Capítulo 1O
— Hoy no, Gguk. —Volvió a negar. HoSeok llevaba negando habitualmente las propuestas de JeongGuk a empezar a practicar volver a manejar.
— ¿No? A ver, ¿Cuál es tu excusa ahora? —Se cruzó de brazos cansado.
— H-Hay mucho trabajo que hacer. —Se intentó excusar, pero había que ser sinceros; Se le daba fatal mentir.
— ¿Mucho? HoSeok, la cafetería está vacía. —HoSeok miró a su alrededor. Era cierto, aún no había algún cliente. Para suerte del pelirubio, la campanita sonó anunciando la llegada de un cliente que venía de la mano con un niño parecido a él, siendo el hijo del adulto.
— ¡Ah! Ya no. —Sonrió victorioso encaminándose a la mesa donde estaban los clientes.— Buenos días, ¿Puedo ayudarlo? —JeongGuk solo rodó los ojos.
Mientras llegaba algún que otro cliente, el pelinegro iba entregando los pedidos, y cuando el cliente ya se iba, limpiaba la mesa que había sido ocupada, y terminando encaminándose de nuevo detrás del mostrador.
La campana volvió a sonar, el sonido particular de los tacones se acercó a las sillas frente al mostrador. JeongGuk dirigió su mirada a la mujer frente a él, poniéndose tenso de inmediato al ver que era su madre.
Aun así, nervioso y tenso, decidió tomar su pedido.— Buenos días, ¿Puedo ayudarle? —La mujer asintió con una leve sonrisa, sin apartar su mirada del joven chico frente a ella.
— Un café Amaretto con un trozo de pastel de frambuesas. —Dijo de forma calmada. La mirada de la mujer sobre JeongGuk lo ponía nervioso, era como si estuviera buscando respuestas.
Se volteó preparando el café, poniendo la cantidad perfecta de canela sobre la crema al terminar la bebida. En un plato puso un trozo de pastel de frambuesa, terminando el pedido. Puso el café y el trozo de pastel frente a la mujer, quien recibió gustosa todo.
— Gracias. —Dijo la mujer, empezando a sacar un trozo pequeño del pastel con el tenedor, llevándoselo a la boca y disgustando el rico sabor. Cuando tomó un sorbo del café, miró de nuevo al joven de forma curiosa.— Se parece mucho a mi hija, es como si fuera ella en forma de hombre, como... si nunca hubiera muerto. —JeongGuk agrandó sus ojos sorprendido. La señora Kim negó con una sonrisa divertida, pero nostálgica.— De seguro ahora piensa que estoy loca.
JeongGuk negó de inmediato sonriendo para tranquilizar a su madre.— No, está bien. —Suspirando dio la vuelta, sentándose al lado de la mujer que miraba atenta.— Cuénteme, ¿Cómo era su hija? —La mujer sonrió encantada, decidida a hablar.
— Era unca chica muy linda, con un carácter fuerte y que muy pocos llegaban a entender —Al ver la expresión confusa del joven, decidió especificar mejor.— es que se veía como una chica fría, incluso algunos pensaban que era como esas chicas malas y rebeldes, pero ella no era del todo así. JeongGaek era introvertida, tímida, y aunque no solía decir un "te quiero", lo demostraba con pequeñas acciones que muy pocos llegaban a darse cuenta. —Su sonrisa no se iba, siendo una nostálgica.— Solo cuatro personas la conocían realmente y se daban cuenta de esos detalles: Su hermano mayor, su mejor amigo YoonGi, su compañera de apartamento HoSook y yo, pero entre nosotros... —Se acercó a JeongGuk, bajando la voz como si estuviera apunto de contar un secreto.— creo que le gustaba HoSook, siempre actuaba de forma distinta con ella —Suspiró alejándose. El pelinegro abrió su boca sorprendido nuevamente, y sin poder controlarlo, sus mejillas se fueron calentando y poniéndose rojas.— estoy segura que estaba enamorada de HoSook, pero nunca me lo dijo. —Hizo una mueca tomando de su café de forma calmada. Por otro lado JeongGuk no podía con la vergüenza.— Niña tonta, ¿por qué nunca me dijo? —Frunció su ceño, arrugando su nariz de paso.
— Quizás estaba confundida —Volvió a tener la atención de su madre.— tal vez no estaba segura de lo que sentía por su compañera. —Confesó de forma indirecta. YoungMi, la señora Kim, asintió comprensiva.
— Uhm, ya no puedo preguntarle —Posó su mirada en su café, su sonrisa se desvaneció y una expresión triste le reinó.— murió hace tres meses, ya casi cuatro. —Iba a decir algo, pero una voz dulce y alegre le interrumpió.
— ¡Señora Kim! ¿Qué hace por acá? —Dijo sonriendo HoSeok. Miró la expresión confundida de la señora, y el rostro de pánico de JeongGuk. Se dio cuenta de lo que dijo y en la situación en la que estaban. Y es que a veces se le olvidaba que sus familiares aún no sabían lo que les había pasado.
— ¿Cómo sabe quien soy? —HoSeok tragó tenso y nervioso.
— Ah... ¡Solemos aprendernos el nombre de nuestros clientes! Sí, eso. —Sonrió de forma nerviosa, rascando su nuca.
La mujer miró a ambos chicos confundida.— Dios, realmente se parecen a JeongGaek y HoSook, ¿es posible que hayan vuelto a la vida en otros cuerpos? —Preguntó a la nada. HoSeok y JeongGuk se miraron sin saber qué responder o hacer. Al ver las expresiones raras de los jóvenes, YoungMi negó de nuevo con su cabeza divertida suspirando.— Creo que he estado viendo demasiado ese dorama, ¿Cómo era que se llamaba? ¡Cierto! "Come Back Mister", es muy bueno, deberían verlo. —HoSeok miró confundido a la mujer, mientras que a JeongGuk no le sorprendía la actitud peculiar de su madre. Entre conversaciones YoungMi terminó su café y pastel, pagando y dejando propina en la mesa al despedirse.
Justo cuando la señora Kim iba saliendo, YoonGi entró a la cafetería listo para empezar su turno. JeongGuk decidido tomó las llaves del auto que HoSeok guardaba siempre en uno de sus bolsillos, lo tomó firme del brazo y tomó las cosas de ambos.— ¿A dónde vamos? —Preguntó HoSeok confuso.
— A manejar, es ahora o nunca. —El pelirubio mordió su labio inferior nervioso, pero la postura firme y confiada de JeongGuk le transmitió un poco de seguridad. Asintió, era hora de empezar a superar su miedo.
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