Capítulo 28
Pensó que una vez abriera los ojos la pesadez que sentía desaparecería o al menos menguaría, pero grande fue sus sorpresa cuando su estado de animo pareció convertirse en algo físico. Comenzando por el hecho de que no podía despertar, sus ojos le pesaban seguramente debido al llanto que lo acompaño hasta el amanecer y se sentía mareado.
Se sentó sobre la cama y su entrecejo se frunció ante el esfuerzo. Podía ver como su cuerpo se movía hacia adelante y hacia atrás, pero no estaba seguro si realmente se estaba moviendo o si era debido al mareo. Su cabeza palpitaba y se sentía incomodo, causándole unas ganas tremendas de golpearse con algo a ver si así lograba tranquilizarse.
Quiso ver la hora, siendo apenas las siete de la mañana. Notó que no había dormido más de tres horas, pero su cuerpo se sentía como si hubiera dormido durante una semana. Se sentía adolorido y acalambrado, además de estar con una temperatura corporal más alta de lo normal.
Con extrema lentitud camino hacia el baño, arrastrando sus pies ante la obvia debilidad que estaba sintiendo. Mojó su rostro con agua y vio su reflejo en el espejo. Prestó especial atención cuando vio como el negro de sus pupilas había devorado el resto de su iris, dándole el aspecto de un drogado.
— ¿Qué... ? — con la yema de sus dedos acarició la pálida piel de su rostro, sintiéndola demasiado seca.
Algo andaba mal, muy, pero muy mal.
Cuando quizo darse cuenta ya estaba cayendo hacia atrás en dirección al suelo. Su espalda baja golpeo de manera dura contra el pomo de la puerta, la cuál reboto en la pared y volvió a golpearle una vez estuvo sentado en el suelo.
Un sonido ensordecedor estaba presente en su tímpano y estuvo consciente de como su vista comenzaba a ensombrecerse. Así que con toda la fuerza que le quedaba decidió arrastrase de vuelta hasta su habitación en busca de su teléfono.
Debía llamar a alguien. Estaba muy asustado.
Lamentablemente cuando logro marcar a Jeno, o eso esperaba, fue consciente del par de pasos que resonaban por el pasillo.
Su corazón se aceleró cuando un extraño aroma se filtro por su nariz. No podía reconocerlo debido a su adormecimiento, pero de seguro su lobo lo había hecho, porque ahora se movía inquieto en su interior.
¿Era solo una persona o eran dos? No tenía ni la más mínima idea.
Su esfuerzo había valido la pena. La llamada fue contestada a los pocos segundos por alguien que no reconoció.
— ¿Jaemin, qué... ?
Entonces la llamada fue cortada por una mano que no era la suya.
Tampoco le servía de nada luchar. No cuando el paño de olor extraño se posó sobre su nariz y boca, no cuando el celular cayó de sus manos directo al suelo, no cuando unas manos le sujetaron desde atrás para que no se moviera, no cuando al girar su rostro pudo ver un tatuaje que le heló la sangre y pudo notar a su madre unos pasos detrás, con su fría mirada de siempre.
Simplemente no podía hacer nada.
Solo pudo aceptar la oscuridad como escapatoria.
Mientras tanto un confundido omega observaba la pantalla de su teléfono, decidido a llamar de vuelta a su amigo.
Pero Jaemin jamás contestó, como tampoco lo hizo el día siguiente, y el siguiente... Y el siguiente tampoco.
Sohyuk no supo más de Jaemin después de la llamada, solo hasta aquel día, donde se encontraba maquillándose para ir a una cita con Juyeon mientras veía las noticias a la espera del pronostico del clima para el día.
— "Nuevamente hubieron disturbios en la comisaria cercana al gran bosque... El hermano asegura que la desaparición tendría que ver con el antiguo alfa del omega, quien no contento con abusar de él también lo marcó hace unos años... El alfa y su amigo, actual pareja del desaparecido, irrumpieron una vez más el trabajo policial alegando por una mejor investigación debido al tiempo que había transcurrido" — Sohyuk observó la televisión cuando una voz se le hizo conocida. Un alfa estaba hablando, pero no le reconocía el rostro. Alegaba acerca de que el alfa siempre fue violento con su hermano y que estaba seguro que su madre estaba detrás de ello, pero todos los periodistas cuestionaban la veracidad de su testimonio, pidiendo por pruebas de ello. — "Es una verdadera pena que aún existan personas con el pensamiento de las generaciones más antiguas. Es por ello que pequeños grupos de omega se han formado y organizado para protestar contra el gobierno. Lo único que piden es protección para ellos e igualdad para omegas hembras y machos, junto a la creación de una ley que los ampare ante este tipo de casos, donde la marca se realiza solamente por el deseo del dominante"
Múltiples imágenes de disturbios le hicieron detenerse para prestar su total atención. Viendo como sus iguales luchaban por algo que a el también le aquejaba, pero para el cuál no tenía el valor de luchar.
— "De momento solo se puede esperar, pero la familia nos pide que de ver a un alfa de estas características, llamado Park SeongJin o al omega llamado Na Jaemin, se avise de inmediato a la policía"
Entonces sintió como todo lo que había comido quería salir y corrió al baño, pero aún después de vomitar no pudo hacer más que mirar la cadena del retrete.
Jaemin estaba desaparecido, y de seguro él había sido la última persona a la cuál llamó.
Entonces todo tuvo sentido.
Hyunjin recorría una vez más el dormitorio de Jaemin, seguro de que la policía no estaba haciendo bien su trabajo y que por ello no se habían hallado pistas.
Intentó rememorar el día en que Jaemin desapareció.
Hyunjin se había quedado toda la tarde en casa de Seungmin debido a una cena con los padres de su pareja. Al final del día se les había hecho tarde, por lo que le invitaron a quedarse en el hogar del menor.
Cuando volvió a su hogar todo parecía estar normal. Su madre miraba hacia la calle por el patio de la cocina, parecía estar pensando profundamente ya que ni siquiera le respondió en cuanto pregunto por el paradero de su padre.
— ¿Mmm? Llego hace poco. Esta en su oficina — le respondió cuando se lo repitió, pero por alguna razón su mente aún parecía estar divagando, a pesar de que esta le estuviera viendo fijamente a los ojos.
Hyunjin la observo por última vez antes de subir las escaleras en dirección a la oficina. Debía consultarle unas cuantas cosas a su padre con respecto a lo que harían a continuación.
El beta se quitó sus lentes y observo a su hijo entrar.
— Hay un olor extraño — señalo Hyunjin. Lo sintió desde que entro a la casa, pero en el segundo piso era un poco más fuerte. — ¿Jaemin ha estado usando su inhibidor? — consultó, sabiendo que aquel olor era parecido al que Jaemin adquiría cuando su inhibidor perdía en efecto sobre su aroma.
— No lo se, no lo he visto desde que llegue. Supongo que estará en su habitación — Hyunjin asintió. Lo iría a ver cuando la conversación con su padre terminara.
Antes de acercarse se aseguro de que su madre no estuviera por el pasillo, tomándose el tiempo de cerrar la puerta con seguro para evitar intrusos.
— Hace unos días fui al prostíbulo para conseguir un poco de información sobre los clientes y trabajadores con los que mamá interactúa, pero de alguna manera todos se negaron a hablar, a pesar de que use la excusa de que pronto el negocio sería mío. Tal parece que compró el silencio de todos. — se dejó caer sobre el asiento frente al escritorio de su padre.
RyukYeon asintió pues lo esperaba. Su esposa tenia mucho poder debido a los tratos con grandes empresarios que se satisfacían en su "negocio", muchos de ellos propietarios de algunas marcas renombradas e incluso uno que otro político.
— ¿Tampoco averiguaste nada de Layla? — los ojos de su padre brillaron a la espera de una respuesta, pero lamentablemente no tenía mucho que compartirle al respecto. RyukYeon lo supo interpretar de inmediato.
— Hable con una de las bailarinas más antiguas, pero solo me dijo que habían intentado venderla al alto mando y no había resultado, ya que un lobo enloquecido atacó el auto donde iba — el beta mordió sus labios, tapando su rostro con sus manos ante lo afectado que se sentía por la noticia. Hyunjin lo miró con pena. — No encontraron su cuerpo en el lugar. Dicen que el aroma a omega estaba presente, pero que muy probablemente había escapado antes de que el lobo asesinara a todos los que iban con ella. Es muy probable que aún este con vida.
RyukYeon suspiro, el alma lentamente volviéndole al cuerpo.
Hyunjin no pudo culparlo, más el dolor de que toda su familia era una farsa aún le hacía sentir incomodo.
No recuerda exactamente cuantas veces había oído las peleas de sus padres, pero si recuerda el momento donde su padre dejo la casa en la que los tres vivían después de que SangHan le lanzara una pieza de porcelana en la cabeza.
Era muy pequeño para saber con exactitud lo que estaba sucediendo, lo único que su cabeza pudo procesar fue que la frente de su papi estaba sangrando y le dolía, deducido por la forma en que su rostro se arrugaba.
Durante unos años fueron solo su madre y él. Hyunjin se había convertido en la única persona importante para ella. RyukYeon venía a verlo de vez en cuando y cada vez que lo hacía, Hyunjin podía notar la felicidad que irradiaba junto a un dulce aroma, tan diferente a como era cuando estaba con su madre que no lo entendía.
La vez que logró comprenderlo fue durante un paseo con su padre. Se suponía que lo llevaría hasta el acuario más grande de la ciudad, al cuál siempre había deseado ir, pero nunca se espero a la bonita señorita de vestido amarillo que cargaba a un pequeño bulto en sus brazos esperando por ellos en la entrada.
Aún recordaba el aroma tan bonito que emanaba. Olía a primavera. Pero lo que más fresco quedo en su memoria fue el pequeño niño de cabellos castaños que le fue acercado.
— Hyunjin. Este es Jaemin, tu hermanito — el bebé le miró con ojos grandes, estirando su manita para intentar tocar su rostro. Su corazón se saltó un latido debido a la ternura — Y ella es mi omega. Se llama Layla.
El alfa los presentó con una sonrisa. La bonita mujer lo miraba con una sonrisa nerviosa, insegura de la reacción del menor ante su nueva madrastra, pero era algo que tenía que suceder. Su alfa había tenido una pareja y un hijo antes de encontrarla a ella. Lo mínimo que podía hacer por el alfa que la salvo de seguir trabajando en un prostíbulo era el intentar conocer a su familia.
— Hola señorita — Hyunjin se inclinó como todo un caballero — Me llamo Hyunjin.
Le estiró su manita. Layla sonrió y se agachó para abrazar a Hyunjin mientras RyukYeon sostenía al pequeño Jaemin. El pequeño de tan solo cuatro años solo pudo restregar su rostro en la omega, porque para él olía tan bonito como las flores.
Su madre nunca se enteró de ello, porque su padre le pidió guardar el secreto.
Y después de tantos años pudo comprender la razón. Simple y llanamente; su madre estaba loca, y era una loca poderosa. Tenía el poder de destruir tantas vidas como quisiera porque el dinero se lo permitía.
Cuando su padre entro de la mano del pequeño de ya tres años, Hyunjin supo que no volvería a ver a la mujer bonita.
Su padre comenzó a parecer cada vez más triste. No tenia ganas de comer o de salir y el hecho de ver en Jaemin la imagen de su omega solo lograba destruirlo más. Había veces que Jaemin lloraba sin parar y nadie iba a verlo. El corazón de Hyunjin se rompía siempre que aquello pasaba, por lo que tomo el rol que nadie más estaba dispuesto a suplir.
Ya siendo un adulto finalmente Hyunjin lo entendió. Su padre había sido un alfa que se transformo en beta al perder la conexión con su pareja destinada, y todo había acabado de la manera que lo hizo.
Layla era un bonito recuerdo de su infancia, más en la de Jaemin parece nunca haber existido.
Su padre le explicó que en su época como alfa, todo después de haberse casado por conveniencia con SangHan, su esposa confió lo suficiente en él como para enseñarle el negocio que su familia mantenía, él cuál se trataba de un poderoso prostíbulo totalmente escondido de las autoridades. Fue ahí donde pudo percibir levemente el aroma floral y desde el comienzo supo que en aquel lugar se encontraba su pareja destinada. Dijo que nunca había visto a una persona más bella en la vida y que no dudo nunca más del amor a primera vista, pero él quería hacer las cosas bien, así que antes de realizar cualquier acción decidió hablarlo con su actual esposa, quién obviamente no reaccionó de la mejor manera y le lanzó todos los utensilios que encontró en la cocina. Entonces decidieron darse un tiempo para pensar. SangHan sabía que desde el inició ya había perdido, que contra el destino que la luna te escoge jamás podrás combatir, pero estaba obsesionada, obsesionada y enamorada; una muy mala combinación. Así que usó el poder que tenía para mandar lejos a la omega que para ella trabajaba, sin dejar ningún rastro más que unos papeles de venta encontrados por RyukYeon solo unos meses después de que Jaemin fuera marcado, donde daba cuenta de la transacción de trafico de omegas hacia alguien poderoso, y junto a ello logro encontrar otro papel que hasta la actualidad no podía entender, pero en el cual estaba escrito el nombre del padre de SeongJin.
La distancia entre su destinada y él deprimió tanto a su lobo que poco a poco lo dejo de sentir y se transformo en un simple beta, pensando que ella había decidido huir para no luchar por su amor. Ahora no podía dejar de pensar en lo estúpido que fue al dudar de su preciosa Layla. La única mujer que pudo amar en su vida.
Hyunjin dejo que su padre pensara en silencio. Podía notar lo afectado que se encontraba, seguramente por los recuerdos. Dejó la habitación sin decir palabra.
Con un suspiro cerró la puerta de la oficina y camino hasta la de Jaemin. Tocó la puerta pero nadie contestó.
Vio la hora y notó lo tarde que era. Si Jaemin seguía durmiendo significaba que no había comido aún, por lo que queriendo comprobar si ya se había alimentado se adentro en la habitación vacía.
Se extraño al no encontrar nada. Ni siquiera era capaz de percibir el aroma de Jaemin con fuerza, solo lo típico que estaba en su habitación debido al tiempo que pasaba ahí y a su ropa.
Sacó su teléfono para llamarlo. Los pitidos se hicieron escuchar y entonces.. un tono de llamada.
Agudizo sus sentidos para poder percibir de donde venía la música. Encontró la fuente bajo la cama.
Era el teléfono de Jaemin.
Antes de que lo tomara una punzada le hizo retroceder. Algo estaba presionando su corazón.
Su lobo gruño listo para atacar, pero Hyunjin no lo comprendió.
— ¿Hyunjin? — contestaron del otro lado de la linea. La respiración acelerada era lo único que el otro alfa podía percibir. — ¿Qué pasa?
— Jaemin... — suspiro profundo, tratando de evitar el ataque de pánico que se encimaba a él — ¿Jaemin está contigo?
— No, ayer lo fui a dejar a su casa ¿Porqué?
Y entonces Hyunjin se derrumbo en el suelo.
Aquel aroma que había sentido, ahora podía identificar de donde provenía.
Era el mismo que pudo oler cuando Jaemin llegó con su marca. Era el aroma que Jaemin emanaba cuando se sentía en peligro y él solo lo hacia cuando se trataba de SeongJin.
— ¡Hyunjin! — se exaltó al escuchar el golpe contra alguna superficie — ¡¿Que esta pasando?!
— Se lo llevaron Jeno — sollozó — Jaemin no está.
Y entonces Jeno también se sintió descender al infierno y ser devorado por las llamas.
Espero que no haya quedado muy sobrecargado jsjsjs, pero esto es lo que tenia planeado desde el comienzo. O quizá esta siendo muy rápido (soy insegura perdón)
Estuve revisando los comentarios desde el capitulo 1 y algunas personas ya se lo imaginaban, así que me gustaría saber si es que se lo pensaron de esta manera (Si es que aún me leen jsjsjsj)
Se me olvido decirles que los amo en el cap anterior, así que mucho, mucho, mucho amorcito y besitos para ustedes <3.
Y si hay alguien de Chile leyéndome y que este pasado en primera persona esta catástrofe tan grande o que le haya sucedido a algún cercano, quiero que sepan que les envío todas mis buenas vibras y espero que se encuentren un poco mejor. Ya pasaron unos días desde que inicio pero se muy bien que cuesta superar las perdidas.
Todo mejorara para ustedes y sus cercanos <3
— Nen
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro