Rojo amanecer
Advertencias: Ninguna.
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Una mujer en plena flor de la juventud debería disfrutar de su vida, el pensar eso le hacía sentir mucha culpa, pues nunca tuvo una vida normal. Era una persona unida contra su voluntad a una habilidad sobrenatural, como todos los nacidos con una. Pero sabía que aún si su poder la condenó a ser usada como somnífero por los hermanos Grimm, siempre sería su cualidad más destacable.
Era como una herida latente que nunca desaparecería hasta que ella muriera.
Tenía problemas en todos lados, de todos tamaños y con toda clase de personas, siempre y cuando estás no tuvieran una habilidad. En el fondo odiaba lo ordinario, porque era todo lo que no podía ser.
La joven ahora mismo estaba en la azotea de su edificio, fumando. Sonrió cuando los colores anaranjados fueron visibles en el cielo, estaba amaneciendo.
—Así se manifiesta Dios —dijo para sí misma al momento de arrojar la colilla de su cigarrillo al piso y apretarla con su pantufla.
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Una joven rubia con ojos cafés se acercó a la menor. Parecía un tanto asustada, como si antes la hubieran amenazado de muerte—. ¿Es usted la señorita Fumiko Kento?
Antes de contestar se enderezó, pues descasaba sobre un contenedor metálico—. Sí, ¿Qué necesitas?
—Akutagawa-senpai necesita de su presencia —le estiró un sobre sellado con la dirección—. Kōyō-san les solicitó a ambos ir a una misión.
La de ojos rubí parpadeó perpleja—. Él dijo que no me quería cerca, que lo haga solo —recibió una mala mirada de la mayor—. ¿Cómo te llamas?
—Higuchi Ichigo —respondió la de traje—. Akutagawa-senpai me ordenó que fuera insistente con usted, como dije, él necesita que vaya.
La albina se puso de pie en un salto para avanzar hasta la puerta con el sobre en manos—. De acuerdo, lo haré por tí, Higuchi-san, porque ese tipo debió amenazarte para convencerme.
La rubia titubeó al despedirse, pero a Fumiko parecía no importarle, no cuando le llevó un mensaje del perro de la mafia. "Su trabajo debe ser horrible" pensó sintiendo lastima por la muchacha que debía soportar a Akutagawa "Supongo que desde cierto ángulo es guapo".
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El estar en un burdel encerrados en un vestidor con el espacio reducido no era un problema para Fumiko, el problema era que Akutagawa estaba con ella.
—¿Quieres que sea tu infiltrada en una reunión? —al recibir un corto asentimiento, volvió a preguntar—. ¿Quieres que me vista como una chica del burdel para estar en esa reunión?
—Sí, no es posible que no entiendas una orden —dijo el mayor.
La de ojos rubí el ceño—. Te lo pregunto porque me suena extraño, y tú no eres quien para darme órdenes, se supone que somos compañeros.
—No lo somos, solo estamos juntos hasta que el jefe lo diga —se notaba cansado—. Solo haz lo que te digo, fue una orden directa de un cargo ejecutivo muy exigente.lhwllwhwwdwsssw
La menor llevó sus manos a la cintura—. ¿Por qué no se lo pedimos a otra mujer? Ellas reciben paga extra por eso ¿Verdad?
El pelinegro negó acompañado de un suspiro—. Kōyō-san no quiere que sus chicas se vean envueltas, por eso nos lo pidió a nosostros. El burdel debería cerrar en las próximas dos horas, una vez sellado, las mujeres irán a la parte de atrás para esconderse.
—Me suena a una idea poco planeada pero no pelearé contigo, solo asegúrate de que no muera —quitó su sudadera para evitarse la fatiga a la hora de vestirse—. Dame privacidad.
—¿Aceptaste así nada más? —cuestionó el más alto—. Eres más impredecible de lo que creía.
—Recuerda lo que dijo el jefe, si yo muero, a tí te toca algo peor —se sacó los zapatos dándole una mirada afilada—. Sal, debo vestirme…¿Por qué rojo? El rojo es el color más usado en lencería.
El portador de Rashomon la dejó sola en el vestidor y cerró la cortina que los separaba—. Chuuya-san dijo que era tu color…Solo necesitamos que admitan haber traicionado a la mafia.
Todo estaba listo, ella junto a Akutagawa fingiendo ser un soldado de bajo rango esperaban dentro de la habitación a la que llegarían los de la organización en rebelión. Su estómago estaba lleno de "mariposas" por los nervios, era una sensación que odiaba. Sostuvo una uva del platón de fruta llevándola a su boca, cuando la puerta se abrió de golpe.
—¿Solo una? —dijo un tipo de ojos claros—. Kōyō empieza a hacerse vieja, le dije claramente que queríamos a un grupo grande. Ella con suerte resistirá unas horas.
Akutagawa carraspeó falsamente—. La señora Kōyō dijo que ella era la mejor de sus chicas.
La joven sonrió nerviosamente. Se puso de pie esperando a que decidieran, lucía hermosa, así que no tardaron mucho en sentarse. Akutagawa tuvo que salir de la habitación, mientras que uno de los hombres acomodó a Fumiko sobre su regazo—. Vamos, trátame bien linda.
La menor no sabía qué hacer, por instinto tomó uno de los dulces en la mesa de al lado y se lo dió en la boca—. ¿Un día largo?
El joven asintió—. Tristemente muñeca, hoy fue el día de traicionar mi organización afiliada.
Fumiko entendía que las preguntas directas no eran una forma eficiente de obtener información, pues no sé la darían, solo podía tontear y fingir prestar atención—. Vaya, eso es una lastima. ¿Fue por dinero?
El otro joven que servía los tragos negó—. Por un trato —dijo mientras dejaba un vaso de whisky en la mano de Fumiko—. Resulta que es imperativo, hay una nueva organización que está comprando todos los puestos de poder, a la mafia no le quedará nada.
La joven sintió la mano del hombre mayor deslizarse dentro de su minifalda, algo realmente inconveniente, pues en su ingle estaba el micrófono que iba directo a la radio del jefe. Se removió soltando una risita nerviosa—. Me dan cosquillas.
Los hombres arquearon las cejas, pero ambos sonrieron—. ¿Primer día en el vip?
—N-no, solo que ustedes son lindos, me hacen difícil mi trabajo —el hombre que la sostenía pasó sus cabellos por detrás de su oreja—. ¿Y-y ahora ya no trabajarán en la mafia?
El de ojos claros se inclinó hacía su rostro dejando un beso en su barbilla—. No preocupes tu linda cabecita con eso…solo debe importarte complacernos hoy.
La joven se retorcía contra ambos, estaba atrapada entre dos tipos peligrosos y que en menos de diez segundos serían atravesados por Akutagawa—. ¡Rojo!
La bestia negra atravesó la pared y a su vez la cabeza del hombre que estaba de pie. Su compañero no dudó en apuntar a Fumiko, pero antes de darse cuenta la cuchilla ya estaba contra su garganta. Soltó a la albina que inmediatamente se puso de pie.
>>No lo mates, Akutagawa<< dijo Mori por el altavoz >>Tráelo ante mí, quiero que me diga si valió la pena<<.
Fumiko suspiró aliviada al ver como su compañero noqueaba al objetivo vivo—. ¡Así se hace! —dió un saltito—. Estos tipos eran asquerosos.
El de ojos grises sostuvo su mirada por poco tiempo, pues la menor estaba semidesnuda—. Cúbrete.
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La organización strigoii es considerada una de las más letales en Rumania, les gustaba considerarse verdaderos vampiros. Con sus cabellos color plata, y esos ojos rojos brillantes, tan arrogantes y petulantes con sus ideologías antiguas: deseando ser dioses. Buscan la supremacía de sus familiares/integrantes.
La familia strigoii llega a Yokohama buscando una reina, o una esclava.
Fijan su mirada en la Port Mafia, dónde más de una joya brilla y con ansias parecen acercarse a la muerte.
Dios mío, soy tan descarada. Tardé tanto en actualizar este fic, sinceramente la inspiración no me llegaba, hasta que hace unos minutos tuve una revelación divina sobre la organización que quiere hacerle la vida imposible a Fumiko. Está vez espero traer actualizaciones más seguido.
-Honey
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