamos nada, pero el agarre de Yuta en mi mano me dió seguridad.

---- nunca pensé que morir sería así... - Yuta me abrazó por los hombros con un leve puchero en sus labios - aunque.. ¿mil cuatrocientos setenta y cinco años? ¡Wow!

***

Hoy se cumplían cinco años desde que tomamos esa decisión.
¿Nuestros padres?

Pues al principio les costó aceptar que ya no estábamos con ellos, pero cada vez que los visitamos se los puede ver alegres dentro de lo que cabe.

También pudimos ver que su pensamiento con respecto a elegir con quien querían que salgan sus hijos, ya no existía.

¿No podían hacerlo antes? Ahg.

Siempre escuchamos murmuros por parte de ellos recordando cosas lindas de nosotros y eso de verdad me hace sentir muy bien.

No pensaba que mis padres me apreciaran de esa manera. Mi hermana se había mudado al casarse con un lindo chico y formó una adorable familia. Ella no dudaba en visitar mi lápida cuando quería.

---- Nos hace sentir muy bien- interrumpió Yuta - Me excluyes de todo.

---- ¡Deja de leer mis pensamientos! - Bufé con una leve sonrisa -

Todo este mundo espiritual era algo diferente. No era tan triste como algunos decían, pero hasta que no estás de este lado no lo sabes.

Volviendo al tema, sí me dolió dejar a mi familia. Pero me siento bien sabiendo que algo cambió. Mi padre ya no era un hombre tan idiota y arregló sus conflictos con Nakamoto.

---- también extrañaré saltar de tu ventana..¿Recuerdas cuando tu madre me sacó de la casa a patadas? ¡todavía tengo algunas marcas de aquellos golpes! Tú Madre golpea muy fuerte... - Comentó Yuta haciendo puchero -

---- ¡No leas mis pensamientos! - le tiré una almohada - ¡Chismoso! - seguí tirándole más almohadas -

---- ¡Así de chismoso me amas, preciosa! - rió una vez que dejé de tirarle cosas -

Nakamoto Yuta era un principe. Un rebelde príncipe al que amaba con mi alma entera y sabía que él sentía lo mismo.

Fueron veintidós años viviendo en la tierra, un año y medio juntos allí, pero hasta la infinidad ahora. No me arrepentía de entregarle mi corazón a alguien tan bonito como Yuta.






- crazyy_bunny 2022

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