Beast|H.B
Dedicado a lucee-miller-norman
Partes:1/?
Creadoras: MileSalgado743 y yo.
Escritora: yo.
Advertencia: no.
Furiosa golpeé la puerta de los Bowers. Ya estaba harta de esto, este idiota tenía que parar, la puerta se abrió permitiendo ver a Oscar Bowers con su uniforme de policía, se veía sobrio así que supongo iría a trabajar.
—Hola, señor Bowers-sonreí con dulzura—¿se encuentra Henry en casa?
Él me sonrió y contestó...
—Claro, linda, dame un segundo—entró nuevamente y gritó el nombre de su hijo, obtuvo como respuesta un "ya bajo"—listo, debo irme al trabajo, adiós, Luce.
Oscar era bueno conmigo porque cree que soy dulce y tierna.
Sin más pasó a mi lado y se marchó. Mierda, no estaba bueno estar encerrada con ese loco en su casa y solos.
Pero qué voy a hacer, tengo que enfrentarlo, no puedo permitir que esto siga pasando.
Al instante Henry apareció frente a mí...
—¿Qué pa...qué haces tú aquí?—preguntó al verme.
Sin duda estaba sorprendido.
—Estoy aquí porque quiero dejar en claro que no que vuelvas a tocar a mi hermano. Hoy apareció con un corte en la mejilla y le dijo a mi madre que fue por estar distraído, pero estoy segura de que esa es una cortada hecha por tu navaja y salvajismo—espeté, cruzandome de brazos.
Al instante me tomó del brazo con fuerza jalandome hacia él
—¡Suéltame!—exigí.
Me miró con el ceño fruncido y clavó sus penetrantes ojos en los míos.
—No te metas en mis asuntos—dijo entre dientes.
Lo miré con la misma intensidad. Henry era más alto que yo y sin duda tenía demasiada fuerza, por lo tanto
no me podía soltar de su agarre.
—Me meteré si vuelves la vida de Eddie más miserable de lo que ya es, asi que para con esto de una vez—ya estaba harta de esto.
Sonrió con cinísmo y me soltó con brusquedad.
—Haz lo que quieras, pero nada de lo que me digas me hará cambiar de opinión, sólo uso cinco minutos de la vida de tu hermano no me vengas con que soy el culpable de sus problemas, comprate una vida con tus propios conflictos y deja en paz a el idiota de Eddie.
Se dio la vuelta dispuesto a marcharse. Ya comenzaba a sacarme de las casillas, me tenía harta, lo odiaba con todo, odiaba su porte de insensato, machista y matón.
—¡¿Acaso crees que no tengo problemas?! ¡Tu eres mi problema! ¡Eres un idiota que cree que puede abusar de todos sólo porque su padre es un ebrio que lo golpea y se desquita contigo porque tu madre los dejó!—grité casi llorando de la frustración.
Se dio la vuelta y me miró asombrado, caminé hasta él y comencé a golpear su pecho sin hacerle ningún daño al parecer porque ni lo movía. Ya cansado me tomó de ambas muñecas dejándome inmovilizada y a centímetros de su rostro.
—Consiguete una vida, ya te lo di...
No lo dejé acabar. Estaba anulada por el odio y la bronca.
—¡Eres una bestia igual a tu padre y sin duda te mereces lo que te pasa!
Sentí una gran satisfacción al ver que su semblante cambiaba, ya no era cínico ahora se mostraba débil. Luce encontraste el punto débil de Henry Bowers. Pero a su vez me sentí mal, su agarre se aflojó.
—Que perra eres—susurró como si hubiese descubierto a una nueva persona en mí.
—Tu eres peor que yo—contesté—, me haces querer odiarte, sacas lo peor de mí.
—Vete—dijo enojado y dolido.
—No, no hasta que dejes en paz a Eddie.
—¿Viniste sólo por esa estupidez? ¡sólo por eso viniste a recordarme que hasta a la chica que quiero me detesta y que alguien como yo no tiene esperanza en la vida!—gritó.
Su agarré se afirmó más, me tomó por los hombros con fuerza, estabamos bastante cerca. Lo miré con dolor.
—Si me quisieras no serías tan cruel y me escucharías—contesté.
—No digas idioteces...a penas toco a tu hermano—susurró mirando mis labios, su agarre se aflojó, su mano izquierda se deslizó a mi cintura con delicadeza atrayendome más y su mano derecha pasó a mi mejilla—, fue Patrick el del corte, últimamente sólo ellos lo molestan, no sabes cómo me cuesta cubrir lo que siento por tí, haces que mi corazón arda—pasó su pulgar por mi labio inferior.
—Puede que no lo molestes pero tampoco lo impides.
—Continuó insistiendo, consiguete una vida.
—¡A ver si entiendes de una vez!—con brusquedad quité su mano de mis labios—estoy acargo de cuidar a un niño adicto a los medicamentos, con baja autoestima y que es lo único que tengo porque mi madre no hace nada en todo el día más que mirar televisión. Eddie es lo único que tengo en el mundo...—unas cuantas lágrimas cayeron por mis mejillas—y por tu culpa, bestia arrogante, él está cada día peor.
Al volver a mirar a Henry pude ver arrepentimiento y humanidad. Algo que creí imposible en él.
Era tal la situación que no estabamos concientes de lo que sucedía a nuestro alrededor, mis manos se encontraban en su pecho, uno de los brazos de Bowers rodeaba mi cintura y el otro mi espalda. Bastó un segundo para que el momento, los sentimientos y la cercanía nos llevaran a un beso lleno de frustración, pasión, dolor y amor.
—Gracias—susurró al separarnos.
—¿Por qué?
—Por hacerme ver en lo que me estaba convirtiendo...
—A partir de ahora ya no estás sólo.
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