「ᴍɪɴʜᴏ」

"No debí de haber bebido demasiado", me quejé mientras salía del lujoso restaurante.

Había olvidado por completo el hecho de que soy malísimo para el alcohol y me fue recordado de la peor manera.

Me aseguré de ayudarle a Chris a subir a un taxi y tan pronto cerré la puerta del auto. Y lamentablemente me caí de sentón a causa de que me encuentro demasiado mareado. Claramente necesito llamarle a Changbin, pero no recuerdo exactamente en donde dejé mi celular que estaba en mi mano derecha hace unos momentos atrás.

Arrastré la mirada hacia el reloj que tengo en mi muñeca y bufé. Son las dos de la mañana con cinco minutos y no tengo ni la menor idea de que hacer para llamarle a Changbin para que venga por mí así que decidí continuar sentado sobre el suelo y solté una risita a causa de que el alcohol está a punto de tomar el control por completo de mi mente y cuerpo y, eso no es una buena idea.

—¿Minho? — elevé la mirada hasta encontrarme con la de un chico que posiblemente conozco, pero por más que intenté entrecerrar la mirada para identificarlo no pude y me sentí tan frustrado. —¿Qué te pasó?

—Estaba en una reunión de negocios y me embriagué— respondí sin vergüenza alguna.

—¿Por qué estás sentado en el suelo? Ven, te ayudaré... — el chico me tomó de la muñeca y me ayudó a ponerme en pie.

—Eres muy amable— murmuré. —¿Quién eres? — logré preguntar.

El chico que porta una gorra y cubrebocas negro soltó una carcajada.

—Será mejor que llame a tu hermano...

—¡NO! — chillé. —¡Él me va a regañar!

—Quizá eso es lo que necesitas.

—Necesito llamar a Changbin, pero no encuentro mi... ¡Aquí esta! — exclamé con felicidad al encontrarlo dentro de mi bolso trasero. —¿Por qué te habías escondido, estúpido? — lo reprendí mientras intentaba encenderlo, pero fue inútil. —Mierda. Se acabó la pila— murmuré con evidente molestia.

—Minho, te llevaré a un hotel para que puedas descansar— sentenció el chico y no pude hacer nada más que asentir con la cabeza a modo de respuesta mientras él se encargaba de prácticamente llevarme cargando en su espalda hacia ese lugar.

—¿Sabes que es lo peor? — murmuré.

—¿Qué?

—Le pedí a mi crush que fuéramos a cenar y, ¡él me ignoró por completo! ¿Puedes creerlo? ¡Mi corazón se partió en mil pedacitos al no recibir si quiera una declinación decente! — me quejé.

—...

—Yo realmente deseaba salir con mi crush a cenar porque me encantaría pasar tiempo con él con el objetivo de admirarlo y deleitarme con su belleza y talento, pero eso nunca será posible— refunfuñé.

—Quizá debas invitarlo a salir de nuevo...

—¡Yo lo quiero tanto y me duele demasiado que se esté haciendo daño! — no pude evitar exclamar con frustración. —Él cree que me gusta solo por su físico y claro que eso no es cierto pues estoy seguro que es una buena persona que no merece tanto odio— suspiré con pesadez y agregué—: No sé qué hacer para evitar que continúe con esa tontería de no comer. Yo me moriría si algo le llegase a suceder a mi único amor... — admití. —Ese desgraciado es tiene la cabeza demasiado hueca y eso no le permite escuchar razones— me quejé.

De pronto, caí al suelo de rodillas y no pude evitar soltar un gemido de dolor.

—¿Por qué me tiraste al suelo?

—¡Lo siento! No fue intencional— respondió el chico con sarcasmo.

—Sí, claro— murmuré mientras me intentaba poner en pie y afortunadamente el chico me ayudó. —Puedo volver a casa solo...

—No, no puedes. Te llevaré a un hotel porque no quiero dejarte solo a estas horas en ese pésimo estado.

—Yo...

—Será mejor que no me lleves la contraria— advirtió con tono serio y un escalofrío me recorrió por completo e inclusive, mi piel se erizo.

—Entendidito, papi— solté con sarcasmo.

El agarre en mi cintura por parte chico se intensificó tan pronto dije ese comentario.

—¿Sueles llamar así a todos los que te ayudan cuando estás en este estado? — preguntó con tono serio.

—Por supuesto que no— murmuré. —Creo que voy a vomitar.