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Capítulo 17



Una vez más veía a aquel lobo grisáceo. La única diferencia con sus anteriores sueños era que esta vez el estaba consciente que estaba dentro de uno.


— ¿Crees que mi alfa me dejó? — desanimado observaba su reflejo en las quietas aguas — No quiero perder la esperanza, pero mi cuello ya comienza a arder.


El lobo de Jeno llevó su vista al cuello del contrario, notando como el pelaje alrededor de la marca parecía seco y enredado. No quizo decir nada para no lastimar al omega, más el omega ya tenía el corazón roto hace tiempo. Quizá lo mejor hubiera sido mentirle, decirle que aquel alfa volvería por él y formarían una bella familia, pero algo en su corazón se estrujaba de solo pensarlo. Simplemente no se sentía capaz. El alfa no sabía exactamente el por qué y a pesar de reconocer que todo era un sueño creado por su mente, su conciencia no podía explicar el por qué su corazón iba tan rápido cuando olfateaba el aroma a lavanda en el omega.


¿Quizás realmente si era su destinado? Pero, si fuera así, no tendría sentido que el otro no lo reconociera y que estuviera enlazado con alguien más. ¿Será solo él quien esta confundido? no, el latido de su corazón era incapaz de mentir. ¿Entonces por qué era capaz de tomar el dolor de alguien más como propio?¿Ellos quizá comparten un lazo en la vida humana que el desconocía por su autoexilio del mundo exterior?¿Qué lazo compartían entonces? ¿Y porque el bonito omega suplicaba por alguien que no era él?


— ¿Por qué estas tan ca-callado? — gimoteó. Con sus torpes patas intento limpiar la humedad bajo sus ojos. — Quiero escuchar una respuesta, por favor. ¿E-el volverá por mí... cierto? 


El alfa no supo que decir, no quería romperle más el corazón pero tampoco quería mentirle. Era demasiado complicado para él. Así que solo hizo lo que mejor se le daba desde siempre; ser un apoyo silencioso, solo hasta que despertó sintiendo un peso sobre su corazón junto a un nudo en la garganta.


Jeno abrió sus ojos perdido. Su corazón latía a un ritmo normal, pero en ese instante podía escucharlo y sentir su latido por todas partes. Pensó que quizá estaba teniendo un ataque de pánico. Sentía como su pulso bajaba y sus extremidades hormigueaban. Comenzó a respirar más profundo, subió sus manos por las sabanas para quitarse ese hormigueo, y justo entonces una mano se poso en su clavícula, sobresaltándolo.


— ¿Qué pasa? — su voz ronca pero suave se hizo escuchar en medio de la oscuridad. La mano en su pecho comenzó a moverse como forma de apoyo. Jeno se quedo en silencio, fingiendo estar dormido para evitar contestar esa pregunta, porque ni el mismo sabia porque tenia esa presión en el pecho — ¿Jeno? — sintió el movimiento a su lado y la luz se encendió solo unos segundos después.


Primero se asomo el cabello despeinado de Jaemin sobre su cuerpo, luego lo hizo el resto de su rostro levemente hinchado por el sueño y con una notable expresión de preocupación en él. Jaemin estiro su cuerpo sobre la cama, descansando parte de su peso en sus antebrazos y estomago para observar mejor el rostro de Jeno, quien aún parecía un poco perdido en sus pensamientos.


— ¿Fue una pesadilla? — le observo durante unos segundos mientras refregaba sus ojos para quitarse el sueño — Jeno — alzó la voz al no obtener respuesta.


Jaemin se acerco un poco más y con su mano comenzó a acariciar el costado del cuello del contrario para demostrarle que estaba ahí. Sus dedos recorrían suavemente desde su clavícula hasta la oreja, siendo consciente de que ese era uno de los puntos más sensibles de los lobos y que al Jeno ser un alfa lo más seguro es que volviese al presente por sentirse expuesto. El alfa balbuceo una respuesta que Jaemin no entendió del todo, quizá por lo bajo que hablo o que sus sentidos aún se encontraban nublados por el sueño.


— ¿Qué dijiste? — Jaemin le miro a los ojos en busca de una respuesta. Los ojos de Jeno se despegaron del techo y se anclaron en la dulce mirada del omega, quien detuvo sus caricias al sentirse avergonzado por la intensidad con la que estaba siendo observado.


— Dije que no lo recuerdo — la voz del alfa salió temblorosa, y es que no sabia porque sentía que algo importante se le estaba escapando de las manos, tal y como si intentara aferrarse a la arena seca. Quería, mas bien necesitaba recordar que le estaba haciendo sentirse así. — Pero me duele.


— ¿Qué cosa te duele? — la mirada tímida del omega volvió como un imán siendo atraído hacia el rostro del alfa. Estaba preocupado por el mayor.


— Aquí — con dedos temblorosos Jeno llevo la mano de Jaemin hasta dejarla sobre su pecho, justo donde su corazón latía acelerado, y esta vez no era por el sueño. — Me duele el corazón Nana — los dedos de Jeno no se apartaron de la mano del omega — Y me causa ansiedad el no saber su causa.


Mentiroso, se dijo a si mismo. Sí sabes la causa y esta justo frente a ti.


Jaemin no sabía que decir pero sentía algo removerse dentro de él, como si las palabras estuvieran tratando de salir con rapidez para consolar a Jeno. Mordió su lengua cuando algunos pensamientos se colaron en su mente. Quizá era el alcohol en su sistema, su parte omega saliendo a la luz o esas palabras que se repetían una y otra vez en su mente, palabras que aún se negaba a aceptar pero que, sin darse cuenta, iban perdiendo el poder de controlar sus acciones.


Jeno llevó sus manos hacia el cuello de Jaemin, adentrándose en el desordenado cabello que se levantaba en tiernos mechones. Su pulgar acariciaba tímidamente parte de la mejilla y mandíbula del omega, quien cerraba los ojos y suspiraba gustoso por los mimos que estaba recibiendo.


Los ojos de Jaemin se abrieron lentamente, el sueño volviendo a él debido a las caricias. Inclino un poco su cabeza, notando de inmediato como una de las comisuras de Jeno se alzaba y sus ojos parecían brillar. Suspiro sin comprender como es que Jeno podía expresar tanto con una simple mirada. Le miraba de una forma tan linda que le hacia avergonzarse. Siempre había sido así, lo había notado antes. Lo único que lo diferenciaba de como era en un pasado, era que para Jaemin las palabras gustar o amar ya no sonaban tan aterradoras, al menos no cuando Jeno era quien las causaba.



— ¿Entonces no eres el novio de Jeno hyung? — dos pares de brillantes ojos lo observaban atentamente. Jaemin tiró las cobijas hacia arriba hasta dejar su regazo completamente tapado — Pero estas en su habitación.


— Sí, no es normal que duerman juntos sin no son pareja. Eso dice mi mamá — uno de los pequeños se sentó en la orilla de la cama, a un lado del lugar donde Jaemin estaba. — Además estas cubierto por su olor.


— Es solo que no había otra cama libre — se excusó, mirando de un hermano a otro como si estuviera en un interrogatorio.


Y es que prácticamente eso era. Jaemin no llevaba ni dos minutos despierto cuando notó que Jeno no estaba en la cama. Su lado se sentía tibio aún en el momento donde la puerta se abrió estrepitosamente y dos pequeños entraron gritando "¡Jeno hyung!" y "¡Mamá dijo que tienes novio! ¿Podemos conocerlo?". Ambos olían levemente a alfas, como si se hubieran definido hace poco tiempo, incluso aún podía sentir un leve aroma a leche en ellos. Fue solo cosa de segundos para que ambos se le acercaran para preguntarle si el era el novio de Jeno y si ya había sido marcado.


— Eso no es cierto — pronunció uno de ellos, el de cabello más corto y de sonrisa tierna debido a la falta de uno de sus dientes, razón por la cual algunas de sus palabras salían con más aire de lo que era debido. — Jeno hyung siempre guarda una cama inflable en su armario. Solo la utilizamos cuando la amiga de mamá viene a pasar un tiempo con nosotros.


El otro infante solo asintió de acuerdo. 


Eso quería decir que Jeno le había mentido para dormir en la misma cama. Insinuó que olía mal y aún así le insistió para dormir juntos cuando había otra cama. 


Jeno iba caminando tranquilamente hacia la habitación cuando escucho lo ultimo que dijo uno de los gemelos. Maldijo entre dientes porque aquello no era necesario que lo supiera Jaemin, al menos no el mismo día. Ahora no sabía como le explicaría que aquello solo había sido resultado del aroma a alfa que tenía impregnado en la piel y que le hacia querer marcarlo con el propio.


— LingSu y SuMin, a desayunar. — ambos pequeños salieron corriendo sin la necesidad de decir algo más — Ya es hora de levantarte Jaemin, debo ir a dejarte a casa.


— No... — se quejó y pataleo bajo las sabanas, porque aquello significaba que debería decirle la verdad a Hyunjin o bien mentirle en la cara — Aún no estoy listo.


Jeno se sentó en silencio a su lado, en un abrazo posiciono la espalda de Jaemin contra su pecho y apoyo su mentón en la coronilla del menor.


— Piénsalo de esta forma — habló y Jaemin pudo sentir como el pecho a su espalda vibro. Soltó un suspiro tembloroso — ¿Estarías más cómodo ocultándole la verdad aunque aquello signifique sentir esa pesadez en tu corazón a cada momento que pase y que tu cerebro te lo recuerde y torture constantemente? ¿Acaso no es mejor decirle la verdad y que se enoje tanto como quiera, pero que te quite el peso de los hombros? Al menos así serás capaz de respirar tranquilo. — una de las manos de Jeno se situó sobre la palma de Jaemin, donde se quedo acariciando.


Jaemin suspiró una vez más, porque sabia que Jeno tenia razón. Un malestar momentáneo era mucho mejor que seguir incomodo por mucho tiempo.


— ¿Y si su enojo dura mucho conmigo? —preguntó inocentemente. No soportaría estar en silencio absoluto en su casa, porque ese era el castigo que su hermano le otorgaba cuando estaba enojado; el silencio absoluto. — No me gusta el silencio — rezongó, estirando su cuello hacia atrás hasta apoyar su nuca en el hombro de Jeno, quien tuvo que cerrar sus ojos para aguantarse la ganas de enterrar su nariz en el cuello expuesto del omega. 


— ¿Sabias que en realidad soy muy hablador? — Jeno descanso su mano sobre el muslo del omega, quien giro su rostro apenas unos centímetros al haber entendido esa invitación implícita de que si Hyunjin no le quería hablar, Jeno sí lo haría.


Los ojos de Jaemin quedaron a la altura de los labios de Jeno, por lo que fue inevitable el sentir el calor recorrer su cuerpo ante la cercanía. Miró arriba hacia los ojos de Jeno, notando otra vez como estos parecían adquirir un brillo extraño en cuanto se enfocaban en el. Humedeció sus propios labios y aparto la mirada. Sus piernas levemente inestables cuando se colocó de pie.


— V-voy a bañarme 


Jaemin se dirigió al baño arrastrando los pies. Jeno solo le observo alejarse, sintiendo un ligero malestar al notar lo mucho que le estaba constando contenerse cuando se encontraba con Jaemin. Ya no sabia como mantener sus manos alejadas del cuerpo del omega. La necesidad de tocar su piel aunque sea por unos segundos podía con él y ni hablar de las ganas que tenia de besarlo en todo momento.


Su corazón dolía pidiendo que Jaemin lo mirara de la misma forma que el lo hace, pero su cerebro luchaba con ese sentimiento diciendo que las cosas eran mejor como estaban. Tenía claro que estar con él seria una lucha constante que no beneficiaria al omega. Jeno no seria capaz de acompañarlo a correr, no seria capaz de acompañarlo a aullar a la luna, no seria capaz de defenderlo de otros lobos... no seria capaz de marcarlo. Y eso lo mortificaba, porque habrían tantas cosas de las que seria incapaz si ambos comenzaban una relacion, que quizá... no, que estaba seguro de no ser suficiente para Jaemin.




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