Capítulo 37
TW!: contenido sexual explicito. Paso a recordarles que esta historia siempre ha tenido la etiqueta de "Contenido maduro"
— Idiota — con sus dedos extendidos alejó el rostro de Jeno, quien rio al ser empujando hacia atrás. Jaemin quitó la mano situada en su espalda baja y, asegurándose de que su camisa no se subiera, dio vuelta su cuerpo hacia el otro lado. — De milagro no te paso nada al transformarte y ya andas de hormonal.
Jeno arrastró su cuerpo a través de suelo, sin abandonar en ningún momento aquella expresión juguetona que hacía medias lunas sus ojos. Su pecho tocó la espalda de Jaemin, quién no alcanzó ni a reaccionar cuando una de las piernas del alfa se posó sobre las suyas, imposibilitando cualquier movimiento. El calor invadió su rostro demasiado pronto y tuvo que tocar su frente para asegurarse de que no fuera la fiebre volviendo, lo cuál no era. Solo estaba sintiéndose nervioso como cada vez que estaba con Jeno.
— ¿Y tú, que me dices? — Jeno dejo su brazo colgando en la curvatura de la cintura del omega, recibiendo un estremecimiento a cambio que le causo gracia ante lo sensible que estaba al contacto. — Yo al menos tengo razones válidas con las que defenderme ¿Pero tú? Se supone que tu lobo está muy débil como para estar sintiendo otra vez los efectos del celo. Tú mismo me lo dijiste antes.
Claro que lo había hecho, maldita sea. Si no le hubiera asegurado a Jeno que era casi imposible entrar en celo otra vez porque su lobo parecía adormecido, ahora podría estar usando a su omega como excusa ante el obvio deseo sexual que comenzaba a despertar de manera lenta, construyéndose paso a paso en la zona de su vientre.
— Pues dime cuáles, a ver — le retó apresuradamente, girando tan solo su rostro para ver a Jeno, pero solo alcanzando a atisbar de reojo su perfil. — Yo catalogaré su validez.
El alfa emitió un sonido desde su garganta, como si estuviera pensando y analizando lo que diría.
— Pues en primer lugar yo solo mencioné que debíamos hacerte entrar en calor. Realmente lo que hayas imaginado o interpretado no tiene que ver con nadie más que contigo mismo y tus hormonas. — la punta de su nariz chocó contra la nuca de Jaemin, amando la manera en que su aroma parecía concentrarse a lo largo de todo su cuello. La fragancia entraba en su sistema como un soplo de aire frío, siendo inevitable el que su voz bajara un tono ante la frescura, expresando su placer mediante el gruñido construyéndose dentro suyo — Pero, si así lo quieres, puedes pedirme que recree lo que quieras para atenderte mejor. Estoy a tu completa disposición, mi omega.
Jaemin tuvo que tragar, incluso cuando la saliva en su boca aun no era la suficiente como para que su cuerpo lo hiciera de forma automática. No sabía que contestar ante aquello y Jeno lo sabía, lo sabía y disfrutaba el poner a prueba sus nervios mediante sus insinuaciones. El alfa llenó sus pulmones del aroma a lavanda, embelesado en su máxima expresión. Las tiernas caricias sobre la piel de su nuca habían comenzado su viaje por el costado expuesto de su cuello, siendo posible para el omega el sentir como Jeno alzaba su rostro para llegar hasta su mandíbula con sus cortos besos.
Un estremecimiento recorrió su cuerpo completo y de sus labios emergió un suspiro entrecortado. Su cabeza se inclinó para darle más espacio al alfa, quién no desaprovecho la oportunidad para succionar la piel bajo su oreja; una zona demasiado erógena para Jaemin. El suave jadeó emitido por el menor fue el anuncio de que Jeno estaba haciendo un buen trabajo y que estaba haciendo sentir bien a su pareja.
— Te daré la razón en ese — su voz se notó demasiado rasposa, ante lo que tuvo que carraspear, recibiendo a cambio una mordida que obligó a su corazón a bombear más rápido para energizar el despertar de ciertos lugares — ¿Y-y las otras? Hablaste en plural hace un rato. ¿Hay más razones, no?
— Mmnh — reafirmó, afianzando su mano en la cadera de Jaemin al presionarlo más contra si mismo. Si fuera posible le gustaría que no existiera ni un solo centímetro entre sus cuerpos. — Tengo en mi poder otras dos pruebas que evidencian al señor Na Jaemin como el verdadero hormonal en este lugar.
Jeno no espero que Jaemin le pidiera demostrárselo para comenzar a moverse. La mano en la cadera del omega subió por el costado del menor hasta cruzarse en su pecho, donde se quedó acariciando uno de los montículos que se alzaban a través de la tela de vestir. La corriente eléctrica atravesando su columna fue automática. Pudo sentir como su espalda se arqueaba levemente y su trasero se presionaba hacia atrás, hacia el cuerpo del alfa hormonal tras él.
Jaemin sonrió al escuchar otra vez el bajo gruñido del alfa. Sabía que, a este punto, la conversación que estaban manteniendo era una completa estupidez y una excusa para tocar sus cuerpos mutuamente. Y le gustaba, incluso deseaba que el pelinegro tocara directamente su piel. Esta vez su apetito sexual era dominado completamente por su parte humana, no era su omega el que se estaba dejando llevar por su alfa, era su lado humano incitando a Jeno para poseerlo.
Porque esta vez había sido la primera en que se dejaba llevar por sus deseos. No tenía que complacer a ningún alfa, no tenía que sentirse culpable por acostarse con alguien que no quería, no tenía que ocultar su deseo por el miedo a ser tratado de "necesitado", mucho menos debía sentirse asqueado de ser utilizado. Y la prueba estaba ahí, en la forma en que Jeno sujetó su mandíbula para girar su rostro y poseer su boca de forma tan errática, como si estuviera al borde de perder el control, en la forma que a pesar de poder sentir la erección contra su trasero, Jeno no le estaba obligando a nada, en la manera en que el alfa se estiró para que él no tuviera que mantener su cabeza en una posición tan incomoda mientras recorría y saboreaba sus labios, en la mano que dejó su mandíbula y regresó a piñizcar y acariciar los montículos alzados por sobre la ropa, tan concentrado en hacer sentir bien al otro que dejaba atrás su propio placer.
Jeno ingresó su lengua casi desesperado, haciéndoselo notar a Jaemin a través de las irregulares exhalaciones que chocaban con sus mejillas. Irónicamente quién le estaba dando placer era quién estaba sintiendo con más fuerzas sus efectos.
El alfa sabía que debía informarle a Jaemin sobre lo acontecido tan solo horas antes; debían hablar de Hyunjin y SeongJin, pero en ese momento no se sentía como algo urgente, más bien lo sentía como algo innecesario que solo rompería la atmosfera tan íntima que se estaba creando. Solo quería quedarse besando y atendiendo a Jaemin por unos minutos más, después de todo habían estado demasiado tiempo alejados como para pensar en separase. Al volver se crearía un gran revuelo por la aparición del desaparecido omega y la muerte de SeongJin, por lo que no sabía si es que tendrían la misma tranquilidad de ahora.
El mayor se separo con la respiración acelerada. Apoyo su nariz y boca sobre la mejilla del omega, aprovechando la posición totalmente recostada de Jaemin para pasarse al otro lado de su cuello mientras intentaba regular su respirar. Sin poder evitarlo, situó sus dilatadas pupilas en el ultimo vestigio del pasado alfa de su omega. Le costaría cicatrizar, pero esperaba que no fuera doloroso en absoluto. No quería más dolor para su pequeño angelito.
La mandíbula del alfa se tenso cuando pudo sentir algo tirando de su corazón e incitándolo a acortar la distancia con la sonrosada piel. Otra vez estaba sintiendo la necesidad de morder exactamente ese lugar, como hace mucho tiempo sucedió en su casa, y tal como esa vez, lo hizo. Jaemin encogió su cuello y un pequeño gemido dejo sus labios. Jeno se alteró al pensar que una vez más se había dejado llevar y había lastimado al omega. Levanto el rostro imaginando los ojos llorosos de Jaemin, esperando ver la misma reacción de aquella vez, pero aquello no ocurrió.
La respiración se le corto cuando pudo ver los hinchados labios de Jaemin, acompañados de sus sonrojadas mejillas y sus brillantes ojos dilatados. Era la viva imagen del placer y erotismo a los ojos de Jeno, un completo pecado.
¿Cómo había aguantado tanto sin esto en su vida? No lo sabía.
— Fue un impulso. Perdón — ocultó su rostro en la curvatura del cuello del contrario, casi seguro de que este se encontraba molesto con él. Tenía la costumbre de arruinar los momentos de este estilo. — ¿Te duele mucho?
Espero unos segundos, pero al no recibir respuesta decidió investigar la razón.
— ¿Jaemin?
— No me duele para nada... — más bien se sintió increíblemente cachondo con eso — ¿Por qué debería...?
¿Por qué me debería doler? quiso preguntar, evidenciando su confusión mediante sus cejas arqueadas.
Era cierto. Como aquella marca fue hecha por otro alfa, lo normal sería que le provocara dolor el ser mordido en el mismo lugar por otro cambiaforma, no que le enviara una potente oleada de placer por todo el cuerpo como si fuera algún afrodisiaco. ¿Cómo era posible?. Observó a Jeno sin ser capaz de completar sus palabras, intentando encontrar una razón en el rostro que le observaba preocupado mientras aún lo sostenía entre sus brazos.
Había aceptado a Jeno como su alfa de manera interna, más nunca se llevó a cabo alguna mordida para oficializarlo debido a que el lobo de Jeno no era capaz en ese entonces. Incluso si no quería pensarlo de aquella manera y siempre estaría en contra de aceptarlo, él le pertenecía a SeongJin... SeongJin, repitió en su mente, exaltándose al recordar de golpe las razones por las que se encontraban ahí y las circunstancias de las que había escapado. Había dejado a Jeno, Hyunjin y a la omega con el demente de SeongJin. No podía decir que no se imaginaba lo que había pasado, porque el ardor previo de su cuello y su casi desmayo solo podía deberse a una situación; SeongJin seguramente había muerto o estaba muy mal herido. El dolor era inevitable, pero estaba seguro de estar pasándola mucho mejor que muchos de los omegas afectados por un lazo roto, no se sentía morir al menos, ahora no. Pero y si... y si algo había pasado entre la pelea, y si alguien había resultado herido y el estaba ahí ignorando completamente la situación.
La ansiedad lentamente comenzó a asesinar el placer de las mariposas en su estomago y las reemplazo con la sensación de vacío en toda su pancita; — ¿No paso nada malo, cierto? ¿Están todos bien? ¿No tienes ninguna herida o sí? ¿Y Hyunjin, donde está? La-la omega que me trajo aquí volvió a donde estaban ustedes, creo ¿No la...?
La manta sobre su cuerpo se deslizó hacia abajo cuando el cuerpo de Jeno se sitúo entre sus piernas. Podía sentir como los fuertes muslos del alfa chocaban contra la desnudez de los suyos, y aquello hubiera sido suficiente como para derretirle si no fuera por la angustia que estaba comenzando a aumentar de intensidad en su interior. No podía creer lo tonto que había sido como para olvidarse de algo así.
Jeno gruño desde el fondo de su garganta mientras situaba sus manos en la cintura del omega para que dejara de hacer el intento de colocarse de pie. Su ceño se frunció profundamente cuando vio las pequeñas gotas de transpiración comenzar a aparecer y la piel sonrosada volverse pálida. Jaemin estaba entrando en algún estado de pánico y era peligroso que su mente estuviera yendo con tanta velocidad en esos momentos, donde no solo estaba físicamente débil por la escasa ingesta de alimentos, sino que tampoco contaba con la fuerza de su lobo como para generar energía.
— Ni intentes ponerte de pie que de todos modos no llegaras muy lejos sin perderte. Debes descansar — las grandes manos acariciaron los suaves muslos del omega cuando este se dejó caer de vuelta al duro suelo — Te pondré al corriente de lo que paso, pero necesito que te tranquilices primero.
Jaemin asintió, sabiendo que era cierto lo que Jeno decía.
— SeongJin murió. — dijo sin suavizarlo, aunque le ocultaría por ahora el hecho de que él fue quién disparo primero para no estresarlo. Estaba afectado y tenia miedo de lo que pasaría al regresar a la civilización, por eso quizo atrasar esta conversación lo más que pudo y disfrutar de su tiempo juntos mientras era posible. — La omega le disparó cuando quiso atacar a Hyunjin.
El escalofrío fue automático. Era extraño e irreal, así como un poco shockeante, pero no podía negar que en algún momento de su vida había deseado que esto ocurriera. Sabía que no era correcto el desearle la muerte a alguien, pero es que SeongJin había sido tan cruel con él que su moralidad había sido pisoteada múltiples veces al imaginarlo sin vida.
— ¿Y-y donde esta Hyunjin?
Jeno suspiró sonoramente, conociendo de antemano la obvia preocupación que sentiría ante la puñalada que su hermano recibió mientras intentaba defenderse.
Jaemin se asustó.
— No te mentiré —Jeno volvió a acomodarse al costado de Jaemin, buscando la tela que previamente los tapaba para colocarla de vuelta. — Hyunjin resulto herido -pero antes de que te exaltes — se apresuró a frenar las palabras que sabía saldrían de la boca del omega — No fue nada grave, puedes creerme. Seungmin pudo sentir que algo andaba mal y pudo llegar fácilmente a donde estábamos. Layla, la omega, le ayudo a llevarlo hasta el hotel en lo que yo te buscaba.
Jaemin le analizó en busca de algún indicio de estar mintiendo, más no encontró nada.
— ¿Más tranquilo? — subió su mano solo para apartar los mechones de cabello que estorbaban en la frente de Jaemin.
— Si — afirmó después de suspirar.
Entonces ambos se quedaron en silencio hasta que Jeno le ordenó dormir en lo que el iba a encargarse de algo afuera. Jaemin solo pudo emitir un sonido afirmativo mientras lo veía colocarse de pie y salir de la cueva. Siendo imposible para él evitar ver la erección presionada por sus pantalones que se le marcaba a cada paso y recordándole que el no estaba en una situación muy diferente al alfa. Solo pudiendo resignarse a dormir de aquella manera.
Intento esperar hasta que Jeno volviera, pero el cansancio hizo de las suyas y le hizo caer al mundo de los sueños.
— Mierda — gimoteó Jaemin, asegurándose con la vista de que Jeno aún estuviera dormido e ignorante de lo que estaba haciendo en ese momento, reanudando el movimiento de su mano cuando no pudo sentir cambio alguno en el patrón de respiración del alfa — Mmh~
Seguramente no habían pasado ni siquiera diez minutos cuando Jaemin despertó de la siesta por la sensación de su pene al ser estimulado contra uno de los muslos de Jeno. En algún momento este había introducido una de sus piernas entre las del omega al dormir, pasando a llevar su miembro cuanto intentaba acomodarse sobre el duro suelo.
Jaemin tuvo que resignarse a que esta no disminuiría si no se masturbaba, por lo tanto tampoco podría dormir bien hasta hacerlo. Podía incluso verlo palpitar desde donde estaba, demasiado erguida y brillante como para fingir que no necesitaba tocarse. Así que se alejó lentamente del alfa y giró su cuerpo, dándole la espalda al alfa que lograba estimularle incluso mientras dormía.
Acarició la cabeza brillante por el liquido pre-seminal, moviendo su mano repetidas veces en el lugar para tomar la mayor cantidad de la brillante sustancia y esparcirla hacia abajo. Su boca se abrió levemente ante el aire que entraba circulaba en la cueva, mismo que le producía la sensación de tener la respiración de alguien justo sobre su polla. Le hacia imaginarse que era Jeno quien lo hacia, mirando de cerca como descaradamente se acariciaba los testículos, dándole aliento para que continuara.
"Sigue así, bebé"
"Presiona un poco más. Exactamente así"
"Tal parece que tu polla también puede llorar ¿Eh? ¿Quieres que quite esas lagrimas por ti?"
"Te ves demasiado caliente. Debería ayudarte antes de que te incendies ¿No?"
Maldita sea. Nunca había deseado tanto que alguien tocara su cuerpo, que lo lamieran por todas partes, que le hablaran con palabras que lo avergüenzan, que lo follaran y destrozaran, que no pudiera caminar o de que sus rodillas dolieran al día siguiente por dedicarse tan fervientemente a comerle la polla a Jeno. Quería hacer jadear y gemir a su alfa, ver su rostro con una expresión distorsionada por el placer, hacerlo eyacular cuantas veces quisiera, tortúralo tanto como él le tortura, hacerlo retorcerse del placer.
Pudo sentir como su lubricante natural salía en cada contracción que su agujero daba, llorando por tener algo dentro, específicamente a Jeno dentro; clavándolo y maltratándolo. Necesitaba fervientemente a su alfa corriéndose dentro suyo para bajar el calor abrazador que le quemaba las entrañas.
Jaemin se vio en la obligación de morder su mano para ahogar los jadeos. La piel de su frente y cuello estaba brillante, al igual que sus mangas humedecidas por culpa de su goteante miembro. Tuvo que aumentar la velocidad cuando un escalofrío recorrió su cuerpo entero, incrustando con más fuerza sus dientes en su piel, pero siendo casi imposible el ocultar absolutamente todos sus jadeos.
Su pene estaba tan hinchado que pensó sus venas reventarían de no correrse pronto. Necesitó bajar la mano de su boca, cortando el hilo de saliva que quedó uniéndolas para moverla hasta sus sacos tirantes, llenos de tanto semen que le hizo preguntarse cuanto tiempo había pasado desde la ultima vez que se había masturbado.
Sus pies se encorvaron cuando los indicios de su orgasmo formándose se hicieron notar. Pequeños gemidos comenzaron a acompañar los débiles jadeos cuando apretó aún más fuerte su polla. Pudiendo prevenir lo devastador que sería el momento de correrse, porque nunca antes se había sentido así.
Estaba a punto, sintiendo su pulso incrementar incluso en su mano, cerrando sus ojos cuando los puntos blancos comenzaron a aparecer en su vista. Sus movimientos sin detenerse ni flaquear. En serio creía que dispararía chorros.
Lamentablemente la mano que cubrió su glande justo en el momento adecuado le impidió comprobar sus suposiciones.
Jaemin chilló y lloriqueo ante el ardor que aquello le causo. Su espalda se encorvó ante el doloroso placer de no poder correrse y de sus labios emergió el gemido más roto que Jeno le había oído hasta el momento. Sonaba destruido, y aquello encendió un lado de Jeno que deseaba escucharlo aún más devastado.
— ¡Jeno!... — tiró su cabeza hacia atrás, buscando aire desesperadamente ante la mirada depredadora del alfa. Sus delicadas uñas se enterraron en el fuerte antebrazo del alfa que seguía negándole su liberación — ¡Y-yo quiero... Por favor! — le rogó.
— ¿Qué paso, mi pequeño y desconsiderado omega? — su negro cabello se inclinó hacia abajo cuando este se situó sobre el tembloroso cuerpo de Jaemin, sin quitar su dedo pulgar de la abertura de su polla. Sus facciones totalmente contrarias a la ya acostumbrada expresión suave, ahora lucía más duro, parecido a cuando esta enojado — ¿Acaso quieres que te conceda el placer de correrte cuando me dejaste fuera de la diversión? — Jaemin solo pudo asentir ante la mano que acariciaba el interior de su muslo mientras la otra se movía levemente sobre la punta de su pene, torturando su sensible cabeza aún más — Mmmh, eso no suena muy justo de tu parte. ¿Dónde queda mi diversión ahí? — su rostro se inclinó con fingida tristeza — Creo que debería de castigarte ante tu desconsideración ¿No crees?
Jaemin se quedó sin palabras, incapaz de reconocer aquella faceta tan burlesca y dominante de Jeno. ¿De verdad lo estaba castigando por masturbarse? Increíblemente caliente. Había superado sus expectativas.
Sus labios fueron atacados sin opción a reclamos. La lengua de Jeno forzó la entrada a la boca de Jaemin, haciéndolos tronar en cada separación y provocando que sus comisuras se mancharan con la saliva de ambos.
Cuando quiso darse cuenta su camisa ya estaba por sobre sus pezones, lo cuales estaban siendo maltratados por los dedos de Jeno sin compasión alguna. El pelinegro soltó sus labios, lamiéndolos cuando ya estuvieron separados para cortar el hilo de saliva. Luego bajo por sobre el pecho, remplazando sus dedos por su caliente lengua; succionando y mordiendo al punto de ser doloroso. Y Jaemin no podía entender como es que el dolor podría mutarse en tanto placer como el que estaba sintiendo.
Jeno aprovecho el estado disociado del omega para desabrochar su propio pantalón. ante su dolida erección. Se había deshecho de ella hace solo unos minutos y ya estaba malditamente de vuelta. Dejó caer el pantalón por sus caderas, lo suficiente para que no le estorbara en lo que quería hacer. Entonces tomo la base de su miembro con una mano, juntándolo con pene de Jaemin, y sin quitar su pulgar del pequeño orificio comenzó a moverse sobre ambos.
Jaemin siseó ante la estimulación. Una mano apretando sus miembros juntos y la otra privándolo de un orgasmo que hace tiempo se había alejado pero que aún le mantenía sensible. Estaba acabando con él de la manera más increíble posible.
— Tu castigo será el no poder correrte hasta que yo lo decida — entonces se molió más fuerte contra la polla del contrario, quién solo pudo presionar sus muslos a la cadera de Jeno, siguiendo el vaivén que el alfa mantenía.
— Y-yo no quería... mnh... Pensé que era m-mejor ¡Dios! — jadeó cuando Jeno aumentó la presión de sus manos, pudiendo percibir perfectamente lo húmedo que estaba entre ambos y el sonido que se percibía desde sus miembros restregándose juntos con ayuda del liquido preseminal.
— Bebé, tu ni siquiera deberías de pensar — con una expresión de fingida compasión soltó el pequeño montículo ya rojo de tanta mordida — Mientras me tengas a mi, tú solo debes pedir. — una sonrisa se asomó por su comisura, entrecerrando sus ojos mientras se alejaba del cuerpo el deshecho omega.
Jaemin le miró expectante, sin saber la razón de imponer tanta distancia entre sus cuerpo ahora. Claro que lo pudo comprender cuando el rostro de Jeno se perdió entre sus piernas abiertas y un aliento cálido rozó su polla antes de ser envuelta por una calidez que le obligó a tirar de las hebras negras.
Podía sentir la lengua del alfa recorriendo sus venas y las mejillas ahuecándose para darle un mejor recibimiento. Jeno subía y bajaba su cabeza hasta el punto en que pudo sentir como su pene chocaba con la garganta del contrario. Quiso preguntarle si eso había dolido, pero solo pudo tirar de su cuello hacia atrás cuando una succión increíble volvió a construir el nudo en su vientre.
— Je-Jeno — gimoteó, sus ojos cerrados temblando ante las oleadas de placer que le producía el ser lamido de esa manera. Sus dedos se tensaron en el cuero cabelludo de Jeno antes de pasar rápidamente a tirar de su cabello cuando Jeno delineó con su lengua el orificio en su glande — ¡A-alfa! — creyó se pondría a llorar de lo bien que se sentía. Ahora podía entender el porque su antiguo alfa insistía tanto en recibir esto de parte del omega. Se sentía increíble, pero demasiado abrumador para ser su primera experiencia. Sentía que se correría en nada — Es...es demasiado, Jeno. Yo nunca, n-nunca logré, mierda... nunca me la habían chupado tan bien.
Los ojos dorados de Jeno se mantuvieron sobre su rostro incluso mientras lentamente dejaba ir el miembro del omega. Jaemin respiraba de manera agitada, presionando los dedos de sus pies al sentirse tan cerca pero tan lejos del orgasmo cuando el alfa le dejó ir. Su polla rebotó en su vientre, aún demasiado roja y erguida como para estar satisfecho.
— Si vuelves a compararme con algún imbécil, créeme cuando te digo que te joderé hasta que tu culo se vuelva del mismo color que tus mejillas. — la mano de Jeno acarició con suavidad el vientre del sonrojado omega, contrastando la rudeza de sus palabras con sus dulces acciones. — Ya me estoy conteniendo lo suficiente como para no hacerlo ahora mismo cuando te ves tan apetecible. No juegues con mis límites, cariño.
Jeno volvió a engullir la polla del omega, succionando con aún mas ímpetu y apoyándose del uso de sus manos para la base del pene. Quería hacerlo venirse tan fuerte que le fuera posible el ahogarse con su eyaculación, quería vaciarlo hasta que su mente también quedara en blanco.
— J-jeno~ — jadeó más fuerte que las veces anteriores y sus caderas se movieron automáticamente contra los labios del alfa. Fue solo cosa de segundos para vaciarse en la boca de Jeno, quien no lo dejó ir hasta que su miembro volvió a su tamaño normal.
Jaemin tuvo que cerrar sus ojos ante el intenso orgasmo azotando todas sus terminaciones nerviosas, sintiéndose devastado cuando abrió sus ojos para ver al alfa masturbando su propio miembro totalmente recto.
— Date vuelta — le ordenó, ante lo que el omega obedeció de forma lenta ante la nube de placer que aún le rodeaba. — No te follaré, así que no te asustes.
¿Por qué no? quiso rezongar, más la dureza que se situó entre sus dos nalgas le hizo suspirar.
Jeno se sentó en el inicio de las nalgas, acomodando su polla justo en medio del culo del omega. Se elevó un poco sobre el cuerpo y colocó su mano extendida sobre su miembro, balanceando sus caderas por sobre la linea que separa las nalgas y ayudándose con su palma para darle presión.
Jaemin no podía evitar el tensarse cuando sentía el miembro demasiado cerca de su abertura, casi llega hasta el punto de rogarle al alfa que lo jodiera ya, pero solo se quedo quieto mientras escuchaba la acelerada respiración y jadeos del alfa.
En el momento en que este eyaculo lo hizo sobre la espalda del omega.
La próxima vez, se consoló Jaemin, sintiendo como Jeno se quitaba la camisa propia para limpiar con ella su semen.
Entonces Jaemin finalmente pudo cerrar sus ojos y descansar como nunca antes había hecho. Ya después habría tiempo para sentir vergüenza por lo animales que habían sido.
Que vergüenza
—se desaparece—
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