e x t r a ¬ 1 ¬
Había sido un día demasiado agotador. Toda la semana estuvo tenso por la entrevista a la que había sido citado, misma en la cuál no creía haber quedado después de basar sus respuestas en: "No tengo experiencia, pero puedo aprender". De seguro se había visto tan torpe y poco profesional. Solo quería llegar a su casa, ocultarse bajo las sabanas, quizá hacer un nido también y dormir durante una semana completa.
Pero maldita sea. Ese plan tendría que posponerse.
Había olvidado completamente que solo quedaban unos días para que sus padres partieran en su viaje a la capital. Le habían insistido muchas veces para ir a buscar sus cosas, pero le daba tanta flojera tener que mover todo a cajas, luego transportarlas para tener que sacarlas y ordenarlas de nuevo en la casa de Jeno.
Si fuera por él no se molestaría en recuperar la gran parte de sus pertenencias, pero Jeno había comenzado a quedarse con menos pantalones. Las cosas del hogar se acababan con mucha más rapidez y aunque Jeno no se lo dijera, Jaemin sabía que estaba siendo una carga, algo que no le gustaba ser.
Apenas había alcanzado a visualizar la casa cuando un auto conocido paso a toda velocidad por la calle a su costado. Estuvo a punto de insultar al conductor debido al molesto ruido que hicieron las ruedas al frenar sobre el asfalto.
— ¿Ustedes no deberían de estar en la fiesta de su equipo? — Jaemin levantó su ceja de forma inquisitiva, mientras Hyunjin le devolvía una juguetona mirada a la par que tamborileaba sus dedos sobre el volante. Jeno, en el asiento de copiloto, solo negó y acarició el puente de su nariz.
Jaemin sabía que se estaba disculpando.
— Es que — Hyunjin aclaró su garganta. — "Jaemin no me dijo nada de tener que ir a buscar sus cosas" "¿Son muchas cajas?" "¿Estará ya en camino? Creo que es muy tarde para que vaya solo" — el alfa resopló. Jeno solo giro su cabeza hacia la otra ventanilla para que el omega no percibiera su vergüenza — Ya dime que amarre le hiciste para que seas lo único que piense en todo el día. Necesito utilizarlo en Seungmin. Mira que desde que lo nombraron líder de ese maldito proyecto siento que soy lo último en su mente. La última vez, cuando estábamos en la cama...
— Ya cierra la boca, estúpido — dijo Jeno. — No necesitamos detalles de tu vida sexual con Seungmin.
— ¡Pero si no era algo sexual! ¡Iba a decir que ni siquiera me dio las buenas noches! — Hyunjin miró con desprecio a su amigo. — Además, se supone que la vida sexual de una pareja establecida no es un tabú. Es algo natural. Y ya saben, quien pan tiene en hambre piensa.
— Es al revés, idiota — le dijo Jaemin esta vez — Quién hambre tiene en pan piensa.
— Uy, el humorcito que se cargan ambos. ¿Acaso no les esta yendo bien en eso de darse amor? — Hyunjin no tuvo que aclarar para que ellos entendieran a qué hacia referencia. Jaemin enrojeció de la vergüenza y solo deseaba que Hyunjin volviera a pisar el acelerador de una vez. — ¿Por qué tan callados? ¿Acaso toqué una fibra sensible?
— Ya cállate — la mandíbula de Jaemin se presionó de forma dura con la inferior. Sus manos acariciaron con fuerza sus sienes antes de decidir que lo mejor sería continuar con su camino hacia el hogar de sus padres.
— Te vemos allá — le gritó su hermano, esta vez avanzado lentamente por la calle, un poco más atrás del omega que caminaba muy rápido hacia adelante.
— Olvídate de usar otra vez mi auto — le gruño Jeno.
— ¿Entonces de verdad no lo has marcado? — fue lo último que Jaemin escuchó antes de que Jeno cerrara rápidamente las ventanillas al pasar por su lado.
Solo pudo detenerse a la mitad de la calle con ganas de gritar de la frustración, más no lo hizo y en su lugar dio un profundo suspiro antes de continuar.
Claro que era una fibra sensible. Desde que habían comenzado su relación no había pasado nada más, nada de nada. Jaemin solo podía darse amor propio pensando en lo sucedido en aquella cueva hace algunos meses y eso era todo. Jeno parecía seguir viendo a aquel omega que entraba en pánico cada vez que las cosas se calentaban un poco y realmente no podía culparlo, pero el tiempo seguía avanzando y su frustración se transformaba en un tremendo cansancio mental al utilizar todas sus energías para mantener bajo control su libido.
Jaemin en serio quería ser marcado.
— ¿Estas bien? — lo voz dulce de Jeno le hizo levantar la mirada, dándose cuenta de que ya estaba en la entrada de la casa y que su alfa lo había estado esperando ahí. — ¿Fue muy mal la entrevista? — apenas se situó frente a Jeno, este mismo subió sus manos hasta los hombros de Jaemin para otorgarle unos pequeños masajes.
— Creo que hice el ridículo — confesó desanimado, dejando caer su cabeza hasta chocar contra las clavículas de Jeno, quién de inmediato rodeó su cintura para acercarlo a su cuerpo. — No tengo ningún talento que les pueda ser útil. Además, no tengo experiencia trabajando.
— ¿Ellos te dijeron eso? — Jaemin acomodó el costado de su rostro de modo que su oreja quedo sobre parte del hombro del alfa y su nariz apuntando al perfumado cuello.
— No. — Jeno separó sus cuerpos unos centímetros, los suficientes como para ver el rostro de Jaemin. Los labios del alfa se torcieron en una mueca de cansancio. — No me mires así. No hacia falta que me lo dijeran para reconocer la expresión de desinterés de su parte.
— Aún así esta mal suponer, Na Jaemin — le reprendió, ante lo que Jaemin intentó desviar la mirada, más no pudo por las palmas del alfa en cada lado de su rostro. — Se que prefieres tener expectativas bajas, pero no me gusta que pienses mal de tus capacidades. Tú tienes muchas cualidades y habilidades. Es tu primera vez buscando trabajo, no te desanimes ¿Sí?
Voces se escucharon dentro de la casa llamándolos a ambos para cenar. Jaemin iba a entrar pero Jeno no le dejó moverse de su lugar.
— Antes contéstame — le observó fijo —¿Eres el omega más inteligentemente bonito, valiente, decidido, responsable y esforzado de este mundo?
— Jeno... — se quejó. Le daba vergüenza tanto la situación como el hecho de que su corazón se aceleró por aquellas palabras.
— Vamos, di conmigo; Si, lo soy. En 3, 2, 1... — acompañó el conteo con suaves movimientos de cabeza.
— Si, lo soy — dijo con desgana, ante lo que Jeno entrecerró los ojos. — ¿Qué?
— Otra vez, y con más animo.
Jaemin suspiró.
— Si, soy el omega más inteligentemente bonito.
Los labios de Jeno se posaron sobre los suyos por menos de tres segundos. Fue tan rápido que Jaemin no alcanzó ni a procesar el toque cuando el alfa ya se había alejado.
— ¿Y que más? — Jeno preguntó antes de que Jaemin intentara juntar sus labios de nuevo. — Dilo.
— Soy el más valiente, decidido, responsable y esforzado omega de este mundo. No debo torturarme con cosas que no han pasado, ni mucho menos menospreciar quién soy. — agregó con falsa alegría — ¿Feliz?
— Mmnh — afirmó, y solo entonces dejo a Jaemin apoderarse de sus belfos.
Los labios de Jaemin obligaron a los de Jeno a separase. El alfa inclinó el rostro del omega hacia arriba y aprovechó de acariciar sus rellenitas mejillas, dejándose hacer cuando la lengua de Jaemin ingresó de imprevisto. Jaemin exhaló fuerte por la nariz cuando Jeno correspondió sus movimientos. Saboreó algo parecido a cerveza y se presionó contra él hasta que la espalda del alfa quedó apoyada en el material de la puerta y entonces, justo cuando sus manos comenzaban a introducirse bajo la camiseta suelta del alfa, él solo...
— Sera mejor que entremos. Ya es tarde. — las manos dejaron su rostro, así que también retiró las propias del cuerpo de Jeno. — Mañana tenemos que salir temprano si no queremos toparnos con mucho trafico.
— Eh, si, cierto. El tráfico — la mente de Jaemin aún no comprendía ese corte tan abrupto. — Entonces, entremos, supongo.
Jeno mordisqueó juguetonamente su mejilla antes de tomar su mano y adentrarse al hogar.
Sabía que intentaba restarle importancia a lo sucedido, las caricias en sus nudillos se lo revelaban, pero los engranajes de la mente de Jaemin ya habían comenzado a girar.
— Aquí tienes, hijo. — las temblorosas manos de Layla dejaron un pequeño trocito de pastel en la mesa frente a Jaemin y sin tardarse mucho le entregó una cuchara también. Jaemin le agradece de inmediato y recibe una sonrisa brillante de vuelta. — ¿Tú también quieres, Jeno?
Layla le mira con ojos brillantes, tan parecidos a los de Jaemin que sabe que sería incapaz de decirle que no. Ella estaba emocionada de que probaran la primera comida que cocina en años, la que estuvo practicando durante meses.
Jaemin, Hyunjin y su padre le dieron miradas discretas mientras se llevaban la cuchara a la boca. Hyunjin incluso lo pateó por debajo de la mesa para que contestara.
— Me encantaría — dijo, acompañado de un risilla incomoda imperceptible para Layla.
— Eh, eh, eh — el padre de los hermanos se levantó rápidamente de su silla, tomando los cubiertos para el mismo entregar la siguiente rebanada antes de que Layla lo hiciera — Yo le sirvo a Jeno, mientras trae a los cachorros para que Hyemin le muestre a Jaemin lo que descubrimos.
— Es cierto. Lo había olvidado — Layla se quitó el delantal cubierto de una mezcla de ingredientes y tironeo el cuello de su camisa para acomodarla — Enseguida vuelvo.
Nadie habló hasta que los pasos de Layla en la escalera dejaron de oírse.
— No es necesario que comas si no gustas, Jeno. — le dijo el padre de los hermanos — Layla mejoró mucho estos meses en todo aspecto, pero el tema de cocinar aún le cuesta. Por eso esta tan nerviosa y ansiosa, aunque debo admitir que esta vez supero mis expectativas.
— Las mías también — comentó Jaemin, limpiando los restos de crema en la cuchara con su lengua. Jeno desvió la mirada. — Ya no se siente tan fuerte el sabor a huevo.
— Y el azúcar opaca lo desabrido de la última vez — agregó Hyunjin — No esta malo, pero tampoco excelente. Aunque no te recomiendo probarlo si aún te sientes mal del estomago.
— Yo no... — Jeno suspiró. No quería que Jaemin se enterara.
— ¿Estás mal otra vez? —preguntó, buscando la mirada de su pareja.
Jeno llevaba días diciendo que se sentía extraño, que sentía su cuerpo afiebrado y dolía cuando la ropa le rozaba mucho. Lo había acompañado a una revisión médica. Solo dijeron que era por la adaptación de su lobo y que con pastillas se quitarían las molestias.
— Sip. Por eso también nos vinimos antes. — contestó Hyunjin ante el silencio de Jeno, pero Jaemin no le quitó la mirada de encima a su alfa. — El entrenador estaba lo suficientemente borracho como para ser un latoso que le insistía para que tomara y disfrutara. Jeno se tomo una cerveza solo para que lo dejaran en paz, pero le pego fuerte porque no trago comida durante toda la tarde. Así que me insistió para que yo manejara de vuelta y nos fuimos.
— En ese caso deberías comer, hijo. Tener el estomago vacío no es bueno, mucho menos si estas en recuperación. — dijo el mayor de la habitación.
— Encargaré comida para cuando lleguemos a casa y no te dejaré levantarte de la mesa hasta que te la acabes — declaró. Se colocó de pie y reunió los platillos utilizados, quitando incluso el de Hyunjin, quién ni siquiera había terminado.
— Oi..
— ¡Nana~! — dos pequeñas figuras descalzas corrieron hasta agarrarse de sus piernas, justo antes de que tomara los guantes para lavar los platos sucios. Tras ellos llegó Layla, con el cabello despeinado y dos pares de zapatillas en las manos. — ¡Mira Nana, mira! — Hyemin tironeo de su brazo hasta hacerle acuclillarse.
Hyemin abrió su boca con sus pequeños dedos, mostrándole a Jaemin la dispareja hilera de dientes de leche y esos dos montículos filosos que comenzaban a asomarse.
— ¿Acaso me engañan mis ojos? — Jaemin presionó las mejillas de Hyemin para poder ver mejor sus nuevos colmillos — Ya eres toda una lobita feroz. — la niña rio feliz cuando su Nana le llenó la carita de besitos.
— ¡Nana, mira, yo también tengo que mostrarte algo! — esta vez fue tironeado por Minjun y fue cosa de un parpadeo para que el pequeño ser humano adquiriera otra forma y pelaje.
Sintió un tirón en el borde de su pantalón que lo hacia avanzar hasta el centro de la cocina, donde fue abordado por otra pequeña figura peluda, una que jamás dudaba en seguir a su hermano en sus travesuras. Ambos movían sus colas mientras intentaban hacerlo caer.
— Desearía ser capaz de transformarme así de rápido. — rezongó Jeno, mirando con envidia la facilidad de los cachorros para cambiar de forma.
— ¡Minjun y Hyemin! ¡Recién les coloqué la ropa! — Layla les habló con dureza, ante lo que los cachorros dejaron de mover sus colas. — ¡Vuelvan a su forma humana! ¡Ahora!
Tal parecía que Layla no era la única que tenía problemas para adaptarse a las costumbres humanas. Siendo demostrado cuando los cachorros corrieron escalera arriba sin importarles el resbalarse y chocar.
— Estos niños.
— No seas dura con ellos. Vivieron toda su vida como lobos, así que debe ser más complejo el ir a dos patas.
— Lo sé, pero habíamos llegado a un trato con lo de las travesuras — Layla de dejó caer derrotada en el asiento — Lo siento, Jaemin, otra vez arruinaron tu ropa.
Jaemin observó la tela; — Pues solo esta un poco babeada, no te preocupes.
— No hablo de esa. — recién ahí todos se dieron cuenta de la agujereada tela colgando de uno de los brazos de Layla — Estaban tironeando tu suéter cuando fui por ellos. — Layla le entregó la prenda.
Jaemin lo recibió con una sonrisa y lo extendió para intentar reconocerlo, más su expresión se desvaneció cuando la realización le golpeo.
Ese suéter, acaso no era...
— ¿No es ese el suéter que perdí hace ya un tiempo? — dijo Jeno.
— Ay, dios.
Esa noche, luego de volver a casa y mientras tomaba una ducha, su teléfono sonó. Jaemin no fue consciente de ello, estando demasiado perdido en sus pensamiento, hasta que Jeno tocó la puerta para informarle.
— Contéstalo tú — dijo.
Era demasiado raro que lo llamaran tan tarde en la noche. La única llamada que esperaba, de momento, era la de su entrevistador, pero sabía que no le hablarían a tales horas.
— Mmm... No sé si quiera hablar contigo en este momento... Está en el baño ahora.— la voz de Jeno se filtro por la ventanilla de ventilación. Se le notaba una tonalidad extraña, como si hubiera engrosado su voz para parecer amenazante. — Tenemos un viaje mañana, así que es complicado... ¿Y si le dejas un mensaje?... No, no me siento cómodo dándole yo esta información. Creo que es mejor que esperes un poco, ya debe estar por terminar.
Jaemin se apresuró a vestirse. Abrió la puerta justo cuando Jeno iba a tocar, encontrándolo con su pijama puesto y sus labios fruncidos. Jaemin le miró sin comprender su expresión. Jeno le extendió el teléfono, siendo posible para el omega el ver aquel numero desconocido. Jaemin dejó de secar sus cabellos con la toalla, la dejó sobre sus hombros y finalmente contestó la llamada con cautela.
— ¿Hola? — sintió la respiración inestable al otro lado de la línea. Jeno se colocó tras él para empujar sus hombros en dirección a su lado de la cama. Le sentó y colocó la toalla sobre sus cabellos de nuevo, dando masajes suaves a su cuero cabelludo. — Sí no dices nada, cortaré.
— Hola, Jaemin...
Jaemin miró a Jeno totalmente confundido e intentando comprobar si esto era real. Pudo sentir su sangre hirviendo cuando el alfa frunció sus cejas.
Era real.
— Necesito hablar contigo, claro, solo si quieres.
— Ren... Jun.
En contra de lo que había deseado hacer apenas se dio cuenta de quién se trataba, Jaemin no colgó la llamada. Quizá se debía a que aún le guardaba un poco de cariño, quizá no deseaba postergar algo que en algún momento pasaría o quizá solo necesitaba desahogar todos aquellos malos sentimientos que aún herían su corazón. No lo sabía, y quizá nunca lo haría.
Tenía algo atorado en la garganta. Tantos insultos y quejas aguardaban por su turno para salir que Jaemin pensó no lograría decir algo coherente, pero no. La conversación increíblemente fue mucho más madura de lo que había imaginado. No hubo insultos, no hubo gritos, no hubo llanto, así como tampoco hubo perdón.
Algunos quizá lo catalogarían como alguien sin corazón, incapaz de perdonar, un rencoroso sin más. Gran parte de la población cree que solo puedes conseguir estar en paz sí perdonas a quién te daña, que olvides cada palabra y que borres cada cicatriz, pero para Jaemin no era así. Él creía que perdonar a alguien solo porque es lo moralmente correcto era como poner una curita con la palabra "perdón" sobre una herida abierta, esperando que con ello deje de doler.
"Ay, pero seguro se arrepiente de lo que hizo"
Sí, seguro que sí. ¿Pero en serio debe fingir que nada paso para que él pueda vivir en paz, como si nada hubiera pasado?
"Las personas pueden cambiar. Lo estas condenando"
Si, cambian, pero sí es él quién hizo algo mal ¿Porqué Jaemin debería sentirse mal por dañar a quién no dudó en dañarlo? ¿Sí alguien puso en riesgo tu vida, deberías minimizarlo a un "pero se disculpó"?
Claro que no.
Comprendía que Renjun estaba siendo abusado por quién también abusó de él en un pasado, que Renjun huyó para salvar su vida y ayudó para que otras personas pudieran dar con él.
Toda persona viene al mundo sola y toda relación social es temporal. Puede que en un futuro Hyunjin y él se peleen y distancien, puede que nunca pueda formar lazos con Layla, incluso puede que Jeno y él terminen su relación en algún momento. La diferencia está en que todas esas personas fueron capaces de poner sus vidas en riesgo por él, y jamás le solicitaron una disculpa por ello. Mientras, Renjun eligió salvarse solo.
Incluso mientras colgaba el teléfono, su decisión no vaciló. Al menos para ese minuto exacto de su vida, el terminar su amistad con Renjun era lo que necesitaba para sentir sus pies más ligeros.
Quizá se arrepienta después de un tiempo, o puede que no. De todos modos, esa sería una preocupación para el Jaemin del futuro.
Ahora solo debía preocuparse de que Jeno no quemara su cabello con el secador, mientras él intentaba poner en orden sus ideas para tocar el tema que no dejaba de dar vueltas en su cabeza.
Y ese momento fue cuando ambos estaban recostados frente a frente, en medio de la noche.
— ¿Por qué no quieres tener sexo conmigo?
Jeno dio una exhalación temblorosa, sabiendo que Jaemin notó su comportamiento un tanto raro durante los últimos días. Aunque tampoco es como si hubiera tratado de disimularlo. No le dejaba tocar mucho su cuerpo y detenía sus besos cuando las cosas subían de temperatura. Era obvio que algo había pasado.
Jeno suspiró, tomándose un tiempo para analizar el rostro de su omega iluminado por la luna. No hacia falta preguntarle para saber que realizar aquella pregunta le había requerido una gran cantidad de valentía para hacerla. Y el solo pensamiento le hizo sonreir.
— Es por miedo, Nana — se sinceró, y antes de que Jaemin pudiera contestarle prosiguió — Me acostumbre tanto a tener solo a mi lado humano que esta nueva presencia se siente un poco amenazante.
— ¿De que manera? — Jaemin se acomodó más cerca de su alfa, logrando percibir cuando la respiración de este se aceleró.
— Pues, me siento susceptible a perder la cabeza con situaciones que antes podía dejar pasar. Siento que mi cuerpo esta tan inestable que en algún punto puedo perder el control. No tienes ni idea de como se siente cuando hueles mínimamente a otras personas, sin importar que sean omegas o betas. Mi lobo se vuelve demasiado territorial cuando se trata de ti. Ni siquiera te puedes imaginar todo lo que pasa por mi mente cuando siento tu piel contra la mía. — el cosquilleo en el vientre de Jaemin le incitó a acercarse aún más al alfa, teniendo la valentía de cruzar una de sus piernas por sobre el cuerpo de Jeno, quién gruño en advertencia — No es una buena idea que estés tan cerca, Jaemin. Antes era fácil detenerme cuando tú lo pedias, pero en este estado es probable que sea muy bruto contigo, que te lastime.
La mano de Jaemin viajó hasta acariciar la mejilla del alfa, quién endureció su mandíbula y cerró su mano sobre la cadera del omega para alejarlo de ser necesario. La nariz del omega chocó contra su manzana de Adán al intentar olfatearle.
— De haber querido algo suave me hubiera mentido con un omega, alfa — susurró lentamente, dejando un suave beso en la garganta de Jeno.
El aroma a su alrededor se hizo abrumador. Las feromonas de Jaemin estaban despertando ese lado que intentaba mantener bajo control y aún así, era incapaz de alejar el cuerpo del omega.
—Jaemin, no... — dejo la frase al aire. Los labios en su cuello no le dejaban pensar con claridad. — No deberías...
— Quizá todo se sienta mejor una vez me marques. Tal vez eso sea lo que necesita tu lobo ¿No crees? — endulzó su voz, tratando de seducir a Jeno — ¿O es acaso que no quieres?
— Sí quiero... En serio quiero marcarte tan mal. Quiero que me pertenezcas en todos los sentidos. — gruñó ante la pequeña mordida dada por su omega y sus ojos titubearon dorados por un segundo. Llevó su mano hasta la nuca del omega, separándolo de su escondite para mirarle el rostro. — Quiero follarte hasta que te quedes sin voz y que supliques por tu orgasmo. Quedar tan destruidos que necesitemos de días completos para recuperarnos. Quiero ver tu expresión de gozo y tus labios rojos de tantas mordidas... — los belfos de Jaemin se separaron ante el pulgar que acarició entre ellos. Su pulso se mantenía descontrolado y estaba expectante al siguiente movimiento de Jeno. — Pero por ahora me tendré que conformar solo con mi imaginación, hasta terminar mi tratamiento médico. Así que no intentes tentarme, pequeña fiera.
Y así como así, Jeno le otorgó la vista de su espalda y dio las buenas noches.
Y lo único en lo que Jaemin pudo pensar, además de que eso había sido demasiado caliente, fue en aquel viaje que de seguro sería una buena oportunidad para poner a prueba la fuerza mental de Jeno.
Nueva portada, por si no lo notaron -ㅅ-
Para el próximo cap quería darles algo +18, pero hay que ver que sale primero jsjsjs con lo mala que soy para escribir esas escenas de seguro termino llorando sangre.
No sé cuando lo publique, ya que estoy encargada de hacer el guion de 2 proyectos audiovisuales, sooo ténganme paciencia.
Una vez publicado el siguiente y último extra, será el fin oficialmente.
Los amooooo.
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