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─── 𝖼𝗁𝖺𝗉𝗍𝖾𝗋 𝗌𝗂𝗑

|H E R D   O F   W O L V E S|

Ese día era especial, muy especial. Bran había iniciado su entrenamiento en arquería hace un mes y cada dos días sin falta practicaba, a Royse le encantaba presenciar esas prácticas. Normalmente estaba puntual al inicio de la misma, ayudándolo a posicionarse con el arco en las mano o pasándole las flechas pero ahora iba tarde, todo por la septa Mordane. Pese a que ya no tenía sus lecciones de dama con ella su madre le había encomendado llevar a sus dos hermanas con ella para que tomaran las mismas, especialmente a Arya quien era la que menos gustaba de asistir. Esa mañana había estado a punto de retirarse para correr al patio de entrenamiento cuando la mujer le pidió que tocara algo, más bien se lo ordeno. Había cantado y tocado dos o tres canciones acompañada de la lira pero la septa la había echado cuando empezó a entonar "el oso y la doncella".

"Esas no son canciones que una dama debería conocer y menos cantar" la había regañado antes de que saliera del salón pero ella solo sonrió y asintió. No podía pretender que no las conociera, los muchachos siempre la cantaban cuando bebían y como ella acompañaba constantemente a dos de ellos era inevitable aprenderlas. Y tampoco le veía nada de malo, después de todo, gracias a la canción había logrado irse de lo que ella consideraba una verdadera tortura, el bordado, mas bien le agradecía a la canción.

Ahora solamente caminaba tranquila y contenta hasta el patio principal donde seguramente Robb y Jon ya estaban con el pequeño niño. Por suerte la distancia no era mucha ya que el salón se encontraba justo al lado del patio. Recordaba bien cómo mientras ella aprendía a bordar, cantar o alguna de esas frivolidades escuchaba a los chicos entrenar y claro, también había aprendido por donde escabullirse para salir de ahí.

— Llego tarde, lo lamento — alzó la voz para hacerse notar, llamando la atención de los dos jóvenes mayores y también de los dos niños. Sonrió al ver a Rickon sentado sobre una montura y se acercó a despeinarlo dulcemente y besar su mejilla — pero que niño mas guapo, te voy a comer un día a besos — le susurró haciéndolo reír antes de alejarse para ponerse en medio de sus dos chicos — ¿y bien? ¿Qué tal nos está yendo?

— Son malos maestros, prefiero que seas tu quien me enseñe — declaró Bran que si bien lo había dicho con diversión también hablaba en serio, prefería que su hermana lo instruyera en ese ámbito ya que se sabía de su talento natural para el mismo.

— Ya te enseñé a cómo sostener el arco, el resto es pura práctica. Vamos, vuelve a intentar — animo después de verificar que efectivamente estuviera sosteniendo bien el arco.

Bran tenso la cuerda después de acomodar la flecha, preparándose para disparar, pero cuando lo hizo la misma salió volando muy por lo alto de la diana, provocando una risa conjunta de los otros tres varones. Royse golpeó los brazos de Robb y Jon, como advirtiendo que dejaran de reírse para que no le causarán desánimo al niño.

— ¿Y quien era bueno cuando tenía diez? — la voz de Eddard Stark hizo callar a sus hijos, especialmente a los mayores quienes por poco y bajaban la cabeza sabiendo que a la edad de su hermanito ellos tampoco podían darle al blanco. Aun así Royse alzó la mano, sonriendo con orgullo por responder a la pregunta de su padre con una afirmativa. El hombre le sonrió, negando levemente con la cabeza — Sigue practicando, Bran — animo un poco mientras su esposa a su lado le daba una sonrisa a su pequeño hijo.

Un poco más animado el castaño suspiro para acomodar una nueva flecha y tensar la cuerda, sintiéndose bastante tensión sobre el mismo. Jon se posicionó detrás suyo, agachándose un poco hasta estar a una altura correcta para poder susurrarle — No pienses de más, Bran — aconsejo, viendo a donde estaba apuntando.

— Relaja el brazo — dijo Robb, también en un intento de ayudar un poco más. Si eran sinceros él tampoco había logrado darle al centro hasta casi sus doce pero al menos le daba a la diana la mayoría de las veces.

Entonces una flecha dio justo en el centro pero no era la del pequeño Stark. Esta había llegado desde mucho más atrás del grupo por lo que inmediatamente voltearon para ver al dueño. Se encontraron entonces con la más pequeña de las chicas Stark, Arya, quien sostenía un arco mucho más grande que ella. La niña sonrió orgullosa cuando sus hermanos la vieron, haciendo una reverencia a ellos a forma de decir "gracias por su atención".

Con una sonrisa Royse correspondió de la misma forma, totalmente orgullosa de las acciones de su pequeña hermana, no podía negar que era divertido cuando los muchachos se quedaban con la boca abierta y los ojos desorbitados. Claro que no duraron demasiado con ese pequeño intercambio ya que, furioso, Bran tiró su arco a un lado para arrancar contra su hermana, haciendo a la castaña dar un salto hacia atrás y echar a correr para escapar, desatando las risas de los tres mayores.

— Vamos Arya, corre — animó Royse casi y aplaudiendo mientras veía a ambos niños correr por el patio.

— Vamos Bran — dijo Robb al más pequeño, apoyando obviamente al de su propio sexo.

Se entretuvieron un poco viendo el correteo entre ambos menores hasta que los perdieron de vista. Arya no iba a dejarse atrapar y Bran no iba a dejar las cosas así nada más, había sido avergonzado.

— Yo creo que la práctica terminó por hoy — mencionó Jon con una sonrisa de lado — Mejor recoger todo.

— Bien, tal vez alguien quiera ayudarme a recoger las flechas ¿Qué dices, Rickon? — Royse se giró a ver a su pequeño hermanito, sentado sobre una silla de montar aunque con la falta del caballo. El de rizos sonrió ampliamente, asintiendo con efusividad y estirando los brazos para que lo bajaran de su puesto. Inmediatamente la joven castaña se acercó para tomarlo entre sus brazos y dejarlo en el suelo con cuidado, teniendo la misma delicadeza que una madre.

— Yo los ayudaré, Jon puede acomodar las que Rickon le pase.

Dicho eso el mayor de los Stark fue detrás de sus dos menores, acercándose a la diana para tomar un par de las flechas que habían quedado en el suelo aunque la gran mayoría se encontraban hasta atrás, junto al muro de piedra. El pequeño Rickon corrió hacia ellas con su hermana detrás, inmediatamente se agachó a recoger una que otra flecha.

— Rickon, yo las recojo y tú se las pasas a Jon ¿de acuerdo? — le preguntó la castaña con una sonrisa dulce. El niño únicamente aceptó dejando su labor de juntar las flechas y simplemente hacer notar donde estaban.

Royse se dejaba guiar, pese a que ya había identificado el lugar de las armas pero dejaba a su hermanito entretenerse con ello — Yo ya tengo un par, llévalas con cuidado y con la punta abajo para que no te cortes — Robb se acercó con un montón de saetas en mano que pronto pasaron a las del menor de los Stark, quien a los pocos segundos echó a correr junto a su hermano bastardo para entregárselas — Me pregunto quién le habrá enseñado a Arya a disparar de esa forma.

Sintiéndose acusada Royse se enderezó de su posición, alzando una ceja y negando con la cabeza — Si estás insinuando que fui yo quien le enseñó a nuestra hermana a disparar solo porque soy la mejor de Winterfell te equivocas, yo solo le indique donde conseguir arco y flechas sin que madre lo descubra — una sonrisa traviesa se formó en sus labios, aceptando parcial culpa.

El de cabellos rizados carcajeó con fuerza, nada sorprendido. Tenía tres hermanas, la más pequeña de ellas era la definición misma de la rebeldía; la del medio, al contrario, era la imagen de gracia y belleza, toda una dama; y luego estaba Royse, rebelde y libre, pero al mismo tiempo consciente de que como hija mayor tenía un ejemplo que dar y no fallaba a sus deberes pese a que también cumplía con sus gustos. Robb adoraba eso de ella, era un rasgo que la distinguía y que la hacía especial.

— Eres una mala influencia — fue la única acusación que pudo lanzar, sonriendo con diversión.

— Oh sí, pero mala influencia y todo sigo siendo tu favorita

No respondió a ello y simplemente le ofreció una sonrisa, sin negar o afirmar aunque era completamente verdad pero no era que Royse fuera su hermana favorita, no, Royse era su persona favorita aunque nunca lo admitiría en voz alta.

Pasaron los siguientes minutos recogiendo las flechas, sin prisas entre una charla agradable y risas con la intervención ocasional de Rickon que cada tanto se acercaba para llevar el manojo de flechas que recogían o que simplemente pasaba correteando. Justamente cuando terminaban su tarea a ellos se acercó Ser Rodrik, llamando a Jon y a Robb. Ambos jóvenes se acercaron, escuchando lo tenía que informarles. No tardaron demasiado con el pequeño anuncio y para cuando el hombre se retiró la castaña se acercó a los muchachos, sonriendo de lado.

— ¿Sucede algo? — pregunto, guardando un último par de flechas en el carcaj, ladeando la cabeza.

— Nos dijo que debemos prepararnos, saldremos de Winterfell por unas horas, padre lo ordena — miró a Jon, cruzándose de brazos — Tal vez vieron alguna presa cerca y quieren que cacemos.

— O puede que sea algún lord que viene de visita y quiere ser bien recibido — opinó el pelinegro, encogiéndose de hombros para demostrar que el motivo no le interesaba y que solo obedecía.

— Tal vez un desertor de la guardia nocturna — la opción de Royse atrajo la atención de ambos, haciéndolos alzar las cejas con impresión — ¿Puedo ir? — preguntó a continuación, si tenía la oportunidad de salir a caballo a cualquier lugar lo haría, sin dudarlo.

— No lo creo, pidió por nosotros y por su guardia, seguramente madre diga que no es un lugar para una dama así que si no es padre será ella quien no te permita ir.

Los labios de la joven formaron una mueca, mostrando que la respuesta no le tenía nada contenta y es que el no permitirle hacer algo solo por ser mujer era algo que la molestaba, y más cuando a la excusa se le agregaba la frase "no apto para una dama" o parecidos. Aun así, más allá de discutir y quejarse como una cría normalmente no lograba un cambio, claro que tenía sus pequeñas victorias pero parecía que ese día no.

— ¿Me traen algo? Un regalo, al menos así será como si yo hubiera estado ahí

— Royse, vamos a campo abierto por apenas unas horas, no a una ciudad donde podamos comprarte algún arco nuevo o joyas. Si te traemos algo será una rama — respondió Robb, riendo junto a Jon por sus últimas palabras, haciendo fruncir levemente el ceño a la fémina.

— Incluso una rama me contentaría, quiero lo que sea para mantenerlos pensando al menos un poco en mí — se explicó, manteniendo una calma en su rostro — por favor — pidió, usando su voz suave y aterciopelada, como si fuera una niña rogando.

Incluso sus ambarinos ojos parecieron brillar como los de un cachorro, haciendo su petición aún más irresistible para ambos muchachos. Se miraron entre sí, como conversando solo con los ojos hasta que finalmente Snow suspiro pesadamente — Bien, te traeremos algo, pero no esperes algo muy grande

La joven sonrió ampliamente, juntando sus manos emocionada — Hay que darle una ofrenda a la princesa de Winterfell cuando regresamos. — El comentario de Robb salió con sarcasmo y también con gracia aunque no causó molestia alguna.

— Eso no suena nada mal, traer una dádiva ante la princesa de Winterfell si es que quiere vivir lo suficiente. Ahora vayan, súbditos, y contente a su Lady — mando con tono solemne y refinado, como si fuera la ama y señora de la fortaleza pero ese porte se perdió cuando los tres empezaron a reír escandalosamente.

— Bueno, princesa Royse, nos retiramos y esperamos regresar con caras joyas y finas sedas para que las use, con su permiso

— Concedido, mi joven caballero, vayan con cuidado

Nuevamente los tres jóvenes estallaron en carcajadas, tomando camino al interior de Winterfell. Royse los acompañó hasta sus habitaciones, dejándolos prepararse mientras ella se retiraba a sus propios aposentos. No tenía nada mejor que hacer sin sus dos chicos y mucho menos le apetecía unirse a las doncellas junto a la Septa, prefería morir. Así que apenas estuvo sola tomó el libro empezado que tenía y se dejó caer en la cama para continuarlo, al menos distraería su mente.

Mientras tanto los hombres se prepararon para dejar el castillo, incluso el pequeño Brandon sería llevado por órdenes de Lord Stark. Pronto toda la escolta estuvo en sus caballos, atravesando las grandes puertas hacia campo abierto. Finalmente a Robb y a Jon se le revelaron el motivo de la salida, habían capturado a un desertor de la guardia nocturna, y al saberlo casi y miraban a su alrededor por si Royse aparecía gritando "se los dije". Por supuesto, no había rastro alguno de su adoraba castaña así que tendrían que comunicárselo a su regreso.

Para cuando llegaron al lugar ahí estaban algunos soldados de la casa Stark, esperando por su señor para que él mismo ejecutara la sentencia que correspondía. Ned era quien iba a la cabeza, el primero en desmontar su caballo y acercarse al hombre. Robb lo siguió, como heredero tenía que estar lo suficientemente cerca para presenciar cada detalle pues en un futuro sería él quien se encargara de esas situaciones. Pocos metros detrás suyo estaba el pequeño Bran, era su primera vez viendo una ejecución y aunque estaba emocionado también estaba nervioso pues más allá de algunas pocas palabras de sus hermanos no sabia que esperar. Jon notaba eso y se acercó para aconsejarlo, le dijo que no apartara la vista pues su padre sabría si lo hacía.

Pronto a Ned le pasaron su gran espada, Hielo, el ancestral arma de los Stark que media fácilmente dos metros, más grande que cualquiera de ellos pero que el señor de Winterfell parecía blandir sin dificultad. Recito las palabras que debía, quién era y en nombre de quien sentenciaba al hombre a muerte para acto seguido levantar el mandoble y dejarlo caer pesadamente sobre el cuello, cortando la cabeza como si se tratara de un palito de madera. Bran no apartó la mirada, siguiendo las palabras de su medio hermano quien lo felicitó como si fuera un gran logro y es que para un niño el ver tal muestra si que era importante.

Robb se giró, acercándose al niño para poner una mano en su hombro, en señal de que ya podían retirarse. No era exactamente una ceremonia larga o dadivosa, solo se procedía con la ejecución y si el Lord deseaba darle unas últimas palabras al sentenciado apenas duraban uno o dos minutos más, de hecho el mismo viaje para llegar ahí resultaba más largo. Por ende, en pocos minutos todos estuvieron nuevamente sobre sus caballos, emprendiendo camino de regreso a Winterfell. Hacía frío, como era usual en el Norte pero aún no era época de las tormentas de nieve así que era casi como un paseo aunque con un silencio de por medio. Al menos así fue hasta que Jory Cassel, el capitán de la guardia, señaló un obstáculo en el camino.

Desmontaron los lomos de sus equinos, Robb tomó las riendas del caballo de su padre mientras Jon y Theon se acercaban junto a este a aquello que obstruía su ruta. Era un gran siervo claramente muerto aunque se notaba que no era una muerte natural, sino que había sido asesinado. La sangre lo cubría, suya y también del animal y uno de sus grandes cuernos estaba roto, seguramente con este había intentado defenderse y sus entrañas estaban esparcidas en el suelo, claramente era un depredador el que lo había atacado. Aun así su muerte no era reciente ya que el cuerpo estaba pudriéndose y teniendo a varios gusanos como hospedadores.

— ¿Qué pasó? — preguntó Jon, a nadie en específico pues esperaba más una suposición que una respuesta certera.

— ¿León de montaña? — inquirió Theon, mirando a su señor, a espera de la respuesta del mismo.

— No hay leones de montaña en estos bosques

Cuando la cabeza de los Stark llevó su mirada al suelo noto un rastro de pisadas y también de las mismas entrañas del animal así que empezó a seguirlas. Salieron del camino, bajando lentamente por un sendero siguiendo el camino que dejó el asesino del ciervo hasta que llegaron a las orillas de un pequeño arroyo. Ahí yacía muerto otro animal.

Era igual de grande que el venado aunque no debería. Igualmente este ya llevaba varios días muerto, el cuerno faltante del ciervo se encontraba incrustado justo en su grueso cuello y por ende toda esa parte junto al rostro estaba lleno de sangre. Era un lobo huargo, o más bien una loba pues a su alrededor había seis pequeños cachorros alimentándose de sus tetillas, ajenos al hecho de que su madre estaba muerta.

Eddard se arrodillo frente a la bestia, bajando su arma ante la nula amenaza de peligro y pese a que el resto de sus acompañantes (su hijo mayor, el del medio, su bastardo, su pupilo y algunos más de su guardia) había visto con impresión el cuerpo, Jon y Bran se acercaron de todas formas, poniéndose al lado de su padre.

— Es una monstruosidad — comentó el único extranjero, incluso con cierto asco por lo que estaba presenciando.

— Es un lobo gigante — respondió Ned, llevando entonces su mirada al confiable Rodrik, que tenía una mirada serena y confiada por las acciones de su Lord — Es solo una bestia — afirmó, arrancando el cuerno partido del venado de su cuello.

— No hay lobos gigantes al sur — las palabras de Robb salieron sin más, habían sido más un pensamiento que algo que quería decir en voz alta pero estaba tan sorprendido que no pudo controlarlas.

— Ahora hay seis — Jon, que hasta el momento había permanecido arrodillado frente a los cachorros, tomó uno de los mismo entre sus manos al notar que estos eran totalmente inofensivos y que parecían mas perros que las grandes bestias que algún día serian — ¿Quieres cargarlo? — ofreció en dirección a su hermano más pequeño y cuando este lo miró con sorpresa se lo entregó antes de que pudiera objetar algo.

El cachorro de lobo se acomodo entre los brazos del niño, pues era como una cómoda cama con esa peluda capa encima — ¿A donde irán? Su madre murió — preguntó el chiquillo, consciente de que todos tenían su mirada en él, o más bien en los peludos.

— No pertenecen aquí — fue la única respuesta que Ser Rodrik ofreció.

— Una muerte rápida, no sobrevivirán sin la madre — declaró Ned, y antes de que siquiera pudiera completar esa oración Theon ya se había acercado a Bran, tomando al cachorro que cargaba por la piel sobrante de su cuello para quitarlo.

— ¡No! — objeto el niño al ver que en su otra mano tenía una cuchilla preparada para apuñalar o degollar al pobre animal.

— Guarda esa daga — casi siseo Robb frunciendo el ceño, pues a él la idea de matar a criaturas inocentes tampoco le agradaba demasiado, y menos cuando veía que su hermano ya se había encariñado con ellos con tanta rapidez.

— Obedezco ordenes de tu padre, no de ti

Bran casi omitió la respuesta de Theon pero le retumbó más la duda de que pese a que fueran órdenes seguramente Greyjoy sentiría cierto placer al asesinar a los cachorros — ¡Por favor padre, por favor!

— Lo siento Bran — fue la respuesta de Ned, dejando en claro que su decisión era fija además de que incluso ya estaba emprendiendo camino de regreso a donde estaban los caballos.

— Lord Stark — Jon detuvo la caminata de su padre con su llama, y entonces con un ademán de mano señaló a los lobos — Hay seis cachorros, uno para cada hijo de Stark — mencionó, levantando su mirada al hombre — el lobo huargo es el emblema de su casa, debe quedárselos.

El niño miró esperanzado a su padre, quería confiar en que las palabras de su hermano lograran convencerlo e incluso Robb esperó expectante a que Ned tomará su decisión. Si bien él no tenía especial interés en los pequeños lobos notaba que Bran si, e inevitablemente no pudo evitar pensar que al ser seis cachorros, como Jon había señalado, uno de ellos le correspondería a Royse, dado que su medio hermano no llevaba el apellido Stark. Seguramente a ella le contentaría más el recibir un cachorro de lobo que una rama.

El señor de Winterfell se tomó un par de segundos para meditar su decisión, aunque la insistente mirada de su hijo menor solo le infringía presión — Ustedes los adiestraran, también los alimentarán y si mueren, ustedes los enterraran — declaró aceptando el llevarse a los cachorros aunque acto seguido guardó su espada y regreso por el sendero, ascendiendo hacia el camino.

Inmediatamente Bran le quitó el cachorro a Theon, decidiendo que ese sería el suyo. Robb se acercó para tomar dos cachorros que Jon había alzado y entregárselo a Theon, seguidamente se giró, buscando a otros dos que se habían alejado un poco.

— ¿Y qué hay de ti? — cuestionó el pequeño castaño, mirando al pelinegro en referencia a que lobo tendría el.

— Yo no soy un Stark — aclaró, agachándose a tomar el último cachorro que estaba a sus pies — vámonos — le indico, pues ya tenían a los seis lobos en brazos.

Bran empezó a caminar justo detrás de Robb, dejando a Jon como cierre de cola pero antes que él también empezara a subir escucho un pequeño gimoteo proveniente del suelo. Extrañado regresó sobre sus pasos y se agacho, Robb le preguntó qué sucedía pero en vez de responderle le mostró su hallazgo. Del cuello alzó a otro cachorro, puramente blanco y de ojos rojos, diferente al resto de animalitos que ya llevaban.

— El extraño de la familia — comentó con cierta burla Theon, sonriendo ladinamente — ese es tuyo ahora, Snow — declaró para continuar con su camino.

El pelinegro observó a su medio hermano, como cuestionándole si eso estaba bien y al recibir una pequeña sonrisa del mismo supo que si. Robb si creía que él tenía derecho a tener un lobo, dijeran lo que dijeran, él era tan Stark como cualquiera de los seis que portaba el apellido. Pronto Jon se puso a su lado, ambos cargando a dos cachorros cada uno.

— A Royse le gustara ese — dijo el Snow, señalando con la barbilla una hembra que llevaba Robb en su brazo derecho — todos tienen o bien los ojos ámbar excepto ese.

— Lo que es irónico porque sus ojos son ambarinos — el de cabellos rizados rio un poco, observando unos segundos a la pequeña loba que cargaba. Sonrió de lado, acomodándola mejor para que no cayera — pero tienes razón, esta será para ella. Estará contenta.

Jon solo se limitó a asentir pues ya estaban de regreso con los caballos y dudaba que el camino fuera diferente a lo que llevaban, igual de silencioso y así fue. El trote a Winterfell se hizo en tranquilidad y silencio, los más jóvenes cargando a los lobos. Causaba gracia como justamente tres eran hembras y los otros tres machos, como si los dioses hubieran destinado que estos eran para los Stark.

Theon se encargó de llevar a los dos que había traído con Sansa y Rickon, justamente la loba más pequeña de la manada parecía ser la indicada para la pelirroja quien si bien en un principio no la había recibido de mil amores no la había rechazado. Rickon, por otro lado, se había contentado increíblemente al recibir al cachorro negro y se propuso firmemente a nombrarlo al igual que Bran con el suyo.

Por otro lado, Jon llevó la cachorra que cargaba con Arya y como recompensa recibió un fuerte abrazo. Más que regalos los niños los habían visto como compañeros y no les importaba tener que encargarse de todas sus necesidades con tal de conservarlos, obviamente se les había informado de cuáles eran sus deberes con ellos.

Finalmente, Robb se dispuso a buscar a la joven castaña para darle a su cachorra y aunque en muchas ocasiones la idea de buscarla por el castillo le gustaba en ese momento prefería no hacerlo. Pregunto a un par de sirvientas si la habían visto y una de ellas le dijo que hace media hora le habían llegado tartaletas de fresa a su alcoba, dato con el cual tuvo que aguantar la risa. Agradeció dirigiéndose al piso donde estaban sus habitaciones y cuando llegó a la puerta de Royse tuvo que cargar a los dos cachorros en un brazo para poder llamar.

— Adelante

Con su permiso dado abrió la puerta y rápidamente ocultó tras su espalda a los lobos. Empujo la puerta con su pie para ingresar, manteniendo un rostro sereno para evitar sospechas.

La joven estaba sentada en un diván colocado junto a la ventana con un libro en mano que dejó al levantar la mirada. Sonrió dejando ver su hilera de dientes mientras se ponía de pie, dejando el encuadernado a un lado — Ya regresaron — dijo como saludo pues había gran obviedad en sus palabras — ¿me trajiste algo?

— Un "hola ¿Cómo les fue?" sería más educado, Ronny — sonrió traviesamente, obviamente buscando alargar su espera.

Ella rodó los ojos, soltando un suspiro para volver a hablar — Hola, ¿Cómo les fue? ¿me trajiste algo?

A Robb no le sorprendió que repitiera su oración nuevamente pero no le daría — Bien, resultó que tenías razón y se trataba de un deserto de la guardia nocturna así que, como te dijimos, madre no te habría permitido ir y tampoco padre — hablaba con tanta calma, sonriendo internamente pues sentía sobre sí la mirada de ella que gritaba "ya dime lo que quiero". Pensó en seguir dando rodeos pero finalmente suspiro una risa, mirándola — y si, te traje algo

Como si fuera algo sumamente importante Royse se enderezo, sonriendo ansiosa por recibir su obsequio ya que de ser algo insignificante como una roca seguramente se la habría arrojado a la cama con fastidio o con burla para enojarla. Robb se acercó un poco aunque dejó una prudente distancia — Cierra los ojos y extiende las manos — pidió, inmediatamente viendo cómo alzaba una ceja en desconfianza — vamos, confía en mí si quieres mi regalo.

Resignada la castaña respiró profundamente y obedeció, teniendo las manos extendidas y los ojos cerrados. Solo después de asegurarse de que de verdad no veía nada haciéndole varias muecas, Robb acorto más la distancia y sacó a la cachorra de detrás de su espalda. Con cuidado la dejó en las manos extendidas de la dama frente a él y apenas sintió algo de peso y también de movimiento los ojos de Royse se abrieron de golpe.

Abrió la boca para decir algo pero esta solo soltó un "ow" de ternura al ver al animalito. La acomodo en sus brazos, dejándole caricias en la cabeza. Con los ojos rebosantes de ternura miró al ojiazul, pidiendo una explicación — Cuando regresábamos encontramos un venado muerto y más allá estaba una loba huargo igualmente muerta más su camada de cachorros seguía con ella, eran siete en total. Padre dijo que podíamos quedarnos con ellos pero son totalmente nuestra responsabilidad, alimentarlos, cuidarlos y todo eso.

— Empapare un trapo en leche tibia para que pueda chupar de ahí como si fuera una tetilla — su pensamiento salió en voz alta pues estaba demasiado maravillada como para guardarse sus pensamientos — ¿y el tuyo? — pregunto.

Entonces Robb sacó a su propio lobo igualmente desde atrás de su espalda, poniéndolo en brazos y acariciándolo para que lo viera — eran tres hembras y cuatro machos así que todos tenemos uno, hasta Jon. Puedes nombrarla como gustes.

— Me alegra que Jon también tenga uno, le hará bien algo de compañía cuando nosotros no estemos y yo ya pensaré en un nombre, pero tengo que hacerlo con cuidado — sonrió, encantada con su nueva compañera. Después de darle caricias en silencio por varios segundos levantó la mirada hacia el muchacho, ladeando la cabeza — De verdad gracias, había aceptado que lo mejor que podrías traerme sería algún trébol de cuatro hojas, esto... ella es mil veces mejor.

— En realidad deberías agradecerle a Jon y Bran, fueron ellos dos quienes finalmente convencieron a padre.

— Tal vez, pero estoy casi totalmente segura de que fuiste tu quien la escogió para mi — la sorpresa en los ojos de Robb solamente confirmo sus sospechas, haciéndola reír por lo bajo — Eres muy obvio, me conoces, algo de diferente debe tener ella del resto y a juzgar por tu lobo seguramente son los ojos.

Buenos días, tardes, noches o el momento en que estén leyendo esto ¿Qué tal todo? ¿ya comieron? ¿Cómo los trata la vida? Esta es Yami actualizando su fanfic básicamente a media noche, como si mañana no tuviera que ir a la universidad pero si no era hoy probablemente nunca lo hubiera hecho. Pero aqui esta, otro capitulo de Wolves casi un mes después del anterior, al menos yo considero que es algo bastante seguro.

Como ya saben estoy en vida universitaria y no es chiste al decir que vivo allá, literalmente salgo de día y vuelvo de noche pero no están aquí para leer sobre mi sino sobre nuestro chiquistrikis el Robb Stark (o como yo lo llamo, Robbcito) aunque ya leí que a varixs les esta gustando Brynden (y lo que se viene con ese señor). Como vieron, por mucho que yo quería mantener paz y amor por un rato la verdad no lo veo necesario y no quisiera escribir relleno así que dije "bueno, empecemos con el juego de tronos" aunque el inicio el tranquilo. La verdad espero que les guste la calma antes de la tormenta.

Yendo con los anuncios comerciales, gente HAY FANFIC DE HOUSE OF THE DRAGON. No, no pude resistirme, pero hasta el momento es solo de la serie en general, sin crush (pero obvio en medio habran amorios, siksi) asi que si quieren leerlo y están tan obsesionadxs con la serie como yo córranle a mi perfil que ahí anda. Y si tengo lectores que gusten de Bridgerton pues también tengo un fanfic en mi perfil, mi otra gran obsesión no puede estar de lado. Claro que doña ocupada aun esta tardando pero paciencia que yo actualizo tarde o temprano. De todas formas nada pierdo invitándoles a darse una pasada por ellos; y si de paso quieren seguirme adelante.

La verdad no puedo creer lo rápido que este fanfic esta creciendo, lo atribuyo mas a que el hype por Got esta volviendo gracias a Hotd pero igualmente se aprecia a las personitas que están llegando, en serio lxs quiero muchisisisisisimo.

Ah si, y si tengo personitas que gusten del roleplay yo estoy dispuesta (no digo disponible 24/7 pero se intenta), si quieren rolear escríbanme a mi dm con confianza, no muerdo.

Sin mas que decir me despido, no olviden de votar ⭐ y comentar 💬, espero y disfrutaran el capítulo.

Les mando un beso impreso.

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